Al Vencedor le daré a comer del maná escondido , y le daré una piedra blanca,
en la que hay escrito un nombre nuevo que solo conoce quien lo recibe (Ap 2, 17)
Esta piedra blanca, resume lo que dice el libro del Apocalipsis referente a uno de los premios que recibirán los elegidos, que han sido probados en este mundo; que han triunfado, y han sido dignos de conseguir la condición de hijos de Dios, lo que les ha permitido poseer la vida Eterna.
El alma está simbolizada por la paloma que soltó Noé desde el Arca del diluvio:
"Cuarenta días después, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca, y soltó un cuervo, que estuvo volando de acá para allá hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Soltó luego una paloma para ver si habían menguado las aguas hasta el nivel de la tierra, pero la paloma no encontró donde posarse y volvió otra vez al arca, porque las aguas cubrían todavía la superficie de la tierra. Sacó Noé la mano, la recogió y la metió consigo en el arca. Esperó siete días más, y de nuevo soltó la paloma fuera del arca; ella volvió por la tarde con una ramita de olivo en el pico. Así supo Noé que las aguas habían menguado hasta el nivel de la tierra" (Gn 8-6,11)
El cuervo que no volvió al arca, simboliza los hijos del mal, seguidores del Príncipe Negro, que no volvió al arca que significa la Iglesia de Dios, en donde se está a salvo de las aguas del diluvio, el castigo que exterminó toda vida sobre la Tierra.
Después del cuervo negro, Noé soltó a la paloma, que volvió a resguardarse en el arca, viendo que aún predominaba en el mundo el agua que simboliza el mal y la mentira, y que al contrario del cuervo, no encontró donde posarse, solo después de siete días, que sin lugar a dudas representan la presencia de los siete espíritus de Dios, en misión por toda la tierra, volvió a recoger a la paloma, que había acogido con cariño con su mano, para volver a meterla en el arca.
Es entonces cuando la paloma volvió con una ramita de olivo en el pico, que significa el triunfo del alma en su lucha contra Satanás, representado por la mentira del mundo, que son las aguas que habían menguado sobre el nivel de la Tierra. Esto mismo es lo que leemos en el Apocalipsis, cuando San Juan Dice:
"Y vi un Cielo nuevo y una tierra nueva. Habían desaparecido el primer cielo y la primera tierra y el mar no existía ya". /Ap 21,1)
A LA IGLESIA DE PÉRGAMO: ¡CAMBIA DE CONDUCTA!
"El que tenga oídos que escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedra blanca, en la que hay escrito un nombre nuevo que solo conoce quien lo recibe". (Ap 2, 17)
Y estas palabras recuerdan las que afirma San Juan de la Cruz, cuando dice que cuando Dios se une místicamente es decir con Amor con el alma, a esta le parece que Dios la regala y la ama, como si fuera la única criatura de la Creación, y que no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella, esto tiene el mismo significado que las palabras del Apocalipsis en las promesas a la Iglesia de Pérgamo: el maná escondido y la piedra blanca cuyos nombres o símbolos, solo los conocen los que los reciben.
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