MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 20 de enero de 2019

COMENTARIOS SOBRE EL EVANGELIO DE LAS BODAS DE CANÁ



JESÚS EL CENTRO DE LA HUMANIDAD EN LAS BODAS DE CANÁ



En el Evangelio de las bodas de Caná, está espiritualmente concentrado todo lo referente al Matrimonio Católico, que ha pasado de ser un simple contrato en la antigua Ley de Moisés, a un Sacramento, instituido por Jesús para tratar en plan de igualdad a la mujer con el hombre.

Este grandísimo Sacramento, que San Pablo dice que es la imagen perfecta de la Unión mística que existe entre Dios y su santa Iglesia, que es el amor que une a ambos, tiene como todos los otros Sacramentos sus derechos y sus obligaciones, son el medio que Jesús ha traído al mundo, y que ha puesto para facilitar la Salvación del Género humano, dándole la Vida espiritual con el bautismo, manteniendolo con la Sagrada Eucaristía, sanándolo de sus enfermedades del alma que son sus pecados con el Sacramento de la reconciliación, y preparándolo con el viático de la Extrema Unción, para su encuentro con Dios en el Juicio al final de su vida en esta Tierra.  



Evangelio de San Juan 2,1-11.

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía".

Jesús como Dios, y María como Madre de la Humanidad, están presentes en todas las bodas que se celebran en el mundo. Todos sabemos que el Amor humano es un estado, creado por Dios, que permite a la pareja, en un primer momento, verse virtualmente perfectos, y gozar de una enorme felicidad, este estado es parecido al de una persona embriagada, que bajo los efectos del alcohol, ve la "Vie en rose", como dice la célebre canción francesa.

Pero al cabo de un cierto tiempo, es lo que pasó en las bodas de Caná, es decir cuando falta el vino, desaparecen los efectos del alcohol, y cesa la euforia, se acaba la fiesta. Las palabras de Jesús a su madre, "Mujer , ¿qué hay ya entre tú y Yo, mi hora no ha llagado todavía", quieren decir: Aún no he establecido el Matrimonio como un Sacramento: es aún un simple contrato entre un hombre y una mujer.

Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".

Cuando María está invitada a la boda, es decir, cuando está presente en las familias cristianas, ella que es medianera de todas las gracias, interviene para remediar la situación:

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. 
Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. 

Entonces Jesús, llena las 3 potencias del alma de cada esposo, Que son la memoria, el entendimiento y la voluntad que dice San Juan de la Cruz, es decir las 6 tinajas de piedra del agua de su divina Gracia, la cual las transforma en vino, para alegrar y embriagar al matrimonio.

El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".

Y ese vino que llenó las potencias del alma de los esposos es más bueno que el vino primero, es decir que hay matrimonios que cumplen con los mandamientos de Dios y los de su conciencia, y que alcanzan por eso, una felicidad mayor que en los primeros tiempos. 

Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.





Del poema del Hombre-Dios de Mª Valtorta

Dice Jesús:

[...] Acto serio y santo son las nupcias.  Y para mostrar esto estuve en una boda, y allí realicé el primer milagro. Pero ¡Ay si degeneran en libídine y capricho! El matrimonio, contrato natural entre el hombre y la mujer, que se eleve de ahora en adelante en contrato espiritual por el cual, las almas de dos que se amen juren servir al Señor en un amor recíproco ofrecido a Él, en obediencia a su imperativo de procreación, para dar hijos al Señor.
El enemigo de Dios que sabe la importancia de este Sacramento, ataca con todas sus fuerzas a los esposos, para que cuando falte el vino del enamoramiento, la unión pierda fuerza y desaparezca, lo que es tarea fácil para la mentalidad hedonista que impera en todos los estratos de la sociedad actual. los esposos privados de la Gracia de Dios son para él presa fácil, se acabó el vino y no está allí ni María ni Jesús para realizar el milagro de la transformación del agua en vino.

Es por eso que  vemos cada vez más abortos y separaciones matrimoniales, actos que son pecados muy graves, porque son actos de cobardía que siempre van dirigidos en contra de los más débiles que son las pareja más pobres y los niños indefensos que son abortados.






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