MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 24 de junio de 2012

COMO YO TE AMO NADIE TE AMARÁ, Y OTRAS CANCIONES MÍSTICAS DEL CANTANTE RAPHAEL





Cuando el alma, esposa de su Amado Esposo Jesús, ha subido en la escala mística del Amor que conduce a Él, llega un momento que le parece que nadie puede Amarlo como ella lo ama, y si sigue en ese estado sin que exista comunicación entre esos esposos, el alma puede desfallecer si el Amado no interviene con una Visita en su alma que le infunde unas veces una corta visita que es como una migaja que no solo no le quita el hambre, pero que le causa un desasosiego aún mayor. En esos casos si Dios no interviene. el alma puede llegar a desesperar y hasta morir de Amor. pero el Divino Esposo interviene entonces no como una chispa que alumbra el alma, pero le produce un acaloramiento espiritual mucho más duradero, que es como el efecto que produce un vino adobado en el cuerpo. Es lo que explica también el sublime Doctor místico San Juan de la Cruz,  en el Cántico espiritual y la Llama de Amor Vivo. 

La gran Santa, Teresa de Jesús tomaba las canciones del amor humano entre el hombre y la mujer, y las aplicaba a su divino Esposo Jesús, y eso se puede hacer en todas las canciones decentes de nuestros días.





DICE LA CANCIÓN


Como Yo te amo, como Yo te amo,
convéncete, convéncete,
nadie te amará

Auténticas palabras de Nuestro Salvador, que tiene el amor perfecto, que nosotros tenemos que tratar de imitar en la medida de nuestras posibilidades, con la ayuda de Dios. Amor difícil de conseguir porque como dicen, el amor humano está siempre mezclado con algún tipo de interés, y no es nunca completamente desinteresado, un día cierto sacerdote comentaba que incluso una madre, cuando ofrece su vida por un hijo, puede tener alguna traza de amor propio, porque puede hacerlo por un oculto deseo de ser admirada por la gente.

Sin embargo, el amor de Dios nunca tiene ningún rastro de interés, porque si por un mero pensamiento de Dios, la Creación desapareciese, eso no restaría ningún ápice a la Gloria de Dios, por la sencilla razón de que Dios es infinito, y un teorema matemático nos dice que cuando al infinito, se le suma o se le resta la cantidad que se quiera, siempre permanece infinito.

Y cuando se dice que Dios ha hecho a las criaturas para adorarle y para servirle, es una afirmación mal expresada, por las razones expuestas anteriormente, esta expresión que aparecía reflejada en los catecismos antiguos, y que hizo decir a alguien de quien no quiero acordarme, que “Dios era el primer egoísta de la Creación”, está mal formulada: tendría que haberse escrito de otra manera, como por ejemplo: “Dios, que es Amor verdadero, ha creado a las criaturas porque el verdadero Amor consiste siempre en entregarse a los demás, y hacer partícipe de sus bienes al mayor número posible de personas, que son capaces ellas también de amar de sea manera, y que saben agradecer a  su vez esos dones adorándolo y sirviéndolo”.


Lección nocturna de Jesús a Pedro del
 Evangelio como me ha sido revelado
 de María Valtorta

(...) Piensa Simón. ¿Qué bien obtiene Dios de la Creación? ¿Qué beneficio? Ninguno. La Creación no aumenta a Dios, no le santifica, no le enriquece. Dios es infinito. Infinito hubiera sido aunque no hubiera existido la Creación. Pero Dios-Amor quería tener Amor, y creó para tener amor. Solo amor puede obtener Dios de la Creación Dios; y este amor que es inteligente y libre únicamente en los ángeles y hombres. El día en que el gran altar que es la Tierra silenciara las alabanzas y súplicas de amor, la Tierra dejaría de existir, porque, apagado el amor, quedaría apagada la expiación, y la ira de Dios anularía ese infierno terrestre en que se habría convertido la Tierra. 

     La Tierra, pues para existir debe amar. Y también esto: La Tierra debe de ser el Templo que ama y ora con la inteligencia de los hombres. Pero en el Templo, en todo templo, ¿qué víctimas ofrecen? Las puras, las víctimas sin mancha ni tara. Solo estas son gratas al Señor. Ellas y las primicias. Porque al Padre de familia han de dársele las cosas mejores, y a Dios, Padre de la humana familia ha de dársele la primicia de todas las cosas, y las cosas selectas.

     Pero he dicho que la Tierra tiene un doble deber de sacrificio: el de alabanza y el de expiación. Porque la Humanidad que la puebla pecó en los primeros hombres y peca continuamente, añadiendo al pecado de falta de amor a Dios esos otros mil pecados de adherirse a las cosas del Mundo, de la carne y de Satanás. Culpable, culpable Humanidad, que, teniendo la semejanza con Dios, teniendo inteligencia propia y ayuda divinas, es pecadora siempre, y cada vez más. 

     Los astros obedecen, las plantas obedecen, los elementos obedecen, los animales obedecen y, de la forma en que saben hacerlo, alaban al Señor. Los hombres no obedecen ni alaban suficientemente al Señor. He ahí, pues la necesidad de almas holocausto, que amen y expíen por todos: son los niños que pagan, inocentes y sin percatarse, el amargo castigo del dolor por aquellos que lo único que saben hacer es pecar; son los Santos que solícitos, se sacrifican por todos.




Como Yo te amo, como Yo te amo,
olvídate, olvídate,
nadie te amará, nadie te amará, nadie…


     Porque en este mundo, está mezclado el Bien y el mal, o lo que es igual, el verdadero amor y el egoísmo. Muy pocos en este mundo logran tener el Amor que no solo es completamente desinteresado, pero que además, cuando es perfecto, como el que tuvo Jesús y todos los grandes Santos, como lo dice San Juan de la Cruz,, afirma:”Todo lo bueno y dichoso lo quiero para ti, y todo lo malo y dificultoso lo quiero para mí, al contrario del egoísmo, cuyo representante es Satanás, y sus secuaces que dicen: “Todo lo bueno y dichoso lo quiero para mí y todo lo malo y dificultoso lo quiero para ti”

Porque Yo te amo con la fuerza de los
mares, Yo te amo con el ímpetu del viento, Yo…


     Ese Amor de Dios es comparado a la fuerza de los mares, que debido a las fuerzas de las mareas, provocadas por la atracción del sol y de la luna, y que son mayores cuando esos dos astros están en conjunción, es de una fuerza indescriptible que nadie es capaz de controlar.
     Igualmente algo parecido ocurre con el ímpetu de los vientos, que pueden alcanzar fuerzas capaces de arrancar de cuajo árboles centenarios.
   Podemos comparar la acción del sol y de la luna sobre las mareas, a la que ejercen Dios y la Santísima Virgen, y la acción del viento a la del Espíritu Santo, como tantas veces se haya reflejado en las Sagradas Escrituras.

Te amo en la distancia y en el tiempo, Yo
te amo con mi alma y con mi carne Yo,


    Así es el Amor de Cristo a sus elegidos ya que Dios nos ha amado desde la gran  distancia de su Santo Reino y en el tiempo desde toda la eternidad, por la predestinación, estábamos todos los elegidos pasados, presentes y futuros en la mente de Dios.
     Jesús se hizo Carne de la Virgen María y, como verdadero Dios y verdadero Hombre, nos ha amado con toda su alma y su carne, de hijo de hombre, pagando nuestro rescate con su vida y con el sufrimiento de su alma.

Te amo como el niño a su mañana, Yo
te amo como el hombre a su recuerdo, Yo


      El niño desea crecer para alcanzar su misión que es llegar a la madurez y así, cumplir con su deseo que es casi siempre, agradar a sus padres y ser útil a la Sociedad, escogiendo una profesión, para poner en práctica los dones que Dios le ha dado, así unos se dirigen a los trabajos manuales, otros a los intelectuales, y otros a las artes.
    Y el hombre ya formado siempre le queda el recuerdo de su niñez, cuando era feliz en sus juegos y vivía con el cariño de sus padres que le brindaban amor y amistad.
De la misma manera, Jesús nació para cumplir con el deseo de su Padre, también recordó siempre con cariño su niñez y adolescencia en contacto con la Stma. Virgen María y su padre terrenal San José, que siempre recordó, y sobre todo el recuerdo que le trajo el Ángel de la Consolación en el huerto de los olivos, que fue la copa donde estaba toda la multitud de los redimidos por su Sacrificio.

Te amo a puro grito, y en silencio, Yo,
te amo de una forma sobrehumana, Yo…



      Jesús predicaba con autoridad, como ningún Rabí lo había hecho hasta hora, cuando estaba en el Templo, en las sinagogas, en el campo, tenía que ser una voz imponente y sobrecogedora, el último grito fue cuando expiró. Todos esos gritos, eran gritos de amor para que quedase impreas en nuestras mentes su Doctrina, Y Cristo sigue gritando en la Conciencia de las personas, en los gritos de los abandonados, de los enfermos y de los pobres, y seguirá clamando hasta el final de los tiempos también supo estar en silencio ante Pilatos y en el Sanedrín, todo por Amor.
      Y nos amó de una forma sobrehumana, como nunca nadie había amado antes, entregando su vida par el rescate, poniéndose en manos de Satanás para ser ultrajado, escupido, flagelado, coronado de espinas, clavado en la Cruz y abandonado por sus discípulos, ante los ojos de su Madre.
    ¿Quién puede amar así, aceptando esos suplicios, pudiendo fulminar a sus torturadores?

Te amo en la alegría y en el llanto, Yo,
te amo en el peligro y en la calma, Yo…



      Jesús nos amó, nos ama y seguirá amándonos, en la alegría que le causan las almas de los fieles que cumplen con el primer mandamiento que es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo, y también en el llanto que le causa los sufrimientos de la gente que camina hacia su perdición, y para los cuales todos sus sufrimientos habrán sido vanos, y ama a los pecadores para ver si así con su Amor, hace que las almas vuelvan al redil, antes de que sea demasiado tarde.
     Jesús nos amó en los peligros de su vida cuando desde pequeño fue perseguido por Herodes, en su vida pública, perseguido y odiado por los fariseos y los escribas, también nos amó en la calma cuando veía a la pobre gente leprosa, paralítica, ciega y pecadora curada y convertida por el poder de su predicación.

Te amo cuando gritas, cuando callas, Yo,
te amo tanto, yo te amo tanto, Yo…


    Jesús, en este mundo nos va a amar en todas nuestras circunstancias, incluso para las almas que están en pecado mortal.
Según S, Juan de la Cruz, existen tres tipos de presencia de Dios en las almas:

          -La primera presencia es la que sustenta la vida material de la persona, sin ella, ocurriría la muerte inmediata, ya que la vida es un don de Dios, y si ese don se retira, desaparece la vida.
          -La segunda presencia es cuando el alma está en estado de gracia, y ahí mora Dios complacido y agradado, es patente su amor a las almas, es un amor de unión mística que es más o menos profundo según la perfección del alma. Si el hombre muere, irá al purgatorio o al Infierno, según el  Juicio inapelable de Dios.
          -La tercera presencia de Dios en el alma es cuando esta está en pecado mortal, Dios  mora ahí con la primera presencia, pero sigue dándole su amor, no es un amor unitivo, y no mora complacido, pero es un amor de compasión, en donde Dios le sigue comunicando su amor para ver si se arrepiente y vuelve a la Vida. Aquí, si el hombre muere y no se ha arrepentido, no correspondiendo al amor de Dios, su destino final es el Infierno.

     En todos los casos, el día del Juicio particular, Jesús mudará su cayado de Pastor misericordioso de este mundo, que como Él lo dijo no es su Reino, y lo transformará en un cetro de un Rey infinitamente Poderoso e inexorable, donde dará a cada cual su merecido, y este es el error de la Doctrina “descafeínada” que se predica en nuestros días, hacer creer que el que nos juzgará, será el Pastor misericordioso de este mundo.