MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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sábado, 25 de agosto de 2018

PROFUNDAS REFLEXIONES SOBRE LA ETERNIDAD DE DIOS, Y LA MISIÓN DE JESÚS EL ETERNO INMOLADO, QUE ES LA BARCA DE NOÉ DEL ALMA.






LOS QUE NO QUIEREN RECIBIR A DIOS, SON COMO LOS QUE NO DIERON POSADA
 A LA VIRGEN MARÍA PORQUE LA TENÍAN LLENA DE GENTE.
TUVO QUE DAR A LA LUZ EN UNA CUEVA QUE
SIMBOLIZA A LOS POBRES DE ESPÍRITU.


Extraordinaria explicación de Jesús a la gran mística italiana María Valtorta, sobre la Eternidad de Dios, que vive fuera del tiempo, y que rige todo el Universo con sus millones de mundos habitados; la misión de Jesús que es el Verbo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, que se autodefine como el eterno Inmolado, es intentar nacer en las almas para salvar con su Sacrificio a todos  los que lo aceptan en su Corazón, que es su morada en las almas. Pero Él no puede nacer en un corazón, cuando este está repleto de gente, lo que simboliza a los ricos, que alojan en el todos sus deseos y sus querencias. Dios tiene que nacer en un alma pobre y humilde, no puede habitar en almas llenas de ajetreo y de otros huéspedes que distraen las tres potencias del alma, que son memoria, entendimiento y voluntad, que están estrechamente ligadas a la Santa Fe, la Esperanza y la Caridad, es decir a Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo.


DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(28 De Agosto de 1.943)


Dice Jesús:

“Cuando Yo digo ser “el Eterno Inmolado” no digo un concepto nuevo. Quienes estuvieron más cerca de Mí – Pedro y Juan – tienen el mismo concepto. Ni pueden tenerlo distinto todos los que meditan sobre las obras del Padre, del Hijo y del Espíritu.
Tal vez, a vosotros, hombres os causa estupor que Dios, sabiendo por su infinita inteligencia todas las cosas, haya procedido a crear el hombre, y casi os preguntáis si Dios sabía o no sabía todo lo que  el hombre iba a cometer.
¡Oh! ¡Lo sabía! Nada es desconocido al Dios Uno y Trino. Todos los acontecimientos del Universo: nacimientos y muertes de planetas, formarse o disgregarse de nebulosas, vida o muerte sobre los astros lanzados en el espacio, cataclismos, explosiones, son conocidos eternamente por el Eterno. Y del mismo modo, eternamente son conocidos todos los sucesos de la Tierra: uno de los millones de mundos creados por Dios, el que a vosotros es conocido porque sois sus habitantes.
Están todos los científicos buscando afanosamente cualquier rastro de vida en el cosmos, con telescopios y radares cada vez más potentes y sofisticados, y ya se han detectado planetas semejantes a la Tierra que tienen la posibilidad de albergar vida inteligente. Desgraciadamente, están situados a una distancia tal que se tardarían millones de años para alcanzarlos, viajando a la velocidad de la Luz. Jesús dijo a María Valtorta que hay millones de mundo habitados más grandes y mejores que el nuestro, que solo podremos ver con la inteligencia de Dios en el otro mundo.
Sin duda alguna, creo que si en esos planetas, hubiera surgido un pecado original, Jesús, el eterno Inmolado hubiera aparecido allí para devolver la Vida a sus moradores.

Y eternamente son conocidos todos los acontecimientos del hombre tomado como habitante de la Tierra. Antes que Adán existiera Dios sabía que Adán pecaría. Y con él pecarían, mediante milenios la raza de Adán. Ni uno de los pecados de los hombres, ni una de las virtudes de los hombres, son desconocidos por nuestra Sabiduría, sea en el momento que acontecen, sea por un tiempo tan anticipado que no tiene comparación con ningún límite de vuestro tiempo, remontándose hacia atrás en los siglos de los milenios hasta la existencia del tiempo: a la eternidad.
Jesús al vivir en un mundo donde no existe el tiempo, que es el eterno presente, como Dios uno y Trino, ha vivido todos los acontecimientos del Universo, crearse por Él, vivir y Morir, ha visto y ha acontecido el Juicio Universal, y sabe quien se salvará y quien será rechazado, es el misterio de la Predestinación.

Lanza la mirada a nuestra eternidad, ¡oh María! Sumérgete en este signo de Dios. Es como si tú fijas la mirada hacia un cielo limpidísimo y piensas que más allá de aquel azul, que te parece el límite, hay otro, otro, otro espacio ilimitado, cada vez más alto… Un vórtice de éter, un remanso de azul que cuanto más subes, más profundo se hace, ni le encuentras nunca el confín. Su azul, que es, que no es más que su no ser, como sustancia consistente. Su azul está hecho por millones incalculables de kilómetros de éter en el que danzan los mundos creados por mi Padre.
Extraordinaria explicación de la infinitud de Dios, que sería imposible llegar a entrever si no fuera por las distancias siderales del Universo, la belleza de la Creación y el orden con el que se desarrolla todos los elementos de la Creación, obedeciendo a leyes impuestas por la Sabiduría de la Majestad divina y Omnipotente.

Lo mismo es nuestra eternidad. ¡Es! ¿Cuándo comenzó? ¡Nunca! ¿Cuándo terminará? ¡Nunca! ¿Cuánto durará? ¡Siempre! ¿Desde cuándo dura? ¡Desde siempre!
Para nuestra naturaleza humana, nos es imposible entender lo que es la Eternidad, un niño pequeño lo comprende mejor que nosotros, cuando le preguntamos donde estaba antes de nacer, responde siempre: "Estaba con Dios"

Nunca. Siempre. Medita qué inmensa potencia hay entre esas dos palabras aplicadas a la Perfección. No vuestro “siempre” unido a vuestra breve vida y que no dura ni siquiera lo que dura la vida. No vuestro “nunca” sujeto a tan rápidas desmentidas. Sino nuestro “siempre” y nuestro “nunca” que no conocen  ninguna mengua y se revisten de nuestra Perfección.
A la hora de nuestra muerte, el mundo seguirá y nuevos inquilinos vendrán a ocupar nuestro lugar, todo el mundo sabe que estamos aquí de paso, pero muy poca gente se da cuenta de ello, son los que viven disfrutando de todos los placeres y que se olvidan de Dios y de sus hermanos, lo que acarreará, que Dios les pague con la misma moneda, Dios se olvidará también de ellos y no entrarán en la Vida eterna.

Nada está oculto para Dios. Nada. Y entonces, os preguntáis vosotros, pobres hombres ¿Por qué Dios ha creado el hombre?
¡Oh!, ¡que inútil por qué! ¿Quisierais juzgar vosotros la obra de Dios? ¿Hacer un proceso a sus acciones? Cuando estéis en la Gloria comprenderéis todos los misterios del por qué. Leeréis en la mirada del espíritu libre, páginas que ahora ignoráis, que ahora inútilmente queréis ojear, cayendo por vuestra inútil soberbia de hormigas que quieren perforar una montaña de mármol, en los más perniciosos errores.
Hay mucha más diferencia entre una hormiga y un monte de mármol que la que existe entre el hombre u Dios, porque Él es infinito y la montaña no lo es.

¡Cuántos misterios  estáis sumergidos en el misterio. Misterio de Dios, misterios de los porqués de Dios. Misterio de la segunda vida. Misterio de las leyes cósmicas. Misterio de las relaciones entre vuestro planeta y los otros mundos. Misterio entre las relaciones entre los vivientes sobre la Tierra y los que han pasado ya a la segunda vida.
Dios en su infinitud, se podrá llegar a entender cuando seamos semejantes a Él al verlo tal cual es, porque todo visión necesita una comparación con su propio ser, y al estar unidos a Dios podremos entonces ser semejantes, pero la infinitud de Dios solo se podrá entender con la eternidad, es decir a la vez poco a poco y fuera del tiempo, por eso San agustín dice que Dios es una belleza antigua y siempre nueva, y San Juan de la Cruz que los ángeles más subidos son los que mejor se dan cuenta de lo que les falta para llegar a conocer a Dios, por eso para ellos Dios es siempre nuevo.

Vuestra curiosidad humana, la necesidad de vuestra alma de volver a sus orígenes, os dan santas y no santas inquietudes.
Santas, cuando os empujan a obrar bien, deseando profundizar el misterio y la unión con el sobrenatural, que alcanza la perfección en la otra vida para sentiros menos exiliados fuera del Reino del espíritu, y para haceros cada vez más capaces de entender las palabras espirituales y merecer la vida espiritual que alcanza la perfección en la otra vida secreto que está más allá de la muerte. alcanza la perfección en la otra vida, en mi bienaventuranza.
Esto también es lo que dice San Juan de la Cruz, que lo propio del enamorado, que es el alma esposa de Cristo, es conocer los bienes de su Amado Esposo, que es Cristo Jesús, el Verbo de Dios.

No santas, cuando queréis, descartando la bella y sencilla Fe, imitar a Adán y conocer lo que no es útil por ahora conocer, violando el secreto, forzando celestiales puertas, molestando reposos paradisíacos, atravesando barreras intocables.
Esto está mal, hijos míos. Creedlo. Dejad a vuestro Dios la iniciativa de instruiros sobre los misterios del más allá. Él sabe hasta qué punto os puede introducir en el secreto del más allá de la muerte. Fiaos en vuestro Padre y Maestro. No queráis irrespetuosamente ir más allá del límite. No queráis querer más de lo que quiere Dios. Respetad.
Y aquí está otra vez la curiosidad malsana del hombre, que quiere franquear la "línea roja", que le ha marcado Dios para que no caiga en el pecado de soberbia de Lucifer: ser semejantes a Él. Dios no lo quiere y a los empedernidos en querer conseguirlo, ya que ha puesto libertad en este mundo, permite que el espíritu del mal engañe a esas almas atrevidas, como son los espiritistas, los que se creen dotados de poderes para ponerse en contacto con el ultramundo. 

Vaya esto para todos los que no se contentan con cuanto he dicho y quieren saber más ¿Pero creéis vosotros que si hubiera sido bueno saberlo, Yo habría desmemoriado a los tres resucitados del Evangelio? Sin embargo, ninguno de ellos dijo lo que hay en la otra parte. No siquiera Yo Verbo del Padre y Sabiduría infinita, os he revelado el misterio de la muerte y con él otros, cuyo conocimiento no es necesario para vuestra santificación, sino más bien es perjudicial para la misma.
Para que la fe no sea un contra sentido, es decir que haya una manifestación clara de Dios o de Satanás en la Tierra, es necesario que queden ocultos en este mundo las manifestaciones  ultraterrenas, si alguna vez Dios lo permite, por razones de Justicia, Dios tendría que permitir a Satanás manifestarse, es lo que sigue ocurriendo con los Santos: Cuando Él se manifiesta en las almas, como ocurre en los arrobamientos y éxtasis en las almas, dice San Juan de la Cruz, que Dios tiene que permitir al espíritu del mal, que se manifieste con todo su ser en las almas, son los ataques del Demonio a las almas de los Santos, ataques físicos o espirituales en los cuales aterroriza las almas.

Creer es más alto que conocer. Creer es amar. Lo vuelvo a decir. Creed por lo tanto que si Dios os ha creado ha sido por impulso de amor. Creedlo con amor para corresponder a tal amor.
Y con séptuplo amor creed que Yo, el eterno Inmolado, soy llamado así con justa palabra porque, antes de que el tiempo existiera, Yo estoy destinado a ser inmolado para salvaros.
No ha iniciado mi holocausto con mi vida corporal. No. Existía antes de que Yo me hiciera carne en el seno de la Virgen. No ha iniciado con la expulsión de Adán. No. Existía antes de que Adán pecara. No ha iniciado cuando el Padre dijo: “Hagamos el hombre”. No. Existía antes de tal pensamiento creativo.
Y es que Dios nunca tiene un antes y un después, es siempre el mismo. Él se presenta a nosotros, que creemos que todo lo que ocurre es una novedad, pero para Dios, nada es novedad, todo estaba previsto, y sabe cual es el desenlace final, que depende de la voluntad del hombre, ya que es él que escoge libremente su camino. 

El holocausto, cumplido por la segunda Persona de Nuestra Trinidad santa, es como el latido en el centro del eterno corazón de nuestro ser, desde siempre. Desde siempre, ¿entiendes? Eterno como Nosotros somos eternos. Todo previsto y todo preordenado, eternamente.

Yo soy el eterno Inmolado, la Víctima eterna. Aquel que os comunica su Sangre para curaros de las enfermedades de las culpas, Aquel que os robusteza con ella en Dios. Aquel que os da todas las certezas de la fe y de la esperanza y os nutre con su caridad para que podáis creer, vivir en Dios, santificaros por medio de la Palabra que no muere y que no permite que muera quien se nutre de ella.

Creed en Mí, amigos míos, y pedidme la Gracia de creer cada vez más. La Luz de la Fe y la de la Caridad os permitirán ver cada vez más claramente a vuestro Dios, vuestro Jesús, ya desde esta vida”.







TERRIBLES PALABRAS DE JESÚS, QUE PEDIRÁ CUENTA A LOS PASTORES QUE POR SU DESCUIDO HACEN PERECER A LAS OVEJAS DE SU REBAÑO.

El Alma en esta Tierra es un embríón que renacerá a la Vida Etrna
El alma está en este mundo en un estado
 embrionario y renacerá para la Eternidad

Jesús es un Dios exigente, que pide completa entrega y dedicación a sus discípulos, es de una mentalidad completamente opuesta a la que nos transmite hoy día cierta Jerarquía, que nos lo pinta como el "dios merengue", y que cree que por el mero hecho del Sacrificio cruento de La Cruz, ya estamos todos redimidos, sin que haya que hacer prácticamente ninguna aportación, ningún sacrificio, ni ninguna renuncia por nuestra parte, y que es incapaz de condenar a nadie porqué todos somos hijos suyos. Esa actitud de “quietismo”, tan común en nuestros días es el gran triunfo de Satán, que nos ha llevado al relativismo actual, en donde ya nada es pecado porqué todo es fruto de unas circunstancias atenuantes.

Del punto de vista religioso, vemos el olvido y el respeto a Dios, que es la pérdida del Santo Temor, que es un don del Espíritu Santo y que no es terror de Dios, es temor de ofenderle y de que no esté contento con nuestra manera de ser, temor que han tenido todos los santos, y que por la mentalidad actual, predicada por la Jerarquía ha desaparecido. Lo mismo ha ocurrido con los pecados, que ya no se ven como una ofensa a Dios, pero si como un hecho indiferente para Él, que es lo que Satanás estaba buscando afanosamente para apartarnos del camino de la salvación.  


- El Aborto: So pretexto de la salud mental de la mujer, se ejecutan millones de criaturas completamente inocentes, pudiéndolas darlas en adopción, lo que termina con la vida del ser y del alma de la progenitora que no se arrepiente, y que de todas maneras queda marcada para siempre, para el gran regocijo de Satanás.

- El Divorcio exprés: sufre las consecuencias el cónyuge más pobre no solo desde el punto de vista material pero sobre todo espiritual, abocados al adulterio, con unos hijos que son los que menos tienen la culpa, completamente destrozados, y enseñados con el ejemplo para ser unos seres parecidos a sus padres.

- El matrimonio homosexual: Aberración antinatural y condenada por Dios en el Deteuronomio: “No te unirás con hombre como con mujer, es abominable”, agravado con la autorización para adoptar niños y hacer criaturas semejantes a los educadores, ya que los niños por instinto natural imitan a sus padres.

- La Eutanasia: Que es disponer de la vida de un ser humano que es un don de Dios, que solo Él puede dar y quitar, las consecuencias naturalmente las sufren los más débiles. Todo ello, ocurre por la busca afanosa del placer y de la comodidad, acciones opuestas a la enseñanza de Jesús y de su Santa Iglesia, y digo Santa porqué algunos de sus miembros, aunque vistan hábito talar, o sean Jerarquía, no pertenecen a esta Iglesia de Jesús, por la sencilla razón de que practican y predican una doctrina contraria al Evangelio.

Palabras de San Juan de la Cruz a un compañero que le reprochaba su austeridad:
“Si en algún tiempo, hermano mío, alguno, fuese Prelado o no, te persuadiera doctrina de anchura y más alivio, no la creas ni la abraces, aunque te la confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quieres llegar a la posesión de Cristo, lo busque sin la Cruz”.

Ya vemos los frutos de esa mentalidad, que son sufrimientos y dolores atroces siempre dirigidos a los más débiles, y propiciados por los gobiernos actuales que con tal de recabar votos para mantenerse en el poder, hacen leyes que favorecen a los hedonistas, que siendo mayoría, siempre les apoyarán.


DISCURSO DE JESÚS PARA SUS DISCÍPULOS
Del Evangelio tal como me ha sido revelado de Mª Valtorta


[...] Os he comparado a una luz. El que enciende en la noche una lámpara en una casa, ¿Dónde la pone?: ¿en un agujero de debajo del horno?, ¿en la cueva que usa como bodega?, ¿cerrada dentro de un arquibanco?, ¿única y simplemente sofocada bajo el celemín? No, porqué sería inútil encenderla. Por el contrario, la lámpara se coloca sobre una repisa, o se cuelga en su soporte, para que, estando en un punto alto, dé a luz a toda la habitación y a los que en ella están, Ahora bien, precisamente por el hecho de que lo que ocupa un lugar elevado debe recordar a Dios y dar luz, debe de estar a la altura de su función.

Vosotros debéis recordar al Dios verdadero. Preocuparos pues de que no anide en vosotros al septipartito paganismo, porqué de ser así, vendríais a ser lugares elevados profanados, con sagrados bosquecillos dedicados a un dios, y arrastrareis en vuestro paganismo a los que os mirasen como a templos de Dios. Debéis ser portadores de la Luz de Dios; ahora bien, una mecha sucia, o no embebida de aceite, produce humo y no da luz, emana mal olor y no ilumina. Una luz celada tras un cuarzo sucio no crea ese primoroso resplandor, ese juego de reflejos en el brillante mineral, sino que languidece tras el velo de negro humo que hace opaca a la diamantina protección.

La Luz de Dios resplandece en donde la voluntad se muestra solícita en limpiar a diario, quitando las escorias que el mismo trabajo produce con sus contactos, reacciones y desilusiones. La Luz de Dios resplandece en donde la mecha está empapada de abundante líquido de oración y caridad. La Luz de Dios se multiplica en múltiples resplandores – como infinitas son las perfecciones de Dios, cada una de las cuales suscita en el santo una virtud ejercitada heroicamente – si el siervo de Dios conserva limpio del negro hollín de toda humeante mala pasión, el cuarzo invulnerable de su alma; cuarzo invulnerable, ¡invulnerable! (La voz de Jesús truena en este final, retumbando en el anfiteatro natural).

Solo Dios tiene el derecho y el poder de incidir trazos sobre ese cristal, de escribir en él su Santísimo Nombre con el diamante de su Voluntad; viniendo su Nombre, así, a ser ornamento determinante de una más viva refracción de sobrenaturales bellezas sobre el cuarzo purísimo. Más, si el necio siervo del Señor, perdiendo el control de sí mismo y distrayéndose de su misión – entera y únicamente sobrenatural -, se deja incidir falsas decoraciones – rayones, no incisiones - , misteriosas y satánicas claves grabadas por la zarpa de fuego de Satanás… entonces no, entonces la admirable lámpara deja de resplandecer con hermosura y permanente integridad; se raja y se rompe y sofoca la llama con los restos del cristal fragmentado; o, si no se raja queda en ella, al menos una intrínseca red de signos de inequivocada naturaleza, en los cuales el hollín se deposita y se introduce, ejerciendo su acción corrosiva.

¡Desdichados, tres veces desdichados esos pastores que pierden la caridad, que se niegan a subir día tras día, para conducir a zonas elevadas al rebaño, que para subir, espera a que emprendan su ascésis: Yo descargaré mi mano sobre ellos, los derrocaré de su puesto y apagaré del todo su humo!

¡Desdichados, tres veces desdichados esos maestros que repudian la Sabiduría para saturarse de una ciencia no pocas veces contraria, siempre soberbia, alguna vez satánica; porque los hace hombres!

Pensad – escuchad esto y conservarlo – que si los hombres tienen como destino hacerse como Dios (con la santificación, que hace del hombre un hijo de Dios), el maestro, el sacerdote, debería tener ya desde este mundo sólo el aspecto de hijo de Dios, de criatura resuelta toda en alma y perfección; debería tener, digo, para llevar a Dios a sus discípulos. ¡Anatema a los maestros de sobrenatural doctrina que se transforman en ídolos de humano saber!

¡Desdichados, siete veces desdichados, mis sacerdotes muertos al espíritu, aquellos que son con su insipidez, con su tibieza de carne medio muerta, con su sueño lleno de alucinaciones de todo lo que no es el Dios uno y trino, y de cálculos de todo lo que no es sobrehumano deseo de aumentar las riquezas de los corazones y de Dios , conducen una vida mezquina, humana, abúlica arrastrando hacia sus almas muertas a quienes, considerándoles “vida”, los siguen!

¡Maldición divina sobre los corruptores de mi pequeño, amado rebaño! Os pediré justificación, ¡oh incumplidores siervos del Señor! De todo el tiempo que habéis tenido, de cada una de las horas, de cada contingencia, de todas las consecuencias; a vosotros os la pediré, no a los que perecen por vuestra indolencia… y exigiré castigo.

Recordad estas palabras. Ahora marchaos. Yo voy a subir hasta la cima (del monte). Dormid si queréis. Mañana el Pastor abrirá para el rebaño los pastos de la verdad”.







viernes, 24 de agosto de 2018

DICE JESÚS: SIN EL ARREPENTIMIENTO AMARGO Y SALUDABLE, INÚTILMENTE YO PARA VOSOTROS MORIRÉ.


EL NOS AMÓ
¡Bienaventurado el que hace...de Jesús clavado
 en la Cruz su confidente; su consejero, su todo!
Todo en la vida, y todo en la muerte.




El gran triunfo de Satanás: hacernos creer que estamos todos redimidos por Jesús, sin poner absolutamente nada de nuestra parte; y que el pecado y la virtud son indiferentes a Dios, es el triunfo del relativismo, doctrina que han abrazado multitud de cristianos que tratan de fanáticos de la Edad Media a los que no comparten sus opiniones.

Y como tildan de no dogmáticas las apariciones de la Stma Virgen María de Fátima en donde enseño a los videntes el espectáculo espantoso del Infierno, miran para otra parte, a pesar de que la conciencia les  remuerde amargamente

Sin embargo, algunos no tienen reparo en negar el Dogma del Infierno, proclamado por el Concilio de Letrán, u otros como el Sr. Arzobispo con quien tuve el gusto de conversar, para no negar el Dogma, ¡dicen que por la gran Misericordia de dios, el Infierno está vacío!

Todas esas opiniones son una arma poderosísima para Satanás: las almas en pecado mortal, nunca podrán arrepentirse, ni volver por el camino de la Salvación, y su alma queda sepultada en la muerte eterna, ya que no hay arrepentimiento.

Y me pregunto: ¿Como puede ser que un Jerarca de esa categoría que ha estudiado durante más de 6 años Teología, filosofía, Dogmática, que conoce todos los extensos libros de la Biblia, que ha predicado, leído, escrito libros y dado conferencias y retiros espirituales, desconozca esta sencilla frase que tan bien explica San Juan de la Cruz: el que ama una cosa se hace semejante a ella, por esa sencilla razón, los que se dan a todos los vicios y a los pecados se hacen hijos del padre de todos esos vicios y pecados, que es Satanás, y el que se entrega a todas las virtudes Cristianas, se hace semejante a su Padre Dios.

Otras cosas que enseña la Tradición Cristiana predicada y refrendada por todos los Padres de la Iglesia y todos los grandes Santos: El que comete un pecado mortal, ya no es hijo de Dios, si llega a morir sin arrepentimiento sincero, proporcional a la culpa, se condena. Sin embargo ese Jerarca se ha permitido suprimir y cambiar todas las tradiciones y todas las enseñanzas de los Doctores de la Iglesia, y dice que todos somos hijos de Dios, y por eso Dios no puede mandar allí a un hijo suyo.

El otro día salio el que es ahora Obispo, explicando el catecismo en una emisora de Radio, diciendo que el Sacerdote ¡tiene que seguir a su Obispo, como Jesús sigue a su Padre!(sic)

Naturalmente los herejes que predican esa Doctrina, tendrán que rendir cuentas a Dios Todopoderoso por la muerte de esas almas que han contribuido a condenar. ¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán hartos!



Del poema del Hombre-Dios de Mª Valtorta (3-3-1.945)
Palabras de Jesús a sus Apóstoles sobre la muerte


   [...] Estamos frente a la muerte. Yo lo estoy. Otros también lo están ¿Quienes? ¿Quieres saber quien, Pedro? Todos. La muerte avanza hora a hora y aferra a quien menos se lo espera. Pero es que incluso aquellos que tienen mucha vida que tejer, hora a hora están frente a la muerte, pues que el tiempo es un relámpago frente a la eternidad y en la hora de la muerte hasta la vida más larga se reduce a nada, y las acciones de lejanos decenios, hasta los de la primera edad, vuelven en masa para decir: "Mira: ayer hacías esto". 

    ¡Ayer! ¡Siempre es ayer cuando uno se muere! ¡Y siempre es polvo el honor y el oro que tanto anheló la criatura! ¡Pierde todo sabor el fruto por el que se perdió el juicio! ¿La mujer? ¿La bolsa? ¿El poder? ¿La ciencia? ¿Qué queda? ¡Nada! Solo la conciencia y el juicio de Dios, juicio al que la conciencia va pobre de riquezas, desnuda de humanas protecciones, cargada solo de sus obras.

    "Tomen su sangre y tiñan con ella las jambas y arquitrabe y el Ángel no arremeterá a su paso, contra las casas en que esté el signo de la sangre". Tomad mi Sangre. Ponedla no en las piedras muertas sino en el corazón muerto. Es la nueva circuncisión. Y Yo me circuncido por todo el mundo. 

  
No sacrifico la parte inútil, sino que quebranto mi magnífica, pura, sana virilidad, completamente la sacrifico y de los miembros mutilados, de las venas abiertas, tomo mi Sangre y trazo sobre la Humanidad anillos de salvación, anillos de eterno desposorio con el Dios que está en los Cielos, con el Padre que espera, y digo: Mira, ahora no puedes rechazarlos porque rechazarías tu Sangre".

"Y Moisés dijo: "...y luego sumergid un manojo en la sangre y asperjad con sangre las jambas´". ¿No basta entonces la Sangre? No basta. A mi Sangre debe unirse vuestro arrepentimiento. 

Sin el arrepentimiento amargo y saludable, inútilmente Yo para vosotros moriré.




martes, 21 de agosto de 2018

ORACIÓN PARA LOS CLERIGOS Y LOS SACERDOTES, QUE DEBEN DE SER NUESTROS MAESTROS. QUE JESÚS INVISTIÓ CON PODERES SOBRENATURALES, COMO SON DARNOS A DIOS Y PERDONAR NUESTROS PECADOS.



Los Sacerdotes tendrían que ser los educadores y
 los médicos de las almas.




REFLEXIÓN PERSONAL



En los cuadernos de María Valtorta, hay un pasaje en donde Jesús le explica la visión del Apocalipsis, en donde el dragón barre con su cola la tercera parte de las estrellas del cielo. El significado es este: esas estrellas son los Sacerdotes, y el trabajo preliminar de Satán es hacerlos caer, ya que él sabe muy bien, como así lo dice Jesús, que una vez que han caído, tiene el campo libre para hacer caer igualmente mucho más fácilmente a los fieles, para los cuales los Sacerdotes son las lumbreras que iluminan la noche del Espíritu.

El Papa, dirigiéndose a los sacerdotes en el encuentro en Madrid de la J.M.J., no tuvo reparo en afirmar que el que no sienta verdadera vocación, es mejor que abandone el futuro ministerio, por la responsabilidad tan grande que tienen los sacerdotes para la comunidad.

Bajo mi punto de vista, igual que, gracias a este Papa se expulsan los Sacerdotes pederastas, se tendrían que expulsar igualmente a los Sacerdotes que predican doctrinas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia, a la tradición y a la Doctrina de los Santos Padres, negando el Infierno, la existencia del Demonio, y que pintan un Dios hecho a su semejanza y acorde con sus ideas heréticas.

No se trata de restablecer la Inquisición, pero hoy día, cualquier profesional que no cumple adecuadamente con su tarea, sea ingeniero, profesor o cualquier trabajador que no sabe ejercer su profesión, es expulsado de su trabajo, lo mismo hay que hacer con ciertos sacerdotes que están contaminando al Pueblo de Dios con su doctrina herética y contraria a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia, porque aquí se trata de un asunto más importante que cualquier otro oficio: La salvación de las almas, con la ayuda de la verdadera Doctrina de Jesús-Dios. 

Santo Tomas de Aquino dice sin contemplaciones que los Prelados deben de ser argüidos públicamente cuando predican doctrina adulterada y hay peligro para la Santa Fe. Si no se obra de esa manera, Satán tendrá las manos libres para corromper cada vez más a la gente incauta, y a los fieles que creen firmemente todo lo que dicen los Sacerdotes.





PARA LOS SACERDOTES
De los cuadernos de María Valtorta

           Dice Jesús:

       “Ora, ofrenda y sufre mucho por mis sacerdotes. Mucha sal se ha vuelto insípida y las almas sufren por ello perdiendo el sabor de Mí y de mi Doctrina.

Hace algún tiempo que te digo esto, pero tú no quieres escucharlo. Y no quieres escribirlo. Te retraes. Entiendo el por qué. Pero antes que tú, otros han hablado de ello, por mi inspiración, y eran santos. Es inútil querer cerrar los ojos y los oídos para no ver y no oír: la verdad grita incluso con el silencio. Grita con los hechos que son la palabra más fuerte.

¿Por qué no repites la oración de María Magdalena de Pazzi? Antes la decías siempre. ¿Por qué no ofreces parte de tus sufrimientos cotidianos para todo el sacerdocio? Oras y sufres por mi Vicario. Está bien. Oras y sufres por algún consagrado o consagrada que se encomiendan a ti o hacia los cuales tienes un especial deber de gratitud. Pero no es suficiente. Y por los otros ¿Qué haces? Has puesto una intención de sufrimiento por el clero el miércoles. No basta. Es necesario que todos los días ores por mis sacerdotes y que ofrezcas parte de tus sufrimientos por esto. No te canses nunca de orar por ellos, que son los mayores responsables de la vida espiritual de los católicos.

Si basta que un laico haga por diez para no escandalizar, mis sacerdotes deben hacer por cien, por mil. Deberían ser semejantes a su Maestro en pureza, caridad, desapego de las cosas del mundo, humildad, generosidad. En cambio, el mismo relajamiento de vida cristiana que hay en los laicos está en mis sacerdotes y en general en todas las personas consagradas por votos especiales. Pero de estas hablaré después.

Ahora hablo de los sacerdotes, de quienes tienen el honor sublime de perpetuar desde el altar mi Sacrificio, de tocarme, de repetir mi Evangelio.

Deberían ser llamas. En cambio son humo. Hacen fatigosamente lo que deben hacer. No se aman entre ellos y no os aman a vosotros como pastores que deben estar preparados para darse completamente, incluso con el sacrificio de sus vidas, para sus ovejitas. Vienen a mi Altar con el corazón lleno de preocupaciones de la tierra. Me consagran con su mente en otra cosa y ni siquiera mi comunión enciende en su espíritu esa caridad que debe estar viva en todos pero que debe ser vivísima en mis Sacerdotes.

Cuando pienso en los diáconos, en los Sacerdotes de la Iglesia de las catacumbas, y los comparo con los de ahora, siento una infinita piedad por vosotros, multitudes que os quedáis sin o con demasiado poco alimento de mi Palabra.

Aquellos diáconos, aquellos Sacerdotes tenían en contra a toda una sociedad malévola, tenían en contra el poder constituido. Aquellos diáconos, aquellos Sacerdotes debían desempeñar su ministerio entre mil dificultades; el más incauto movimiento les podía hacer caer en manos de los tiranos y conducirlos a morir escarnecidos. Sin embargo, ¡cuanta fidelidad, cuanto amor, cuanta castidad, cuanto heroísmo había en ellos! Han cimentado con su sangre y con su amor a la Iglesia naciente y de cada uno de sus corazones han hecho un altar.

Ahora resplandecen en la Jerusalén Celestial como tantos altares eternos sobre los cuales Yo, el Cordero, descanso complaciéndome en ellos, mis intrépidos confesores, los puros que han sabido lavar las suciedades del paganismo que los había saturado de sí durante años y años antes de su conversión a la Fe, y que salpicaba su fango sobre ellos incluso después de su conversión, como un océano de barro sobre rocas inquebrantables.

Se habían bañado en mi Sangre y habían venido a mí con blancas estolas que tenían por adorno su sangre generosa y su caridad vehemente. No tenían vestidos externos, ni signos materiales de su milicia sacerdotal. Pero eran Sacerdotes en el ánimo. Ahora existe el vestido externo pero su corazón ya no es mío.

Tengo piedad de vosotros, greyes sin pastores. Por esto todavía detengo mis rayos: porque tengo piedad. Se que mucho de lo que sois proviene de que no estáis sostenidos.

¡Son demasiado pocos los Sacerdotes verdaderos que se parten a si mismos para prodigarse a sus hijos! Nunca como ahora es necesario rogar al Dueño de la mies, que mande verdaderos obreros a su mies, que cae mustia porque no es suficiente el número de verdaderos incansables obreros, sobre los cuales se posa mi ojo con bendiciones y amor infinitos y agradecidos. Como me gustaría poder decir a todos mis Sacerdotes: “¡Venid, siervos buenos y fieles, entrad en el gozo de vuestro Señor!”.

Reza por el clero secular y el conventual.

El día en que el mundo no hubiera más Sacerdotes realmente sacerdotales, el mundo terminaría en un horror que la palabra no puede describir. Habría llegado el momento de la “abominación de la desolación”. Pero llegado con una violencia tan espantosa, por ser un infierno traído sobre la tierra.

Reza y di que se rece para que toda la sal no se haga insípida en todos menos en Uno, en el último Mártir que estará para la última Misa, porque hasta el último día existirá mi Iglesia militante y el Sacrificio será cumplido.

Cuantos más verdaderos Sacerdotes existan en el mundo cuando se hayan cumplido los tiempos, menos largo y cruel será el tiempo del Anticristo y las últimas convulsiones de la raza humana. Porque “los justos” de los que hablo cuando predigo el fin del mundo, son los verdaderos Sacerdotes, los verdaderos consagrados en los conventos esparcidos sobre la tierra, las almas víctimas, hilera desconocida de mártires que solo mi ojo conoce mientras que el mundo no los ve, y quienes actúan con verdadera pureza de Fe. Pero estos últimos son, aun sin que ellos lo sepan, consagrados y víctimas.












sábado, 18 de agosto de 2018

EL HOMBRE TIENE QUE QUERER SER COMO DIOS, POR AMOR Y NO POR EGOÍSMO.COMO ASÍ LO HIZO LUCIFER


Expulsó al hombre y puso delante del jardín del Edén un Querubín,
que blandía flameante espada para guardar el camino
 del árbol de la vida (Gen 3, 24)



Reflexiones personales


La única cosa segura que hay en este mundo, es que todos moriremos algún día, y que somos más o menos pecadores, todo lo demás hay que ponerlo en duda, aunque venga alguien a convencernos de lo contrario, y lo confirme con milagros. Dios nos dará la Vida Eterna si lo amamos, y le pedimos perdón, entonces, nunca nos abandonará, ya que nunca abandona a los que le quieren, muy al contrario como una madre, siempre nos cuida y nos protege.

La gente se condena cuando deja de amarlo, y se aparta de Él, aún así, en este mundo siempre espera que volvamos, y está dispuesto a perdonarnos si nos arrepentimos, como el padre del hijo pródigo de la parábola. El único peligro de las ovejas es apartarse del Pastor, porque sin su protección, el lobo se apodera de ellas. Lo mismo ocurre con las almas, fuera de la protección del Hijo de Dios, el Demonio tiene las de ganar, por eso intenta por todos los medios romper el lazo de unión que une el alma con Dios, que es el Amor, y muchas veces lo consigue porque Dios deja libertad absoluta a las almas, las cuales se apartan de Dios cuando son Orgullosas, Desobedientes, Irreflexivas y Ociosas. (O.D.I.O.).

Solo el Amor a Jesús nos dará la Vida Eterna, porque crea un lazo que nos mantiene firmemente unido a Él, que es Todopoderoso. Para que ese Amor sea imperecedero, las almas tienen que ser Amables, Maleables, Obedientes y Razonables. (A.M.O.R ).

Tanto Lucifer y sus ángeles, como los justos quieren ser semejantes a Dios, pero los primeros lo hacen con soberbia y O.D.I.O. y los segundos con humildad y A.M.O.R.

La única manera de conseguir ese deseo, es pasando por la espada flameante del Querubín, que quiere decir sufrir para borrar en nosotros las raíces del pecado Original, esto se logra siguiendo a Jesús con nuestra cruz, y perdiendo nuestros deseos mundanos, que es perder su vida para ganarla por la eternidad, como lo dice Jesús. 




De Azarías, el Ángel de la guardia de María Valtorta  (19/1/1.947)


[…] La concupiscencia de ser semejante a Dios, no porque el deseo provenga del conocimiento de vuestra condición y del amor, que os muevan a conseguir una protección que os haga dioses, sino del orgullo, es la misma concupiscencia de Lucifer. Y como toma la forma y la violencia del Rebelde, toma igualmente su tenacidad.

Os dijo vuestro Maestro santísimo: “sed perfectos como mi Padre”. Por eso no es culpa sino obediencia tender a esa perfección que os asemeja a vuestro Padre. Ahora bien, la perfección comporta justicia y en la justicia hay únicamente amor. En la justicia y en el amor hay siempre humildad y sabiduría, y en la humildad y sabiduría, el deseo de ser semejantes a Dios, que no ha de confundirse con el orgullo ni la ignorancia de quererlo ser en poder y en infinitud, afín de hacer las mismas cosas que Él hace y aún mayores, superándolo, dominándole y destronándole, diciendo: “Yo soy”, como trató de hacerlo Lucifer y como lo dijo, sino que permanece puro y todo amor, nada más que amor, Amor que mueve a los hijos a imitar al Padre y al Hermano divinos para ser perfección en la bondad y en la caridad. En eso y no en la sed de hacer las obras estupendas que hace Dios, Creador y Señor del Cielo y de la Tierra.

[…] Hay otros pecados, precisamente con el pecado de concupiscencia espiritual, que se encuentran (¿cómo no?) entre las filas de los católicos que se creen fervorosos, y lo son a su manera. Lo son más con el injusto fervor y con el desordenado amor. En tiempo de Jesús nuestro Señor, ellos estarían en las filas de los Fariseos. Actualmente se encuentran entre los desordenados en religión.

¡Y son tantos…! Son todos aquellos que – lo son únicamente porque no dejan pasar un día sin ir a la Iglesia, respetan la abstinencia y el ayuno a toda costa, hasta el punto incluso de desatender al marido, a la mujer o a los hijos y, de este modo, fomentar en ellos la libertad, que en un buen católico, debería ser el cuidado de impedir que surja; o, faltando a la caridad con un enfermo, se olvidan que la asistencia al que está enfermo es, por la misericordia practicada, rito de honor y de amor hacia Dios que se oculta en el propio enfermo – son aquellos que, porque hacen esto, tienen para su alma una religión desordenada.

Desordenada por ser egoísta. Desordenada por su sed de alabanzas de los hombres que ven su fervor (exterior) y su diaria oración (externa). Más Dios penetra el fondo de los corazones y de las cosas. Ve el verdadero móvil de tantas prácticas, al igual que las consecuencias de las mismas, todas ellas exteriores. Y no las aprueba, porque Dios es Amor y Orden y quiere, por tanto, orden y amor en todas las cosas.





POR RAZONES DE JUSTICIA UN PECADO GRAVE, PARA SER PERDONADO, NECESITA UN ARREPENTIMIENTO SINCERO, UN DESEO DE ENMIENDA Y UNA PENITENCIA PROPORCIONAL A LA CULPA.


EL ALMA DE LOS DEGOLLADOS POR HABERSE  MANTENIDO
FIELES, SON COMO JESÚS LAS VÍCTIMAS EXPIATORIAS
 DE TODOS LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD


El clamor de los Mártires en el Cielo, pidiendo venganza para sus verdugos, es un acontecimiento que nunca llegarán a comprender la gran mayoría de los fieles y Consagrados relativistas, y "bonistas", que ponen en plan de igualdad al Santo con el sádico pecador. 

Es verdad que todos nosotros tenemos que perdonar a nuestros enemigos y verdugos, por la sencilla razón, de que si no perdonamos a los que nos ofenden, tampoco se nos perdonarán nuestras faltas, como así lo pedimos en el Padre Nuestro.

Es también verdad que Jesús en la Cruz, nos dio el ejemplo diciendo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Luc 23, 34)", para poder cumplir con la Redención, ya que Jesús, en su naturaleza humana pedía perdón al Padre en nombre de toda la humanidad, pasada, presente y futura, porque estaba cargado con todos sus pecados, ya qué sin estas palabras, no se podría haber producido la Redención.

Pero no hay que olvidar que en el Juicio contra Jesús, en presencia de Poncio Pilato, este se lavó las manos ante la intransigencia del Pueblo Judío, que pidió la sentencia de muerte para Jesús: "Y todo el pueblo contestó diciendo: Que caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Mat 27,25), esto fue la causa que llevó a la masacre, la esclavitud y la deportación de todos los Judíos, y lo que provocó la diáspora de ese Pueblo, llegando a su culmen con el nazismo.

Tampoco hay que olvidar que, cuando ciertas mujeres de Jerusalén, lloraban amargamente, cuando Jesús cargaba con la cruz, camino del Calvario, "Vuelto a ellas, Jesús dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí; llorad más bien por vosotras y vuestros hijos, porque días vendrán que se dirá: Dichosas las estériles y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. Entonces dirán a los montes: Caéd sobre nosotros; y a los collados: ocultádnos, porque si esto se hace con el leño verde, con el seco, ¿que será? (Luc 23, 28-31), Oráculo que se cumplió unos años después, con la destrucción de Jerusalén, la masacre y la deportación de todos los Judíos de Israel.

Tampoco se pudo cumplir la petición de Jesús que pedía perdón: y es que para qué el Padre perdone a las almas, estas tienen a su vez que perdonar, y los Judíos no pidieron perdón por la muerte de Jesús, por eso ese perdón solicitado no se les pudo ofrecer, ya que para colmo surgió entre ellos un falso profeta que se creía el nuevo Mesías, el enviado, el escogido por Yahvé, para derrotar al Imperio romano. Y el caso más flagrante es el del sumo Sacerdote Caifás, y de toda la retahíla de rabies, fariseos y escribas, así como todo el Pueblo Judío que quiso indultar a Barrabas, y condenar a Jesús. 

El Evangelio relata que a la hora de la muerte de Jesús, hubo tinieblas, terremotos y que muchos justos resucitaron y se aparecieron a gente en Jerusalén. Caifás que se había desgarrado las vestiduras, cuando Jesús proclamó su divinidad, se tuvo que enterar que a la hora de la muerte de Jesús, el velo del templo que tapaba la esencia de Yahvé, se rajó de arriba a bajo, prueba evidente del abandono de Dios al Pueblo Judío, pero ni él ni todos sus seguidores se arrepintieron, lo que hubiera traído el perdón de Jesús. 

El Judaísmo pasó entonces  de ser el Pueblo de Dios, a ser un pueblo deicida, que se desgajó como una rama podrida del árbol de Jesé. Los Cristianos son el verdadero Pueblo de Dios, porque han reconocido al Mesías, como había sido profetizado desde el inicio. Jesús le dijo a los Judíos que Abrahán el Padre de todos los creyentes, había visto su nacimiento y se alegró. En la transfiguración, estaban Moisés y Elías, las dos figuras más importantes del antiguo Testamento.   

La petición de perdón se aplicó y se sigue aplicando, solo para los que cumplen con el mandamiento del perdón con un arrepentimiento profundo y sincero, proporcional a la culpa, y eso no se produjo en el pueblo Judío, que aún está esperando el Mesías. Han recibido ya su castigo, falta aún el arrepentimiento y la petición del perdón por el deicidio, hecho que según las profecías tendrá lugar antes de la venida del Anticristo, lo que provocará el furor del Demonio.




jueves, 16 de agosto de 2018

DISCURSO DE JESÚS PARA SUS DISCÍPULOS Y LOS PASTORES.


Y ESO ES PORQUÉ EL MUNDO  ES UN ESPEJISMO, QUE ESTÁ Y YA
 NO ESTARÁ Y QUE FUE CREADO PARA QUE EL HOMBRE 
ALCANCE UN MUNDO NUEVO, PERFECTO Y ETERNO


     Jesús es un Dios exigente, que pide completa entrega y dedicación a sus discípulos, de una mentalidad completamente opuesta a la que nos transmite hoy día ciertos "maestrillos quietistas", que nos lo pintan como el dios "merengue", y que se creen que por el mero hecho del Sacrificio cruento de Jesús en la Cruz, ya estamos todos redimidos, sin que haya prácticamente ninguna aportación, ningún sacrificio, ni ninguna renuncia por nuestra parte. Y que Dios es incapaz de condenar a nadie porqué todos somos hijos suyos.

      Esta actitud de “quietismo”, tan común en nuestros días es el gran triunfo de Satán, que nos ha llevado al relativismo actual, en donde ya nada es pecado porqué todo es fruto de unas circunstancias atenuantes.
     
     El Aborto: Con el pretexto de la salud mental de la mujer, se ejecutan millones de criaturas completamente inocentes, pudiéndolas darlas en adopción, lo que termina con la vida del ser humano y del alma de la progenitora cuando no se arrepiente, y que de todas maneras queda marcada para siempre, para el gran regocijo de Satanás.

       El Divorcio exprés: sufre las consecuencias el conjugue más pobre, no solo desde el punto de vista material pero sobre todo espiritual, abocados al adulterio, con unos hijos que son los que menos tienen la culpa, completamente destrozados, y enseñados con el ejemplo, a ser unos seres parecidos a sus padres.

    El matrimonio homosexual: Aberración antinatural condenada por Dios en el Deuteronomio: “No te unirás con hombre como con mujer”, agravado con la autorización para adoptar niños, y así educarlos semejantes a sus "padres".

          La Eutanasia: Que es disponer de la vida de un ser humano que es un don de Dios, que solo Él puede dar y quitar, las consecuencias naturalmente las sufren los más débiles, que son siempre los más pobres.

       Todo ello, es el hedonismo que busca afanosamente el placer y  la comodidad, acciones opuestas a las enseñanzas de Jesús y de su Santa Iglesia, y digo Santa porqué algunos de sus miembros, aunque vistan hábito talar, o sean Jerarquía, no pertenecen a esta Iglesia de Jesús por la sencilla razón de que practican y predican una doctrina contraria al Evangelio, como lo veremos más abajo en el discurso de Jesús.

       “Si en algún tiempo, hermano mío, alguno te predicara doctrina de anchura y más alivio, no la creas ni la abraces, aunque te la confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quieres llegar a la posesión de Cristo, lo busques sin la Cruz”.
(Palabras de San Juan de la Cruz a un compañero que le reprochaba su austeridad).

        Ya vemos los frutos de esa mentalidad, que son sufrimientos y dolores atroces, siempre dirigidos a los más débiles, y propiciados por los gobiernos actuales, que con tal de recabar votos para mantenerse en el poder, votan leyes que favorecen a los hedonistas, los cuales siendo mayoría, siempre los apoyarán.




DISCURSO DE JESÚS PARA SUS DISCÍPULOS
Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta

          (...) Os he comparado a una luz. El que enciende en la noche una lámpara en una casa, ¿Dónde la pone?: ¿en un agujero de debajo del horno?, ¿en la cueva que usa como bodega?, ¿cerrada dentro de un arquibanco?, ¿única y simplemente sofocada bajo el celemín? No, porqué sería inútil encenderla. Por el contrario, la lámpara se coloca sobre una repisa, o se cuelga en su soporte, para que, estando en un punto alto, dé a luz a toda la habitación y a los que en ella están, Ahora bien, precisamente por el hecho de que lo que ocupa un lugar elevado debe recordar a Dios y dar luz, debe de estar a la altura de su función.

        Vosotros debéis recordar al Dios verdadero. Preocuparos pues de que no anide en vosotros el septipartito paganismo, porqué de ser así, vendríais a ser lugares elevados profanados, con sagrados bosquecillos dedicados a un dios, y arrastrareis en vuestro paganismo a los que os mirasen como a templos de Dios. Debéis ser portadores de la Luz de Dios; ahora bien, una mecha sucia, o no embebida de aceite, produce humo y no da luz, emana mal olor y no ilumina. Una luz celada tras un cuarzo sucio no crea ese primoroso resplandor, ese juego de reflejos en el brillante mineral, sino que languidece tras el velo de negro humo que hace opaca a la diamantina protección.

          La Luz de Dios resplandece en donde la voluntad se muestra solícita en limpiar a diario, quitando las escorias que el mismo trabajo produce con sus contactos, reacciones y desilusiones. La Luz de Dios resplandece en donde la mecha está empapada de abundante líquido de oración y caridad. La Luz de Dios se multiplica en múltiples resplandores – como infinitas son las perfecciones de Dios, cada una de las cuales suscita en el santo una virtud ejercitada heroicamente – si el siervo de Dios conserva limpio del negro hollín de toda humeante mala pasión, el cuarzo invulnerable de su alma; cuarzo invulnerable, ¡invulnerable! (La voz de Jesús truena en este final, retumbando en el anfiteatro natural).

          Solo Dios tiene el derecho y el poder de incidir trazos sobre ese cristal, de escribir en él su Santísimo Nombre con el diamante de su Voluntad; viniendo su Nombre, así, a ser ornamento determinante de una más viva refracción de sobrenaturales bellezas sobre el cuarzo purísimo. Más, si el necio siervo del Señor, perdiendo el control de sí mismo y distrayéndose de su misión – entera y únicamente sobrenatural -, se deja incidir falsas decoraciones – rayones, no incisiones - , misteriosas y satánicas claves grabadas por la zarpa de fuego de Satanás… entonces, no, entonces la admirable lámpara deja de resplandecer con hermosura y permanente integridad; se raja y se rompe y sofoca la llama con los restos del cristal fragmentado; o, si no se raja queda en ella, al menos una intrínseca red de signos de inequivocada naturaleza en los cuales el hollín se deposita y se introduce, ejerciendo acción corrosiva.

           ¡Desdichados, tres veces desdichados esos pastores que pierden la caridad, que se niegan a subir día tras día, para conducir a zonas elevadas al rebaño, que para subir, espera a que emprendan su ascesis: Yo descargaré mi mano sobre ellos, los derrocaré de su puesto y apagaré del todo su humo!

        ¡Desdichados, tres veces desdichados esos maestros que repudian la Sabiduría para saturarse de una ciencia no pocas veces contraria, siempre soberbia, alguna vez satánica; porque los hace hombres!

            Pensad – escuchad esto y conservarlo – que si los hombres tienen como destino hacerse como Dios (con la santificación, que hace del hombre un hijo de Dios), el maestro, el sacerdote, debería tener ya desde este mundo sólo el aspecto de hijo de Dios, de criatura resuelta toda en alma y perfección; debería tener, digo, para llevar a Dios a sus discípulos. ¡Anatema a los maestros de sobrenatural doctrina que se transforman en ídolos de humano saber! ¡Desdichados, siete veces desdichados, mis sacerdotes muertos al espíritu, aquellos que son con su insipidez, con su tibieza de carne medio muerta, con su sueño lleno de alucinaciones de todo lo que no es el Dios uno y trino, y de cálculos de todo lo que no es sobrehumano deseo de aumentar las riquezas de los corazones y de Dios, conducen una vida mezquina, humana, abúlica, arrastrando hacia sus almas muertas a quienes, considerándoles “vida”, los siguen!

      ¡Maldición divina sobre los corruptores de mi pequeño, amado rebaño! Os pediré justificación, ¡Oh incumplidores siervos del Señor! De todo el tiempo que habéis tenido, de cada una de las horas, de cada contingencia, de todas las consecuencias; a vosotros os la pediré, no a los que perecen por vuestra indolencia… y exigiré castigo.

        Recordad estas palabras. Ahora marchaos. Yo voy a subir hasta la cima (del monte). Dormid si queréis. Mañana el Pastor abrirá para el rebaño los pastos de la verdad”.





lunes, 6 de agosto de 2018

LUCIFER ES INTELIGENTÍSIMO, ADEMÁS DE SER ASTUTO, ENGAÑA A MUCHOS FINGIÉNDOSE AMIGO, PARA LLEVARLOS A LA PERDICIÓN.


La tremenda lucha contra el espíritu del mal



                En el mundo actual, he encontrado toda una serie de personas, y lo más grave consagrados y sacerdotes, que no creen ni en las posesiones, (que dicen que son enfermedades mentales), ni en los exorcismos (que dicen que ¡son debidas al efecto placebo!). No hay duda alguna que estos individuos nunca sufrieron persecuciones como son ataques indirectos,  situaciones en las cuales, el demonio aterroriza a los que aman a Dios, y que predican su Doctrina con Santo temor, sin hablar de los ataques directos como los que sufrieron los grandes Santos como San Pablo, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, el Santo Cura de Ars, el Padre San Pío de Pietrelcina, y tantos más.

          Son individuos pues, sin emitir ningún juicio, solo por pura lógica, que no solo no han recibido ningún ataque indirecto, ni directo, pero que además, tampoco han estado sometidos a grandes tentaciones, ya que para ser Santos, hay que sufrir la persecución de Satanás, y aún así, mantenerse fieles. Como está escrito al final de este escrito de los Cuadernos de María Valtorta de 1.944.

           Lo que sí es de sobra conocido, es que el enemigo ataca a los Santos porque no los tiene a su alcance, y deja tranquilos a los mediocres porqué los tiene a su merced, por eso los primeros creen firmemente en la acción del demonio, y los otros no.

Y la explicación del por qué, es bien evidente: El hombre tiende a juzgar todos los acontecimientos según su manera de ser: y así, el borracho se cree que todo el mundo bebe, el ladrón cree que todo el mundo roba, y el que es mediocre en la fe, se cree que todos lo son, y los que no están de acuerdo con él son unos fanáticos. Por esa razón, el que nunca ha sido sometido a los embistes del demonio, se cree que nadie lo ha estado, y que por eso, el demonio no existe, y es una pura invención de los que no son como él.

        Y aquí se denota una falta grave: el horrendo pecado de Satán, la soberbia que le induce a algunos que se hacen llamar "teólogos" a colocarse por encima del mismo Dios: Al creer que el mundo gira alrededor de ellos, llegan a convencerse de que todas las interpretaciones antiguas, que son distintas a las suyas están equivocadas, y que hay que volver a adaptarlas a su modo de ser. 

  


DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA

Dice Jesús respondiendo a ciertas reflexiones mías: 
“Lucifer es inteligentísimo, además de ser astuto, emplea la astucia para urdir acechanzas, pero emplea la inteligencia para pensar si puede arruinar a una criatura y cuándo y como puede hacerlo y por lo tanto apenarme. Puedes estar segura que jamás derrocha su tiempo.Y como tiene mucho que hacer en la numerosa población del globo, por más que sea omnipresente en la Tierra y por más que la exigua atención del hombre y su escasa voluntad hacia el bien conviertan la ya enorme potencia de Lucifer en casi omnipotencia sobre las criaturas, tiene que calcular bien su tiempo y no perder un minuto para trabajar con provecho. Con el nefasto provecho de colmar sus cofres infernales con los tesoros que le roba a Dios, es decir, las almas.

              En verdad, es un incansable trabajador. En lo alto, el Incansable obra el bien para vosotros. En las profundidades, el incansable obra el mal para vosotros. Y en verdad te digo que este es más afortunado que Dios. Sus conquistas son más numerosas que las mías. Mas como puedes comprender bien por la premisa, aun siendo astuto e inteligente, estando tan atareado no puede concederse el lujo de ocuparse de todos en igual medida. Y no se lo concede.

             ¡Oh, aunque lo sea en el ámbito del mal, es un asceta de la idea que persigue, está entregado por completo a ella, no se distrae, no se aviene a transacciones ni a desfallecimientos ni a postergaciones! ¡Oh, hombres, si vosotros fuerais en cuanto al  bien lo que es Satanás en cuanto al  mal! Más no lo sois.

             Cuando una criatura nace a la inteligencia, Lucifer se ocupa poco de ella; se limita a observarla escudriñándola como a un probable chivo de su rebaño infernal en el futuro. Pero a medida que la criatura comienza a saber pensar, a saber emplear su voluntad, es decir cuando ya ha pasado los siete años, Lucifer aumenta sus atenciones y empieza su adoctrinamiento.

             El  ministerio angélico instruye y conduce a los espíritus con palabras de luz. El ministerio satánico instruye e instiga a los espíritus con palabras de tinieblas. Es una lucha interminable. Que venza o pierda el uno, que venza o pierda el otro, el ángel de la luz y el ángel de las tinieblas combaten en torno a un espíritu hasta el último minuto de su vida mortal, para arrebatarse recíprocamente la presa, el uno para devolvérsela a su Señor, en la luz, luego de haberla tutelado por todo su día terrena; el otro para arrastrarla en las tinieblas si, por último la victoria fue suya.

              Mas entre esos dos que combaten, hay otro ser que, en el fondo es el personaje más importante: está el hombre por el cual los dos combatenEstá  el hombre libre de seguir su voluntad y dotado de inteligencia y razón, munido de la fuerza incalculable de la Gracia, que le han concedido el Bautismo y que los Sacramentos le mantienen y le aumentan.

             Como tú sabes, la Gracia es la unión del alma con Dios. Por este motivo tendría que daros una fuerza tal que os hiciera inaferrables e incorruptibles ante las insidias y corrupciones satánicas, puesto que la unión con Dios tendría que convertiros en semidioses. Mas para permanecer siendo tales hay que quererlo; hay que decirle a Satanás y a si mismos: “Yo pertenezco a Dios y quiero ser solo de Dios”. Por eso es necesario obedecer los preceptos y consejos; por eso es necesario un esfuerzo continuo para seguir, perseguir, conquistar el bien, un bien cada vez mayor; por eso es necesario observar absoluta fidelidad y constante vigilancia; por eso es necesario heroísmo para vencerse a sí  mismos y vencer lo exterior, frente a las seducciones de la concupiscencia trina y en sus múltiples aspectos.

              Pocos, muy pocos, excesivamente pocos, saben hacer estas cosas. Entonces, ¿qué pasa? Entonces, Satanás se ocupa poco de ellos, que pueden ser capturados fácilmente, cuando el lo quiera y que, una vez capturados, se encuentran inertes, sin intentar huir. Actúa con ellos como el gato con el ratón. Les coge,  les aprieta un poco, les aturde y luego los deja, limitándose a propinarles un nuevo zarpazo, un nuevo mordisco, si advierte la señal de una tímida fuga. Pero hace sólo eso. Sabe que son “suyos” y no pierde mucho tiempo por ellos ni usa mucha inteligencia.

             ¡En cambio con los “míos”, con los “míos” es otra cosa! Los “míos” son la presa que aguijonea sobremanera su hambre maligna. Son los “inaferrables”. Y Satanás, como un cazador experto, sabe que es meritorio capturar la presa difícil. Son la “dicha” de Dios y Satanás festeja mucho cuando puede darle un dolor a Dios, cuando puede ofenderle y desilusionarle. Vive de odio. Del mismo modo que Dios vive de Amor. Él es el Odio así como Dios es el Amor  El odio es su sangre así como el Amor es la mía. He aquí por qué multiplica los cuidados y la vigilancia en torno a uno que es “mío”.

             Entrar en una fortaleza desmantelada es un juego de niños. No le interesa al cruel  rey del Infierno. Le interesan las fortalezas de Dios, las rocas puras y lisas, límpidas como el cristal, resistentes como el acero, que llevan esculpido en todas partes, aún en las honduras más profundas, el Nombre más santo: el nombre de Dios. Es más propio de esas profundidades, el nombre filtra como un fluido que emana desde lo íntimo hacia el exterior. Es el nombre que aman, que sirven, que pronuncian, con el espíritu en adoración, a cada latido de su corazón. Por eso el gozo de Satanás consiste en cogerles, en cogeros, en arrebataros a Mí, en borrar ese Nombre de vuestro ser trino, hecho de espíritu, carne y razón, y hacer de vosotros que sois las flores de mi jardín, inmundicia para su infierno y luego reír, arrojando su risa blasfema contra el  trono divino, reír por su victoria sobre el hombre y sobre Dios.

              Cuanto más sois “míos”, más se empecina en haceros suyos. Y como en vosotros existe una voluntad y una vigilancia asiduas, el, el Astuto, no os sigue y persigue con el método que emplea para los demás. Por el contrario, os ataca a traición, manteniendo distancias cada vez más largas, en los momentos más imprevisibles y con los motivos más inesperados. Se aprovecha del dolor, de la necesidad, del abandono, de las desilusiones y se abalanza como una pantera sobre vuestra desconsolada debilidad, sobre vuestra atónita debilidad de ese momento con la esperanza de venceros esta vez para rehacerse de todas las veces que le habéis vencido.

            ¿Cuáles son sus medios? Son infinitos. ¿Cuál es su método? Es uno solo: la dulzura benévola, engañosa, la palabra meditada y calma, la apariencia de un amigo que ayuda, que está dispuesto a ayudar. ¿Ya has sufrido estos asaltos? Los sufrirás aún, serán numerosos y cada vez más astutos. ¡Oh, que rencor hacia Mí y hacia ti! Cada vez más sufrirás estos asaltos y serán tan sutiles que lograrán engañar hasta el más listo. 

        Quiero decir “listo” desde un punto de vista humano pues, ¡sonríe, oh alma que amo!, la sencillez que está impregnada totalmente de Dios, y que así se conserva, es impenetrable a cualquier sutileza.

        Los asaltos herirán tu carne. Mas la cicatriz que marca la carne representa el  honor del soldado y afirma: “Esta señal es la prueba de una batalla viril”. Y cuanto mas la carne del soldado está marcada por estas señales, tanto mas el mundo se inclina ante ese valiente. En las batallas espirituales sucede lo mismo. Y vuestras heridas, que no dañan el espíritu sino que cubren de livor solamente la envoltura del espíritu-rey, constituyen vuestro honor. Y por ellas seréis honrados en el Cielo.

              En verdad te digo que llamáis “mártires” solo a los que perecieron por obra de los tiranos. Pero lo son todos mis santos, porque para ser santos debieron sufrir la persecución de Satanás y aún así, mantenerse fieles. ¡Gloria a los que vencen! Las palmas celestes son para vosotros”.

¡Y encima llaman Iglesia Peregrina a la Iglesia Militante!