MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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sábado, 12 de mayo de 2012

CONTRA LOS QUIETISTAS QUE PREDICAN AL DIOS “RELATIVISTA” Y UNA DOCTRINA "DESCAFEINADA"



Jesús cambiará su cayado de Pastor por el cetro de Juez y Rey Todopoderoso



Tremendas palabras de Jesús, que se aplican hoy más que nunca, por tantos predicadores que ocultan o mutilan el Evangelio, predicando solo lo que les gusta, evitando a toda costa de hablar del Infierno, de Satanás, y del Juicio de Dios que aquí explica muy bien el mismo Jesús, que tendrá dos fases, como así lo explica la Santa Iglesia Católica: el Juicio particular de cada alma que tendrá lugar a la hora de la muerte, y el Juicio final que tendrá lugar al fin del Mundo, y que reunirá a toda la humanidad en el valle de Josafat.

Observación de Jesús explicando que se puede orar en todos los sitios, no solo en las Iglesias: el mundo entero, obra de Dios es un lugar de oración, oraron los Santos mártires en las Cárceles, Noé en el arca, Jonás en el vientre de la ballena, y tantos otros en todos los sitios donde se hallaban por sus ocupaciones o por su trabajo. No hay nadie como los grandes místicos y ermitaños para comprender y poner en práctica esas recomendaciones de Jesús.


En la Vida de San Juan de la Cruz, leemos que cuando era Prior en el Convento de los mártires de Granada, repartía a sus frailes en varios lugares del campo, en donde se dominaba toda la Vega de Granada y la imponente mole de Sierra Nevada, y los dejaba solos diciéndoles. "Quedaros aquí, dando alabanzas a Dios, que está presente en toda la Creación".



Del Evangelio tal como me ha sido revelado de María Valtorta


            (…) Justo es santificar las fiestas y alabar al Señor en los lugares de oración, más toda la creación puede ser un lugar de oración si la criatura sabe convertirla en eso con su elevación hacia el Padre. Lugar de oración fue el arca de Noé, a la deriva sobre las olas; y el vientre de la ballena de Jonás; lugar de oración fue la casa del Faraón cuando José vivió en ella; y la tienda de Holofernes para la casta Judith.

             ¿Y no era, acaso, sagrado para el Señor el lugar corrompido en que, esclavo vivía el Profeta Daniel; sagrado por la santidad de su siervo, que santificaba el lugar, hasta el punto de merecer las altas profecías de Cristo y el Antecristo, clave de estos momentos y de los últimos tiempos? Pues con mayor razón será santo este lugar que, con los colores, los perfumes, la pureza del aire, la riqueza de los cereales, las perlas del rocío, habla de Dios Padre y Creador y dice: “Creo; quered creer vosotros, pues de Dios damos testimonio”. Sea, por tanto, la sinagoga de este sábado; leamos en ellas las páginas eternas escritas sobre las corlas y las espigas, teniendo como sagrada lámpara el Sol.

    He nombrado a Daniel. Os he dicho: “sea este lugar nuestra Sinagoga”. Esto trae a la memoria el gozoso “Benedicite” de los tres santos jóvenes entre las llamas del horno: “Cielos y aguas, rocío y escarcha, hielos y nieves, fuegos y colores, luces y tinieblas, relámpagos y nubes, montes y colinas, todo vegetal nacido, pájaros, peces, animales todos, alabad y bendecid al Señor, junto con los hombres de humilde y santo corazón”. Este es el resumen de este canto santo que tanto enseña a los humildes y santos. Podemos orar y merecer el Cielo en cualquier lugar. Lo merecemos cuando hacemos la voluntad del Padre.

            Hoy al amanecer se me ha hecho la observación de que, si todo viene de voluntad divina, también esta quiere el error de los hombres. Es un error, un error además muy difundido. ¿Puede, acaso, un Padre querer que el hijo se haga merecedor de condena? No, no puede. Y, a pesar de ello, vemos en las familias que algunos hijos se hacen tales. Incluso teniendo un padre justo que les señala el bien que hay que hacer y el mal que hay que evitar: ninguna persona recta acusará a ese padre de haber estimulado al hijo al mal.

         Dios es el padre, los hombres son los hijos. Dios señala el bien, y dice: “Mira, te pongo en esta circunstancia para tu bien”; o también, cuando el Maligno y los hombres que le siguen procuran desgracias a los hombres, Dios dice: “Mira, en esta hora penosa, actúa así, de forma que este mal sirva para eterno bien”. Os aconseja, pero no os fuerza. Pues bien, entonces, si uno, aun conociendo lo que sería la voluntad de Dios, prefiere hacer todo lo contrario, ¿se puede decir que tal cosa contraria es voluntad de Dios? No, no se puede.

          Amad la voluntad de Dios, amadla más que a la vuestra, y seguidla contra las seducciones y los poderes de las fuerzas del mundo, de la carne y del demonio. También estas cosas tienen su voluntad, más en verdad os digo que bien infeliz es quien ante ellas se doblega.

         Me llamáis Mesías y Señor. Decís que me amáis y me entonáis alabanzas. Me seguís, y tal cosa parece amor. Y, sin embargo, en verdad os digo que no todos de entre vosotros entrarán conmigo en el Reino de los Cielos. Incluso entre mis más próximos y antiguos discípulos habrá quien no entre, porque muchos harán su voluntad o de la carne, el mundo o el demonio; no la de mi Padre. No quien me dice: “¡Señor!, ¡Señor! Entrará en el reino de los Cielos, sino aquellos que hacen la voluntad del Padre mío; solo éstos entrarán en el Reino de Dios.

           LLEGARÁ UN DÍA EN QUE YO, QUIEN OS ESTÁ HABLANDO, TRAS HABER SIDO PASTOR, SERÉ JUEZ. NO OS CONFIÉIS ILUSAMENTE EN MI ASPECTO ACTUAL. AHORA MI CAYADO CONGREGA A TODAS LAS ALMAS DISPERSAS Y SE MUESTRA DULCE PARA CONDUCIROS A LOS PASTOS DE LA VERDAD;  ENTONCES, EL CAYADO SERÁ SUSTITUIDO POR EL CETRO DEL JUEZ REY, Y MUY DISTINTA SERÁ MI POTENCIA. ENTONCES SEPARARÉ, NO CON DULZURA SINO CON JUSTICIA INEXORABLE, LAS OVEJAS QUE SE ALIMENTAN DE VERDAD DE AQUELLAS OTRAS QUE MEZCLARON VERDAD Y ERROR O SE NUTRIERON SOLO DE ERROR. UNA PRIMERA VEZ Y LUEGO OTRA HARÉ ESTO. 

     ¡AY DE AQUELLOS QUE ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA COMPARECENCIA ANTE EL JUEZ NO SE HAYAN PURGADO, NO PUEDAN PURGARSE DE LOS VENENOS! LA TERCERA CATEGORÍA NO SE PURGARÁ. NINGUNA PENA PODRÍA PURGARLA. HA QUERIDO SOLO EL ERROR, EN EL ERROR PERMANEZCA.

     Pues en ese momento habrá incluso, entre estos, quien gima: “¿Cómo es esto, Señor? ¿No hemos profetizado en tu nombre, no hemos arrojado demonios y realizado muchos prodigios en tu nombre?”. Pero Yo, en ese momento, muy claramente les diré: “Sí, habéis osado revestiros de mi Nombre para aparecer como no erais; habéis querido hacer pasar por vida en Jesús vuestro satanismo. El fruto de vuestras obras os acusa.         

       ¿Dónde están los salvados por vosotros? ¿Dónde se cumplieron vuestras profecías? ¿A que llevaron vuestros exorcismos? ¿Quién fue el cómplice de vuestros prodigios? ¡Oh, si muy potente es mi enemigo, pero no está por encima de Mí, Os ayudó, sí, para aumentar su botín; por obra vuestra se ensanchó el círculo de los que fueron arrastrados a la herejía. 

         Realizasteis prodigios, sí, incluso aparentemente mayores que los de los verdaderos siervos de Dios, que no son histriones que dejan estupefactos a las muchedumbres, sino que son humildad y obediencia que dejan estupefactos a los ángeles.

    Mis siervos verdaderos, con sus inmolaciones, no crean fantasmas, sino que los cancelan de los corazones; ellos, mis verdaderos siervos, no se imponen a los hombres, sino que muestran a Dios a los corazones de los hombres; lo único que hacen es cumplir la voluntad del Padre y llevan a otros a cumplirla (de la misma forma que una ola impulsa a la que precede y atrae a la que la sigue), sin colocarse en un trono para decir: “Mirad”. 

Ellos, mis siervos verdaderos hacen lo que Yo digo, sin pensar sino en hacerlo, y sus obras llevan ese signo mío de paz inconfundible, de mansedumbre, de orden. Por tanto, puedo deciros: “Estos son mis siervos, a vosotros no os conozco, alejaos de Mí, vosotros, obradores de iniquidad”.

    "Esto diré entonces. Tremenda palabra será. Estad atentos a no merecérosla. Id por el camino seguro de la obediencia – aunque sea penoso – hacia la gloria del Reino de los Cielos.
Ahora gozáos vuestro reposo del sábado alabando a Dios con todo vuestro ser. La paz sea con todos vosotros”.

   Y Jesús bendice a la muchedumbre antes de que esta se disperse en busca de sombra, hablando en grupos, comentando las palabras oídas. Con Jesús se quedan los Apóstoles y el escriba Juan, que no habla, pero medita profundamente, escudriñando todos los gestos de Jesús.
    Concluye así el ciclo del monte.





MENSAJE DE JESÚS DEL AÑO 1.995 EN LAS APARICIONES DE PRADO NUEVO DEL ESCORIAL (MADRID)



EL MONASTERIO DEL ESCORIAL, SÍMBOLO DEL
IMPERIO Y DEL CATOLICISMO ESPAÑOLES


    Mensaje muy acorde con la mentalidad de muchos modernos maestros espirituales: Los abanderados del relativismo, y del quietismo: los Queirubines y los Massiánicos, los Hans Küng, y tantos teólogos que quieren a toda costa que la Iglesia se adapte al mundo en que vivimos, cuando es el mundo que se tiene que adaptar a Dios, teólogos que han sido mordidos por la serpiente infernal que les ha inoculado el veneno.

Veneno que en los cuerpos de las víctimas, actúa sobre el sistema nervioso, paralizando sus funciones vitales, ya que no se puede respirar y se muere por asfixia. De la misma manera, paralizan el alma y la anestesian, anulando el santo Temor de Dios, y transformándola en un alma soberbia y quietista, predicando una doctrina de relajamiento y de falta absoluta de pecado y de ofensa a Dios, anulando así las funciones vitales de la misma.

Analogía absoluta con lo reflejado  en "El Evangelio como me ha sido revelado" de María Valtorta, que se ha publicado en reiteradas ocasiones. Se trata del "Evangelio mutilado" en donde se anulan deliberadamente la visión del Dios que el día del Juicio, cuando se transforma en un Juez que ha cambiado su cayado de Pastor por el de un cetro de Rey inexorable y poderoso.


     EL SEÑOR:

    Hija mía, aquí tienes al Cristo Redentor, al Cristo crucificado. ¡Cómo pueden decir los hombres que Cristo no sufre por la Humanidad! Aquí me tienes. Aquí estoy desgarrado por los pecados de los hombres. Los hombres son ingratos y muy pocos  se compadecen de mi pobre corazón. Yo vengo a advertirles y pongo a mi Madre como mensajera para que los advierta; y a cambio de esto recibo ingratitudes y desprecios. ¡Que pocos se compadecen de mi pobre corazón, tan afligido por la Humanidad! Yo sigo mi Pasión porque los hombres ingratos a pasar de mi muerte, no quieren llegar a Mí y aceptar las Leyes  de Dios; por esto falta en mi Pasión, porqué no pude redimir ahí a toda la Humanidad; no porque Yo no quisiera redimirlos, ya que yo bajé a la Tierra para redimirlos, sino que son los hombres que no quieren ser redimidos con mi Sangre.

     ¿Por qué los hombres mutilan mi Evangelio?, muchos de mis pastores lo mutilan. Y el Evangelio consta de un Cristo bondadoso, amoroso, misericordioso, que perdona los pecados; pero también consta de palabras escalofriantes, de un Cristo Juez y Severo para los que no aceptan la voluntad de mi Padre. Son palabras escalofriantes cuando en mi Evangelio digo: “Id, malditos, al fuego eterno que está preparado para Satán y sus secuaces”.

     ¡Como os gusta adornar el Evangelio! No prediquéis el Evangelio que a vosotros os gusta, predicad el Evangelio tal como es; así fue escrito para la salvación de los hombres. ¿Cómo es que lo mutiláis? ¡Ay de aquellos que ocultáis y adornáis las palabras del Evangelio!
   Tenéis que predicar al Dios Amor y Misericordia, pero no os comáis al Dios de la Justicia, al Juez de vivos y muertos.

 ¿Porque ocultáis a los hombres las palabras que hacen referencia ala Infierno?  ¡Que pena de almas…! Yo tengo dicho en el Evangelio: ¡Ay del que quite o añada alguna palabra que no sea la mía! Cuando vienen palabras crudas, las adornáis.

  El hombre se puede salvar por el amor y por el terror. No escondáis al hombre lo que Cristo puso de relieve y dejó escrito; no son solo palabras del Antiguo Testamento, son palabras del Nuevo testamento. Yo vine a implantar el Evangelio, las Leyes, a fundar una Iglesia para que todos los hombres se acercasen a beber de sus fuentes para su salvación; para eso, puse unas Leyes, unos mandamientos. El que cumpla con ellos se salvará. El que sea fiel al Evangelio, entrará en el Reino de Dios.

¿Porqué le decís a los hombres que están salvados, si los salva la Gracia y el Amor, el camino recto y seguro para ir a Cristo? Sed humildes, hijos míos, y no queráis reformar lo que a Cristo tanto le costó para la salvación de los hombres: el Evangelio, tal como es, hijos míos; hay partes dulces y partes amargas; así es la dolorosa muerte y la gloriosa Resurrección. Pero aquí tienes, hija mía al Cristo viviente, desgarrado, clavado, coronado de espinas y sus manos taladradas por los clavos.

¿Quién me pone en este estado? Son los pecados de los hombres (Luz Amparo llora y gime largamente).

Participa conmigo en la agonía, en el Gólgota, en mi Pasión. Para mí, no hay pasado ni futuro. Para Dios hay un presente. Para Dios no hay pasado, repito, hijos míos, ni hay futuro. Para Dios hay un presente. El futuro de los hombres está en mis manos. Si, hija mía mi corazón está desgarrado. Todo mi cuerpo fue desgarrado por los pecados de los hombres y no solo fue desgarrado, sino que siguen desgarrándomelo, hija mía.

¡Ay de mis almas consagradas! ¡Ay de aquellos sacerdotes que no siguen el Evangelio y lo predican a su antojo y se burlan de aquellos que lo hacen como Dios quiere que lo hagan! Las almas fieles de los buenos pastores que son fieles a mi Corazón, les digo: Sed valientes  y predicad El Evangelio como Cristo os lo enseñó; no ocultéis nada, hijos míos.

¡Como no va a estar triste mi Corazón viendo la situación del Mundo, si en el mundo cada vez aumenta más el pecado y los hombres son cada día peores!
Predican el Cristo-Hombre y no el Cristo-Dios. Mi Divinidad se juntó con la Humanidad cuando me hice Hombre para poder adoctrinarlos, pero nunca perdí mi Divinidad. La Divinidad ya existía pero bajó a la tierra y se encarnó en las entrañas de la Virgen María para enseñar a los hombres la Verdad y el camino recto y seguro.

Y yo clamo a la Humanidad: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y el que venga a Mí, tendrá la Vida Eterna”. Pero ¿Cuántos vienen a Mí, hija mí? ¡Son tan pocos y su vida es tan poco valiente y tan superficial…!

 La Stma.Vírgen dijo:

Hija mía, mira a mi Hijo. Yo fui corredentora con Él, y lo sigo siendo porqué mi corazón sigue aún sufriendo por culpa de los pecadores. Solo vengo a recordar a los hombres que el Evangelio ya está escrito; que lo prediquen y practican tal como es, que ni lo mutilen, que no lo recorten.

¡Ay, sacerdotes tan amados de mi Corazón y del de mi hijo!, tened compasión de estos pobres Corazones que tanto os aman, y que vosotros, muchos de vosotros, pagáis con ingratitudes y con desamor; buscad a Dios y no os retiréis del camino de la Luz. Pensad que la Luz alumbra y la tiniebla ciega. La palabra sin obras no sirve, pero las obras sin palabras y sin oración  tampoco tienen mérito ante la Divina Majestad de Dios.

Ya te enseñé, que tenías que ver a Dios en los hombres, pero que no veas a Dios en los hombres, porque los hombres no son Dios. Un día, y si son capaces de aceptar mi Gracia, llegaré a interceder por ellos en la Puerta de los Cielos, como ahora pido a mi Hijo para los pecadores, para que Dios los haga Dioses. Amaos los unos a los otros, como hijos míos, os pido, queridos hijos, que tengáis, aunque sea un poco, misericordia de nuestros Corazones. Hace muchos años que mi Inmaculado Corazón viene avisando a los hombres y estos se quedan sordos y mudos.

Amparo:

Jesús, Jesús, yo quiero amarte por los que no te aman. Yo pediré para todos los sacerdotes para que sean fieles. Yo no quiero que sufras. Yo quiero compartir contigo, Jesús… (Sollozos de Amparo).

El Señor:

Si, hija mía, por eso escojo almas víctimas para ayudar a los pobres pecadores. (Pausa prolongada con sollozos de Luz Amparo).

Amparo:

Jesús, que los hombres te vean, que no pareces ni Tú.

El Señor:

¿No sabes que me vieron en aquellos tiempos? Y muchos se salvaron y otros se condenaron. Si me volvieran a ver, pasaría lo mismo; por esto no se puede decir que todos los hombres están salvados, porqué si fuera cierto que todos se iban a salvar, era inútil la creación de la Tierra, lo que fue necesario para que los hombres se salvaran con sus oraciones y sacrificios para la remisión de sus pecados.

Repito que soy el Dios del Amor, de la Misericordia y de la Justicia, pero también soy el supremo Juez; que nadie se asuste por esas palabras, son palabras del Evangelio, no las ocultéis, hijos míos. Y si alguien os predica lo contrario, que sea anatema. El Evangelio hay que predicarlo desde el dolor hasta la Gloria.


La Santíma. Virgen:

Sed muy humildes, hijos míos, y amad mucho a nuestros Corazones. Yo seguiré derramando Gracias para los pobres pecadores. ¡Cuantas almas se han salvado en este lugar, y mis pastores no quieren aceptarlo! Pero,  hijos míos, no seáis soberbios. Yo me manifiesto a los humildes y les comunico mis palabras, y rechazo a los soberbios y a los poderosos.

Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantos y tantos pecados que se cometen en el Mundo.

Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos con bendiciones especiales para los pobres pecadores. Amaos y amad a Dios con todo vuestro corazón. Amad a la Iglesia, amad al Santo Padre y a los representantes de la Iglesia.

Todos los objetos han sido bendecidos con bendiciones especiales para la salvación de las almas.

Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.