MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 29 de junio de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS LECTURAS DE LA MISA DEL 28.6.2.017



Oración de Madame Elisabeth, en 1793, hermana de Louis XVI Rey de Francia
en la Cárcel del Templo, antes de ser guillotinada





Madame Elizabeth de Francia
Cárcel del Templo
1793

¿Que me ocurrirá hoy Oh Dios mío?, yo lo ignoro. Todo lo que sé, es que no me ocurrirá nada que no hayáis previsto de toda eternidad. Me complacen vuestros destinos eternos, me someto a ellos de todo corazón, los quiero todos, los acepto todos, os los ofrezco todos en sacrificio, y los uno todos con los de vuestro querido Hijo Jesús, mi Salvador, pidiéndoos por su Sagrado corazón y sus méritos infinitos, la paciencia en nuestros sufrimientos, y el perfecto sometimiento que os debemos, para todo lo que queráis y permitáis.



Génesis 15,1-12.17-18.


En aquellos días, la palabra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos términos: "No temas, Abrám. Yo soy para ti un escudo. Tu recompensa será muy grande".
"Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?". Después añadió: "Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero".
Entonces el Señor le dirigió esta palabra: "No, ese no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti.
Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: "Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia".
Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación.

La Santa Fe en la palabra de Dios, cuando todos los acontecimientos son contrarios, es el gran don que proviene de Dios, que está ligado con el misterio de la predestinación, y que ha coronado a Abrám como Padre de todos los creyentes. Esa Fé es verdadera precisamente cuando todo parece contradecir la promesa de Dios. Como dijo Santa Bernardita, la vidente de Lourdes, para el que tiene fe, no hacen faltas milagros, y para el que no tiene fe, y no quiere creer, los milagros son inútiles.

Entonces el Señor le dijo: "Yo soy el Señor que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra".
"Señor, respondió Abrám, ¿cómo sabré que la voy a poseer?".
El Señor le respondió: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma". El trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros.
Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám los espantó.

Este relato, que es un lenguaje espiritual, es la típica pregunta que hace un alma a su Dios cuando tiene fe: “Señor, ya que me has hecho salir de Ur, que es la perdición de mi alma, ¿Cómo sabré yo, y que tengo que hacer para conseguir la Vida eterna?

Y el Señor contesta diciendo que tenemos que sacrificar, es decir ofrecer a Dios en holocausto las tres potencias del alma que son la memoria, el entendimiento y la voluntad, que como tan bien lo explica San Juan de la Cruz, tenemos que vaciar de nuestros apetitos para que se llenen de Dios, con la tórtola y el pichón de paloma, que son nuestros dones heredados y el pichón que es nuestros deseos. Las aves de rapiña que simbolizan los espíritus del mal, intentan apoderarse de esas ofrendas, y tienen que estar espantadas por el alma.

Al ponerse el sol, Abrám cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor, una densa oscuridad. Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados.
Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: "Yo he dado esta tierra a tu descendencia desde el Torrente de Egipto hasta el Gran Río, el río Eufrates:

Y aquí aparece el temor, y la oscuridad, y la presencia del horno humeante y de la antorcha encendida, cuya misión es transformar las tres potencias del alma, la tórtola y el pichón de paloma, en Dios mismo, a través de las noches activas y pasivas del sentido y del espíritu, que son como tan bien los explica San Juan de la Cruz, los medios que Dios tiene para transformar el ser humano de terrestre a divino.

Ese temor está explicado por San juan de la Cruz, cuando explica magistralmente como el alma en ese estado se ve abandonada por Dios, y le parece tenerlo por enemigo, y se ve condenada para siempre, son el Purgatorio en la Tierra, con terribles sufrimientos.



Salmo 105(104), 1-2.3-4.6-7.8-9.


¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
hagan conocer entre los pueblos sus proezas;
canten al Señor con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas!

¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!
¡Recurran al Señor y a su poder,
busquen constantemente su rostro!

Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra rigen sus decretos.

El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac.

Himnos de alabanza a Dios del alma completamente purificada, y que ha logrado con la ayuda de Dios, el triunfo absoluto contra sus enemigos naturales que son mundo, demonio y carne.



Evangelio según San Mateo 7,15-20.

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. 

Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

 El demonio, como lo explica San Juan de la Cruz, nunca tienta bajo el aspecto del mal, porque sabe de sobra que el mal conocido no será nunca aceptado, se presenta entonces como un amigo que quiere prestarte ayuda, o como dice el santo, con una verdad que es como la aguja que permite introducir el hilo de la mentira. Hoy día está la Sociedad tan corrompida, que también se disfraza de Pastor para llevar a pastorear a las ovejas incautas a la perdición.





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