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sábado, 21 de julio de 2012

EL PODER INMENSO DE LA VIRGEN MARÍA


LA VIRGEN MARÍA EL TERROR DE SATANÁS

EN UN EXORCISMO, SATÁN ESTÁ OBLIGADO POR DIOS A RECONOCER LA VIRGINIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, ASÍ COMO SU PODER
 SOBRE LAS FUERZAS DEL MAL.


  En mi última asistencia a un exorcismo, sentados los comparecientes en el primer banco de la capilla, estando el Santísimo sobre el Altar, el Exorcista, Padre Fortea, inició las oraciones propias del ministerio, a mi izquierda del banco, una posesa se tiró en el suelo entre gemidos y convulsiones, y tuvo que ser sujetada por varias personas, el Exorcista que tenía que ausentarse, dejó que continuara la labor otro Sacerdote.

         Después de muchas imprecaciones, y oraciones, se me indicó que subiera al coro para recitar el Rosario, lo que hice con agrado, y con bastante dificultad, a pesar de que recito el Santo rosario todos los días, creo que el espíritu inmundo interfería para hacerme olvidar la letanía, a través de la mirada fija, magnética y sin parpadeo de la posesa. El Sacerdote, ordenó, que en nombre de Jesús, al Demonio diga su nombre y que indicara que es lo que le haría salir.


        Entre gemidos y convulsiones dijo que su nombre era “Jairo”, y que lo que le haría salir era La Virgen María.

            Quiero hacer constar que no dijo María de Nazaret, sino, obligado por Dios, dijo “La Virgen María”, dejando claro que María era Virgen antes y después del nacimiento de Jesús
.


      Conozco personalmente a una persona cuyo hijo estaba sometido a una tremenda influencia demoníaca, como así lo dictaminó el Exorcista Padre Fortea.

         En sueños, el padre del hijo entró en diálogo con Satanás, que le afirmaba que su hijo le pertenecía, a lo cual el padre le contestó que rezaría por su hijo hasta la muerte, lo que provocó en el demonio un ataque de rabia, que se notó por el terror del padre que aumentó de una manera considerable.

        Como nunca lo había comprendido antes, ese padre se dio cuenta, gracias al mismo demonio, del poder de la oración, y eso viene a confirmar lo que dijo la Santísima Virgen en Fátima: "¡Cuanta gente se condena porque nadie reza por ellos!".








     

De los cuadernos de María Valtorta
(Dictado del 6-9-1.943)


Dice Jesús:
          
   “Bendita tú entre todas las mujeres”.

          Esta bendición que vosotros pronunciáis de cualquier manera o que ni siquiera decís a Aquella que con su sacrificio ha iniciado la Redención, resuena continuamente en el Cielo, pronunciada con amor infinito por nuestra Trinidad, con infinita caridad por los salvados por nuestro sacrificio y por los coros angélicos. Todo el Paraíso bendice a María, obra maestra de la creación universal y de la Misericordia divina.

           Aunque toda la obra del Padre para crear la tierra de la nada sólo hubiera servido para acoger a María, la obra creadora hubiera tenido su razón de ser, porque la perfección de esta Criatura es tal que es testimonio no sólo de la sabiduría y del poder, sino también del amor con el que Dios ha creado el mundo.

           Habiendo dado en cambio, la creación terrestre a Adán y a la raza de Adán, María testimonia el gran amor misericordioso de Dios hacia el hombre, porque a través de María, Madre del Redentor, Dios ha obrado la Salvación del Género humano. Yo soy el Cristo porque María me ha concebido y me ha dado al Mundo.

         Vosotros me diréis que, como Dios podía superar la necesidad de hacerme carne en el seno de una mujer. Es cierto, todo lo podía. Pero pensad que ley de orden y de bondad hay en mi anonadamiento en aspecto mortal.

               La culpa cometida por el hombre debía de ser  descontada por  el hombre y no por la divinidad no encarnada. ¿Cómo habría podido la Divinidad, espíritu incorpóreo, redimir  con el sacrificio de Sí misma las culpas de la Carne? Era necesario por tanto, que Yo, Dios pagara con el tormento de una Carne y de una Sangre inocentes, nacido de una inocente, las culpas de la carne y de la sangre.
             Mi mente, mi sentimiento, mi espíritu habrían sufrido por vuestras culpas de mente, de sentimiento y de espíritu. Pero para ser Redención de todas las concupiscencias inoculadas por el Tentador en Adán y en sus descendientes, debía, el Inmolado por todas, estar dotado de una naturaleza similar a la vuestra, hecha digna, por la Divinidad escondida en ella, de ser dada en rescate a Dios, como una gema de infinito valor sobrenatural escondida bajo una apariencia común y natural.

               Dios es orden y Dios no viola y no violenta el orden, salvo en casos excepcionales, juzgados útiles por su Inteligencia. No era este el caso de Mi Redención.
             No debía cancelar tan sólo la culpa desde el momento en que se cometió hasta el sacrificio y anular en los futuros los efectos de la culpa haciéndoles nacer, como Adán antes de cometerla, ignorantes del mal. No. Yo debía reparar la culpa y las culpas de toda la humanidad con un sacrificio total, dar a la humanidad ya extinguida la absolución de la culpa, a la entonces viviente y a la futura, el medio para ser ayudada a resistir el mal y para ser perdonada por el mal que su humanidad le habría inducido a cometer.
             Por eso mi Sacrificio debía de ser tal que presentara todos los requisitos necesarios, y así podía ser tan solo en un Dios hecho hombre: Hostia digna de Dios, medio comprendido por el hombre. Además Yo venía a traer la Ley.

             Si no se hubiera dado mi Humanidad, ¿Cómo podríais haber podido creer, vosotros, pobres hermanos míos, si tanto os cuesta creer en Mí que he vivido durante 33 años en la tierra, Hombre entre los hombres?¿Y cómo podía aparecer ya adulto entre pueblos hostiles o ignorantes  persuadiéndoles de mi Naturaleza y de mi doctrina? Entonces habría aparecido ante los ojos del mundo como un espíritu que hubiera tomado aspecto de hombre, pero no como un hombre que nació y murió vertiendo Sangre verdadera por las heridas de una verdadera carne – y esto como prueba de ser  hombre – y resucitó y subió al Cielo con su cuerpo glorificado, y esto como prueba de ser Dios que vuelve a su morada eterna.

            ¿No es mas dulce para vosotros el pensar que soy realmente vuestro hermano, con el destino de las criaturas que nacen, viven, sufren y mueren, que no el pensarme como Espíritu superior a las exigencias de la humanidad?

             Por tanto era necesario que una mujer que generase según la carne, después de haberme concebido por encima de la carne, porque de ninguna unión de criaturas, por santas que fueran, podía ser generado el Dios – Hombre. Sino sólo de un desposorio entre la Pureza y el Amor, entre el Espíritu y la Virgen, creada sin mancha para ser matriz de la carne de un Dios, la Virgen cuyo pensamiento era el gozo de Dios antes de que existiese el tiempo, la Virgen en la que se compendia la Perfección creadora del Padre, alegría del Cielo, salvación de la Tierra, flor de la creación mas hermosa que todas las flores del Universo, astro vivo ante el cual los soles creados por mi Padre parecen apagados.

                    -Bendita la Pura, destinada al Señor.
                  -Bendita la deseada por la Trinidad que anticipaba con el deseo el instante de fundirse a   Ella con abrazo de trino amor.
             -Bendita la Vencedora que aplasta al tentador bajo el candor de su naturaleza inmaculada.
                -Bendita la Virgen que no conoce más que el beso del Señor.
                   -Bendita la  Madre que se hizo tal por santa obediencia a la voluntad del Altísimo.
                  -Bendita la Mártir que acepta el martirio por piedad de todos vosotros.
               -Bendita la Redentora de la mujer y de los hijos de la mujer, que anula a Eva, y se injerta en su lugar para traer el fruto de la vida allí donde el Enemigo ha puesto semilla de muerte.
              -Bendita, bendita tres veces bendita por tu “sí”, ¡Oh  Madre mía! Que has permitido a Dios mantener la promesa hecha a Abrahán, a los Patriarcas y a los Profetas, que has sido alivio del Amor, oprimido por el tener que ser castigador y no salvador, que has aliviado a la Tierra de la condena que le había traído Eva.
                  -Bendita, bendita, bendita por tu santa humildad, por tu inflamada caridad, por tu virginidad intacta, por tu maternidad divina, múltiple, perpetua, verdadera y espiritual, Madre que con tu amor y tu dolor, continuamente generas hijos para el Reino  de tu Jesús.

           -Generadora de gracia y de salvación, generadora de la divina Misericordia, generadora de la Iglesia Universal, que Tú seas bendecida eternamente por cuanto has cumplido, como bendita para siempre eras por cuanto habrías cumplido.

           -Sacerdotisa santa, santa, santa, que has celebrado el primer sacrificio y preparado con parte de ti misma la Hostia para inmolar sobre el  altar del mundo.

          -Santa, santa, santa Madre mía, que nunca me has dado añorar el Cielo y el Seno de mi Padre, porque en Ti  he encontrado otro Paraíso que no es distinto de aquel en que la Trinidad realiza sus obras divinas; María que has sido el consuelo de tu Hijo en la tierra y el gozo del Hijo en el Cielo, que eres la gloria del Padre y el Amor del Espíritu”.  

          Quiero aquí añadir una reflexión personal. ¿Por qué la Iglesia Católica ha tardado tanto tiempo en proclamar el Dogma de la Inmaculada Concepción?; ¿Por qué no se proclama ya el dogma de María Medianera de todas las Gracias de Dios? Será que la Verdad es un impedimento para el Ecumenismo, entonces me pregunto: ¿Qué es más importante, la Doctrina Verdadera o la ocultación de la verdad para alcanzar un Ecumenismo descafeínado?


EL NACIMIENTO DE JESÚS CON LA 

             VIRGINIDAD DE LA VIRGEN MARÍA                    
                             
Dictado a María Valtorta del 15 de Septiembre de 1.943:

Dice Jesús:
….Mi Nacimiento fue un éxtasis dulcísimo. En el silencio de la noche que aislaba del mundo la morada solitaria y humildísima, María se había sumergido en sus fervientes contemplaciones de Dios. La oración de María era siempre rapto en Dios. Y saliendo del rapto conoció al Hijo. Fue más bien el primer llanto del Hijo–Dios el que arrancó a la Madre de la contemplación espiritual de Dios para llevar su mirada a contemplar el Milagro más grande del Universo: Un Dios encarnado para la Redención del hombre…….





                   

2 comentarios:

  1. Tu última pregunta me suena que necesitamos iniciarnos en el cristianismo para encontrar y darnos cuenta que necesitamos de María para ser verdaderos cristianos como Jesús nació de María Virgen antes de morir y resucitar en la cruz

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  2. De la misma manera que todos los seres humanos y animales necesitan una madre para que los alimente y defienda, del punto de vida espiritual, Dios nos ha dado una Madre, medianera de todas las Gracias de Dios, y para que nos defienda de Satanás, al cual le ha aplastado la cabeza.
    ¿Has visto como las madres de los animales arriesgan su vida para defender a sus cachorros? Por eso oramos diciendo: "Oh, María sin pecado concebida, rogad por nos que recurrimos a Vos"

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