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sábado, 22 de octubre de 2022

LA HUMILDAD DEL SANTO CURA DE ARS, PATRÓN DE LOS SACERDOTES DEL MUNDO ENTERO



Temed a Dios, para no retroceder
Para avanzar, amadlo
(San Agustín)

     
         Y eso es lo que ocurre cuando no hay temor de Dios, se retrocede porque ya no se tiene miedo de ofenderle, el alma se transforma de relativista en "quietista", y el peligro es latente, ya que el astuto Satanás le dice al alma: "Eres hijo de Dios, Él te perdonará, puedes permitirte esto y aquello, su gracia te sacará siempre de ahí" y como es un embustero, el mismo se contradice cuando susurra a las almas: "Nunca alcanzarás la Salvación, acuérdate de ese pecado, de este y de aquel. Es lo contrario de lo que dice al pecador: "hagas lo que hagas, Dios te querrá siempre, tienes que estar a gusto con tus pecados". Eso es lo que predican hoy día muchos relativistas, que transforman la sagrada Religión en una "barra libre", donde todo está permitido.

        Y es que el demonio sabe sobradamente que el alma que se entrega al pecado y al vicio, se vuelve ciega, porque al alejarse la gracia de Dios por culpa del pecado de soberbia, él tiene las de ganar. Y también sabe que el alma que ha probado la dulzura del amor de Dios, la tiene siempre perdida.


EL SANTO CURA DE ARS

A pesar de su Penitencia, que le hacía comer solo patatas hervidas para su alimentación; su entrega absoluta a su labor, que llevó a transformar un pueblo indiferente hacia Dios y a la Iglesia, no solo convirtió a sus habitantes, pero además al final de su vida venían de todas partes de Francia para poder confesarse con él, tanto así había un servicio de diligencias desde París, y esperaban varios días para confesarse con él. 
Su obsesión era retirarse a la Trapa para llorar sus pecados, escribió para ello varias cartas a su Obispo. Cierto día se marchó del Pueblo para ir a vivir en su Monasterio, pero fue detenido por sus fieles.







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