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lunes, 14 de noviembre de 2016

CUANDO EL ALMA HA SENTIDO EL AMOR DE DIOS, SATÁN SABE QUE LA TIENE PERDIDA, INTENTA ENTONCES PARALIZARLA INOCULÁNDOLE SU VENENO




Cuentan que una persona decía que se le aparecía el Sagrado Corazón de Jesús, otra persona, que era muy creyente, enterada del asunto y algo escéptica, quiso averiguar si era verdad. Le dijo: "Vamos a ver si dices la verdad, ayer confesé al sacerdote un pecado muy grave, pregúntale al Sagrado Corazón, y entonces, yo te creeré si aciertas a decirme que pecado era", la vidente le contestó: "Se lo preguntaré". Pasados unos días, esa persona le preguntó: "¿Te ha dicho el Sagrado Corazón que pecado era?", ella le contestó: "Se lo pregunté, pero me ha dicho: ¡Ya no me acuerdo!" 

Este relato, estremecedor, que cuando lo recuerdo, me inspira una profunda confianza en Dios, demuestra como Jesús perdona y olvida por completo los pecados, por muy graves que sean, siempre que haya verdadero arrepentimiento, y deseo de enmienda.

A ese respeto, recuerdo haber leído en las obras de San Juan de la Cruz, que en el Cielo, el alma se dará entonces cuenta, como Dios la ha perdonado y olvidado por completo todos los pecados que cometió en su vida terrena. También cuenta como es el amor de Dios: es un intercambio místico, cuando el alma está ya purificada, le parece entonces que es amada como si fuera la única criatura de la Creación, y le parece Dios no tiene otra cosa que hacer, que entregarse solo a ella.

Satanás, el maldito y eterno enemigo de Dios y del alma, trata de infundir en las almas todo lo contrario: "Dios no te perdonará nunca los pecados tan grandes que has cometido, acuérdate de ese pecado, y de este otro", para así infundir el desánimo y la desesperación y intentar anestesiar el alma, para que no se acerque nunca más a Dios, ya que sabe que cuando el alma ha gustado la dulzura del contacto místico con Dios, que es cuando el alma se acerca a la Santidad, la tiene entonces para siempre perdida.







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