MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 27 de marzo de 2014

DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO: DIFERENCIA ENTRE CIENCIA Y SABIDURÍA, COMO ALCANZAR LA SABIDURÍA

Retrato de San Pablo, que con San Pedro,
 son los dos Pilares de la iglesia Católica





(Eclesiástico 51- 13, 30)



Desde joven antes de dedicarme a viajar,
busqué francamente la sabiduría en la oración;
delante del templo la pedí,
y hasta el último día la busqué. 
Cuando floreció, como un racimo que madura,
Mi corazón se recreaba en ella.
Mi pié se adentró por el camino recto,
Desde mi juventud seguí sus huellas.
Apenas presté oído, y ya la alcancé, 
me encontré lleno de Doctrina;
y gracias a ella he progresado mucho:
al que me ha dado la Sabiduría glorificaré.


          Desde joven, cuando escuchas hablar de las Escrituras, y cuando oyes interpretaciones extraordinarias sobre las mismas, cuando aún vives en casa de tus padres, y aún no te has dedicado a viajar, es decir a salir de la compañía de tu familia, y cuando siempre piensas: ¡Como me gustaría poder interpretar las Escrituras, y aprender su significado místico!, y si para eso, permaneces oculto a los atractivos materiales del mundo, ya que el que busca la Sabiduría es el místico, es decir el enamorado de Dios, por eso eres siempre un personaje alejado y escondido de todos los atractivos del mundo, ya que pueden ser un peligro o una distracción, para poder encontrar a tu Amado.


        Y es que como lo dice San Juan de la Cruz, Dios es un Dios escondido, y cuando por fin, después de mucho buscar y de muchos impedimentos puestos por el demonio, tienes la dicha de encontrarlo, y de dar con su escondite, entonces, por esa razón, tienes que estar necesariamente también tú también escondido. Y cuando localizas ese sitio, que estaba oculto en lo más recóndito de tu corazón, obtienes de Dios lo que tanto habías deseado en la oración: el tesoro de la Sabiduría, ya que Jesús ha dicho: “Pedid y se os dará, buscar y encontraréis, llamar y se os abrirá”.

          Y es que la sabiduría es muchísimo más importante que la Ciencia porque esta última solo enseña las leyes matemáticas y físicas de la materia, pero no entra ni quiere entrar en el conocimiento de Dios; y ese conocimiento humano, es un aprendizaje del mundo que nos ha tocado vivir, pero todos los científicos están de acuerdo en que este mundo tiene un tiempo limitado, y que algún día el universo entero se apagará.

        Mientras que, muy al contrario, la Sabiduría es el conocimiento de los misterios de Dios, que aunque sea siempre limitado, por la inmensidad infinita de Dios, - ya que como lo dice San Juan de la Cruz: "Los Ángeles más subidos que son los Serafines y los Querubines, son los que mejor se dan cuenta de la inmensidad que les falta por conocer a Dios" - ,como proviene directamente del Espíritu Santo, es una Ciencia que nos servirá para alcanzar la Vida Eterna.

            Por esa razón la diferencia que existe entre la ciencia humana, - que es un conocimiento de una realidad virtual, engañosa, y embustera porque te dice aquí estoy, y luego como un espejismo se esfumará, ya que está llamada a desaparecer -  y la Sabiduría, que es un conocimiento real porqué trata de una realidad verdadera y eterna,  es tan inmensa que es así como matemáticamente, comparar un número cualquiera con el infinito, que siempre será como una gota de agua en todos los mares y ríos del Universo.



Pues me he propuesto practicarla,
he buscado con ardor el bien,
 y no quedaré defraudado.
He luchado para alcanzarla,
he sido puntual en practicar la Ley;
he tendido mis manos hacia el cielo,
 deplorando lo que ignoraba de ella.
Hacia ella he encaminado mi vida,
y la encontré en toda su pureza;
desde el principio me he aplicado a ella,
por eso nunca quedaré abandonado.
La he buscado apasionadamente,
por eso he hecho una buena adquisición.
En recompensa, el Señor me ha dado una lengua
con la cual lo alabaré.



        El que quiera poseer la Sabiduría, tiene pues que proponerse practicarla, Pues a Dios no le gusta los que ponen la mano en la azada, y luego se vuelven para atrás, los que enseñan una doctrina y luego llevan una vida completamente opuesta a lo que predican, son los Fariseos, por eso dijo Jesús: “Escuchar lo que os dicen, pero no los imitéis”.

           Son los que querían apedrear a la mujer adúltera, pero que de una manera oculta eran también ellos adúlteros de obra o de deseo. Jesús el manso cordero de Dios, era inexorable con ese tipo de personas, a las que llamaba, y sigue llamando “Sepulcros blanqueados”.

          Y en estas estrofas, está perfectamente reflejado como tenemos que comportarnos y luchar para poseer la Sabiduría, practicando los mandamientos, fortalecidos por los Sacramentos, profundizando cada vez más en la inmensidad de la Majestad de Dios.

         Entonces es cuando nos damos cuenta de que Dios nunca nos abandonará, recordando las palabras de Jesús cuando dijo: “Buscar primero el Reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura”.

          Y al sentir el Amor de Dios, que crecerá cada vez más en nosotros, crecerá también nuestra alabanza, porque descubriremos entonces el don tan grande que nos ha dado para conocer esa Sabiduría que Dios que nos ha infundido en el corazón, y entonces nuestra alegría se transformará en gratitud, y alabaremos a Dios con la lengua que Él nos ha dado.


Acercaos a Mí, los ignorantes,
y establecéos en mi escuela
¿Por qué estáis privados de todo esto,
si estáis tan sedientos de ello?
He abierto la boca para deciros:
“Adquirirla sin dinero”;
poned vuestro cuello bajo su yugo y
 recibid la doctrina, pues está cerca
 y podéis alcanzarla.







         Jesús el Maestro, llama ignorantes a los que no quieren acercarse a su escuela, y que por eso no quieren seguir sus mandamientos, se trata de los soberbios como algunos grandes científicos e investigadores, que pasan su existencia en la Tierra para adquirir ciencia humana, pero que no quieren ver a Dios en todas sus Obras. Es lo contrario de los humildes, que son como niños y que están atentos a las palabras de Dios, que oyen y ven en todo lo creado. 



          Al ser creada por Dios el alma inmortal, Él ha dejado en ella una huella imborrable, y siempre tendremos sed del conocimiento de nuestro Creador, que vemos por sus dos testigos: nuestra razón, que nos hace creer en Dios en todas sus obras, y que nos hace ver su poder, su inteligencia, su inmensidad, su belleza, su Amor en todas las cosas creadas, y nuestra conciencia puesta por Él, que al contrario de los animales que solo obedecen a su instinto, nos grita: “¡No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti!”. 



          Por eso dice: “He abierto la boca para deciros: “Adquirirla sin dinero”, para eso tenemos que seguir las leyes de Dios y de nuestra Conciencia, que es poner nuestro cuello, que es nuestra fortaleza y nuestros deseos en el yugo de nuestro Creador, para recibir y seguir su Doctrina, y así poder alcanzarla gratuitamente. Entonces nos sentiremos colmados y plenamente satisfechos, porqué "las cavernas infinitas de nuestros sentidos", como así lo afirma San Juan de la Cruz, solo se pueden colmar con Dios, y es cuando lo hemos encontrado que descansaremos en la felicidad eterna, como así lo dice también San Agustín.





Ved con vuestros ojos que poco he trabajado yo,
y que gran descanso he encontrado.
No escatiméis dinero en adquirir instrucción,
Pues en ella encontraréis oro en abundancia.
Alegraos por la Misericordia del Señor
y no os avergoncéis de alabarle.
Realizad a tiempo vuestra tarea,
Y a su hora Él os dará la recompensa.




         Siendo el tiempo relativo, al alma, después de haber pasado por rudos y penosos trabajos, le parece que no ha pasado el tiempo, y eso es por dos razones:

         La primera razón es porque el alma, cuando ha alcanzado la Sabiduría de Dios, que ha adquirido gracias al Amor, que entonces está muy desarrollado en el alma, tiene ya el Espíritu Santo, cuya misión es precisamente  infundirte además del Amor, también la Fortaleza, y aquí el alma dotada de esa tremenda fuerza de Dios, tiene todos sus duros trabajos por muy cortos.

         La segunda razón es porque, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz, el alma, que es eterna, tiene la sensación de creer que en el estado en el que ahora se encuentra, nunca se mudará de esa situación, y ahora que ha alcanzado la cumbre, le parece que siempre ha estado allí. El alma pues, ha alcanzado su meta y ante un tan fabuloso tesoro, le parece poquísimo el trabajo que ha empleado para conseguirlo, y disfruta con descanso inefable de tu eterno Tesoro.

         Y como el Amor de Dios, que el Espíritu Santo le ha infundido, gracias a Jesús, está muy desarrollado, por eso se acuerda de su prójimo, ya que el verdadero Amor de Dios si es auténtico, tiene que ir siempre acompañado por ese amor, por eso se acuerda de él y dice a los que quieran oírte, que no escatimen esfuerzos, lo que está simbolizado por el dinero, para alcanzar lo que has encontrado: La Sabiduría que es el oro en abundancia, que se obtiene por la Misericordia de Dios, cuando no se avergüenza en alabarle públicamente. 

          También se descubre que hay que realizar esa obra cuanto antes, porque el tiempo es corto, y los peligros son muchos, porque así Él nos dará la eterna recompensa en abundancia, y el alma tiene temor de que en el momento de acercarse el Juicio de Dios, no haya tenido tiempo en hacer todas las cosas, y entonces le pesará el no haberlas hecho a su debido tiempo, y temerá de que el Altísimo pueda estar enojado por su conducta insensata. Eso es lo que se llama el Santo Temor de Dios, que es un don del Espíritu Santo.





     

2 comentarios:

La Palmera dijo...

5. Los Padres de la Iglesia identificaron a Cristo con la Sabiduría de Dios, siguiendo a san Pablo, que definió a Cristo «fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1 Co 1,24).

Concluyamos con una oración de san Ambrosio, que se dirige a Cristo así: «Enséñame las palabras llenas de sabiduría, porque tú eres la Sabiduría. Abre mi corazón, tú que abriste el Libro. Ábreme la puerta del cielo, porque tú eres la Puerta. Si entramos por ti, poseeremos el reino eterno; si entramos por ti, no quedaremos defraudados, porque no puede equivocarse quien entra en la morada de la Verdad» (Commento al Salmo 118, 1: SAEMO 9, p. 377).
JPII........http://www.franciscanos.org/oracion/cantico46.htm

El Gato con Botas dijo...

Todo muy bien, sólo añadir y recordar al buen ladrón, un saludo