MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 7 de junio de 2012

LA PREDICACION DE LA DOCTRINA CATÓLICA ADULTERADA LLEVA A LA MUERTE ESPIRITUAL DEL ALMA


EXTRAÑA E INQUIETANTE FLOR




I/ El mecanismo de involución

La Doctrina progresista, es el mayor peligro propiciado por Satanás, que, como lo indica S. Juan de la Cruz, siempre actúa de la misma manera. Según lo explica él, sabiendo que el mal conocido nunca será aceptado, siempre engaña bajo el aspecto del Bien, para acto seguido, poco a poco, ir introduciendo el error, como se hace con la aguja que simboliza la Verdad, que ayuda introducir del hilo que simboliza la mentira.

Con esta táctica, poco a poco se consigue el gran triunfo de las fuerzas del mal, y así se hace caer en el error, a la Jerarquía primero, para que ayude en la predicación para luego convencer a la masa de los fieles.

Pero toda caída en el error, sobre todo por parte de esa Jerarquía y también con menos culpa, por parte de los fieles, tiene como premisa una falta, y esa falta es siempre fruto de una desobediencia a la Ley de Dios, Ley de Dios, grabada en las Tablas de piedra del Sinaí; en las Sagradas Escrituras, cuya doctrina es infalible, porqué está dictada por el Paráclito, el Espíritu de la Verdad, también por esa razón y porqué esa Ley es inamovible, toda Doctrina tiene que estar respaldada por la Tradición de los Santos Padres, y nadie, ni el mismo Papa tiene derecho a cambiarla, por esa razón, las escrituras que son la última Revelación de Dios, terminan en el Apocalipsis con la advertencia siguiente:

Solemnemente advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro, que si añade algo, Dios hará caer sobre él las plagas descritas en este libro. Si suprime alguna de las palabras proféticas de este libro, Dios le quitará la parte que le corresponde en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, descritos en este libro.
Dice el que atestigua todo esto:
Sí, estoy a punto de llegar.
¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
Que la Gracia de Jesús, el Señor, esté  con todos.

Ese procedimiento de involución se produce de la manera siguiente: ¿Cómo un Dios Padre, puede mandar a un hijo suyo al Infierno? ¿Ud. que es padre, me dijo hace ya mucho tiempo cierto Obispo, mandaría a su hijo al infierno?

Con esa aguja de la verdad, que pocos saben rebatir, diciendo simplemente que en este mundo estamos en estado de gestación, para ser Hijos de Dios o hijos de las tinieblas, según nos hayamos decantado libremente por la Doctrina de Jesús o de Satanás, se introduce la gran mentira de que no existe el Infierno, y por consiguiente la Redención de Jesús ya no tiene sentido, ya que, como lo dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal  Alemana:

¡¡Jesús no ha muerto para redimirnos, sino para mostrarnos como debemos comportarnos ante el problema del sufrimiento!!



II/ Consecuencias de este Cisma.

Una vez resuelto el Problema del Infierno, Satán sumerge a los pastores y a los fieles, en un estado de LETARGIA ESPIRITUAL, en donde todo el mundo es un buen hijo de Dios, y todo es relativo, en donde hasta los más sádicos pecadores tienen que ser  amados y queridos, puestos a la misma altura que el más virtuoso de todos los Santos.

Entonces, es cuando Satán ha cumplido sus objetivos:

-Relativismo absoluto: Tiene el mismo valor el pecado y la Virtud.
-El nuevo rostro de Dios: El dios caramelo
-La Vida es bella, a disfrutar que son dos días
-El abandono del sacrificio y del esfuerzo.
-La impasibilidad ante el hedonismo
-Petición de ordenación de sacerdotisas y obispas
-Apoyo al matrimonio homosexual con  adopción.
-Mutilación de las escrituras.

Y de allí se derivan una multitud de nuevas doctrinas, con la aparición de nuevas sectas, con sus abanderados que predican una nueva doctrina tipo Queiruga, Hans Küng o Massiá, que reniegan de su primitiva fe, y como se toman por elegidos e iluminados, han encontrando nuevas interpretaciones a las escrituras.Y un sin fin de recomendaciones y de consejos espirituales en donde está recomendada una vida de “Bonheur”, y de felicidad material, lo que trae consigo la perdida absoluta del Santo temor de ofender a Dios, que han tenido y tienen todos los santos.

- “Hay que estar a gusto con sus pecados, decía cierto eclesiástico”.

- “Os tenemos que pedir perdón porque el Infierno lo hemos inventado nosotros los curas, decía cierto sacerdote desde el altar, en una solemne misa de Navidad”.

¿Como no se puede comprender una cosa tan sencilla, que es que Jesús es un Pastor misericordioso en este mundo, pero que en el otro aparecerá como un Rey Justiciero e inexorable, con su cayado terrenal transformado en cetro real? ¿Por qué no se puede entender que en este mundo, Dios entrega su amor a todos para que, como lo dice S. Juan de la Cruz, con ese amor tratar de atraer a la fe a todos los hombres? ¿Por qué no se puede entender que el perdón de los Mártires a sus verdugos, es a imagen del perdón de Jesús en la Cruz, para tratar de convertir a las almas?

¿Es tan difícil comprender que en el otro mundo, se habrá terminado la maduración de la mies, y se procederá a separar el trigo de la cizaña? ¿Por qué no se entiende que aquí cualquier pecador, por siniestro que sea, se puede convertir, pero que en el otro mundo ya no lo podrá? ¿Es tan difícil comprender que hay dos tipos de amor hacia nuestros hermanos, como lo explica el Santo padre Pío de Pietrelcina?:

 El amor unitivo que nos hace admirar y amar  a un Santo por su Virtud, y que nos acerca más a Dios.
 El amor de  compasión, que nos hace amar al pecador por misericordia, para que así, - ya que más se atrapa a una mosca con miel que con vinagre - poder evitar, cuando aún es tiempo lo más horrendo: su condena eterna.

Terminaré con el consejo de San Juan de la Cruz a un hermano que le reprochaba su dura penitencia:

“Si en algún tiempo, hermano mío alguno, fuese Prelado o no, le persuadiere de  doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni lo abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere llegar a la posesión de Cristo, lo busque sin la Cruz”.