MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 12 de agosto de 2022

LLEGARÁ UN DÍA EN QUE YO, QUIEN OS ESTÁ HABLANDO, TRAS HABER SIDO PASTOR, SERÉ JUEZ. NO OS CONFIÉIS ILUSAMENTE EN MI ASPECTO ACTUAL. AHORA MI CAYADO CONGREGA A TODAS LAS ALMAS DISPERSAS Y SE MUESTRA DULCE PARA CONDUCIROS A LOS PASTOS DE LA VERDAD; ENTONCES, EL CAYADO SERÁ SUSTITUIDO POR EL CETRO DEL JUEZ REY, Y MUY DISTINTA SERÁ MI POTENCIA. ENTONCES SEPARARÉ, NO CON DULZURA SINO CON JUSTICIA INEXORABLE, LAS OVEJAS QUE SE ALIMENTAN DE VERDAD DE AQUELLAS OTRAS QUE MEZCLARON VERDAD Y ERROR O SE NUTRIERON SOLO DE ERROR. UNA PRIMERA VEZ Y LUEGO OTRA HARÉ ESTO.


Jesús cambiará su cayado de Pastor por el cetro de Juez y Rey Todopoderoso



Tremendas palabras de Jesús, que se aplican hoy más que nunca, por tantos predicadores que ocultan o mutilan el Evangelio, predicando solo lo que les gusta, evitando a toda costa de hablar del Infierno, de Satanás, y del Juicio de Dios que aquí explica muy bien el mismo Jesús, que tendrá dos fases, como así lo explica la Santa Iglesia Católica: el Juicio particular de cada alma que tendrá lugar a la hora de la muerte, y el Juicio final que tendrá lugar al fin del Mundo, y que reunirá a toda la humanidad en el valle de Josafat.

Observación de Jesús explicando que se puede orar en todos los sitios, no solo en las Iglesias: el mundo entero, obra de Dios es un lugar de oración, oraron los Santos mártires en las Cárceles, Noé en el arca, Jonás en el vientre de la ballena, y tantos otros en todos los sitios donde se hallaban por sus ocupaciones o por su trabajo. No hay nadie como los grandes místicos y ermitaños para comprender y poner en práctica esas recomendaciones de Jesús.


En la Vida de San Juan de la Cruz, leemos que cuando era Prior en el Convento de los mártires de Granada, repartía a sus frailes en varios lugares del campo, en donde se dominaba toda la Vega de Granada y la imponente mole de Sierra Nevada, y los dejaba solos diciéndoles. "Quedaros aquí, dando alabanzas a Dios, que está presente en toda la Creación".



Del Evangelio tal como me ha sido revelado de María Valtorta


            (…) Justo es santificar las fiestas y alabar al Señor en los lugares de oración, más toda la creación puede ser un lugar de oración si la criatura sabe convertirla en eso con su elevación hacia el Padre. Lugar de oración fue el arca de Noé, a la deriva sobre las olas; y el vientre de la ballena de Jonás; lugar de oración fue la casa del Faraón cuando José vivió en ella; y la tienda de Holofernes para la casta Judith.

             ¿Y no era, acaso, sagrado para el Señor el lugar corrompido en que, esclavo vivía el Profeta Daniel; sagrado por la santidad de su siervo, que santificaba el lugar, hasta el punto de merecer las altas profecías de Cristo y el Antecristo, clave de estos momentos y de los últimos tiempos? Pues con mayor razón será santo este lugar que, con los colores, los perfumes, la pureza del aire, la riqueza de los cereales, las perlas del rocío, habla de Dios Padre y Creador y dice: “Creo; quered creer vosotros, pues de Dios damos testimonio”. Sea, por tanto, la sinagoga de este sábado; leamos en ellas las páginas eternas escritas sobre las corlas y las espigas, teniendo como sagrada lámpara el Sol.

    He nombrado a Daniel. Os he dicho: “sea este lugar nuestra Sinagoga”. Esto trae a la memoria el gozoso “Benedicite” de los tres santos jóvenes entre las llamas del horno: “Cielos y aguas, rocío y escarcha, hielos y nieves, fuegos y colores, luces y tinieblas, relámpagos y nubes, montes y colinas, todo vegetal nacido, pájaros, peces, animales todos, alabad y bendecid al Señor, junto con los hombres de humilde y santo corazón”. Este es el resumen de este canto santo que tanto enseña a los humildes y santos. Podemos orar y merecer el Cielo en cualquier lugar. Lo merecemos cuando hacemos la voluntad del Padre.

            Hoy al amanecer se me ha hecho la observación de que, si todo viene de voluntad divina, también esta quiere el error de los hombres. Es un error, un error además muy difundido. ¿Puede, acaso, un Padre querer que el hijo se haga merecedor de condena? No, no puede. Y, a pesar de ello, vemos en las familias que algunos hijos se hacen tales. Incluso teniendo un padre justo que les señala el bien que hay que hacer y el mal que hay que evitar: ninguna persona recta acusará a ese padre de haber estimulado al hijo al mal.

         Dios es el padre, los hombres son los hijos. Dios señala el bien, y dice: “Mira, te pongo en esta circunstancia para tu bien”; o también, cuando el Maligno y los hombres que le siguen procuran desgracias a los hombres, Dios dice: “Mira, en esta hora penosa, actúa así, de forma que este mal sirva para eterno bien”. Os aconseja, pero no os fuerza. Pues bien, entonces, si uno, aun conociendo lo que sería la voluntad de Dios, prefiere hacer todo lo contrario, ¿se puede decir que tal cosa contraria es voluntad de Dios? No, no se puede.

          Amad la voluntad de Dios, amadla más que a la vuestra, y seguidla contra las seducciones y los poderes de las fuerzas del mundo, de la carne y del demonio. También estas cosas tienen su voluntad, más en verdad os digo que bien infeliz es quien ante ellas se doblega.

         Me llamáis Mesías y Señor. Decís que me amáis y me entonáis alabanzas. Me seguís, y tal cosa parece amor. Y, sin embargo, en verdad os digo que no todos de entre vosotros entrarán conmigo en el Reino de los Cielos. Incluso entre mis más próximos y antiguos discípulos habrá quien no entre, porque muchos harán su voluntad o de la carne, el mundo o el demonio; no la de mi Padre. No quien me dice: “¡Señor!, ¡Señor! Entrará en el reino de los Cielos, sino aquellos que hacen la voluntad del Padre mío; solo éstos entrarán en el Reino de Dios.

           LLEGARÁ UN DÍA EN QUE YO, QUIEN OS ESTÁ HABLANDO, TRAS HABER SIDO PASTOR, SERÉ JUEZ. NO OS CONFIÉIS ILUSAMENTE EN MI ASPECTO ACTUAL. AHORA MI CAYADO CONGREGA A TODAS LAS ALMAS DISPERSAS Y SE MUESTRA DULCE PARA CONDUCIROS A LOS PASTOS DE LA VERDAD;  ENTONCES, EL CAYADO SERÁ SUSTITUIDO POR EL CETRO DEL JUEZ REY, Y MUY DISTINTA SERÁ MI POTENCIA. ENTONCES SEPARARÉ, NO CON DULZURA SINO CON JUSTICIA INEXORABLE, LAS OVEJAS QUE SE ALIMENTAN DE VERDAD DE AQUELLAS OTRAS QUE MEZCLARON VERDAD Y ERROR O SE NUTRIERON SOLO DE ERROR. UNA PRIMERA VEZ Y LUEGO OTRA HARÉ ESTO. 

     ¡AY DE AQUELLOS QUE ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA COMPARECENCIA ANTE EL JUEZ NO SE HAYAN PURGADO, NO PUEDAN PURGARSE DE LOS VENENOS! LA TERCERA CATEGORÍA NO SE PURGARÁ. NINGUNA PENA PODRÍA PURGARLA. HA QUERIDO SOLO EL ERROR, EN EL ERROR PERMANEZCA.

     Pues en ese momento habrá incluso, entre estos, quien gima: “¿Cómo es esto, Señor? ¿No hemos profetizado en tu nombre, no hemos arrojado demonios y realizado muchos prodigios en tu nombre?”. Pero Yo, en ese momento, muy claramente les diré: “Sí, habéis osado revestiros de mi Nombre para aparecer como no erais; habéis querido hacer pasar por vida en Jesús vuestro satanismo. El fruto de vuestras obras os acusa.         

       ¿Dónde están los salvados por vosotros? ¿Dónde se cumplieron vuestras profecías? ¿A que llevaron vuestros exorcismos? ¿Quién fue el cómplice de vuestros prodigios? ¡Oh, si muy potente es mi enemigo, pero no está por encima de Mí, Os ayudó, sí, para aumentar su botín; por obra vuestra se ensanchó el círculo de los que fueron arrastrados a la herejía. 

         Realizasteis prodigios, sí, incluso aparentemente mayores que los de los verdaderos siervos de Dios, que no son histriones que dejan estupefactos a las muchedumbres, sino que son humildad y obediencia que dejan estupefactos a los ángeles.

    Mis siervos verdaderos, con sus inmolaciones, no crean fantasmas, sino que los cancelan de los corazones; ellos, mis verdaderos siervos, no se imponen a los hombres, sino que muestran a Dios a los corazones de los hombres; lo único que hacen es cumplir la voluntad del Padre y llevan a otros a cumplirla (de la misma forma que una ola impulsa a la que precede y atrae a la que la sigue), sin colocarse en un trono para decir: “Mirad”. 

Ellos, mis siervos verdaderos hacen lo que Yo digo, sin pensar sino en hacerlo, y sus obras llevan ese signo mío de paz inconfundible, de mansedumbre, de orden. Por tanto, puedo deciros: “Estos son mis siervos, a vosotros no os conozco, alejaos de Mí, vosotros, obradores de iniquidad”.

    "Esto diré entonces. Tremenda palabra será. Estad atentos a no merecérosla. Id por el camino seguro de la obediencia – aunque sea penoso – hacia la gloria del Reino de los Cielos.
Ahora gozáos vuestro reposo del sábado alabando a Dios con todo vuestro ser. La paz sea con todos vosotros”.

   Y Jesús bendice a la muchedumbre antes de que esta se disperse en busca de sombra, hablando en grupos, comentando las palabras oídas. Con Jesús se quedan los Apóstoles y el escriba Juan, que no habla, pero medita profundamente, escudriñando todos los gestos de Jesús.


    Concluye así el ciclo del monte.






sábado, 6 de agosto de 2022

DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO, BENDICIONES Y MALDICIONES DE YAHVÉ, MÁS ACTUALES QUE NUNCA


BENDICIONES DE YAHVEH


Las Bendiciones de Yahveh se aplican a las almas Santas que han adquirido los
 7 Espíritus de Dios que están en misión por toda la Tierra




Cualquier similitud con la crisis actual, todas las pandemias, las sequías, los incendios, las guerras el comentario sobre el emigrante, que se hará cada vez más numeroso y el pueblo lejano, cuyo crecimiento económico vuela como el águila, no es pura casualidad. Observamos que los países con mayor P.I.B. y con leyes más justas, son los que tienen menor grado de corrupción, y mayor prosperidad. San Juan de la Cruz, en sus escritos místicos dice que Dios le dio al Imperio romano tanto poder porque tenían leyes más justas que los pueblos de su entorno. Por eso, cuando empezó la degradación en Roma, fueron invadidos por los Bárbaros.

Por eso florecieron también todos los grandes Imperios, y luego decayeron porqué se hundieron en el vicio, la corrupción y el hedonismo y con su relajación, olvidaron las leyes del sacrificio y de la caridad, que es adorar a dioses extraños. Y me pregunto, ¿Qué va a ser de Europa, la cuna de la libertad y prosperidad, que está cayendo en el abandono del Cristianismo, imponiendo leyes que atacan y eliminan las leyes de Dios con la cultura de la muerte? 

Ya se están vislumbrando el auge de otras civilizaciones que se vuelven cada vez más prósperas, y ya estamos asistiendo a la invasión masiva de los migrantes, que al ser más pobres, tienen una mentalidad y un comportamiento más dignos que la gran mayoría de los europeos, que se han apartado del cristianismo, siguiendo las leyes dictadas por Satanás, que llevan las almas a la muerte eterna. 


Del libro del Deuteronomio  (Dt. 28 - 1, 68)


         Si escuchas atentamente la voz del Señor, tu Dios, procurando poner en práctica todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, entonces, el Señor tu Dios te elevará por encima de todas las Naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones:

     -Bendito serás en la ciudad y bendito serás en el campo.
   -Bendito el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas.
    -Bendita tu canasta y tu artesa.
    -Bendito serás en tus idas y venidas.

        El Señor bendecirá tus graneros y todos tus trabajos. Te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da.
           El Señor hará de ti un pueblo consagrado a Él, según te ha jurado, si guardas los mandamientos del Señor tu Dios y sigues sus caminos. Y todos los Pueblos de la tierra verán que se ha invocado sobre ti el nombre del Señor, y te temerán.
 Sobre la tierra que te dará, según juró a tus antepasados, el Señor te colmará de bienes: de hijos, de ganados, de frutos de la tierra.

          El Señor abrirá su rico tesoro, y los cielos descargarán a su tiempo la lluvia sobre tu tierra, para bendecir tu trabajo.


PRESTARÁS A MUCHAS NACIONES Y TÚ NO PEDIRÁS PRESTADO.

EL SEÑOR TE PONDRÁ A LA CABEZA Y NO A LA COLA, ESTARÁS SIEMPRE ENCIMA Y NO DEBAJO, SI ESCUCHAS LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR TU DIOS QUE YO TE PRESCRIBO HOY, SI PROCURAS PONERLOS EN PRÁCTICA Y NO TE APARTAS A DERECHA NI A IZQUIERDA DE LAS PALABRAS QUE YO PRESCRIBO HOY, SI NO SERVÍS NI DAIS CULTO A OTROS DIOSES.


    


Los que han seguido el Demonio disfrazado en Ángel de Luz
recibirán las maldiciones de Yahveh.




MALDICIONES DE YAHVÉ


Pero si no escuchas la voz del Señor tu Dios y no pones en práctica todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:

-Maldito serás en la ciudad y maldito serás en el campo.
-Maldita tu canasta y tu artesa.
-Maldito el fruto  de tus entrañas y el producto de tu tierra, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.
-Maldito serás en tus idas y venidas.

-El Señor mandará sobre ti la maldición, la angustia y el terror en todo lo que emprendas, hasta que serás destruido u aniquilado inmediatamente, por haberle abandonado en tu mal proceder.

-El Señor hará que se te contagie la peste hasta consumirte en la tierra que va a darte en posesión. El Señor te herirá de agotamiento, fiebre, inflamación, ardor, sequía añublo y tizón, que te perseguirán hasta destruirte.
(…)
-El Señor te herirá con úlceras como las de Egipto, con tumores, sarna y tiña, que no podrás curar.

-El Señor te herirá de locura, ceguera y delirio, de suerte que en pleno día andarás a tientas, como anda a tientas el ciego en su tiniebla, y no tendrás éxito en tus empresas, sino que estarás siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra.

-(…) El emigrante que vive en medio de ti, se hará cada vez más numeroso, mientras tu perderás poder cada día; el podrá prestarte, pero tu no podrás prestarle; el estará a la cabeza y tu estarás a la cola.

-(…) El Señor hará que se levante contra ti, desde los confines de la tierra, un pueblo lejano; un pueblo que volará como el águila, y cuya lengua no comprendes (…) Comerá las crías de tus ganados y los frutos de tu tierra hasta arruinarte; consumirá tu trigo, tu vino y tu aceite, las crías de tus vacas y los corderos de tus ovejas y los frutos de la tierra hasta arruinarte.

Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio et nunc et semper et in sæcula sæculórum. Amen.




martes, 2 de agosto de 2022

LA SOBERBIA DE LOS APLAUSOS Y DE LOS TÍTULOS UNIVERSITARIOS VUELVE CIEGOS A MUCHAS PERSONAS.





Aprovechando el Evangelio de hoy y el excelente comentario de San Vicente de Paul, quiero aquí hacer un breve comentario acerca de un hecho ocurrido a cierta persona que fue a pedir consejo a cierto presbítero, doctor en teología y que además era doctor de universidad, esta persona le había confesado que un hijo suyo, que estaba aún residiendo en su casa, se había negado tajantemente a realizar un pequeño servicio de oficina que le había pedido, este se negó tajantemente diciéndole  que no estaba obligado a hacerlo.

A su gran sorpresa, el sacerdote le dijo que era completamente normal, y que no era falta alguna. El padre le dijo que estaba en su casa, no trabajaba para ganarse la vida y que le había pedido solo un trabajo manual, y que no entendía la razón que existía para negárselo. Este le contestó que "¡Para entenderlo, había que ser doctor en teología!(sic)".


Evangelio según San Mateo 11, 25-27.

Jesús dijo: 
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el se lo quiere revelar.
San Vicente de Paúl (1581-1660) 
Presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad.

Si supierais, mis hijas, lo que le place a Dios el ver que una pobre hija de aldea, una pobre [religiosa] Hija de la Caridad, se dirige con amor a Él, ¡Oh! Iríais con más confianza de la que yo os puedo aconsejar. ¡Si supierais cuánta ciencia podéis adquirir, cuánto amor y dulzura podéis encontrar! Lo encontrareis todo, queridas hijas, ya que es la fuente y el manantial de todas las ciencias, [de cualquier conocimiento].

¿Dónde habéis visto que personas sin letras hablen bien de Dios y expliquen los misterios con más de inteligencia con que lo haría un doctor? Un doctor no tiene más doctrina para hablar de Dios que la ciencia que ha aprendido; pero una persona de oración habla de otra manera. Y la diferencia entre los dos, hijas mías, consiste en que uno habla por simple ciencia adquirida, y otro por una ciencia infusa, plena de amor, de modo que el doctor, en este punto, no es el más sabio. Y es necesario que se calle dónde hay una persona de oración, ya que esta habla de Dios de una manera que él no puede hacer.




viernes, 1 de julio de 2022

PROFUNDAS ENSEÑANZAS DEL ÁNGEL DE LA GUARDIA DE Mª VALTORTA, PARA LOGRAR LA PAZ Y LA ALEGRÍA



En esta época de Adviento, la Iglesia nos viene a recordar que el verdadero creyente tiene que disfrutar de alegría, como se explica en el "Gaudio", que nos anuncia el nacimiento de Jesús, que ha venido para procurarnos las virtudes necesarias para alcanzar la alegría eterna.
Todas las preocupaciones de este mundo son las que nos quitan la Paz, y esta nos aleja de Dios, ya que la mente está siempre con miedo y temor por acontecimientos que casi nunca van a ocurrir, cuantas veces a este respecto, uno ha dicho: "Que tonto he sido por preocuparme tanto por este asunto, que se solucionó tan fácilmente".
El ángel explica que, Jesús dijo que no tenemos que preocuparnos por el mañana, ya que cada día trae su pena, y que pongamos la confianza en Jesucristo, ya que ha dicho que busquemos el Reino de Dios, y que todo lo demás se nos dará por añadidura.  También explica que todas las preocupaciones del mundo las manda Satanás para alejarnos de Dios   




DEL ÁNGEL AZARÍAS COMENTARIOS SOBRE
EL TERCER DOMINGO DE ADVIENTO


Dice Azarías:

“Nuestro Señor santísimo te ha anticipado el cuadro que hoy canta la liturgia. He venido a consolarte y a reafirmarte, pobre alma, que te sacuden sin piedad para forzarte a decir lo que no es verdad.

Jamás lo digas. Te recuerdo las palabras del Maestro: “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Allí se refería a un impuesto y aquí a una obra, más como en un caso y en otro se ha de dar a Dios lo que es de Dios. Por más que, a fuerza de insistir en que se reconozca el origen sobrenatural de la obra, llegases a conseguir que ya nadie se ocupase de ella –me refiero a los sacerdotes – déjales hacer. De tres cosas habrán de responder ante Dios; de no haber reconocido la Palabra, de haber escandalizado a muchas almas y de haber faltado contigo a la caridad y faltando igualmente con los que tienen hambre de la Palabra para quienes, usando con ellos de misericordia, dictó la obra Jesús Santísimo. Tú, por lo que a ti respecta, al querer hacer lo que Dios quiere, ya has cumplido por más que no se te haya dejado hacer. Has cumplido a los ojos de Dios, tanto como portavoz, como ejecutora de las órdenes de Dios. ¡Oh, cuantas palabras hay en el Evangelio aplicadas a este caso!

Más dichosos siempre los pequeños que sirven al Señor con simplicidad y amor; ¡Y ay siempre de aquellos que con su manera de obrar, opuesta a la bondad del Señor, acumulan sobre sus cabezas los rigores de la Justicia. Y roguemos ahora y siempre para que, con la gracia de la venida de Cristo, se disipen las tinieblas de la mente de muchos.

Y vosotras, almas fieles que, con simplicidad y amor servís y seguís a Dios y su voluntad, estad siempre alegres en el Señor. Que el gozo de este amor reciproco y la paz que comunica el decir: “Yo hago lo que Dios quiere”, os acompañen siempre en medio de las cruces y de las pruebas. Cualquiera que sea el grado de Justicia que alcancéis, sea cualquiera el reflejo que trasluzcan vuestros actos dando a conocer a los hombres las operaciones reciprocas de Dios en vosotros y de vosotros por amor de Dios, sean cualesquiera que la Bondad eterna os conceda, sed modestos, de suerte que los hombres, al veros, puedan decir: “Este es un verdadero hijo de Dios porque a sus méritos añade la modestia de todos sus actos, palabras, y miradas”.

Estad siempre sobre aviso porque hay miradas que dilatan una virtud imperfecta mejor que las palabras manifiestas. Verdaderamente, algunos que en todo lo demás son virtuosos, faltan en esta virtud de la verdadera humildad. La perfecta humildad, ni aún en secreto del corazón favorece la complacencia de ser buenos y beneficiados por Dios. La perfecta humildad no se turba por las alabanzas ajenas ni adopta aptitudes hipócritas de humildad, que son refinada soberbia para conseguir más alabanzas, Hay miradas, sonrisas y actos que, sin palabras, dicen bien a las claras que os gozáis de las alabanzas. Y esto no es verdadera humildad.

Vosotros, almas que tendéis a la perfección por amor de Dios, sed verdaderamente modestos en todo. El ojo de Dios está siempre sobre vosotras y ve la realidad de vuestros corazones. Recordad de continuo que el señor puede estar muy cerca con su juicio, pues nadie sabe cuándo vendrá la muerte a liberar vuestras almas condicionándolas al Juicio de Dios. Vivid siempre como si el señor se os hubiese de hacer presente en cualquier momento para llamaros a la otra vida.

No os afanéis por nada acordándoos de la Palabra de Cristo: “Vuestro Padre sabe lo que necesitáis. Bástale a cada día su afán”. ¿A qué llenaros de tedio y de tristeza por cosas futuras que tal vez no hayáis de ver sino por sugestión u obra demoníaca tendente a llenaros de pavor y haceros dudar de la Providencia? El afán por el día de mañana es como el agua lanzada al fuego dulce de la esperanza en la Bondad divina y como la arena echada para destruir las tiernas plantitas de vuestra diaria confianza en Dios.

Jesús Santísimo, al enseñaros la oración dominical, os indicó que digáis: “Danos hoy”, no “Danos para todo el año o para toda la vida” Porque el “Pater”, es, debe ser, un acto diario de caridad, de fe, de esperanza y de dolor que pide perdón. ¿Nunca habéis pensado que en el "Pater" se contienen los cuatro actos de fe, de esperanza, de caridad y de dolor que la Iglesia pone entre las partes de la oración, que un buen cristiano debe hacer diariamente para ayudarse a conseguir esas virtudes, para hacerlas crecer en la propia alma, profesarlas heroicamente frente al respeto humano y al desprecio del mundo, mientras que el acto de dolor es útil reparación y medio de acceder a mayor virtud en lo sucesivo, ya que se presupone que quien reza presta atención a lo que dice, pues, de otra suerte, no sería rezo sino balbuceo de sonidos sin valor alguno, y por eso, el acto de dolor debe ser el final de un diario y utilísimo exámen de conciencia durante el cual, el hombre reconoce humildemente los pecados y omisiones ocurridos durante el día, acusándose de ellos con sincero dolor de haber ofendido a Dios?

Meditad, y ved como en el “Páter” aparecen insertos estos cuatro actos que son debidos a Dios y necesarios para vuestro crecimiento en sabiduría y en gracia. Por tanto, no os afanéis del día de mañana para no caer en miedo y tristeza. Las vanas preocupaciones alejan de Dios. Son como pantallas opacas y tétricas interpuestas entre vosotros y vuestro eterno sol. Son como cadenas que os mantienen prisioneros aquí abajo, mientras que, sin ellas y con la hermosa confianza en Dios, volaríais con el espíritu a Él. Son saetas abiertas a Lucifer, por la que puede entrar a heriros y a emponzoñaros.

No os afanéis, antes, en cualquier contingencia volveos a Dios con plegarias y súplicas unidas a vuestra acción de gracias. Y permaneced en la Paz. La caridad, la fe, la esperanza, la humildad, la confianza en Dios y para Dios y la obediencia a sus quereres otorgan esa Paz que sobrepuja toda inteligencia. Esté ella en vosotros. Y, con ella en el corazón, gustaréis del Paraíso por anticipado, ya que tener Paz es tener a Jesucristo y hallarse establecido en Él.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.





lunes, 20 de junio de 2022

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO QUE TRANSFORMA LAS ALMAS DE HUMANAS A DIVINAS



EL ESPÍRITU SANTO ES LA ACCIÓN DE DIOS QUE TRANSFORMA
LAS ALMAS DE HUMANAS A DIVINAS 



El Espíritu Santo, que es el motor del Universo visible e invisible, es como lo explica San Juan de la Cruz un fuego de Amor, que se aplica directamente a todas las almas, como el fuego a un tronco de madera, lo primero que hace es transformar esa madera en una brasa de fuego, para hacerla semejante a Él. Pero la madera para poder transformarse en una brasa de fuego tiene que desprender toda la humedad, que se produce por el calor que la envuelve, es el humo y el sudor que rezuma, hasta que se haya eliminado, es entonces cuando la madera puede transformarse en fuego.

Lo mismo ocurre con las almas, antes de transformarlas en fuego de Amor, tienen que depurarse de sus imperfecciones que son el humo y el sudor, que en contacto con la Divinidad tienen que desaparecer, lo que produce una transformación de la madera que pasa de ser un material verde a un material seco, despojándola de su naturaleza primitiva, es el padecimiento de las almas que se purgan en esta tierra y en el Purgatorio. 




ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Creador Espíritu 
Visita nuestras almas
Y, pues Tú las creastes
Llénalas de tu Gracia
¡Oh, don de Dios Altísimo!
Abogado te llaman
Fuego, Amor, Fuente viva
Suave unción del alma.
Tú, dedo de Dios Padre
Siete dones regalas
Tú de Dios Hijo, 
inspiras las palabras
Tú, nuestra mente alumbra
Nuestro amor inflama
Y con fuerza animas 
nuestra carne flaca
Ahuyenta al enemigo
Infúndenos tu calma
Dirige nuestros pasos
Y nuestro mal aparta.
Enséñanos al Padre 
Y al Hijo nos declaras
Y en Ti, de ambos Espíritus
Crea nuestra fe Santa
Gloria al Padre por siempre
Gloria al Hijo preclara
Gloria a Dios espíritu 
Que siempre reina y manda.






lunes, 13 de junio de 2022

SAN JUAN DE LA CRUZ EXPLICA LAS SENSACIONES DEL ALMA PURIFICADA EN CONTACTO CON LA DIVINIDAD.


MI AMADO ES PARA MÍ, Y YO PARA MI AMADO
ÉL PASTOREA ENTRE AZUCENAS (Cant 6, 3)





      Aquí están descritas de una manera admirable, lo que siente el alma en contacto con la Divinidad, hasta ahora, nadie ha sido capaz de explicarlo, de una manera similar a como así lo ha hecho el Doctor místico San Juan de la Cruz, patrono de todos los poetas españoles – Es un tema de gran dificultad, ya que se trata de un lenguaje celestial -  y está descrito de una manera tan real, que solo el que lo ha vivido puede dar noticias de ello, son las sensaciones del alma ya purificada de todas sus imperfecciones, lo que le permite estar en presencia de su sumo Hacedor, es su matrimonio espiritual de Amor, en un Paraíso de flores y de perfumes que son las virtudes del alma, y sus fragancias que el Austro, viento primaveral, que es el Espíritu Santo, esparce en ese Jardín vedado y secreto del alma humana, en unión mística, que es el matrimonio espiritual con el Hijo de Dios.
         En esto consiste el Paraíso, y aquí se comprende perfectamente el por qué las almas de los pecadores, que disfrutan en sus vicios y sus pecados, nunca podrán entrar en el Jardín del Edén, ya que no se han purificado con la espada de fuego de los Querubines que vigilan la entrada del Paraíso para guardar el camino del árbol de la Vida. (Gn 3,23). Al vencedor le daré a comer del árbol de la Vida que está en el Paraíso de Dios (Ap 2,7)

          Y aquí está perfectamente interpretado el significado espiritual del Cantar de los Cantares, en donde Salomón habla del amor carnal entre el hombre y la mujer, para tratar de explicar la unión entre el alma esposa y su divino Esposo el Hijo de Dios, ya que solo así se puede vislumbrar lo que será esa unión mística en el Reino de Dios.

              Y como existe para el que lo sabe ver, una similitud y una correspondencia entre lo creado y el Creador, ya que Dios hizo el mundo y el hombre a su imagen y semejanza, el Santo Doctor nos enseña que los senos simbolizan el Amor del alma hacia su Dios; las caderas simbolizan la Humildad, el pelo las Ideas, la piel la Virtud, el vientre la Voluntad, los ojos la Fe, los oídos y el olfato el conocimiento de las virtudes y de la perfección del alma y de Dios.

         Naturalmente todos esos atributos, transformados de humanos a divinos en la Resurrección Universal, serán en el Cielo, los que permitirán la unión mística del alma con el Hijo de Dios, para lo cual fue predestinada desde toda la eternidad y llamada a la incorruptibilidad, la Gloria y la Felicidad, inagotables y siempre nuevos, sin comienzo ni fin, ya que el alma se encontrará en un eterno presente, con sensaciones únicas y personales para cada ser, que es el maná escondido y la piedra blanca que cada elegido tendrá, con un nombre nuevo que solo él conoce.
       “Al vencedor le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedra blanca, en la que hay escrito un nombre nuevo que solo conoce quien lo recibe” (Ap 2-17)

Y cada alma, desde la más pequeña, hasta la más subida en Gloria, tendrá la sensación, como lo dice San Juan de la Cruz, de sentirse amada de tal manera, que le parecerá que ella es el único ser de la Creación, y que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella.


Además, la única cosa que podría empañar esa felicidad es el recuerdo de los pecados pasados, San Juan de la Cruz dice a ese respeto que en el Cielo nos daremos cuenta de como Dios ha olvidado todos esos pecados, y como nunca más se nos recordarán; es lo contrario de lo que está susurrando Satanás a las almas, que antes de pecar les decía: "Adelante, con ese pecado, Dios es comprensivo, es un Padre bueno, no te lo tendrá en cuenta" , y cuando el alma se quiere acercar a Dios le dice: "Recuerda ese pecado tan grave y aquel, y ese otro, Dios no te podrá nunca perdonar eso que has cometido".







lunes, 6 de junio de 2022

LOS MÁS GRANDES PECADORES SON Y HAN SIDO SIEMPRE LOS MISMOS. SON LOS QUE HAN NEGADO LA EXISTENCIA DEL INFIERNO Y DE SATANÁS.






La mentalidad de Judas de Keriot es la misma que la de muchísima gente de hoy: son los inmovilistas o quietistas; los relativistas, que pregonan que Dios no ve diferencia alguna entre el pecado y la Virtud. El Infierno es una utopía, por la inmensa bondad de Dios, Él no puede permitir que uno de sus hijos se condene, y por eso el Infierno está vacío, ¡como así me lo afirmó contundentemente cierto arzobispo!

Tampoco existen ni las posesiones, ni el Demonio que es solo una alegoría, o un invento de los curas para mantener a la gente asustada, como así lo afirmó el horrendo "teólogo" Hans Küng, negando así un Dogma de la Iglesia Católica, lo que lo transforma en anatema, y pongo entre comillas la palabra teólogo, porque Satanás también es un gran teólogo. Eso es lo que decía San Pablo a los que se justificaban diciendo que creían en Dios: "El Demonio también cree en Él y le teme".

Respuesta clara y contundente de Jesús y de los otros Apóstoles a esas herejías proclamadas por Judas. Aquí esté muy bien analizado porque mucha gente no cree en Satanás. Ellos mismos, como dicen que hace la avestruz ante el peligro, escondiendo su cabeza debajo de la arena, se auto-convencen de que esas cosas no pueden existir, ya que inconscientemente, saben que su conducta es merecedora de esos castigos, como lo dice Jesús a Judas, no ven el Demonio, porque lo tienen dentro y creen que al negar esas evidencias, todos esos dogmas de fe van a derrumbarse, es de lo que les convence constantemente Satanás, y es su mayor triunfo: Hacer evidente que él no existe, y que todo son cuentos de la Edad Media. 

Como lo dice San Juan de la Cruz, el demonio para engañar a la gente, utiliza siempre primero una verdad, porque sabe que el mal conocido nunca será admitido: y la táctica que emplea es siempre la misma: Dios es nuestro Padre; un Padre no puede mandar para toda la Eternidad a sus hijos al infierno. Una vez admitido esto, todos los dogmas y todo el sentido de la Religión, y la Redención de Cristo se derrumban. Hace unos días, en un programa de T.V. en directo salió una chica joven muy atractiva que dijo: "No existe el pecado; y encima, antes nos amenazaban con el Infierno" (sic). ¡Menuda sorpresa se va a llevar la pobre, el día del Juicio!


DEL POEMA DEL HOMBRE-DIOS DE MARÍA VALTORTA


Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan, que solo quiere amar.

          Jesús está ya en Transjordania. Y, por lo que entiendo, la ciudad que se ve en lo alto de una colina es Gadara; es también la primera ciudad que tocan después de haber bajado de las barcas en la orilla suroriental del lago de Galilea, porqué allí han puesto pie en tierra, sin bajar a Ippo, adonde habían llegado ya las barcas que llevaban a los desertores de Jesús. Creo que han desembarcado, por tanto, justo en frente de Tariquea, es la salida del Jordán del lago.
       “¿Sabes el camino más corto para ir a Gadara, no? ¿Te acuerdas por donde es?” pregunta Jesús.
          “¡Hombre, claro! Cuando lleguemos a las caldas del Yarmok, solo tendremos que seguir el camino”, responde Pedro.
        “¿Y donde vas a encontrar los manantiales?", pregunta Tomás.
       “¡Basta tener buen olfato para encontrarlos! ¡huelen desde unas millas antes de llegar!” exclama Pedro arrugando con disgusto la nariz.
          “No sabía que sufrías de dolores…” observa Judas Iscariote.
          “¿Dolores yo? ¿Y cuándo?”.
       “¡Es que conoces tan bien las caldas de Yarmok que debes haber estado allí!”.
         “¡Nunca he tenido necesidad de baños para estar bien! Me han salido los venenos de los huesos con las sudaderas del trabajo honrado… y, además habiendo trabajado más que gozado, han entrado pocos venenos, siempre pocos, en mí…”.
          “Lo dices por mí, ¿no es verdad? ¡Ya! ¡Yo tengo la culpa de todo!…”, dice inquieto Judas.
        “¿Pero quien te ha picado? Tú preguntas, yo respondo; a ti como habría respondido el Maestro a un compañero. Yo creo que ninguno de ellos, ni siquiera Mateo, que… ha sido una persona del mundo, se lo habría tomado tan mal”.
         “¡Pues yo me lo tomo a mal!”.
        “No te creía tan delicado. Pero te pido perdón de esta supuesta insinuación. Por amor al Maestro ¿sabes? Al Maestro que tanta aflicción recibe de los extraños y que no tiene necesidad de recibir más de nosotros. Mírale, en vez de correr tras tus sensibilidades, y verás que necesita paz y amor".
       Jesús no habla. Se limita a mirar a Pedro y sonreírle agradecido. Judas no responde a la justa observación de Pedro. Está cerrado e inquieto. Quiere aparecer amable, pero la rabia, el malhumor, la desilusión que tiene en su corazón, se manifiestan a través de la mirada, la voz, la expresión, y hasta a través de su paso arrogante, que le hace chocar fuertemente las suelas, como para desahogarse, para así desfogarse de todo lo que le hierve dentro.
          Pero se esfuerza en parecer sereno y en ser amable; no lo consigue, pero lo intenta… Pregunta a Pedro: “¿Y entonces, como conoces estos lugares? Quizás es que has estado aquí con tu mujer…”.
          “No. He pasado por aquí en Etanim, cuando vinimos a Aurán con el Maestro. Acompañé a su Madre y las discípulas hasta las tierras de Cusa, por eso, viniendo de Bosra, pasé por aquí”, responde sincera y prudentemente Pedro.
          “¿Estabas tú solo?”, pregunta con ironía Judas.
         “¿Por qué? ¿No crees que valgo solo por muchos, cuando hay que valer y hay que hacer un encargo de confianza y además, se hace por amor?”.
          “¡Cuanta soberbia! ¡Quería haberte visto!”.
     “Habrías visto a un hombre serio, acompañando a mujeres santas”.
         “¿Pero estabas realmente solo?”Pregunta Judas con modales de inquisidor.
          “Estaba con los hermanos del Señor”.
          “¡Ah! ¡Ya empiezan las admisiones!”.
         “¡Y empiezan a ponerse de punta los nervios! ¿Se puede saber que te pasa?”.
         “Es verdad. Es una vergüenza” dice Judas Tadeo.
        “Y ya es hora de acabar con esto” añade Santiago de Zebedeo.
      “No te es lícito injuriar a Simon” dice Bartolomé en tono de reproche".
      “Porque deberías recordar que es el Jefe de todos nosotros” termina el Zelote.
           Jesús no habla.
         “No injurio a nadie, y no me pasa nada en absoluto; lo único es que me gusta pincharle un poco…”.
      “¡No es verdad! ¡Mientes! Haces preguntas astutas porque quieres llegar a precisar algo. El artero considera a todos arteros. Aquí no hay secretos. Estábamos solos. Todos hicimos lo mismo: lo que había ordenado el Maestro. Y no hay nada más. ¿Comprendes?” grita, verdaderamente airado el otro Judas.
       “Silencio. Parecéis mujeres riñendo. Todos estáis en error. Y me avergüenzo de vosotros” dice severo Jesús.
        Se abate un profundo silencio, mientras van a la ciudad situada sobre la colina.
        Rompe el silencio Tomás diciendo: “¡Que mal olor!”.
        “Son las caldas. Aquél es el Yarmok y aquellas construcciones son las termas de los romanos. Detrás de las termas hay una calle bonita toda adoquinada que va a Gadara. Los romanos quieren viajar bien. ¡Gadara es muy bonita!” dice Pedro.
        “Será todavía más bonita porqué no nos encontraremos en ella a ciertos… seres… Al menos no abundantes”, murmura Mateo entre dientes.
        Cruzan el puente del río entre acres olores de aguas sulfurosas. Pasan muy cerca de las termas, entre los vehículos romanos; toman una bonita calle pavimentada con grandes losas, que conduce a la ciudad edificada en lo alto de la colina, hermosa dentro de sus murallas.
          Juan se pone al lado del Maestro: “¿Es verdad que donde están aquellas aguas, antiguamente, fue arrojado a las entrañas de la tierra un réprobo? Mi madre, cuando éramos pequeños, nos lo decía, para que comprendiéramos que no se debe pecar; sino, el infierno se abre bajo los pies de aquel a quien Dios maldice, y se lo traga. Y luego, como recuerdo de advertencia, quedan fisuras de las que sale olor, calor y aguas del infierno. Yo tendría miedo de bañarme en esas aguas…”.
       “¿De qué, muchacho? No te corromperían. Es más fácil ser corrompidos por los hombres que llevan dentro el infierno y de él emanan olores y venenos. Pero se corrompen solamente aquellos que, por si mismos, tienen tendencia a corromperse”.
          “¿Me podrían corromper a mí?”.
        “No. Aunque estuvieras en medio de una turba de demonios, no”.
      “¿Por qué? ¿Qué tiene de distinto a los demás?” pregunta inmediatamente Judas de Keriot.
        “Tiene que es puro bajo todos los aspectos. Por tanto, ve a Dios” responde Jesús. Y Judas ríe maliciosamente.
           Juan pregunta otra vez: “¿Entonces no son bocas del infierno esos manantiales?”.
       “No. Son al contrario, cosas buenas puestas por el Creador para sus hijos. El infierno no está bajo la tierra. Está sobre la tierra, Juan; en el corazón de los hombres. Más allá se completa”.
        “¿Pero existe verdaderamente el infierno?” pregunta Judas Iscariote.      
     “¿Pero que dices?” le preguntan escandalizados los compañeros.           
            “Digo: ¿existe verdaderamente? Yo – y hay otros, no soy sólo yo – no lo creo”.           
          “¡Pagano!”, gritan con horror".       
         “No. Israelita. Somos muchos en Israel los que no creemos en ciertas patrañas”.
         “¿Pero entonces, ¿Cómo puedes creer en el Paraíso?, ¿Y en la Justicia de Dios?, ¿Dónde metes a los pecadores?, como explicas a Satanás?” gritan muchos.

         “Digo lo que pienso. Se me ha echado en cara hace poco que soy un embustero. Os demuestro que soy sincero, aunque esto os haga escandalizaros de mí y me haga odioso ante vuestros ojos. Además no soy el único en Israel que cree esto, desde que Israel ha progresado en el saber, en contacto con helenistas y romanos. Y el Maestro, el único cuyo juicio respeto, y que protege a los griegos y es visiblemente amigo de los romanos, no puede censurarnos ni a mí, ni a Israel…
          Yo parto de este concepto filosófico: si Dios controla todo, todo lo que hacemos es por su voluntad; por tanto, nos debe premiar a todos de una única forma, porque no somos sino autómatas, movidos por Él. Somos seres desprovistos de voluntad. Lo dice también el Maestro. Dice: “La voluntad del Altísimo. La voluntad del Padre”. Esa es la única voluntad. 

        Y es tan infinita que aplasta y anula la voluntad limitada de los humanos. Por tanto, Dios hace tanto el Bien como el Mal, porqué nos los impone, aunque parezcan hechos por nosotros. Y, por tanto, no nos castigará por el mal, y así quedará su justicia, porqué nuestras culpas no serán voluntarias, sino impuestas por quien quiere que las hagamos, para que en la Tierra exista el  bien y mal. 
           El malo es el medio de expiación de los menos malos. Y él sufre el no poder ser considerado bueno, expiando así su parte de culpa. Jesús ha dicho que el infierno está sobre la tierra y en el corazón de los hombres. Yo no pienso en Satanás. No existe. Tiempo ha, lo creía. Pero ya, desde hace algún tiempo estoy seguro de que todo es una patraña. Y creer de esta forma es llegar a la paz”.
     Judas exhibe estas… teorías con un engreimiento tan formidable, que los otros se quedan atónitos…Jesús guarda silencio. Y Judas le incita: “¿No tengo razón, Maestro?”.
             “No”. El “no” es tan seco, que parece un estallido. 
        “Pues a pesar de todo, yo… no siento a Satanás y no admito el libre albedrío, el Mal. Y todos los Saduceos están conmigo y, muchos otros en Israel o de fuera de Israel. No. Satanás no existe”.
           Jesús le mira. Una mirada tan compleja, que no se puede analizar: de Juez, de Médico, de persona afligida, asombrada… hay de todo en esa mirada…

       Judas, ya lanzado, termina: “Será que he superado el terror de los hombres hacia Satanás porque soy mejor que los demás, más perfecto”.
      Y Jesús guarda silencio. Y él le pincha: “¡Pero habla! ¿Porqué no siento terror de él?”.
          Jesús calla. “¿No respondes, Maestro? ¿Por qué? ¿Tienes miedo?”.
         “No. Soy la Caridad. Y la Caridad retiene su Juicio hasta que no se ve obligada a emitirlo… Déjame y retírate” dice, terminando, porqué Judas intenta abrazarle; y termina, susurrando, estrechado a la fuerza entre los brazos del blasfemo: 
       “¡Me horrorizas! ¡No ves ni sientes a Satanás porque forma unidad contigo! ¡Márchate, diablo!”.
        Judas, con verdadero descaro, le besa y ríe, como si el Maestro le hubiera hecho en secreto algún elogio. Vuelve donde los otros, que se han detenido horrorizados, y dice: “¿Os dais cuenta? Yo sé abrir el corazón al Maestro. Y le hago feliz porqué me abro a Él y de Él recibo la lección correspondiente. ¡Vosotros, por el contrario!... Jamás os atrevéis a hablar. Porqué sois soberbios. 
         ¡Oh, yo seré el que sepa más de Él !  Y podré hablar…”.

         Llegan a las puertas de la Ciudad. Entran todos juntos, porqué Jesús los ha esperado. Pero, mientras cruzan el pasaje, Jesús ordena: “Que mis hermanos y Simón se adelanten para reunir a la gente”.
        “¿Por qué no yo, Maestro? ¿Ya no me encargas misiones? ¿No son ahora más necesarias? Me diste dos seguidas, y de varios meses…”.
      “Y te quejaste diciendo que quería tenerte lejos. ¿Ahora te quejas porqué te tengo cerca?”.
       Judas no sabe que responder y calla. Se pone delante con Tomás, el Zelote, Santiago de Zebedeo y Andrés. Jesús se para, para dejar pasar a Felipe, a Bartolomé, a Mateo y a Juan, como si quisiera estar solo, no se oponen.
        Pero Juan, cuyos ojos, delante las disputas y blasfemias de Judas, más de una vez han brillado de lágrimas, movido por su amoroso corazón, se vuelve poco después: a tiempo, para ver que Jesús, creyendo pasar desapercibido en la callecita solitaria y sombría (por las ininterrumpidas arcadas que la cubren), se lleva las manos a la frente con un gesto de dolor, y se curva como quien sufre mucho. El rubio Juan, deja plantados a sus compañeros y vuelve donde su Maestro:
          “¿Qué te pasa, Señor mío? ¿Sufres otra vez como cuando nos reunimos en Akcib? ¡Oh, mi Señor!”.
          “¡Nada, Juan, nada! Ayúdame tú, con tu amor. Y calla ante los demás. Ora por Judas”.
        “Sí, Maestro. ¿Es muy infeliz, no es verdad? Está en las tinieblas y no lo sabe. Cree haber alcanzado la paz… ¿Es paz ésa?”.
           “Es muy infeliz”, dice Jesús abatido.
        “No te abatas de esa forma, Maestro. Piensa en cuantos pecadores, endurecidos por el pecado, han vuelto a ser buenos. Lo mismo hará Judas. ¡Oh, Tú, ciertamente lo salvarás! Pasaré esta noche en oración por esto. Le voy a pedir al Padre que haga de mí uno que solo sepa amar; no deseo ninguna otra cosa. Soñaba en dar la vida por Ti, y hacer brillar tu potencia a través de mis obras. Ahora solo esto. Renuncio a todo, elijo la vida más humilde y común y pido al Padre que dé todo lo mío a Judas… para hacerle feliz… y para que así se vuelva hacia la santidad… Señor… tendría que decirte algunas cosas… creo saber porqué Judas es así”.


            “Ven esta noche. Oraremos juntos y hablaremos”.
            “¿Y el Padre me escuchará? ¿Aceptará mi sacrificio?”. 
            “El Padre te bendecirá. Pero sufrirás por ello…”. 
         “No, no; me basta con verte a Ti contento… y con que Judas… con que Judas…”.

            “Sí, Juan. Mira, nos están llamando. Corramos”.
           La callecita se transforma en una bonita calle, y luego en una arteria adornada con pórticos y fuentes; y se adorna de plazas, a cuál más hermosa; se cruza con otra artera igual. Al final, hay ciertamente un anfiteatro. Y en un ángulo de los pórticos, ya están reunidos en espera del Salvador distintos enfermos.
        Pedro viene al encuentro de Jesús: “Han conservado la fe en lo que dijimos de Ti en Betanim. Han venido inmediatamente”.
         “Y Yo voy inmediatamente a premiar su fe. Vamos”.
     Y se dirige, en el ocaso ya avanzado que tiñe de rojo los mármoles, a sanar a los que le esperan con fe.