Páginas

sábado, 30 de mayo de 2015

LA FUERZA QUE CONSIGUE EL PERDÓN DE DIOS PARA UN PECADOR, ES EL PERDÓN DEL OFENDIDO


LA REDENCIÓN DE JESÚS EN LA CRUZ, FUE POSIBLE PORQUE
 PIDIÓ EL PERDÓN A SU PADRE PARA SUS VERDUGOS



              La Redención necesitaba a toda costa que Jesús, cargado con todos los pecados pasados, presentes y futuros de la Humanidad,  y por eso culpable en cierto modo de los mismos por su voluntad, obtuviera el perdón de Dios Padre.

            La única posibilidad para obtener esa gracia, que es el sublime misterio de la Redención, era perdonar Él mismo a sus verdugos. Satanás que fue el más alto y astuto arcángel de la Creación, y que por eso lo conocía, ya que conservó su discernimiento aún después de la caída, hizo todo lo posible para que esto no tuviera lugar.

             Con la ayuda de sus ángeles tenebrosos, inoculó entonces su odio y veneno a todos, desde Judas, Caifás, los Fariseos, los Escribas, y a todo el Pueblo Judío, que unos días antes lo había aclamado en su entrada triunfal en Jerusalén. A los que no podía envenenar, como los Apóstoles, les transmitió la desidia y la cobardía.

             La terrible Pasión de Jesús fue pues el último intento de Satanás para que Jesús no perdonara a sus enemigos, si lo hubiera conseguido, la Redención no se habría producido, y tampoco Dios hubiera perdonado a la Humanidad.






             Y esto es lo que explicó el Ángel Azarías a María Valtorta:


            [...] Nosotros queremos de ti este completo conocimiento (el don del discernimiento de los espíritus) a fin de que produzca un mar de misericordia dulcísima en el que tu puedas purificar los ánimos de tus hermanos absolviéndolos, en lo que está de tu parte, de toda culpa y pidiéndole al Dios de la Misericordia que les absuelva. 

               Recuerda siempre que tu Señor y mío, te enseñó que la fuerza que consigue el perdón de Dios para un pecador es el perdón del ofendido. 

           Es un trastrueque en la petición de la Oración de Jesús Santísimo: "Padre perdónanos nuestras deudas como nosotros se las perdonamos a nuestros deudores" dice el Padrenuestro. Es la misericordia de su corazón que todo y a todos absuelve diciendo: "No son unos malvados sino unos infelices" y grita asimismo: "Padre, perdona a nuestros deudores puesto que nosotros ya les hemos perdonado todo.  

               [...] Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo."




No hay comentarios:

Publicar un comentario