Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?". Pero él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún". Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo
de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el
hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías,
sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos
en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado,
sino Naamán, el sirio".
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga
se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un
lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención
de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.
Este escrito es para muchos católicos de hoy, y sobre todo
los de antes que se imaginan que fuera de la Iglesia Católica no había
Salvación, y que los niños no bautizados no podían entrar en el Cielo, e iban a
un lugar llamado "Limbo", cuando Jesús dijo que "el que no está
conmigo está contra mí". Y también para los que se imaginan que la
Religión consiste en los ritos y los preceptos humanos, como lo hacían los
Fariseos, que se creían que todo consistía en el cumplimiento a raja tabla de
los preceptos de Yahvé, sin aplicar en ellos la Caridad que es el amor a los
pobres pecadores y la consideración de que sus pecados son a veces como una
enfermedad, que si ellos quieren, es posible curarlos con Amor hacia ellos y
sobre todo con la oración de súplica y de misericordia a Dios, por la
intercesión de la Santísima Virgen María. Ella dijo en Fátima a los pastorcillos:
“Cuanta gente se condena porque no hay nadie que rece por ellos”.
Es también para un
gran número de creyentes, que no comprenden como el Papa actual y algunos Papas anteriores,
se han reunido con representantes de otras religiones para dialogar con ellos,
para así tratar de evitar el odio y el desprecio que aún persiste en muchas
religiones, cometiendo desgraciadamente, según mi opinión el grave error de colocar
un Buda encima de un Sagrario, o besando un Corán, lo que equivale a decir que
su religión es tan válida como la nuestra.
Si Dios puede resucitar un cuerpo muerto, también puede resucitar un alma muerta a la Gracia, mientras esté en este mundo, ya que en el otro será imposible.
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María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos
(14 DE JULIO de 1.944)
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