S. JOSÉ, PATRONO DE LA BUENA MUERTE (Basílica de la Virgen de las Angustias de Granada) |
Dedicado a toda la retahila de progresistas, relativistas, quietistas, del tipo de Massiá, Hans Kung, del Obispo de Amberes, y tantos ciegos espirituales que se han confeccionado una doctrina en acorde a su gusto y conveniencia, y que predican una doctrina adulterada porque no han querido hablar nunca de los Novísimos: Cielo, Infierno y Demonio, de los tres enemigos del alma que son Mundo, demonio y Carne.
Todos los que tampoco han querido recordar las palabras de Jesús sobre el Juicio final, con la separación de las ovejas de los cabritos, de los que han dicho que Dios Padre no puede mandar a sus hijos al Infierno, y que por su culpa, con su falsa prédica y pésimo ejemplo, han sumido en la perdición a un número incontable de almas.
Todos los que tampoco han querido recordar las palabras de Jesús sobre el Juicio final, con la separación de las ovejas de los cabritos, de los que han dicho que Dios Padre no puede mandar a sus hijos al Infierno, y que por su culpa, con su falsa prédica y pésimo ejemplo, han sumido en la perdición a un número incontable de almas.
La Stma Virgen de Fátima, no tuvo reparo alguno en enseñar el Infierno a unos niños pequeños, que quedaron tan impresionados que hasta el fin de sus vidas no pararon de repetir: "¿Por qué Dios no enseña el Infierno a los pecadores?", y que para evitar tan tremenda desgracia ha invitado a rezar en el Santísimo rosario las oraciones siguientes:
Oración de la Decena del Rosario:
¡Oh buen Jesús, perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del infierno. Conduce a todas las almas al Cielo, especialmente las mas necesitadas!
Oración del Perdón:
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, y no te aman.
Oración del Ángel:
ORACIONES DE FÁTIMA
¡Oh buen Jesús, perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del infierno. Conduce a todas las almas al Cielo, especialmente las mas necesitadas!
Oración del Perdón:
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, y no te aman.
Oración del Ángel:
(Se aconseja como novena)
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por las ofensas, sacrilegios e indiferencias con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
De los cuadernos de María Valtorta
(17 de Agosto de 1.943)
Dice Jesús:
“Cuando Yo hago decir por boca del Amado que “también los que me traspasaron me verán”, no pretendo hacer alusión a los que me traspasaron hace ahora 20 siglos.
Cuando Yo venga, habrá llegado el tiempo del triunfo de mi Reino. Te he explicado cómo será mi Reino y cómo serán sus súbditos. Será el tiempo del testimonio del espíritu, la parte divina encerrada en vosotros y que os da la imagen y semejanza con Dios. Siendo así, serán las partes espirituales que estarán en causa ante las decisiones del juicio que separa a los malditos de los benditos. Y en los malditos estarán los que con su espíritu sacrílego, que ha buscado a la Bestia, adorado a la Bestia y prostituido con la Bestia, han traspasado a lo largo de los siglos, el Espíritu divino del Hijo de Dios, después de haber, con los jefes de la secta maldita, traspasado la Carne del Hijo del Hombre.
(…) La hilera de los que me traspasan es numerosa como arena sobre la playa del mar. No se cuentan sus granitos.
Todos los delitos, todos los pecados cometidos contra Mí, ahora ya inviolable para el sufrimiento humano, pero susceptible aún a las ofensas causadas a Mi Espíritu, están señaladas en los libros que recuerdan las obras de los hombres.
Todas las traiciones después de mis beneficios, todas las abjuraciones, todos los pecados contra la Verdad, traída por Mí, todos los pecados contra el Espíritu Santo, que ha hablado por mi boca, y que por mérito Mío ha venido a iluminar la palabra del Verbo, todas esas heridas hechas a lo largo de los siglos por la raza que Yo quise salvar, a pesar de saberla tan reacia al Bien, estarán presentes en el interior de los espíritus reunidos, los cuales, en la Luz fulgurante de Mí refulgir, reconocerán lo que hicieron con su obstinada voluntad de impugnar cuanto fue dicho y hecho por Uno que no podía mentir, ni hacer obras inútiles según la Ley divina del amor.
Los negadores del Amor son los que me han traspasado, y conmigo han herido a Aquel que me ha generado y a Aquel que procede de nuestro Amor de Padre y de Hijo. Todo Juicio es remitido al Hijo, pero el Hijo juzgará también las culpas cometidas contra el Padre y el Espíritu.
El portador de Vida, el Viviente eterno y el Eterno Inmolado que el mundo quiso muerto, matado como se mata al delincuente que daña – mientras que Yo era el Santo que perdonaba, el Bueno, que hacía el Bien, el Poderoso que curaba, el Sabio que instruía, es Aquel que abrirá las puertas a la Muerte verdadera e introducirá el cuerpo y las almas de sus homicidas. El portador de la Vida que se vive en el Cielo, cerrará las puertas del Infierno sobre el número intocable de los malditos, los cuales han preferido la Muerte a la Vida.
Yo lo haré, porque Yo, Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador y Señor vuestro, Juez eterno, tengo las llaves de la Muerte y del Infierno.”
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