MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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miércoles, 3 de mayo de 2023

COMENTARIOS SOBRE EL EVANGELIO Y SOBRE LA PRÉDICA DE SAN BASILIO



CURIOSA IMAGEN EN DONDE SE PUEDE  OBSERVAR
LA BELLEZA DE LA HUMILDAD, QUE PRODUCE
 LA UNIÓN MÍSTICA CON JESÚS




Esta antigua imagen de Santa Teresa de Jesús, es de cuando se le apareció Jesús atado a la columna para ser flagelado, ha producido con la iluminación de la cámara fotográfica, un resplandor entre ellos, que simboliza la unión mística que se produce entre el alma y Dios, cuando la Gracia ha infundido  al alma el conocimiento de sus miserias, y al compararse con la infinita perfección del Sublime Redentor, se tiene que ver pecadora y esa admiración hacia la Víctima perfecta e inocente, le obliga a luchar contra sus imperfecciones, hasta alcanzar la Santidad con la ayuda imprescindible de Dios. 

El Amor a Jesús, que es la fuerza del alma, infundido por el Espíritu Santo, es lo que hace posible esa transformación necesaria para alcanzar la Eternidad con Dios. Pero para que el alma pueda conseguir el amor, tiene que ser humilde, una alma soberbia ha roto la comunicación con Dios, ya que al estar llena a rebosar de amor propio, no tiene lugar para la Gracia de Dios, y por muy inteligente que sea, nunca llegará a comprender el lenguaje de Dios que solo pueden entender los que son como niños.
  




Lucas 94, 3 b - 45.

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". 
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Los Apóstoles a pesar de estar junto a Jesús, no comprendían sus palabras porque había en ellos un nacionalismo exacerbado hacia su Patria, que era una especie de soberbia que les hacía creer que el Mesías iba a derrotar a los invasores romanos, para restablecer la Gloria de Israel como en los tiempos de Salomón.
Solo entenderán a Jesús después de su amargo arrepentimiento por haberlo abandonado en el calvario, lo que los volvió humildes, y aptos para entender el lenguaje del Redentor. 




Homilía sobre la humildad, 5-6 

San Basilio (c. 330-379), monje y obispo de Cesárea 
en Capadocia, Doctor de la Iglesia 


LA BELLÍSIMA CATEDRAL DE SAN BASILIO EN MOSCÚ


«Al Hijo del Hombre lo van a entregar
 en manos de los hombres»

En la vida de San Juan de la Cruz, escrita por el Rdo. Padre  Crisógono de Jesús (O.C.D.), se puede leer que estando realizando un exorcismo en Granada, un compañero de él, oyó lo que decía el Demonio por boca del poseso: "Jamás se ha visto una persona con ese poder contra nosotros, desde la época de San Basilio". Referido esta reflexión al Santo, que estaba ausente en ese momento, este le dijo en su humildad: "No lo crea, ya se sabe que el Demonio es un embustero".


«El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido» (Mt 23,12)... Imitemos al Señor que descendió del cielo y llegó a lo más bajo, como cuando lavó los pies a sus discípulos como un esclavo y a cambio, ha sido elevado a lo más alto tal como convenía. Descubramos lo que el Señor nos enseña para que lleguemos a la humildad

Recién nacido lo encontramos en una gruta, acostado no en una cuna sino en un establo. Vivió en la casa de un  humilde carpintero que se dedicaba a realizar las faenas que le pedían sus conciudadanos: construir una cuna para un recién nacido, arreglar la carpintería de madera de las humildes casas o arreglar la rueda de un carro. Tenía una Madre Inmaculada sin recursos materiales, se somete con obediencia a ella y a su padre. Se deja enseñar, escuchando lo que no tenía ninguna necesidad ya que el era la Sabiduría de Dios encarnada, preguntaba a los escribas que eran los teólogos de la época de manera que a través de sus preguntas y respuestas, todos se sorprendían de su Sabiduría. Se sometió a Juan Bautista, y el Maestro recibe el bautismo de su siervo. Jamás puso resistencia a los que iban contra él, y no dio pruebas de su poder invencible para librarse de las manos de los que le encadenaban, sino que dejó hacer, como si no tuviera poder y, en la medida que juzgó adecuada para la salvación de la Humanidad, permitió que tuvieran sobre él un poder cruel y criminal. 

Compareció ante el sumo sacerdote como acusado; conducido ante el gobernador, se sometió a su juicio, y cuando hubiera podido dar una respuesta adecuada a sus calumniadores, en silencio soportó sus calumnias. Cubierto por los salivazos de los soldados y siervos indignos, al final fue entregado a la muerte, a una muerte infame a los ojos de los hombres. Es así como transcurrió su vida de hombre desde su nacimiento hasta su muerte en la Cruz. Pero después de un anonadamiento tal, hizo que estallara su Gloria en su triunfante Resurrección... Imitémosle para poder llegar, nosotros también, a la gloria eterna por nuestra humildad y el inefable amor a su Divina Persona. 

Y es que la grandeza de la Gloria es mayor cuando más humilde e inocente es el ser que la recibe, Jesús que se abajó hasta lavarle los pies a sus discípulos, siendo Dios y después de ser martirizado y muerto en la Cruz como un criminal, fue glorificado en el grado infinito porque partió de lo más bajo, y resucitó llevando con Él a multitudes de almas, abriendo las puertas del Limbo a una cantidad innombrable de seres, que esperaban con impaciencia unirse con Dios en la Gloria eterna.




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