MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

**
****************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************

rep

miércoles, 26 de octubre de 2016

SAN JUAN DE DIOS LAVA LOS PIES A JESÚS, CREYENDO QUE ERA UN POBRE





El Santo cura de Ars, según lo cuenta Monseñor Trochú en su magistral obra sobre su vida, le gustaba relatar, con abundantes lágrimas en los ojos, en sus lecciones de catecismo, lo que le había ocurrido a San Juan de Dios, cuando le lavaba los pies a un pobre, recogido en las calles de Granada.
Al ver en sus pies las señales del Crucificado, se emocionó tanto que le dijo: ¿Eres tú Jesús?
Al caer enfermo, el Obispo le obligó de ir a casa de una familia muy rica de Granada, casa que se puede visitar como museo, fue muy a pesar suyo, al sentirse morir se puso de rodillas en el suelo, y así lo encontraron muerto.
Pedía limosna para los pobres enfermos, diciendo; "Hacer  el bien a los pobres, es haceros el bien a vosotros".


El pobre rico y el rico pobre

Y es que el pobre no es solo el pobre material, pero es también sobre todo el pobre espiritual. Un pobre material puede alcanzar la Vida eterna, sin duda alguna con más facilidad que un rico millonario. No hay que olvidar, como así lo explica San Juan de la Cruz, que hay pobres materiales, que en el día del Juicio serán juzgados como ricos materiales, porque eran ricos de deseo, y al revés que habrá ricos materiales que serán juzgados como pobres, porque compartieron sus riquezas para aliviar el sufrimiento de los necesitados.

Jesús quiere estar presente sobre todo en los pobres espirituales, que son los más desgraciados, porque no tienen la salvación asegurada, ya que han rechazado las Leyes de Dios, y la voz de su Conciencia, que les repite incesantemente: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a Ti". Son los explotadores de sus semejantes, los usureros, los vividores, los soberbios, que no quieren someterse a ninguna disciplina, y que de seguir así, se vuelven como su siniestro padre Satanás, que dijo: "No serviré", y que se transformó de ángel en demonio. 

Y aquí vemos que este mundo en que vivimos es contrario al Reino de Dios, como dijo San Pablo, la sabiduría de Dios es locura para el mundo, y la sabiduría del mundo es necedad para Dios.

Como afirmó Jesús, cuando curó el ciego de nacimiento: Yo he venido a este mundo para que los ciegos vean, y los que ven queden ciegos.

Y en la Parábola del Rico Epulón y del pobre Lázaro, se ve como los ricos de la Tierra se vuelven pobres y los pobres se vuelven ricos, ya que Epulón fue sepultado en el Infierno, y el Pobre Lázaro fue llevado al seno de Abrahán por los ángeles.



Carta de San Pablo a los Corintios

Hermanos: 
¡Que nadie se engañe! 
Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. 
En efecto, dice la Escritura: El sorprende a los sabios en su propia astucia, y además, el Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos.
En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro.
Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.