San Pablo a los Romanos 4,1-8.
¿Y qué diremos de Abraham, nuestro padre según la carne? Si él hubiera sido justificado por las obras tendría de qué gloriarse, pero no delante de Dios. Porque, ¿Qué dice la Escritura?: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación.
Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario como un regalo, sino como algo que se le debe. Pero al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación.
Por eso David proclama la felicidad de aquel a quien Dios confiere la justicia sin las obras, diciendo: Felices aquellos a quienes fueron perdonadas sus faltas y cuyos pecados han sido cubiertos. Feliz el hombre a quien Dios no le tiene en cuenta su pecado.
Palabras de San Pablo que han prestado a muchas interpretaciones sobre todo de parte de las numerosísimas sectas protestantes, que al carecer de la Gracia de Dios, no han podido ni sabido interpretar su sentido más profundo.
La fe es un don de Dios, y Él no se la da a cualquiera, se la ha negado a los Fariseos y a los Escribas que por eso, no podían creer en la divinidad de Cristo, y muy al contrario lo tomaban por un enviado de Satanás.
Actualmente, se la sigue negando a muchos de los actuales Teólogos, muchos de ellos eclesiásticos que conocen a fondo las escrituras, y saben griego, hebreo y latín. Estos como los Fariseos del tiempo de Jesús son los que más daño hacen a Dios, porque son los responsables de todas las desviaciones de su Palabra, dirigiendo a las almas por el camino de la perdición.
La fe es un don de Dios, y Él no se la da a cualquiera, se la ha negado a los Fariseos y a los Escribas que por eso, no podían creer en la divinidad de Cristo, y muy al contrario lo tomaban por un enviado de Satanás.
Actualmente, se la sigue negando a muchos de los actuales Teólogos, muchos de ellos eclesiásticos que conocen a fondo las escrituras, y saben griego, hebreo y latín. Estos como los Fariseos del tiempo de Jesús son los que más daño hacen a Dios, porque son los responsables de todas las desviaciones de su Palabra, dirigiendo a las almas por el camino de la perdición.
Creo que San Pablo quiere decir que, siendo todos pecadores, los que tienen el don de la fe, están justificados porque lo han recibido de Dios, que es el único que ve los corazones con meridiana claridad. Es por eso que Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín, porque el primero era una dádiva hecha por amor, es decir una oferta de fe, mientras que Caín entregaba una oferta imperfecta porque era egoísta, era una oferta sin fe.
Salmo 32,1-2.5.11.
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: “Confesaré mis faltas al Señor”.
¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos!
¡Canten jubilosos los rectos de corazón!
La fe verdadera en Dios, trae consigo los dones del espíritu Santo, que al fin y al cabo, se resumen en dos acciones el Amor a Dios y a los hermanos, que son las condiciones necesarias y suficientes para obtener el perdón de nuestros pecados.
Lucas 12,1-7.
Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.
Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.
La levadura de los Fariseos es la Soberbia, que impide a las almas entrar por la puerta estrecha y subir por la vereda abrupta que conduce a la Vida Eterna, la meta tan deseada de la Eterna Juventud, y de la infinita felicidad. La obsesión de los Fariseos es aparecer como perfectos a los ojos de los hombres para que sean admirados, por eso ocultan sus pecados y son hipócritas, y hacen pública sus "buenas acciones", para ser aclamados.
A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
Dice San Juan de la Cruz que puede ocurrir que una persona esté perseguida por unos enemigos que lo quieren matar, y que Dios le diga: "Te libraré de tus enemigos", y esa persona sea muerta por ellos. El Santo Doctor dice que Dios no mintió, Él se refirió a los enemigos del alma, que son Mundo, demonio y carne.
¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros.
Los animales, que hoy día se quieren equiparar a los hombres, como ocurre con los chimpancés que dicen que comparten con nosotros el 97% de los genes materiales, que son perecederos, cuando al no tener alma, comparten el 0% de los genes espirituales, que son eternos. Esta similitud con los cuadrúmanos es en realidad cierta para tantos seres que no tienen fe, ya que al rechazar las leyes de Dios son iguales, y a menudo peores que esos animales, ya que al no tener la presencia de Dios, y entregarse a todos los vicios son hijos de Satanás.
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