PALABRAS DE LA CANCIÓN
ME TOCAS, CUANDO LA BRISA ENMARAÑA MI CABEZA
En el lenguaje espiritual, la brisa es el aire suave del Espíritu Santo, que S. Juan de la Cruz llama austro, cuando dice en su Cántico espiritual: "Detente cierzo muerto, ven austro que recuerdas los amores", explicando que el cierzo es un viento áspero y seco, que daña a las plantas, y que el austro es un viento suave y perfumado que abre las flores y perfuma el ambiente.
La cabeza queda enmarañada en sus pelos, que son sus ideas en sentido espiritual, como lo explica el Santo Doctor, por la acción del Espíritu santo en un alma que está sometida al combate espiritual que tiene que sostener en contra sus tres enemigos que son mundo, demonio y carne.
ME TOCAS, CUANDO LA LUZ DIBUJA MI SOMBRA EN EL SUELO
La Luz es el Espíritu de Pureza de Dios que surge en el primer día de la Creación, es gracias a ella que se puede ver la sombra reflejada en el suelo, y es lo que permite al alma darse cuenta de su aspecto, cuando no le impacta esa divina Luz, porque el alma carece de humildad, el alma no puede verse reflejada y se vuelve completamente ciega.
ME TOCAS, CUANDO SUSURRAS EN LAS ALAS DE UN PÁJARO EN VUELO
Espiritualmente hablando ese toque se refiere a la acción del Espíritu Santo, que es como el susurrar de las alas de un pájaro en vuelo, y que con su vuelo glorifica, santifica y embellece el alma, haciéndola apta para unirse espiritualmente con su Divino esposo.
ME TOCAS, CUANDO ME ACARICIAS LIBERANDO TEMORES VIEJOS
El Espíritu Santo es el amor y la fuerza de la Santísima Trinidad, fue el que con su toque, infundió a los Apóstoles escondidos en el Cenáculo, por miedo a los Judíos, la fuerza, el valor y la Sabiduría necesarios para enfrentarse a sus enemigos y convertir al mundo entero.
ME TOCAS, CUANDO ME HABLAS PREGUNTÁNDOME POR MIS SUEÑOS
El Espíritu Santo, da también un toque al alma porque hace que se formule una serie de interrogantes acerca de la trascendencia de los deseos del alma, que son sus deseos de felicidad y de salvación eternas junto a Dios.
ME TOCAS, CUANDO ME MIRAS SIN JUZGAR MIS SENTIMIENTOS
Dios Todopoderoso, no juzga en este mundo a las almas, solo intenta por todos los medios tocar al alma con bondad, para que con su amor, aprenda a apreciar el amor, por eso dijo Jesús: "Bendecid a los que os maldicen, orad por vuestros enemigos", por esa razón Dios mira el alma para que cambie, como lo dice el Santo Doctor, la mirada de Dios embellece todo lo que mira, ya que aún, el alma puede cambiar en este mundo si ella se arrepiente, para así alcanzar el perdón de Dios, antes del Juicio.
ME TOCAS, CUANDO LAS COSAS NO SALEN COMO YO QUIERO
Los fracasos y las derrotas también son toques que da Dios al alma para que recapacite y vuelva por el buen camino, muchos sufrimientos que en este mundo no tienen explicación, solo se podrán comprender en el Cielo, en donde se verá claramente que gracias a ellos, se salvaron muchas almas que iban por el camino de la perdición.
ME GUÍAS, ME SALVAS, ME QUIERES, ME TOCAS SIN YO SABERLO
Esa es la acción de los 7 espíritus de Dios en misión por toda la tierra: es la acción de la Redención de Jesús que San Juan vió en el Apocalipsis: "Vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, un Cordero que estaba en pie como degollado, que tenía siete cuernos y 7 ojos, que son los 7 espíritus de Dios, enviados a toda la Tierra" (Ap 5, 6). Es únicamente gracias a Jesús que las almas pueden ser guiadas, salvadas y amadas por Dios, libres ya de todo pecado por la Sangre del Cordero degollado.
VIVO SUMERGIDA EN TÍ, ENVUELTA EN TU ABRAZO ETERNO, VIVO SEDIENTA DE UN AGUA QUE ME RODEA POR ENTERO.
Es lo que le ocurre al alma enamorada de su Divino esposo Jesús, que vive envuelta en el abrazo de la Stma Trinidad. Dijo Jesús a la samaritana: "Si conocieras el don de Dios y quien te dice dame de beber, tú le pedirías a El, y Él te daría a tí agua viva".... pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá jamás sed, que el agua que Yo le dé se hará en él una fuente que salte hasta la vida eterna." (Juan 4, 9-14)
DESPIÉRTAME, OJOS Y OÍDOS, MI OLFATO, MI PIEL, MI SABOR, PARA SENTIR QUE ME TOCAS CON TUS MANOS, CON TU AMOR.
Tocar Dios con sus manos al alma es modelarla con amor, para desbastarla de sus imperfecciones, heredadas de sus enfermedades hereditariasde sus padres Adán y Eva, para volver a renacer a una vida nueva como lo dijo Jesús a Nicodemo, que es condición necesaria y suficiente para acceder al reino de los Cielos.
PARA SABER QUE ME BUSCAS AÚN CUANDO ME ESCONDO YO
Dice San Juan de la Cruz. "Si el alma busca a Dios, ha de saber que mucho más la busca Dios a ella", Jesús dijo: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis. El alma se esconde cuando ha cometido una falta, es lo que le pasó a Caín cuando mató a su hermano Abel, y Dios lo buscó y le preguntó: "¿Dónde está tu hermano Abel?"
ME TOCAS, AUNQUE EL RECHAZO DE OTROS SEA MI ETIQUETA
Eso dijo Jesús: Si a mí me han odiado, a vosotros también; Si fuerais del mundo, el mundo os amaría, pero como no sois del mundo, os odiará. "Bienaventurados cuando aborreciéndoos los hombres, os excomulguen y maldigan y proscriban vuestro nombre como malo por amor al Hijo del hombre" ( Luc 6, 22-23)
ME TOCAS, AUNQUE MIS MIEDOS NO ME DEJEN VIVIR ATENTA
Ese es el "agridulce" del alma enamorada, el Santo temor de Dios que han tenido todos los grandes Santos, la preocupación constante de no saber si Dios está agradado con su comportamiento, y el miedo de pensar que Dios puede estar descontento con su actuación.
ME TOCAS, AUNQUE NO CREA QUE YO ME LO MEREZCA
Esto es propio del alma humilde, que siempre se sienta en el último lugar en el banquete del Reino, y a la que le dicen. "Sube más arriba", al contrario del soberbio que se cree que merece el primer puesto y siempre se coloca en el primer lugar.
ME TOCAS, ME ABRAZAS, ME ALZAS SIN DEJAR QUE DESFALLEZCA
Eso es lo que le ocurre al alma cuando ama de verdad a Dios sobre todas las cosas: el alma ya no tiene nada que temer de sus enemigos espirituales, porque Dios Padre la protege, la levanta cuando se cae, la reconforta con el alimento espiritual del alma: su divina Sangre y su Cuerpo, que estarán presentes en la Eucaristía hasta el fin del mundo.
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