MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

**
****************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************

rep

viernes, 10 de julio de 2015

ESCOLÁSTICA SOBRE EL ÉXTASIS, EL INFINITO AMOR DE DIOS





He aquí ese Corazón que ha amado tanto a los hombres,
 que no ha ahorrado nada, hasta agotarse y consumirse
para darles testimonio de su amor 




Descripción del Éxtasis de la “presunta Santa”, María Valtorta, que me ha recordado las palabras de San Juan de la Cruz, que decía que cuando Dios se comunica al alma, por la dulzura y la intensidad del encuentro, le parece que es la única criatura del Universo y que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella. 

Y al reflexionar sobre esta afirmación, sabiendo la multitud innombrable de Santos y de almas, uno se da cuenta de la inmensidad y de la infinidad de la Majestad Divina, y de lo que se pierden las almas que voluntariamente, se han alejado de Dios. 

“Después de esto, miré, y vi una muchedumbre enorme que nadie podía contar. Gentes de toda nación, raza, pueblo y lengua; estaban de pié delante del trono y del Cordero. Vestían de blanco, llevaban palmas en las manos y clamaban con voz potente diciendo: 

A nuestro Dios 
Que está sentado en el trono, 
Y al Cordero, se debe la Salvación. 

Y todos los Ángeles que estaban de pié alrededor del trono, alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro a tierra delante del trono y alabaron a Dios diciendo: 

Amén, Alabanza, gloria, sabiduría, 
Acción de gracias, honor, 
Poder y fuerza a nuestro Dios 
Por los siglos de los siglos. Amén. 

Entonces uno de los ancianos tomó la palabra y me preguntó: 
Estos que están vestidos de blanco, ¿quiénes Son y de donde han venido? 
Yo le respondí: 
- Tú eres quien lo sabe, Señor. 
Y él me dijo: 

-Estos son los que han venido de la gran tribulación, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, le rinden culto día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono habitará con ellos. 

Ya nunca tendrán hambre ni sed, ni caerá sobre ellos el calor agobiante del sol. El Cordero que está en el medio del trono los apacentará y los conducirá a fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.” (Ap 7-9,17) 

Maravillosas y alentadoras palabras de Dios, en donde entrevemos lo que ha costado a cada alma alcanzar la Gloria Eterna: Sangre del martirio, sudor y sacrificio de la carga de su propia cruz, y lágrimas por el dolor y la incomprensión producidas por el roce con sus semejantes: 

Mis hermanos se enfadaron conmigo, y me pusieron a guardar las viñas. (Cant 1-6) 

Aquí aparecen las dificultades tan grandes que encuentran las almas que se entregan de veras a Dios, es lo que tuvieron que padecer todos los Santos, y aquí hay que recordar las palabras de Jesús: 

“Todos os odiarán por causa mía, pero el que persevere hasta el fin, ese se salvará.” (Mt 10-22) 

“Dichosos seréis cuando os injurien y os persigan, y digan contra vosotros toda clase de calumnias por causa mía. Alegraos y regocijáos, porque será grande vuestra recompensa en los cielos, pues así persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.” (Mt 5-11)

“Como azucena entre espinas, es mi amada entre las muchachas". (Cant 2-2) 

Aquí vemos como las almas de los Santos, que son las azucenas, han tenido que desarrollarse entre las espinas del sufrimiento causado por sus semejantes, que han contribuido a su gloria por su victoria sobre el mal. 



Del libro de Azarías, Ángel de Mª Valtorta: 

13-10-46, a las 16 horas. 

¿Hay quien puede hacer frente al fuego cuando flamea y a Dios-Amor, cuando quiere amar? No. Y lo experimento. Hoy se abate sobre mí uno de los trances de amor divino más violentos que yo haya jamás experimentado. 

Lo siento llegar…Con ser una oleada inmensa, no es un peso que oprime sino fuerza que más bien atrae, que te arranca de la Tierra y te lleve arriba, arriba, arriba… Lo siento acercarse, cada vez más extasiante y, antes de perder el conocimiento en fuerza de su inexpresable dulzura, acordándome de mi plegaria y ofrecimiento del 15 de Agosto, suplico: “¡Para mí, no! ¡Para mí, no! Para ellos. Para que te amen”. Está siempre en mí permanente la voluntad de renuncia a mis goces místicos a cambio de que ellos vean y comprendan. 

Pero con una más intensa dulzura dentro de la ya inconmensurable dulzura y del océano de Luz y Fuego que me inunda, desbordándose de los Cielos, me llega la Voz inexpresable del Dios Uno y Trino que dice: “No. En vano me rechazas por un sacrificio de amor. “Yo te quiero a ti, quiero entregarme a ti.” Busco consuelo para Mí mismo. Busco un corazón que me ame. No quiero ciencia sino amor. No quiero discutir, sino poseer. No quiero reprender sino amar. Te quiero a ti. Sáciame. Consuélame. Ámame. Me derramo donde encuentro quien me comprende en mi deseo infinito de comunicarme. Escribe y después ven…”. 

Y ya no hay sino abandonarse y … sentir que te dicen: “Tú debes amar incluso por ellos. Quiero que tu me sacies con el amor que ellos no saben darme como Yo quiero. Y quiero penetrarte de Mí para que tu les llegues a amar como yo amé a mis verdugos: desmesuradamente. Porque cuando se ama con perfección, se ama de un modo desmesurado a los más infelices, a aquellos que son nuestro dolor. Sin este amor nuestro, ellos se perderían". 

Y me embriago y ardo como no es posible describir. Y amo a Dios, y en Él a toda la Creación, con los habitantes del Cielo, los que viven en la Tierra y los que penan en el Purgatorio; a todos, en fin, a todos y… - ¡oh, ellos no lo creerían aunque se lo dijese! – les amo como una madre puede amar a su hijo enfermo, que, de no atenderlo con sumo amor, perecería; y sufre de que está enfermo que, de no atenderle con sumo amor, perecería; y sufre de que está enfermo, por más que él no crea estarlo, ni que su madre sufra. 

¡Señor, si has de servirte, no tanta violencia…! ¡Tú sabes de mi absoluta debilidad…! 

Más, cuando vuelvo a ser la pobre criatura de antes, recuerdo con una dulzura pacífica el huracán de amor de que fui presa y como no escuchó Dios mi plegaria, y entonces, el corazón, que si resistió fue tan solo por su querer, palpita extenuado como el pajarillo, que subió por demás arriba y cantó con fuerza desmedida… 

Más, si mi Señor recibió consuelo y mi nulidad prestó ese servicio al todo…¡Bravo por el amor! y dulce resulta el dolor del corazón cansado…¡llegar a morir por la violencia del amor…! ¿Qué supone vivir y que morir? Únicamente consolar a Dios.” 

Maravillosas palabras que encierran una Ciencia Teológica que al desarrollarla, llenaría muchos libros y que resume toda la Doctrina Católica y las enseñanzas místicas de los Doctores de la Iglesia. 

Aquí está detallado como es el verdadero amor de Dios, como hay que amar a nuestros enemigos, considerándoles enfermos y desgraciados, porqué pueden caer, para toda la eternidad, en un abismo sin fondo de un horror indescriptible, que aún, mientras sus almas no comparezcan en el Juicio de Cristo, se pueden remediar con nuestras oraciones y nuestros sacrificios, y amando a Dios por los que lo desprecian, ya que están en peligro de muerte.



GLORIA AL PADRE; AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO COMO ERA EN UN PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMEN 







No hay comentarios: