MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 5 de diciembre de 2017

EL PODER DE LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA ES LO QUE MANTIENE EL EQUILIBRO DEL MUNDO





LA ORACIÓN DE LAS ALMAS HUMILDES,  CON LA CONTEMPLACIÓN DE JESÚS,
SON LAS ARMAS  MÁS PODEROSAS  CONTRA LAS INSIDIAS
DE SATANÁS, DEL MUNDO Y DE LA CARNE



La oración para que sea eficaz, debe de cumplir ciertas condiciones, en caso contrario será una oración que no dará los frutos esperados.
-Tiene que ser una llamada hecha con el conocimiento perfecto de quien somos y quien es la persona a quien nos dirigimos.
-Somos todos más o menos pecadores es decir, que hemos ofendido, y estamos ofendiendo por error u omisión, en más o menos medida a Dios, por eso, es esencial reconocer este hecho, y hablar con Dios de una manera humilde y con santo temor, que es un don del Espíritu Santo, temor no quiere decir terror, quiere decir que al considerarse como una persona imperfecta, tenemos que pedir con amor suplicante con el alma arrepentida y profunda humildad.

-Nos dirigimos al Ser supremo, Dios Todopoderoso, eterno y Perfecto, de una Sabiduría infinita, que conoce todas nuestras imperfecciones, incluso las faltas más ocultas, al cual como lo dice San Juan de la Cruz, le debemos agradecimiento por habernos creado, y amor eterno por habernos redimido.

La diferencia entre un creyente y un ateo es de una asombrosa, el creyente sabe que está en este mundo de paso, y que existe un mundo mejor en donde ya no hay mentira, odio, rencor, dolor, pena, muerte, enfermedades y vejez, y que todas las desgracias son consecuencia del pecado de Adán.

El ateo cree que este mundo está aquí para disfrutarlo, y que todos los medios son lícitos para conseguirlo, ya que después de la muerte ya no hay nada y todo termina. Como el lujo y el placer de los cinco sentidos corporales, son bienes escasos, a la fuerza el que quiere conseguir esa gula material y espiritual, tiene que pisotear a los demás, y provocar la desgracia de sus semejantes más débiles.

El creyente, con la ayuda de Dios, obtenida por una perfecta oración, y sobre todo una profunda humildad, puede conseguir, y consigue de Dios restablecer el equilibrio, y evita que castigue con más severidad a los que incumplen su Ley. El día que no existan estas almas que rezan por sus hermanos, y que piden perdón a Dios por sus pecados y los de la humanidad, la Tierra no tendrá razón de existir, es lo que ocurrió con el diluvio y con Sodoma y Gomorra,  y es lo que ocurrirá con la venida del Anticristo, será la intervención directa de Dios para destruir este mundo, y sepultar eternamente a Satanás y a todos sus seguidores en las Tinieblas.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(16 de Marzo de 1.944)

Jesús me dice que escriba también esas palabras sobre la función de ciertas almas en el mundo. Lo hago aunque, por estar tan débil y atormentada, me da vueltas la cabeza como una perinola.
¿Has comprendido ahora el por qué de los conventos de clausura y su razón de ser?
No todos tienen tiempo de rezar, visto que están tan empeñados en la vida activa. Es verdad que la actividad honesta es ya plegaria y por eso, los que rezan mientras trabajan están justificados. Más son muchas las necesidades del hombre, y son muchos los hombres que no rezan en absoluto. Los que viven en el claustro, rezan por todos los que no quieren o no pueden rezar, de modo que cada día aporte ese número de homenajes que requiere la Divinidad (pensad que en el Cielo no existen pausas para el gloria a Dios). Le rezan a Dios para honrarle, le rezan para aplacarle, le rezan para impetrarle. Son los brazos que están alzados sobre los que combaten, y piden para todos.

Tú, en tu casa, eres la pequeña enclaustrada que reza por todos. Más tu caridad debe ser vasta como el mundo. Más aún debe de ser vasta como toda la Creación, debe invadir también el Cielo. O mejor, debe comenzar con él. Rezar para elevar alabanzas y ofrecer reparaciones a Dios, que es insultado por tantos seres.

-Rezar por quien no reza.
-Rezar por la Iglesia.
-Rezar por el Sacerdocio que, si no vuelve a ostentar el esplendor de un mártir como Lorenzo, os hará cada vez más propensos a la idolatría.
-Rezar por la sociedad humana, para que venga a Dios si quiere salvarse.
-Rezar por la Patria, para que goce de paz y bien.
-Rezar por quien sufre, por quien tiene hambre, por quien no tiene un techo.
-Rezar por quien duda y se siente aferrar por la desesperación.
-Rezar, rezar, rezar.
-Por último rezar por ti.

No tengáis temor. Si vosotros que rezáis por todos, si no rezáis por vosotros, rezo Yo por vosotros al Padre.  Quedaos tranquilos.

Las almas que oran en el mundo, las que saben convertir su enfermedad, no en un ocio forzado, sino en una actividad santa, son las pequeñas clausuras que Yo desparramo en el mundo como flores, para ayudar a las grandes clausuras y para aplacar al Padre y llevar alivio a la humanidad con esta suma de incansables plegarias.







lunes, 4 de diciembre de 2017

SEÑOR, YO NO SOY DIGNO QUE ENTRES EN MI CASA, PERO DÍ UNA PALABRA TUYA Y MI ALMA SERÁ SALVA


IMAGEN DE UN CENTURIÓN ROMANO





San Pablo a Timoteo 1 2,1-8.

Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. 
Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. 
Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento. 
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones. 

En los diez grados de la escala mística para alcanzar a Dios, según San Bernardo y Santo Tomás y comentada por San Juan de la Cruz, el santo Doctor de la Iglesia explica que cuando el alma esposa ha alcanzado el segundo grado, en cada momento de su vida, cuando duerme, cuando se despierta, cuando trabaja, cuando come, siempre, en cualquier momento y ocasión está pensando en su Divino Esposo que es Cristo Jesús.

[...] Aquí en este grado, tan solícita anda el alma, que en todas las cosas busca el Amado; en todo cuanto piensa, luego piensa en el amado; en cuanto habla, en cuantos negocios se ofrecen, luego es hablar y tratar del amado; cuando come, cuando duerme, cuando vela, cuando hace cualquier cosa, todo su cuidado es en el Amado [...]

El alma aunque esté completamente retirada del mundo, hace más provecho a la Iglesia que mucha gente predicando: Es lo que ocurrió con Moisés, que retirado del combate en una cumbre, levantando los brazos al cielo, logró la victoria contra los amalacitas implorando a Dios, y logró detener el sol para que la Victoria de Josué fuera completa.




 Salmo 28 (27), 2.7.8-9.


Oye la voz de mi plegaria, 
cuando clamo hacia ti, 
cuando elevo mis manos hacia tu Santuario.
el Señor es mi fuerza y mi escudo, 

mi corazón confía en él. 
Mi corazón se alegra porque recibí su ayuda: 
por eso le daré gracias con mi canto.
El Señor es la fuerza de su pueblo, 

el baluarte de salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; 
apaciéntalos y sé su guía para siempre.



Cuando el alma ha llegado a ese grado de Amor, todo son alabanzas a Dios, acciones de gracias y alegría del corazón, por la presencia de Dios en su alma que le comunica poco a poco su misma esencia hasta que el último grado que ya no es de este mundo, el alma se transforma en Dios por posesión perpetua y total de su misma esencia.



EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 7, 1-10.

Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. 
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". 

Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. 
Porque yo que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace". 
Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe" .Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.


Estamos en presencia de uno de los momentos más trascendentales del Evangelio, cuyas palabras se oirán en cada misa hasta el fin del mundo: "Señor, yo no soy digno que entres en mi casa, pero di una palabra tuya, y mi alma será sana".

Se trata de un alma humilde, que es el ejemplo del verdadero creyente, sabe reconocer el poder de Dios, porque tiene grabado en su alma como se ejerce la verdadera caridad, sin haber visto ningún milagro de Jesús, cree en Él, ya que para el verdadero creyente no se necesitan milagros y para el que no cree los milagros son inútiles, como dijo Santa Bernardita, que es lo que ocurría con los Fariseos. Creo que este centurión romano es una prefigura de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Este centurión es de una humildad tan grande que se encuentra indigno de recibir a Jesús, es lo contrario de los iluminados, que se creen enviados y buscan afanosamente las alabanzas de los hombres, como los Fariseos y mucha gente de hoy que les gusta firmar autógrafos y recibir alabanzas públicas y aclamaciones, son los que serán rechazados el día del Juicio aunque hayan predicado en las plazas, y hasta expulsado demonios, como dice Jesús en el Evangelio, porque todo lo han hecho para recibir alabanzas.











Primer Domingo de Adviento - 3 de diciembre de 2017 - 11:00 AM






PRIMERA MISA DE ADVIENTO, CELEBRADA POR EL PADRE WILLIE PEÑA EN SAN JUAN, LA CAPITAL DE LA ISLA DE PUERTO RICO, QUE HA QUEDADO ARRASADA POR EL HURACÁN MARÍA.
MUY ACERTAD DIÁLOGO, QUE VERSA DE UNA MANERA ADMIRABLE SOBRE LA MENTALIDAD ACTUAL EN EL MUNDO, QUE SE HA OLVIDADO DE DIOS, CANSADO DE AVANZAR EN LA PERFECCIÓN QUE ES NECESARIA PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA.
SE HACE HINCAPIÉ EN LA ENFERMEDAD MÁS COMÚN DE HOY ES LA DEPRESIÓN, QUE SE PRODUCE PORQUE EL HOMBRE HA PERDIDO LA ESPERANZA EN DIOS, ENTREGÁNDOSE AL MUNDO, REGIDO POR EL ENEMIGO DE DIOS ALIADO A  LA ENTREGA A LOS PLACERES DEL MUNDO Y DE LA CARNE, QUE NO ALIMENTAN EL ALMA QUE HA SIDO CREADA POR LLENAR DE DIOS SUS TRES POTENCIAS DEL ALMA QUE SON LA MEMORIA, EL ENTENDIMIENTO Y LA VOLUNTAD.

DIOS QUIERE DE LOS CREYENTES, QUE LE ENTREGUEN TODA SU VIDA, QUIERE OFRENDAS Y VÍCTIMAS PERFECTAS, YA QUE SIN ESA PERFECCIÓN NO PODEMOS VER A DIOS QUE EN ESTE MUNDO SE VE COMO EN UN ESPEJO QUE ESTÁ APAGADO POR EL VAHO DEL HUMO DE SATANÁS, POR LAS MANCHAS DEL PECADO, Y LAS GRIETAS DEL CRISTAL QUE SE HAN PRODUCIDO POR EL RECHAZO DE LA ESPERANZA EN DIOS, AL CUAL LE DEBEMOS TODO LO QUE TENEMOS, Y QUE NO ES NUESTRO, PORQUE TODO NOS HA SIDO ENTREGADO POR DIOS Y TENDREMOS QUE RENDIR CUENTAS EL DÍA DEL JUICIO, DEL USO QUE HEMOS HECHO DE ELLOS.








domingo, 3 de diciembre de 2017

LA OBEDIENCIA, FRUTO DE LA HUMILDAD, ES LA QUE NOS HARÁ HIJOS DE DIOS. TERRIBLES PALABRAS DE JESÚS PARA LOS IMPÍOS, QUE HAN ABANDONADO A DIOS PARA ENTREGARSE AL MUNDO



JESÚS, QUE ERA DIOS ENCARNADO, MARÍA LA
 CRIATURA MÁS PERFECTA DE LA CREACIÓN,
OBEDECÍAN A SAN JOSÉ





Dijo Jesús que el que no es como un niño, no entrará en el Reino de los Cielos, lo que caracteriza un niño es la obediencia hacia sus padres, porque sabe que tiene que aprender de ellos, ya que para él, tienen un conocimiento perfecto de la vida, y que les debe todo, el alimento, el vestido, y el cariño que recibe. Sus padres le han enseñado que para salir adelante en la vida, tiene que obedecer y que a veces si recibe una reprimenda, proporcional a la falta, es por su propio bien y por eso, nunca les guarda rencor, muy al contrario les ama con todo su cariño.
La mayoría de los niños que no han querido obedecer, de mayores han vivido una vida cargada de dificultades y de sufrimientos, ya que una persona que en su juventud ha sido desobediente, nunca podrá doblegarse ante todas las obligaciones de la vida, será una persona rebelde a todas las leyes que impone la sociedad, y lo que es peor a las Leyes espirituales, y por ello, será un desgraciado en esta vida y un réprobo en la eternidad.


De los Cuadernos de María Valtorta
(16 de Marzo de 1.944, en plena 2ª  guerra mundial)
  

Hebreos 5, 7.8.12.14; 6, 1.4.6.8.
Dice Jesús:

“Quiero que tú y muchos otros consideréis una virtud de la que os ha derivado un gran bien, el bien más grande, así como su contrario os ha venido un gran mal, el mal mayor: Ya te he hablado de ello, más tu sufrimiento no te ha hecho recordar las palabras. Te las repito porque me urge que las conozcáis.
Dado que os amaba infinitamente, Yo quise ser vuestro Redentor. Más no lo fui únicamente por la Sabiduría, ni por la potencia, ni por la Caridad. Estas son tres características, tres dotes divinos, y los tres obraron en la Redención del Género humano, pues os instruyeron, os conmovieron con milagros, os redimieron con el Sacrificio.
Más, Yo era el Hombre. Y por serlo, debía poseer esa virtud cuya pérdida había perdido el hombre, y redimiros con ella. El hombre se había perdido por haber desobedecido al deseo de Dios. Yo, el Hombre, he debido salvaros obedeciendo al deseo de Dios.

Dice Pablo que Yo, “tras haber ofrecido, en los días de mi vida mortal, plegarias y súplicas con fuertes gritos y con lágrimas, para salvar al hombre de la muerte espiritual, fui escuchado por mi reverencia”. Y agrega que, habiendo alcanzado la perfección porque había aprendido (o sea, porque había cumplido con obediencia), me convertí en la causa de Salvación eterna para todos los que me obedecen.

Por lo tanto, Pablo dice: - con palabras que el Espíritu hace verdaderas – que Yo, el hijo de Dios hecho Hombre, alcancé la perfección por medio de la obediencia y pude ser Redentor gracias a ella. Yo, el Hijo de Dios alcancé la perfección con la obediencia. Yo redimí con la obediencia.
Si meditáis profundamente acerca de esta verdad, tenéis sentir lo que siente el que está solo sobre una elevada ensenada marina y, desde allí mira fijamente la profundidad y la inmensidad del mar y le parece hundirse en ese abismo líquido del que no conoce ni la profundidad ni los confines.

¡Es la obediencia! Es ese mar ilimitado y abismal en el que me sumergí antes que vosotros para volver a la Luz a los que habían naufragado en la culpa. Es el mar en el que tendrían que sumergirse todos los verdaderos hijos de Dios para ser redentores de sí mismos y de sus hermanos. Es el mar que no tiene solamente grandes profundidades y grandes olas, sino también playas bajas y pequeñas olas que parecen bromear con la arena de la orilla, esas olitas que tanto le gustan a los niños, que juegan con ellas.
La obediencia no está hecha solamente de horas excelsas en las que obedecer significa morir como hice Yo, en las que obedecer significa arrancarse del lado de una Madre como hice Yo, en las que obedecer significa renunciar a la propia morada como hice Yo, al dejar el Cielo por vosotros. La obediencia está hecha también de cosas minúsculas de cada hora, que van cumpliéndose  sin refunfuños, a medida que se presentan.

¿Qué es el viento? ¿Es siempre un torbellino que inclina la cima de los árboles seculares y la dobla, la quiebra, la echa al suelo? No, no solo es eso. También es viento, cuando con mayor levedad, que una caricia materna, peina las hierbas del prado y el trigo en el que brotan los retoños y a penas los hace ondular, como si la cima de sus verdes tallos se estremeciera de alegría al ser rozados por esa brisa ligera. Las pequeñas cosas son la brisa ligera de la obediencia. ¡Son pequeñas, pero cuanto bien hacen!

Ahora es primavera. ¡Qué dulce sería esta estación, si la sangre no la manchara! Las plantas, que saben amar y obedecer al Creador, están poniéndose atavíos hechos de esmeralda y se engalanan con flores como una novia. Los prados parecen un encaje, un terciopelo bordado de flores y los bosques muestran su felpa perfumada bajo una bóveda de cimas verdes y sonoras. Más, si no existieran los tenues vientos de abril y también las alocadas ráfagas de Marzo, ¡cuántas flores quedarían sin fecundar y cuantos prados sin agua! Por lo tanto, las flores y las hierbas habrían nacido para morir sin una finalidad. El viento empuja a las nubes, y de este modo, riega flores e hierbas; el viento hace que las flores se besen – lleva a las plantas lejanas el beso de las otras, igualmente lejanas – y en su alegre carrera de ramo en ramo, de árbol en árbol, de huerto en huerto, fecunda y hace que esas flores se conviertan en fruto.
También la menuda obediencia a todas las cosas que Dios os presenta a través de los acontecimientos del día, hace lo que el viento con las plantas y las hierbas de los prados y huertas. De vosotros, que sois flores, hace frutos, frutos de vida eterna.

¡Bienaventurados los que, atrapados en el torbellino del Amor y de su amor, cumplen el sacrificio total de sí mismos, los pequeños redentores que me perpetúan y que llegan a la obediencia suprema al beber de mi mismo cáliz de dolor! Más, bienaventurados también los que, aún sin tener el coraje de decirle al torbellino de Amor: “Te amo; heme aquí, tómame”, saben doblarse al viento leve del Amor, del Amor que sabe graduar las fuerzas del hombre, su hijo, y dar a cada uno esa presión determinada que es capaz de soportar.

¡Oh, hijos!, os parece que la prueba es muchas veces superior a vuestra fuerza. Y nunca como ahora os parece que es así. Pero os sucede porque os empecináis, porque sois soberbios y desconfiados. Queréis obrar por vosotros mismos y no os abandonáis en Mí. No soy un verdugo. Soy el que os ama. Soy un Padre bueno. Y si no puedo anular la Justicia, al menos aumento, para compensar, la Misericordia. Y la aumento tanto más, cuando más crece la necesidad de Justicia, debido a la marea de delitos, de blasfemias, de desobediencias a la Ley, que inunda la Tierra.

Naufragáis en esa marea. Naufragáis los inocentes, los casi inocentes, los culpables, los grandes culpables, Más, si para estos últimos, la profundidad del naufragio estará en las profundidades de Satanás (y esto, ya en vida porque, aunque finjan vivir en paz, están destruidos por una conciencia que les acosa y no lo deja en paz), para las dos otras categorías esa profundidad estará en mi Misericordia, está en ella para los que son casi inocentes y está en mi Corazón para los inocentes. Más como Misericordia y Corazón, ya son Cielo, para estos, tras los consuelos que no les niego en la Tierra – como tú sabes - , ya está preparado el Cielo.

También le dije otra cosa a tu espíritu, y tu espíritu no pudo hacérsela escribir a tu carne agotada; te la repito ahora.
En toda esta enseñanza mía, no hay lección o visión que os haya dado sin seguir un diseño educativo mío, que no comprendéis o que comprendéis con atraso y de modo parcial. Si meditarais con la lucidez de la intuición, veríais que las lecciones que os doy por medio de los dictados o las contemplaciones del portavoz, están relacionados siempre con hechos que están a punto de producirse. Lo hago para daros una ayuda sobrenatural. Suponiendo que el mundo no se degrade total y bestialmente, estas páginas harán mucho bien a las almas también en el futuro, porque contienen enseñanzas  de Ciencia eterna; más, para vosotros que vivís en esta hora fatal, son también una guía y consuelo en las horas que estáis viviendo.

También vosotros, como los primeros cristianos de Pablo, “os habéis hecho algo débiles en entender… y aún tenéis necesidad de nuevo, que os enseñen los primeros rudimentos de la palabra de Dios, y estáis obligados a alimentaros con leche y no con un alimento sólido”. Os habéis vuelto niños, pero no lo sois por la inocencia y la ingenuidad, no lo sois por la fe segura, sino por vuestra incapacidad de caminar en la fe y de comprender sus verdades.

¡Habéis retrocedido tanto! Las palabras de la Justicia son solo un sonido que resuena en vuestro oído y, a veces ni siquiera lo percibís. No es para vosotros alimento de Vida. No puede serlo, porque no lo asimiláis. Por vuestra culpable indiferencia, por vuestra culpable simpatía hacia la culpa, vuestro espíritu está atacado de infantilismo y ya no posee ese zumo que lo hace capaz de convertir en propia nutrición el alimento robusto de los adultos en la fe. O no tenéis religión, o tenéis una religión que consiste en una coreografía de formalidades y sentimentalismo.

Más, ¿sabéis qué quiere decir: “Religión”? Quiere decir seguir a Dios y su Ley; no es solo cantar bellos himnos, hacer bellas procesiones o bellas funciones religiosas, concurrir a prédicas elegantes, ser el miembro A o B de una determinada asociación. Todas estas son cosas que estimulan  vuestro sentimiento, y nada más. Religión quiere decir hacer del hombre-animal el hombre semi-Dios. A través de la Religión  es necesario anular la animalidad en sus muy variadas formas, que van de la carne al pensamiento.
¡Abajo la gula!
¡Abajo la lujuria!
¡Fuera la avaricia!
¡Abajo la apatía!
¡Que se mate a la mentira y a la soberbia!

Sed castos, caritativos, humildes, honestos; en fin, sed como Dios quiere y como Yo os he enseñado a ser. Entonces seréis adultos en la religión, en la fe; seréis hombres verdaderamente formados que “tenéis aleccionadas vuestras facultades al discernimiento del bien y del mal por la práctica”.

Por este motivo, dejo de lado las enseñanzas elementales y vengo a instruiros sobre lo más perfecto, porque quiero llevaros a ese nivel.
Seréis pocos. Se tratará solo de los que tienen sed de justicia, sed de Verdad, sed de Saber. Más a estos, mis bienaventurados, les doy un pan que les ayuda a gustar cada vez más el otro Pan, que soy Yo Eucaristía. También en mi vida pública hice preceder el Pan de la Palabra al Pan del Sacramento, pues Aquel siempre debe preparar para Este. La iglesia docente existe para eso, para perpetuar mi ministerio de Maestro y haceros capaces de extraer del Sacramento el máximo poder vital.

Más ¡Ay de quienes, tras haber sido iluminados, prefieren volver a las tinieblas! ¡Ay de los que, tras haber saboreado el alimento celestial, prefieren los bocados de Satanás! ¡Ay de los que, luego que el Espíritu Santo les dio la conciencia de la Verdad, volvieron a ser brutos, deshonrándose a sí mismos! No es posible que tras haber precipitado, vuelvan por penitencia.

Pues, si es verdad que Yo concedo abundantemente mi perdón a la debilidad del hombre, soy inexorable con quien quiere permanecer en el Mal, tras haber elegido el Mal, espontáneamente, como propio rey.

Y vosotros, a quienes hago gustar la dulzura de la palabra de Dios, que se difunde nuevamente para hacer frente a la excesiva mudez sacerdotal, a la excesiva ceniza tibia, cuando tendría que ser fuego vivo, que se difunde para neutralizar en mis noveles discípulos el veneno de Satanás, que circula por la Tierra; vosotros, por quien levanto los velos que ocultan los secretos de mi jornada humana y los misterios del siglo futuro, vosotros, sed dignos de tal don. Convertíos en espigas lozanas y no en árida paja, lista para el fuego. Seréis espigas para el trigo eterno. Renaceréis en el Cielo.

¡Oh, la alegría de estar fuera del mundo, la alegría de estar donde está Dios! Cuando exhalé mi Espíritu y pude volver a ver al Padre, experimenté una beatitud como no la había experimentado nunca en toda la eternidad. Y aún perdura porque ahora sé que quiere decir estar separado del Cielo, estar separado de Dios. Sufrí en Mí todas las experiencias para poder defenderos ante el Altísimo. Más en verdad os digo que mi misma bienaventuranza será la vuestra cuando estéis aquí, fuera del exilio, conmigo, junto al Padre, en la Patria del Amor.

¡Oh, hijos, estaréis en la Patria del Amor, allí donde no hay más odio ni delitos, donde no hay más llanto y terror”.












domingo, 26 de noviembre de 2017

LA FALTA DE CONFIANZA EN DIOS, FRUTO DE LA SOBERBIA, ES LA CAUSANTE DE TODAS LAS DESGRACIAS DE LA HUMANIDAD.





ESTAMOS EN ESTE MUNDO PARA  SER EXAMINADOS ESCUPULOSAMENTE
PARA VER SI SOMOS MERECEDORES DE SER
HIJOS Y HEREDEROS DE DIOS


Dios ha creado al hombre en el jardín del Edén, y él y su descendencia hubieran permanecido felices como los niños inocentes, que encuentran su alegría en la contemplación de todo lo creado, no odiando, ni guardando rencor a nadie, e ignorando la maldad. Pero el hombre ha desobedecido y quiso probar la droga ofrecida por Satanás para ser igual a Dios. Y conoció el pecado, que es dulce al paladar, pero amargo al espíritu, ya que se hace esclavo de él, y se olvida de Dios, perdiendo su filiación divina. Por eso dijo Jesús que el que siga sus mandamientos será libre, lo que escandalizó a los Fariseos, que se tomaban por los santos de Yahvé, Jesús les dijo entonces que los que se entregan a todos los apetitos del mundo, son esclavos del pecado. San Juan de la Cruz explica que satisfacer sus apetitos, es echar cada vez más leña al fuego, y aún peor ya que el fuego se apaga cuando no lo alimentan, mientras que el deseo crece más y más cuando no se le da lo que desea, es lo que ocurre con todos los vicios, como la Lujuria, la Soberbia, el alcohol y las drogas.

Al abandonar la Ley, la Gracia de Dios disminuye en él y el hombre pierde su inocencia primitiva. Poco a poco, se opera una transformación en el alma del hombre, y el ser creado por Dios perfecto y hermoso, degenera y se transforma en un ser imperfecto y feo. Es lo que le ocurrió a Lucifer que se transformó de Arcángel hermoso y admirado, en un demonio horrendo y despreciable.

De los Cuadernos de María Valtorta
(11-12-1.943)

Dice Jesús:
“Cuando el Creador creó la Tierra. La sacó de la nada uniendo el gas del éter ya creado y convertido en firmamento, en una masa que rotando, se solidificó como una avalancha meteórica que crecía cada vez más alrededor de un núcleo primitivo.
También vuestra negación (llamo negación a la Ciencia que quiere dar explicaciones negando a Dios) admite la fuerza centrípeta que permite a un cuerpo rotar sin perder parte de sí, sino al contrario, atrayendo todas las partes hacia su centro. Tenéis las máquinas, que aunque sean grandiosas, repiten de manera microscópica la potencia centrípeta creada por Dios para crear los mundos y obligarles a girar alrededor del sol, eje fijo, sin precipitar fuera de las vías celestes señaladas para ellos, turbando el orden creador y provocando cataclismos de una destrucción incalculable.

La Tierra, creándose así en su carrera de proyectil nebular que se solidifica atravesando los espacios, por fuerza tuvo que raptar de estos, emanaciones y elementos procedentes de otras fuentes, los cuales y las cuales han permanecido encerrados en ella bajo forma de fuegos volcánicos, azufre, aguas y distintos minerales, que afloran a su superficie testimoniando su existencia y los misterios, que con toda vuestra ciencia, no lográis explicar con su exacta verdad, de la Tierra, planeta creado por Dios, mi Padre.
¡Cuántas fuerzas buenas ignoráis aún vosotros que sois maestros en descubrir y utilizar las fuerzas malvadas! Estas últimas, las pedís al Mal, y él os las enseña para convertiros en sus torturadores y torturadores de vuestros semejantes en su nombre y a su servicio. Pero no pedís al Bien las fuerzas buenas, que os enseñaría paternalmente como enseñó a los primeros hombres, que también eran culpables y estaban condenados por Él, los medios de existencia terrena y los modos para usarlos.

Hay fuentes benéficas y jugos saludables que ignoráis aún y que os sería muy útil conocer. Y no solo: hay algunos que conocéis pero que no queréis utilizar, prefiriendo otros, verdaderas drogas de infierno, que os destrozan el alma y el cuerpo.

¿Cesan por eso acaso de existir, esas fuentes, cuyas gotas son sales disueltas, arrebatadas a los minerales encerrados en el seno de vuestro planeta y que afloran por estratos y venas del suelo hasta  la superficie, glaciales o hirviendo, insípidas, incoloras, inodoras, o con sabor, color, olor sensible para vuestros sentidos? No. Estas continúan creándose, como la sangre de vuestro cuerpo, en el interior de la Tierra, por un proceso de asimilación y de transformación continua, como la del alimento que se hace sangre en vuestro organismo, nutriendo los tejidos y las médulas, los órganos y las células, que después son productoras de la sangre. Continúan rezumando así como el sudor que sigue apareciendo a través de los tejidos. Ellas obedecen. Cuando eso dejara de producirse, se producirán explosiones terrestres y la Tierra, como una caldera sin orificios, explotaría causándoos la muerte.
María, Yo quiero que tú seas como una de esas fuentes.
Yo te nutro por un proceso de asimilación conmigo, querido por mi Bondad. Pero tú, sin preocuparte de si los enfermos de espíritu vienen o no a ti, para beber lo que brota, que es mi Palabra, debes seguir con tu misión de fuente, que se colma y se deja sacar agua, y si no sacan agua aquéllos para los que se ofreció especialmente y que deberían hacerlo, más porque no la consideran saludable y santa, se desborda, y se benefician solo aquellos que casualmente entran en contacto con ella.

Yo alimentaré siempre en ti la fuente de mi Palabra. Me basta con que me des amor, humildad, voluntad, espíritu de sacrificio, pero si tienes el amor, lo tienes todo, porque este es el genera a todas las virtudes.

El que ama es humilde con el Amado en que ve toda la Perfección. Quien ama es solícito para satisfacer el Amado. Quien ama no siente repugnancia ante el sacrificio, si este sacrificio puede servir al Amado. Esto vale también para los valores humanos. Se centuplica cuando el Amor es sobrehumano.

Y tú que ya conoces el fruto de la humildad y del sacrificio, dos potentes imanes que me atraen con todos mis dones espirituales, aumenta hasta la anulación y hasta el delirio la humildad y el sacrificio.

¡Vivan las víctimas enloquecidas por el divino Amor, arrebatadas en él, los vencedores del mundo que lo ponen bajo sus pies, y los conquistadores de Dios, de Cristo, Víctima suprema!


ORACIÓN DE LA VIRGEN AL VERBO

¡Oh santa Palabra! Don entregado a los predilectos de Dios, vestidura de fuego que ciñes de esplendores, vida que te haces Vida de aquellos a quienes te das, que Tú seas cada vez más amada con ardor y humildad.
Obra en estos hijos tuyos y de María, a los que ella tomó por suyos al pie de la Cruz para consuelo de su Corazón de Madre a la que le mataron su Hijo adorado, y para gloria de tu divino Corazón ¡oh, Palabra santísima de mi Dios y Señor!
Condúcelos hasta tu Corazón y hasta el Corazón Inmaculado de tu Madre, en el que Tú dormiste de Niño y te posaste después de muerto, en el que aún quedan gotitas de tu Sangre y de su llanto materno, para que, a su contacto, desaparezca cuanto les queda de humano y, resplandecientes con tu Luz, entren contigo en la Ciudad en la que todo es eterna perfección y donde Tú reinas y reinarás, Hijo santo de Dios, encarnada Palabra del Padre.





sábado, 25 de noviembre de 2017

MUCHA GENTE, COMO ESAÚ, HA VENDIDO SU PRIMOGENITURA POR UN PLATO DE LENTEJAS, ES LO QUE HACEN HOY DÍA LOS QUE SE HAN APARTADO DE LA LEY DE JESÚS.


Gracias, Señor por tanto Amor
para tus hijos.






Dice San Juan de la Cruz que, cuando Dios en la contemplación mística, visita el alma, a esta le parece que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella, y que la trata con una deferencia y un Amor tan grandes, como si ella fuera la única Criatura de la Creación.

También dice que, por habernos creado, le debemos profundo agradecimiento, y por habernos redimido, le debemos amor eterno.

¿Cómo puede ser posible que Jesús, que ha entregado todo lo que tenía en la Tierra, que no es su Reino, incluso su propia Vida, de una manera completamente desinteresada, pidiendo solo nuestro amor, para darnos las riquezas inconmensurables y eternas del Cielo, tenga menos seguidores que Satanás, que no ha entregado ni un solo pelo de su rabo, de una manera completamente interesada, para que seamos sus esclavos en esta Tierra y desgraciados por toda la eternidad?

¡Para colmo, amando a Jesús, y siguiendo sus mandamientos, somos mucho más felices en esta Tierra que los seguidores de Satanás, ya que en este mundo, ellos nunca podrán tener una satisfacción plena, porque todo es un espejismo, estando este mundo y todos los hombres en continua agonía. Porque estamos todos subidos en un tren que no para y que nos conduce a la muerte del cuerpo, ya que más tarde o más temprano todo morirá. Los que hemos seguido a Jesús resucitaremos con Él. Los otros se hundirán en el Abismo con su siniestro amo.

Esto me recuerda la famosa historia del que telefoneó por error a una funeraria, preguntando si había llegado cierta persona, le contestaron que todavía no, pero que no se preocupara, que tarde o temprano, es seguro que vendría.





martes, 21 de noviembre de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS PALABRAS DEL PROFETA BARUC, DENUNCIANDO LA RELAJACIÓN MORAL Y EL OLVIDO DE DIOS, PALABRAS MÁS ACTUALES QUE NUNCA.



El Evangelio, que es Palabra de Dios, y el ejemplo del sublime Redentor
han predicado a  la Ley de una manera inequivoca, hoy día muchos
se esfuerzan en tratar de reinterpretarla.



Profeta Baruc 1, 15-22.


Ustedes dirán: Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy; vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres.
Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.
Nosotros decimos hoy: a Jesús, nuestro Dios que murió, padeció, sufrió rechazo y fue crucificado, pertenece a la Justicia que se verá reflejada en el Juicio final; ya que gracias a su Misericordia, en este mundo nos muestra su bondad, para así tratar de cambiar la conducta de los que se han apartado de la Ley. 
Sin embargo, esta bondad y amor de Dios hacia la humanidad, no está dando sus frutos, ya que del tiempo del Profeta Baruc, la gente, los reyes y los sacerdotes se avergonzaban de sus pecados, y ahora cunde el relativismo y el supuesto racionalismo, que ha puesto en plan de igualdad al pecado y a la Virtud, es decir a Dios y Satanás, haciendo suya la mentalidad de Lucifer que se quiere poner a la altura de Dios.

Desgraciadamente ese amor de Jesús a la humanidad, no ha sido correspondido par la gran mayoría de la gente,  hace 50 años, todos los pecados como el aborto, la drogadicción, el divorcio, las relaciones homosexuales, el abandono del sacerdocio, estaban mal vistos por la Sociedad, que se avergonzaba de estos hechos. Satanás ha conseguido darle la vuelta a este estado de cosas: su táctica es siempre la misma, como lo explica San Juan de la Cruz, empieza proclamando una gran verdad, ya que sabe que el mal conocido nunca será admitido, y como la aguja que penetra en la tela introduce después el hilo de la mentira. Dios es amor, y todos somos hijos suyos, es la aguja de la verdad, que ha permitido introducir el hilo de la mentira: todo es relativo, el pecado si existe, es una cosa natural ya que Dios no lo castiga, transformando así a Dios en un ser tolerante e indiferente ante el vicio y el pecado, por consiguiente, como dijo el Arzobispo presidente de la conferencia episcopal alemana, Dios no ha venido a redimirnos, ¡Pero ha venido para enseñarnos como nos tenemos que comportar ante el sufrimiento! 

"¡Os tenemos que pedir perdón, porque nosotros los curas hemos inventado el Infierno!", como oímos mi mujer y yo mismo en una misa de Navidad concelebrada y repleta de gente en el centro de Granada, de la boca del celebrante, que subió el niño Jesús al altar debajo del brazo como si fuera una maleta. Siempre he pensado que si en el público asistente a la Misa, alguien estuviese hundido en el pecado mortal, nunca se levantaría si Dios no lo remediara. En ese caso, la responsabilidad sería de ese sacerdote. 

como nos afirmó impasible el Señor Arzobispo: "El Infierno está vacío, porque todos somos hijos suyos, y Dios no puede mandar a sus hijos al Infierno eterno"(sic), citándole la parábola del rico Epulón y del Pobre Lázaro, me dijo que eso eran interpretaciones mías, me quedé tan sorprendido, que se me olvidó decirle, que eso era también la interpretación de todos los grandes santos, también me dijo que no quería saber nada de exorcismos, ya que eso era meter miedo a la gente.

Lo mismo me dijo cierto Párroco de un pueblo, afirmándome que era experto en psicología, y que todos los efectos que se producen en los exorcismos ¡Son debidos al efecto placebo! Se ve claramente, que ese pobre sacerdote nunca asistió a ningún exorcismo, y me vienen a la mente todos los numerosos exorcismos en donde estuve ayudando al padre Fortea, en Nuestra Señora de Zulema (Alcalá de Henares). 

Sigue el Profeta Baruc

Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz.
Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, tu servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy.
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que él nos envió.
Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.
Con estas palabras del Profeta, queda perfectamente descrita la mentalidad de muchos de los miembros de la Iglesia de Dios, ya que si antiguamente los Profetas eran los que denunciaban a los responsables sus errores y Dios les avisaba cuando se apartaban del camino, ahora esa misión la han realizado los grandes Santos y Doctores de la Iglesia, como San Juan de la Cruz, el Santo Cura de Ars, y más recientemente el Padre Pío de Pietrelcina, y tantos santos ocultos, como son todas las personas que han conservado su fe, heredada de sus antepasados, y llevan una vida ejemplar, que no tiene absolutamente nada que ver con la mentalidad de tantos teólogos y sacerdotes, que están predicando con sus palabras y su ejemplo, una doctrina perversa.








lunes, 20 de noviembre de 2017

JESÚS HA FIRMADO CON SU SANGRE EL PACTO DE LA ALIANZA ENTRE DIOS Y TODA LA HUMANIDAD


DIOS PADRE NOS HA ENTREGADO A SU BIEN MÁS
PRECIADO QUE ES SU ÚNICO HIJO JESÚS.

Dios Padre da una sublime y dura reprimenda a toda la Humanidad porque no ha sabido corresponder a todos los sufrimientos físicos y sobre todo morales que Jesús ha padecido en la Tierra. Según lo que afirmó Jesús en sus dictados, es seguro que hay millones de mundos habitados con seres mejores que el nuestro,  que solo podremos contemplar en el Cielo con la visión intelectual de Dios.

Parece ser que en esos mundos no ha habido pecado original, lo que trajo en la Tierra desgracias que hemos padecido, padecemos y seguiremos padeciendo hasta el fin del mundo. Y por esa razón los seres extraterrestres, están en contacto con Dios como está relatado en el Génesis, y no conocerán la muerte, ya que ascenderán al Cielo como la Stma Virgen María y por eso tienen que conocer la calamidad que tenemos en nuestra Tierra, y el sacrificio de Jesús, que ha sido muy poco provechoso para la mayoría que no quiere seguir los mandamientos de Dios, lo que trae todas las guerras, las enfermedades, y rebeliones de la naturaleza.

En este dictado de Dios Padre, parece deducirse que los otros mundos están enterados de que la Tierra es un lugar en donde el Hijo de Dios ha tenido que sufrir, sufre, y sufrirá hasta el final cuando por fin vencerá definitivamente a Satanás, ya que se habrá cumplido el número de los redimidos, y la venida del Anticristo obligará a Dios a destruir la Tierra, creando Dios un mundo nuevo, en donde el mar que simboliza la mentira, no existirá ya, como dice el Apocalipsis.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(Dictado del 24-11-1.943)

Isaías 41-42-43
Dice Jesús: (al final dice Mª Valtorta que es Dios Padre)

“Ante un Dios que encarna parte de Sí mismo para salvar a sus criaturas culpables, el Universo se asombra de estupor y se postra en un silencio adorante antes de explotar en el cántico de las esferas y de los mundos, jubilantes por la perfección que desciende a llevar el Amor al planeta cubierto de pecado.
El Vencedor, mi Hijo Santo ha venido para acosar las fuerzas del mal, para hacerlas huir y a traer el pacto de la alianza y la Paz entre el hombre y Dios.
Él pasa aún entre vosotros, y no deja más huella que la de su Amor, huella que solo los puros y honestos del corazón reconocen y siguen porque la Paz atrae a los pacíficos, la Misericordia a los buenos, la Justicia a los justos, la Pureza a los puros. Él viene de nuevo, os coge de la mano y os dice: “No temáis porque he venido en vuestra ayuda”.

En todas vuestras necesidades, en todas vuestras penas, en todas vuestras desventuras, ¿por qué desconfiáis? Tenéis entre vosotros Aquel cuyo deseo el Padre no puede no puede rechazar, porque mi Hijo ha superado todos mis deseos y le debo justa recompensa.
Si pensarais, oh cristianos, hijos de mi Hijo, que os ha generado a la Gracia con su sacrificio de Hombre y de Dios, si supierais a que destino os ha elevado, deberíais no digo adorarme y amarme toda la vida, sino adorarme y amarme cien o más vidas, si se os concediera vivir más vidas. Amadme por lo tanto con un gran amor, y amad con igual medida a mi Verbo que ha venido para daros la Vida.

Aunque estuvierais muertos, volveríais a vivir si creyerais en Él; aunque fuerais tierra árida y sin vegetación, os cubriríais de verdor y de frescas aguas, porque donde pasa y permanece mi Hijo santo ahí, fluye a caudales la gracia del señor y florece el lirio y la rosa, crecen palmas y olivos y, más altas que el cedro, las virtudes en el corazón del hombre.

Cuando veáis que de la Tierra corrompida surge un santo como flor de un montón de paja podrida, cuando de una nada de hombre veáis surgir un atleta de Cristo, y brillar una luz allí donde estaban las tinieblas, y sonar una voz en donde antes había silencio, e iluminar e instruir en el nombre de Dios, alzad la mirada y el alma en busca de la potencia creadora del prodigio: la Mía, que así como del lodo he sacado al hombre, así del hombre puedo extraer el santo, el portador de Dios, el tabernáculo de Dios, el arca santa sobre la que mi Gloria se reposa y desde la que mi Sabiduría habla a los espíritus.
No temáis acercaros a Nosotros que os amamos. No separéis nuestra Unidad amando Uno y no a los Otros. Nosotros nos amamos y estamos unidos por el Amor. Haced lo mismo.
El Hijo no puede haceros descuidar el Padre. Él no lo hace. Él os enseña a amarme y por sus labios santos ha hecho surgir la oración perfecta al padre de los Cielos. El hijo no puede haceros descuidar al Espíritu Santo. Él no lo hace. Como en los umbrales de la predicación, os enseña a rezarme a Mí, Padre Santo, así, en los umbrales de la Pasión os enseña a amar el Paráclito  que será el Iluminador de la Verdad enseñada.

Sin el padre, no habríais tenido al hijo, y sin el Hijo, no podríais haber recibido el Espíritu. Sin el Espíritu no podríais comprender la Palabra y sin comprender la Palabra no podríais seguir, como justos, sus dictámenes y conquistar la posesión del Padre.

Como elipsis de Luz, las causas y los efectos van desde Dios: polo superior, a vosotros: polo inferior, y desde vosotros vuelven a subir a Dios. No podéis romper la parábola mística. No se parte la Unidad. Si se parte, con un amor deforme, ya no podéis volver a subir a la Perfección sin peligro, porque, con vuestro desorden, turbáis la estela de Caridad que arrastra consigo, como red divina, los espíritus de quien han comprendido lo que es Dios y no aman a Dios, Espíritu perfecto, más que con un amor del que está excluido lo humano.

No escuchéis falsas voces que os dicen una Doctrina distinta a la que ha traído el Hijo. ¿Y cómo pueden estos pregoneros de “verbos nuevos” decir palabras de Vida, si la Vida no está en ellos, si son más falsos que las imágenes de los falsos dioses? No os hagáis dioses de ellos, es abominable hacer creer tales doctrinas, y abominable creerlo. Uno solo es Dios: Yo y aquel que he mandado, que se encarnó por Amor. Los demás son solo inicuos vendidos a Satanás y vendedores de vosotros a la serpiente maldita.

Mirad el santo Hijo mío, a mi Cristo obediente como Siervo. Él el eterno igual que Yo, por Amor al Padre. Él es quien ha quitado la amargura a mi seno y ha reunido a los hijos que se habían separado de Mí. Mi Espíritu está en Él, porque Yo soy uno con Él que se hace ministro del Pensamiento del Padre. Comparadlo con vuestros mentirosos “mesías” y ved cuan dulce y perfecto es mi Hijo, el Esperado por las gentes, el Salvador del mundo.

En Él, pleno de toda Virtud, llevada a la perfección, residen la Justicia y la Misericordia, pero porque es manso y santo, no impone, no amenaza, no oprime. El Primogénito de todos vosotros, el Consagrado para siempre al Señor, habla con la voz de su amor, enseña con el ejemplo y redime con su sacrificio. Es como agua tibia que desciende de los cielos en abril para limpiar y reavivar flores y terreno, y llevar la vida allí donde los temporales arrancaron las frondas. Es como Luz que desciende para mostrar el camino, y es tan plácida que no os percatáis de ella, solo cuando la habéis perdido. Es como voz que llama para conducir a la Verdad, y no tiene duras palabras hacia las miserias del hombre.

Ha dejado el abrazo del Padre para hacerse embajador de mi Ley ante vosotros, y se ha inmolado a Sí mismo a una vida oscura y una trágica muerte, a fin de que fuera puesto un sello que ninguna fuerza puede quitar, el pacto de alianza entre la Humanidad y Dios: Su Sangre que está como espléndida firma al pie del tratado de perdón.

Ha utilizado su indestructible fuerza de Dios, no anulada por su nuevo aspecto de hombre, no para reinar sino para haceros reinar  sobre el mal, sobre las enfermedades, sobre la muerte. Ha utilizado su sabiduría no para aplastaros sino para elevaros. Ha hecho de Sí mismo, moneda de rescate, camino, puente para haceros superar los obstáculos que os cerraban el Cielo y conseguiros el Cielo.
Y Yo he tenido que hacer pesar sobre Él, el inocente, la mano, porque eran infinitas vuestras culpas pasadas, presentes y futuras, e infinito debía ser el sacrificio para anularlas. ¿Podéis medir esa masa de sacrificio? No, no lo podéis. Solo Yo, que soy Dios, puedo conocerla. Solo Yo conozco los sufrimientos de mi Divina Criatura.

No miréis el suplicio material que duró pocas horas. El Verbo no sufrió solo en aquel momento. Por los siglos de los siglos, se ha mezclado la indescriptible riada de angustia de su dolor en su beatitud de Dios. Dolor por las ofensas a su Padre amadísimo, dolor por los desprecios a la Luz del Paráclito, dolor por las ofensas al Verbo dado inútilmente a las gentes, dolor por las culpas futuras que habrían posado sus asquerosos pies por la santidad de su Yo santísimo, dolor por la inutilidad de su Sacrificio para una buena parte de los vivientes.

No miréis solo los flagelos, las espinas, los clavos con que fue martirizada la Carne por los ciegos de entonces. Mirad los tormentos espirituales que dais a mi Santo, con vuestras resistencias a su suplicar.
¿Quiénes son más sordos y ciegos que vosotros? Vosotros no tenéis rotos los tímpanos y las pupilas, sino roto el espíritu, por lo que la ley sublime que mi Hijo vino a traeros, y que aún os trae, no penetra en vosotros o si penetra, sale enseguida como una criba desfondada.
Por lo que, como fruto de vuestra deformidad espiritual de la que sois autores voluntarios, tenéis las guerras atroces en las cuales, además de la vida y las propiedades, cada vez más perdéis el Amor y por eso perdéis cada vez más a Dios.

Pero no todos vosotros sois leprosos y endemoniados. Entre vosotros, raros como perlas en el seno de las ostras están los fieles de mi Hijo y Míos, a ellos digo: “Permaneced fieles a Nosotros y Yo os juro que estaré con vosotros. Sed los pregoneros de mi Verbo y los testigos de nuestra Justicia, de nuestra Misericordia, de nuestra Santidad. En esta vida nos tendréis cercanos y en la otra estaréis cerca de Nosotros y veréis las obras de la Divinidad. Cuando Aquél a quien he deferido todo juicio venga a dividir la mies de la cizaña y a bendecir los corderos, maldiciendo las áspides y los carneros, vosotros estaréis a su alrededor, ruedas de luz festiva alrededor de la tremenda y real Luz de la Divinidad encarnada. Vosotros seréis el nuevo pueblo de Dios, el pueblo eterno sobre el que reinará mi bendito y santísimo Hijo, y anunciaréis las alabanzas a las estrellas y a los planetas, porque todo lo que ha sido hecho, fue hecho para hacer trono a la Víctima, al Héroe, al Santo sobre quien no hay mancha y sobre quien se posa la complacencia del Padre, y a quien los astros y planetas deben, en la hora de su triunfo, hacer una alfombra de piedras preciosas para el Rey del mundo, que pasa seguido por su cortejo de Santos para entrar en la Jerusalén eterna, cuando hayan finalizado las vicisitudes de la creación con la destrucción de la Tierra y el Juicio de las Gentes”.

Al principio de este dictado he escrito. “Dice Jesús”. Pero, como usted ve, quien aquí habla es el Padre Santísimo, celebrando al Hijo.







jueves, 16 de noviembre de 2017

SOLO DIOS TIENE EL DERECHO DE REVELARNOS LOS PODEROSOS MISTERIOS DE ULTRATUMBA, NOSOTROS SOMOS SOLO LOS HUÉSPEDES DE ESTA POBRE TIERRA







Las potencias del alma nunca se podrán llenar con
conocimientos que no sean la Palabra de Dios.



Hoy día está creciendo cada vez más el número de personas que se quieren asomar al mundo desconocido de ultratumba, lo que representa un peligro, ya que la adivinación y el conocimiento de todos esos misterios, es un campo vedado para los vivientes.

En este dictado de Jesús a María Valtorta, está muy bien aclarado, lo que dice el Eclesiástico: muchas almas se pierden por tratar de escrutar lo que excede sus fuerzas. Y si Dios en su infinita Sabiduría y bondad, no quiere que nos adentremos en ese conocimiento, es porque sabe que es un peligro para nuestra salvación. Por esa razón los que se entrometen en este mundo, al no tener la ayuda de Dios, terminarán siempre engañados porque tendrán que lidiar con fuerzas ocultas que los sobrepasan.
Es el caso de los espiritistas, de los que creen en la reencarnación y los que dicen leer el porvenir consultando los diversos augurios, como son los horóscopos, las líneas de las manos, los posos de café, o las cartas del tarot.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(11 de septiembre de 1941)


Dice Jesús:
“Muchas almas se pierden por querer buscar lo que les sobrepasa, y tratar de escrutar lo que excede sus fuerzas” como dice el Eclesiástico: Cap. 3. v. 22.
Es el antiguo veneno. El hombre siempre ha tenido, y tiene, curiosidades malsanas y profanaciones sacrílegas. Quiere impulsar su investigación a regiones que la sabiduría divina tiene envueltas en el misterio, no por celoso poder, sino por amor providente. ¡Ay si el hombre lo conociera todo del futuro y de los secretos del universo! Ya no tendríais paz espiritual ni paz natural. Dejad el futuro a Dios, creador y dispensador del tiempo, y dejad vírgenes las zonas del universo cuya posesión os daría armas para turbar cada vez más vuestra existencia de individuos y de espíritus.

Yo he dicho que no soy contrario a las obras de la inteligencia humana. Si lo fuese debería decir que soy incoherente conmigo mismo que he dado al hombre la inteligencia para que la use y no para que la mantenga inerte. Pero, por boca de la Sabiduría, os digo: No queráis ser escudriñadores de las obras de Dios, no tratéis de ir más allá de los confines que Yo he puesto para separar vuestra potencia de  potencias más fuertes que la vuestra, de leyes del cosmos, de secretos de fuerzas naturales, y sobre todo de los misterios de ultratumba cuya verdad y cuya vida sólo Yo tengo el derecho de desvelaros, porque soy el Señor de todas las cosas, mientras que vosotros sólo sois los huéspedes de esta pobre Tierra y no sabéis lo que os está reservado más allá de la vida de la Tierra.

Creed en la otra vida: Basta con creer en esto. Creed que en ella existe un premio y un castigo, fruto de una Justicia santa, que espera ser aplicado a cada individuo. Esto lo he hecho conocer por vuestro bien. No hace falta que sepáis más.

No turbéis, con vuestras chismosas curiosidades, la paz sobrenatural de la otra vida. Aunque sea hacia los atormentados, o sea hacia aquellos que no tengan paz porque están separados de Mí, vuestra investigación trae siempre un aumento de turbación. ¿Por qué turbar con ecos de la  Tierra la serenidad de los cielos? ¿Por qué aumentar el tormento de los castigados con voces que les recuerdan el mundo en el que merecieron el castigo? Tened respeto de los primeros y piedad de los segundos.

Solo Yo, Señor del Cielo y de la Tierra, árbitro supremo de todas las cosas, Potencia perfecta de todas las cosas, puedo tomar tales iniciativas  y reanudar contactos del hombre con el misterio de la otra vida. Solo Yo. Entonces es cuando os mando mis mensajeros, y siempre para un buen fin, nunca para someterme a necias y profanadoras  investigaciones  humanas.

Bienaventurados los que creen sin haber visto, dije a Tomás y lo digo de nuevo a todos los curiosos y a los incrédulos de la Tierra. No hay necesidad de pruebas para creer en la segunda vida, que – entretanto sabedlo – no es como vosotros suponéis arbitrariamente, sino como Yo he dicho: una segunda vida, una, no más y más vidas. Sois hombres y no granos de trigo, que sembrados de nuevo germinan, una, dos, diez, cien veces cuando se vuelven a sembrar.