Jesús habla al corazón de los hombres, cuando está limpio de todo deseo hedonista, y cuando no huye del sacrificio. |
Extraordinario mensaje de Jesús, dictado a María Valtorta en "Los cuadernos de 1.943", en el fragor de la segunda y terrible guerra mundial, que como lo dijo la Virgen María a los pastorcillos de Fátima, fue consecuencia de los pecados de la Humanidad.
Es un mensaje para la Sociedad de hoy, que ha quedado completamente anestesiada por la mentalidad actual, "empapada" de la doctrina del relativismo; una doctrina que yo llamo "descafeinada", o "light", donde Dios aparece, y no me canso de repetirlo desde hace años, como un "Relativista, que te quiere tal como como eres", y que quiere que "estés a gusto con tus pecados", como se pregona sin cesar en muchas Parroquias Católicas. Jesús nos enseña que la verdadera Doctrina, es la que nos ha enseñado la Tradición, transmitida por los grandes Santos, y que el error ha sido querer adaptarla a la mentalidad hedonista actual.
El Santo Padre Pío de Pietrelcina, según relata en el libro sobre su vida el Capuchino Elías Cabodevilla Garde, decía que el santo llevó a escribir: "Preferiría llevar mil cruces y hasta me sería dulce y llevadera toda cruz, si no tuviera esa prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no al Señor en mis obras", esa duda la tenía también Santa Teresita por eso cuando se le apareció la Beata madre Ana de Jesús fundadora del Carmelo en Francia y en Bélgica, se alegró mucho cuando le dijo que si.
El Santo Padre Pío de Pietrelcina, según relata en el libro sobre su vida el Capuchino Elías Cabodevilla Garde, decía que el santo llevó a escribir: "Preferiría llevar mil cruces y hasta me sería dulce y llevadera toda cruz, si no tuviera esa prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no al Señor en mis obras", esa duda la tenía también Santa Teresita por eso cuando se le apareció la Beata madre Ana de Jesús fundadora del Carmelo en Francia y en Bélgica, se alegró mucho cuando le dijo que si.
Esta mentalidad es incomprensible para muchos predicadores que hoy día, repiten el famoso "mantra" que dice: "Hay que estar a gusto con sus pecados". ¡Que diferencia con el comportamiento del Santo Cura de Ars, que le decía a un sacerdote que le alababa: "Amigo mío, ¡Ud no sabe lo que es ser cura de una Parroquia, y tener que comparecer ante el Juicio de Dios!".
Este mensaje de Jesús a María Valtorta que son palabras que son terribles y "muerden" a muchos fieles, ya que huyen de todo sacrificio y de la Cruz, que es necesario llevar si se quiere seguirlo para alcanzar la Vida eterna. Y aquí me vienen a la mente las palabras de Jesús: el que quiera salvar su vida, es decir el que huye de todos los sacrificios, la perderá, y el que quiera perderla por amor a Mí, la encontrará; el que quiera venir en pos de Mí, que tome su cruz de cada día y me siga; no se pueden servir a dos señores: Yo o el dinero, porque el que sirva a uno, despreciará al otro.
Satanás se ha servido de muchos famosos teólogos para inculcar su veneno del relativismo que como el de muchas serpientes es un veneno neurotóxico que paraliza el sistema nervioso, y lleva a la parálisis del corazón y de los pulmones, y a la muerte del cuerpo. Para algunos venenos existe un antídoto que hay que aplicar lo más rápidamente posible, pero para algunos venenos no existe antídoto.
Existe una analogía en la Vida espiritual de las almas, el sacramento de la Reconciliación, es el antídoto a los pecados del alma, pero no hay perdón para los pecados contra el Espíritu Santo, que como dijo Jesús, no tendrá perdón ni en esta vida, ni en la otra.
DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
Dice Jesús:
"Es inútil horrorizarse de ciertas manifestaciones actuales. Son fruto de vuestro interior". Yo he dicho: "Es del corazón de donde salen los pensamientos malvados y los malvados sentimientos, y estos son los que contaminan". Yo también he dicho que a cada hombre se le reconoce por sus obras y como no se pueden recoger frutos del ciruelo salvaje, así no se pueden extraer actos honestos de quien tiene el interior deshonesto.
La deshonestidad no consiste solamente en robar, en mentir, en dañar al prójimo. Es deshonestidad es faltar a Dios, el robarle aquel respeto amoroso que es deber del hombre hacia su Creador. Es deshonestidad emplear sus dones para aspectos malvados. Todos sus dones y especialmente el don de la vida.
Ahora mira y juzga que mal uso hacéis de la vida que el Padre os da. Mira y juzga que mal uso hacéis de vuestro cuerpo en el que habita el alma, templo reservado a Dios, en el que reside la mente que debería estar orientada a comprender la Ley de Dios, como el corazón debería estar ocupado en amarla y practicarla.
En cambio, ¿Qué hacéis? Oponéis resistencia a las voces del Señor, a los deseos del Señor, a los mandamientos del Señor, a la voluntad del Señor. Como cabras salvajes, oponéis vuestra dureza y vuestra rebeldía - dos cuernos bien agudos - a cada invitación de Dios. Os destruís, pero continuáis oponiendo resistencia.
¿Y os decís cristianos? No, no lo sois. Yo Cristo, no os he enseñado rebeldía, desobediencia, lujuria, crueldad, idolatría. Os he enseñado lo contrario. Os he demostrado como debe usarse la vida, os he explicado como sois templos de Dios que quiere vivir en vosotros, que prefiere vivir en vosotros, mucho más que en suntuosos templos, pero hechos solo de piedras y de mármoles.
No. Dios no quiere estas moradas hechas por mano de hombre. Os quiere a vosotros, a vosotros, hechos por su mano, a vosotros, templos de sangre y de alma, a vosotros a los que mi Sangre ha revestido de púrpura inmortal y purificado como altares preciosos. Esto es lo que quiere Dios para vivir en amorosa paz con vosotros.
No insistáis en el duro camino que habéis emprendido y que os conduce a la ruina. Sed cristianos verdaderos y no cristianos solamente de palabra. Que mi signo esté realmente grabado en las fibras vivas de vuestros corazones, no sobre el frontispicio de los templos vacíos, donde no venís a orar o venís con el ánimo turbado de vuestros instintos inferiores.
Abrid el corazón al Amor, hijos. Es lo que más os falta. Estáis sin caridad hacia Dios, hacia el prójimo, hacia vosotros mismos. Sí, también hacia vosotros mismos, porque matáis vuestra alma.
Que - recordáoslo siempre - es inevitable que existan las tentaciones, pero estas no hacen mal. El mal lo hacéis vosotros cuando cedéis a ellas. Y no digáis que son más fuertes que vosotros. No. El Padre da según cuanto vosotros tenéis que dar: ¿La tentación necesita 10 de fuerza para resistirla? Y Dios os da 10 e incluso más. Lo malo es que vosotros no hacéis más que desear ceder al mal. Y entonces, ¿Qué puede Dios, si vosotros destruís las fuerzas de Dios con vuestra perversa voluntad, y os abandonáis al beso de la tentación?
Haciendo así ponéis al alma una mordaza de muerte, y de una alma enferma o moribunda salen esos sentimientos de los que os sorprendéis. Pero no puede ser de otro modo. En cuerpo corrompido hay hedor de muerte. En almas corrompidas hay hedor de pecado.
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