LAS VOCES DE DIOS
Soy una Voz que clama en la red diciendo: ¡Enderezad los caminos! Cristo está ya a las puertas: lo veremos a la hora de nuestra muerte, Vendrá con gran Majestad; con un Esplendor y una Gloria indescriptibles, con su cayado de Pastor terrenal transformado en cetro Real, a la derecha de Dios Padre, iluminados por la radiante Luz del Espíritu Santo, rodeados de la Corte Celestial, entre los cánticos de alabanza y de alegría de los coros angélicos y de todos los Santos.
MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA
sábado, 9 de noviembre de 2024
martes, 22 de octubre de 2024
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA SE TRANSFORMÓ DE SER HUMANO EN MADRE DE DIOS Y DE LAHUMANIDAD
martes, 24 de septiembre de 2024
lunes, 23 de septiembre de 2024
LETANIA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA: ESTRELLA DE LA MAÑANA: RUEGA POR NOSOTROS
jueves, 12 de septiembre de 2024
CUALQUIER LUGAR PUEDE SER UN LUGAR DE ORACIÓN Y DE ALABANZA A DIOS
Y es que toda la Creación tiene la huella de Dios para los contemplativos, es un don de Dios que solo tienen algunas personas, que son las que aman a Dios con un Amor especial, que solo se activa en la soledad, San Juan de la Cruz explica que ese tipo de amor contemplativo y solitario, es semejante al que tienen algunos humanos con su pareja, que aunque no tengan en este momento ninguna relación íntima, solo se encuentran a gusto en soledad, no queriendo que haya presencia alguna que les es molesta.
Siendo Prior de Granada, en el Carmen de los Mártires, el Santo dispersaba a sus frailes por el campo, desde donde se divisa toda la magnífica vega de Granada, con sus impresionantes vistas a Sierra Nevada, apartados de sus compañeros, les decía: "Alabad y contemplad a Dios aquí en soledad".
eL 4 de Enero de 2.017, ha aparecido una noticia que informa que los astrónomos han descubierto una nueva galaxia, de tipo poco común que está a ¡¡359 millones de años luz de la tierra!!, es decir que una nave circulando a 300.000 kilómetros por segundo, tardaría 359.000.000 de años en llegar. Este dato es una demostración tajante de que Dios es Todopoderoso, Infinito, y Eterno.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
DURÍSIMA IMPRECACIÓN DE JESÚS EN CONTRA DE LA MENTALIDAD FEMINISTA ACTUAL. ESTREMECEDOR MILAGRO DE JESÚS QUE DA LA VISTA A UN NIÑO SIN OJOS.
La mentalidad feminista actual, que busca "desmontar" a la familia, quitando toda autoridad al padre, que Dios constituyó a ejemplo de la familia de Nazaret, donde San José era el Padre de Familia, a pesar de tener a la Virgen María, la más sublime Criatura del Universo, y al mismísimo hijo de Dios, que le estaban sometidos, y que además recibía las directrices del mismo Dios, como cuando se le advirtió de que huyera a Egipto por la persecución de Herodes.
Leyendo atentamente el escrito el Poema del Hombre Dios, de María Valtorta sobre un estremecedor milagro de Jesús, en la parte final de los comentarios, hechos por Jesús a la vidente, se describe perfectamente la causa de todos los desastres de la Sociedad actual: 200.000 abortos en España; 100.000 separaciones de parejas, lo que produce siempre los mismos efectos: las consecuencias de las separaciones las sufren siempre el miembro de la pareja más pobre, y sobre todo los hijos, todo por la mentalidad feminista actual, que quiere igualar completamente el hombre con la mujer, lo que es contrario a las Escrituras, a la Tradición de los Santos Padres, y a la naturaleza.
Dios hizo a la compañera para que el hombre no esté solo y para procrear; la mujer le debe obediencia al hombre y este tiene que darle amor a ella y sus hijos, como así lo explica tan bien San Pablo, en caso contrario no se cumple la Ley de Dios, y la sociedad entra en bancarrota, que es su decadencia moral y económica, que siempre van ligadas.
En el caso de la Sagrada Familia, Jesús Dios obedecía a sus padres, la Virgen a San José, que es el que recibía los oráculos del Señor, siendo este último muy inferior a la Virgen María e infinitamente inferior a Jesús.
15 de Agosto de 1.944.
Veo a Jesús saliendo de una sinagoga, rodeado de los Apóstoles y de gente. Comprendo que es una sinagoga porque por la puerta abierta de par en par veo el mismo mobiliario que vi en la de Nazaret, en una de las visiones preparadoras de la Pasión.
(…) En un ángulo de la plaza hay una mujer con niño o niña (van todos vestidos con una misma tuniquita de color claro). No parece del lugar. (…) La mujer tiene de la mano el niño o niña que he dicho. Es un bonito niño de unos siete años. Y es robusto, pero de vivaracho no tiene nada. Está muy quieto, cabizbajo de la mano de su mamá, sin prestar atención a lo que sucede a su alrededor.
La mujer mira, pero no se atreve a acercarse al grupo que se ha arremolinado en torno a Jesús. Parece indecisa, debatiéndose entre las ganas de ir y el temor de acercarse… Decide una cosa intermedia: atraer la atención de Jesús. Ve que él ha tomado en brazos a un angelote todo rosado y sonriente, que una madre le ha ofrecido. La madre ve que, mientras habla con un viejecillo, aprieta contra su pecho al niño meciéndolo. Entonces se agacha hacia su niño y le dice algo.
El niño levanta la cabeza. Veo entonces una carita triste, con los ojos cerrados. Es ciego. “¡Piedad de mí, Jesús!”, dice. La vocecita infantil hiende el aire quieto de la plaza y llega el lamento hacia el grupo. Jesús se vuelve, se mueve inmediatamente, con amorosa solicitud. Ni siquiera devuelve a su madre el niño que tiene en brazos. Va, alto y guapísimo, hacia el pobre cieguito, que tras su grito ha bajado de nuevo la cabeza, inútilmente instado por su madre a que repita el grito. Jesús está frente a la mujer. La mira. También ella le mira; luego, tímidamente, baja la mirada. Jesús la ayuda. Ha devuelto a la otra mujer el niño que llevaba en brazos.
“Mujer, ¿es tuyo este hijo?”
“Sí, Maestro, es mi primogénito”.
Jesús acaricia la cabecita - agachada - del niño, y parece no haber visto la ceguera del pequeño. Pero creo que lo hace conscientemente, para dar pie a la madre para formular su petición.
“Así, pues el Altísimo ha bendecido tu casa con numerosa prole, y dándote en primer lugar el varón consagrado al Señor”.
“Tengo solo un varón, este; y otras tres niñas. Y no voy a tener otros…”. Un sollozo.
“¿Por qué lloras, mujer?”
“¡Por qué mi hijo es ciego, Maestro!”.
“Y querías que viera, ¿Puedes creer?”.
“Creo, Maestro, me han dicho que abriste ojos que estaban cerrados. Pero mi niño ha nacido con los ojos secos. Mírale Jesús. Debajo de los párpados no hay nada…”.
Jesús alza hacia sí esa carita precozmente seria, y alzando con el pulgar los párpados, mira. Debajo hay un vacío. Vuelve a hablar, teniendo levantada con una mano hacia sí la carita.
“¿Por qué has venido entonces, mujer?”.
“Porque… sé que para mi niño es más difícil… pero si es verdad que eres el Esperado, lo puedes hacer. Tu Padre ha hecho los mundos… ¿No ibas a poder hacerle Tú dos pupilas a mi criatura?”.
“¿Crees que vengo del Padre, Señor Altísimo?”.
“Creo esto y que Tú todo lo puedes”.
Jesús la mira como para discernir cuanta fe hay en ella y de que pureza es esa fe. Sonríe. Luego dice: “Niño, ven a mí” y le lleva de la mano a un murete de medio metro de altura, y le pone encima. El murete se alza desde el camino hacia una casa: una especie de parapeto para proteger a ésta del camino, que tuerce en este punto.
Cuándo el niño está bien seguro encima de este realce, Jesús adquiere aspecto serio, imponente. La gente se agolpa entorno a Él, al niño y a la madre temblorosa. Yo veo a Jesús de lado, de perfil. Solemnemente cubierto con su manto azul oscurísimo encima de la túnica un poco más clara, muestra un rostro inspirado. Parece más alto, y hasta más fuerte, como siempre cuando emana potencia de milagro.
Y esta vez es una de las que me parece más imponente. Pone las manos encima de la cabeza del niño, las manos abiertas, pero apoyando los dos pulgares en las órbitas vacías. Levanta la cabeza y ora intensamente, pero sin mover los labios. Luego dice: “¡Ve! ¡Lo quiero! ¡Y alaba al Señor!”, y a la mujer: “Sea premiada tu fe. Aquí tienes el hijo que será tu honor y tu paz. Muéstraselo a tu marido. Él volverá a tu amor y nuevos días felices conocerá tu casa”.
La mujer – que ya ha lanzado un grito agudísimo de alegría al ver que, quitados los pulgares divinos, en las órbitas vacías dos espléndidos ojos azul oscuro como los del Maestro la miran, fijamente, asombrados y felices bajo el flequillo de los cabellos morenos oscuros – lanza otro grito y, a pesar de tener su hijo apretado contra su corazón, se arrodilla a los pies de Jesús diciendo: “¿También sabes esto? ¡Ah! Tú eres verdaderamente el Hijo de Dios” y le besa la túnica y las sandalias, y luego se levanta transfigurada de alegría y dice: “Oíd todos".
Vengo de la lejana tierra de Sidon, he venido porque otra madre me habló del Rabí de Nazaret. Mi marido, judío y mercader, tiene en esa ciudad el almacén para el comercio con Roma. Rico y fiel a la Ley, me dejó de amar desde que, después de haberle dado un varón desdichado, le di tres niñas y luego me quedé estéril. Él se alejó de su casa; yo, aunque no había sido repudiada, vivía como una de ellas, y ya sabía que quería separarse de mí para tener de otra mujer un heredero capaz de continuar el comercio y gozar de las riquezas paternas. Antes de salir fui donde mi esposo y le dije: “Espera,. Espera a que vuelva. Si vuelvo con el hijo todavía ciego, repúdiame. Pero si no, no hieras a muerte mi corazón y no niegues un padre a tus hijos”. Y él me juró: "Por la gloria del Señor, mujer, te juro que si me traes a mi hijo sano, - no sé cómo vas a poder hacerlo, porque tu vientre no supo darle ojos – volveré a ti como en los días del primer amor”. El Maestro no podía saber nada de mi dolor de esposa, y a pesar de ello me ha consolado también en esto. Gloria a Dios, y a ti Maestro y Rey”. La mujer está de nuevo arrodillada y llora de alegría.
“Ve, dile a Daniel, tu marido, que el que creó los mundos, ha dado dos claras estrellas por pupilas al pequeño consagrado al Señor. Porque Dios es fiel a sus promesas y ha jurado que quien crea en Él verá todo tipo de prodigios. Sea ahora fiel al juramento que hizo y no cometa pecado de adulterio. Dile a Daniel. Ve. Sé feliz. Os bendigo a ti y a ese niño, y contigo a los que tú amas”.
Un coro de alabanzas y felicitaciones se eleva de la multitud, y Jesús entra en una casa La visión termina aquí, y juro que me he quedado impresionada.
Dice Jesús:
“Dios, para los que tienen fe en él, supera siempre las peticiones de sus hijos y da más todavía. Cree esto. Creedlo todos. A la mujer que, desde Sidón había venida Mí, con dos espadas clavadas en lo secreto del corazón y se atreve sólo a decirme el nombre de una de ellas - revelar siempre ciertas íntimas desdichas es más penoso que decir estoy enfermo, - le doy también este segundo milagro.
A los ojos del mundo habrá parecido y parecerá todavía, qué es mucho más fácil rehacer la concordia entre dos cónyuges separados por un motivo que ya está superado, y además felizmente, que no dar dos pupilas a dos ojos que nacieron sin ellas. Pero no, no es así. Hacer dos pupilas para el Señor y Creador, es una cosa sencillísima, como devolver a un cadáver el soplo de la vida. El Amo de la Vida y de la Muerte, el Amo de todo lo que hay en la creación, no carece ciertamente, de un soplo vital que infundir de nuevo en los muertos, ni de dos gotas de humor para un ojo seco. Le basta querer para poder. Porque esto depende sólo de su deseo.
Pero, cuando se trata de concordia entre seres humanos, hace falta, juntamente con el deseo de Dios, la “voluntad de los hombres” Dios sólo raramente violenta la libertad humana. En general os deja libres de actuar como queréis.
Aquella mujer que vivía en tierra de idólatras y seguía creyendo, como su esposo, en el Dios de sus padres, ya por ello merece la benignidad de Dios. Llevando luego su fe más allá del límite de las medidas humanas, superando las dudas y la oposición de la mayoría de los creyentes judíos – esto lo prueban las palabras de su esposo: “Espera a que regrese”, seguro de que volvería con su hijo curado – merece un doble milagro. Merece también este difícil milagro de abrir los ojos del espíritu a su consorte, ojos que se habían apagado para el amor y el dolor de su esposa, y le echaba la culpa a ella de algo que no es culpa.
Quiero también – y esto es para las esposas – que se reflexione en la humildad respetuosa de esta hermana suya. “Fui donde mi esposo y le dije: Espera, señor”.
La razón estaba de su parte, porque echar la culpa a una madre de un defecto de nacimiento, es necedad y cosa cruel. Y su corazón está quebrantado ante la vista de su criatura desdichada. Doblemente la razón está de su parte, porque su marido la había marginado desde que había sabido que era estéril, y además tiene noticia de la intención de divorciarse de su esposo y, a pesar de ello, sigue siendo la “esposa”. O sea la compañera fiel y sujeta a su compañero, como Dios quiere que sea y la Escritura enseña. No hay rebelión ni sed de venganza o intención de hallar a otro hombre para no ser la “mujer sola”.
“Si no regreso con el hijo curado, repúdiame. Pero si, sí, no hieras mortalmente mi corazón ni niegues un padre a tus hijos”. ¿No parece estar oyendo a Sara y a las antiguas mujeres hebreas? ¡Qué distinto es, mujeres vuestro lenguaje de ahora! Más también: ¡Qué distinto es lo que obtenéis de Dios y de vuestro esposo! Y las familias se destruyen cada vez más.
Como siempre, cumpliendo el milagro, he tenido que poner un signo que lo hiciera aún más incisivo. Tenía ante mí todo un mundo para persuadirlo, un mundo cerrado en todas las barreras de una secular manera de pensar, y guiado por una secta enemiga mía. Se ve pues la necesidad de hacer resplandecer claramente mi poder sobrenatural. Más la enseñanza de la visión no está aquí. Está en la fe, en la humildad y, no obstante, fidelidad al cónyuge, en la elección del camino adecuado – oh esposas y madres donde habéis encontrado espinas donde esperabais rosas – para ver nacer donde os hirieron las espinas nuevas ramas florecidas.
Volved con vuestro marido Y, para volveros hacia Él con rostro y corazón seguros, sed honestas, buenas, respetuosas, fieles, verdaderas compañeras de vuestro esposo, no simples huéspedes de su casa o, peor todavía, advenedizas que una coincidencia reúne bajo un mismo techo, como dos que coinciden en un lugar de peregrinos.
Esto sucede ahora demasiadas veces. ¿El hombre falta? Hace mal. Pero esto no justifica la manera de actuar de demasiadas esposas. Y todavía menos la justifica cuando a un buen compañero no sabéis corresponderle con bien al bien y con amor al amor. Y no quiero ni detenerme en el caso, demasiado común de vuestras infidelidades carnales, que no os hacen distintas de las meretrices, con el agravante de practicar hipócritamente el vicio y de manchar el altar de la familia, a cuyo alrededor están las almas angélicas de vuestros inocentes. Pero estoy hablando de vuestra infidelidad moral al pacto de amor jurado ante mi altar.
Pues bien, Yo dije: “El que mira a una mujer con deseo comete adulterio en su corazón”; dije: “El que despide a su mujer con libelo de divorcio la dispone al adulterio”. Pero ahora, que demasiadas mujeres son advenedizas para su marido, digo:
“Las que no aman en alma, mente y carne a su compañero, le impulsan al adulterio y, si bien le pediré a él explicación de su pecado, no menos lo haré con aquella que no fue la ejecutora del pecado pero sí su creadora”.
Hay que saber comprender en toda su extensión y profundidad la Ley de Dios, y hay que saber vivirla en plena verdad.
Tú, que no tienes relación con esto, quédate con mi paz y ten tu corazón fijo en Mí”
sábado, 7 de septiembre de 2024
POR QUÉ LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO TIENE TANTO PODER QUE HA RESCATADO LA HUMANIDAD PASADA PRESENTE Y FUTURA.
Océano de la Sangre de Jesucristo, ¡libéranos!
Sangre de Jesucristo llena de santidad y compasión, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, nuestra fortaleza y poder, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, alianza eterna, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, armadura de Dios, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina caridad, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, flagelo de los demonios, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, auxilio de los que están atados, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, sagrado Vino, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder de los cristianos, ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, defensora de la fortaleza católica ¡libéranos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, verdadera fe cristiana, ¡libéranos!
SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO, SANGRE SANADORA, ¡SÁLVANOS!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre ungidora, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, fortaleza de los hijos de Dios, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, comandante de los guerreros cristianos, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre de Resurrección ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, bebida de los Ángeles del Cielo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, consuelo de Dios Padre, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, poder del Espíritu Santo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, circuncisión de los gentiles, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, paz del mundo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, luz del Cielo y de la tierra, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arco iris en el Cielo, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, esperanza de los niños inocentes, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Palabra de Dios en nuestros corazones, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, arma celestial, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Sabiduría, ¡sálvanos!
Sangre Preciosa de Jesucristo, cimiento del mundo, ¡sálvanos.
Sangre Preciosa de Jesucristo, Misericordia del Padre ¡sálvanos!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Lava los pecados del mundo!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Purifica el mundo!
L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo!
R: ¡Enséñanos como consolar a Jesús!
Oh Preciosísima Sangre de nuestra salvación, creemos, esperamos y confiamos en ti. Libera a todos aquellos que están en manos de los espíritus infernales, te rogamos. Protege a los moribundos de toda obra de los espíritus malignos y dales la bienvenida a Tu eterna gloria. Ten misericordia del mundo entero y fortalécenos para adorar y consolar al Sagrado Corazón. Te adoramos, Oh Preciosa Sangre de Misericordia. Amén.
L: Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo.
R: Sana las heridas del Sacratísimo Corazón de Jesús.
Se repite 3 veces.
miércoles, 28 de agosto de 2024
EL ABANDONO DEL PADRE A SU DIVINO HIJO, FUE LO QUE ABRIO LA PUERTA DEL LIMBO A LOS ELEGIDOS Y SELLÓ LAS PUERTAS DEL INFIERNO A SATANÁS.
JESÚS ENTREGÓ TODO LO QUE TENÍA EN ESTE MUNDO PARA LOGRAR NUESTRA REDENCIÓN |
En estas palabras del ángel de la Guardia de María Valtorta, queda perfectamente explicado la gravedad del pecado, "el abismo de horror perpetrado por Lucifer", que fue el que causó a Jesús un sufrimiento tan atroz, y que es la causa de los sufrimientos pasados, presentes y futuros de toda la Humanidad; que hizo retumbar a la Creación, con los terremotos y las terribles tormentas que asolaron y aterrorizaron la Tierra, con el desgarro del velo del Templo, la salida de los justos de los sepulcros, recriminando al pueblo Judío el deicidio.
En el relato de la crucifixión de Jesús, se ve de una manera contundente la maldad de toda la turba de los Fariseos, Escribas, Saduceos, herodianos, y la gran mayoría del Pueblo Judío. En cierta medida, pero a una escala mucho menor, es semejante al rechazo que sufrieron todos los Santos, que como Jesús, se ofrecieron como víctimas expiatorias.
(Con licencia eclesiástica)
Los ángeles temblaron ante el desconocido aspecto de la Divinidad, por primera vez inmisericorde, y lloraron al meditar y comprender plenamente el abismo del pecado perpetrado por Lucifer y los otros rebeldes, instaurando el Mal y provocando los sufrimientos consiguientes que culminaron en los sufrimientos de la Gran Víctima. Superaron al obedientísimo y dulcísimo Verbo poniéndole en parangón con lo que era, es y será la creación. Y hasta en el reino de las Tinieblas, aquel grito provocó un bramido, apagando hasta el último y tenaz pensamiento de poder ser un día perdonados.
Esta profunda reflexión del Ángel Azarías, me hace pensar que probablemente los demonios creían que la Redención no se podía operar por Dios. Al haber pecado los primeros seres humanos, sin pedir perdón a Dios, era justo que redimiera otros seres humanos, por eso cuando Cristo pronunció esas palabras, velando su naturaleza divina al decir "Dios mío, ¿porqué me has abandonado?", Jesús se encontró entonces como un hombre, solo con la ayuda del Espíritu Santo y de su ángel de la consolación que le atendió en el Jardín de los olivos y en el desierto donde fue tentado por Satanás.
Cuando Cristo pronunció esas palabras se operó la Redención, y se confirmó la Victoria de Dios, lo que provocó el grito de terror y de rabia de Lucifer y de todos sus demonios, que creían que nunca dos seres humanos que eran la Stma. Virgen María y Jesús cuando fue abandonado por su Padre, iban a perdonar la culpa de los que no pidieron perdón, como Lucifer y sus tenebrosos ángeles también así lo hicieron.
No. La Tierra se estremeció, se rasgó el velo del Templo y se abrieron los sepulcros con el grito imponente con que el Mártir entregó su Espíritu. Más lo que hizo estremecer a la Tierra, rasgarse el velo y salir de los sepulcros a los justos fue el deicidio consumado, la señal dada a los incrédulos y odiadores, y la alegría de los justos expectantes. ¡Oh! y esto aconteció al tiempo que el grito de abandono completo sacudió a los espíritus, a todos los espíritus, triturándolos con una angustia como jamás fuera ni será, porque el abandono de Dios, al no poder ya verle, es la prueba más atroz para los vivientes y el castigo mayor para los que pasan a la otra vida.
viernes, 16 de agosto de 2024
EL INCREÍBLE DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS QUE DIOS INFUNDE A LOS SANTOS,
de Francis Trochú
[...] Un día el Rdo. Guillaumet, que fue durante muchos años Superior de la Inmaculada Concepción de Saint-Didier se dirigía a Ars. Era el año 1855, o 1856 en el vagón del tren no se hablaba sino de las maravillas de la bendita aldea; el nombre del cura de Ars corría de boca en boca. Sentada al lado del sacerdote, una señora vestida de riguroso luto escuchaba en silencio. Al ver que en la estación de Villefranche el sacerdote se disponía a bajar, abrió por fin los labios y dijo : ”Señor cura, permítame que le siga hasta Ars… Lo mismo da ir a un sitio que a otro, ¿No es verdad? Viajo para distraerme.”
La señora Murinais, después de haber consagrado su vida a la práctica de las buenas obras, murió tras larga y penosa enfermedad. “Es inútil hija rezar por ella, me respondió. Y cuando la cuñada de la difunta le pidió que celebrasen misas para el descanso de su alma, se negó a ello, diciendo:“no tiene necesidad”.
jueves, 15 de agosto de 2024
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EXPLICA A MARÍA VALTORTA COMO FUE SU GLORIOSA ASUNCIÓN
María coronada por los ángeles como su Reina, aparece protegiendo a sus hijos bajo su manto. |
Las obras de María Valtorta, contemporánea de la Madre Teresa de Calcuta, eran las lecturas favoritas suyas; el Santo Padre Pío de Pietrelcina, no solo leí sus obras, pero además obligaba esa lectura a sus penitentes. La asociación francesa "Les amis de María Valtorta", que se dedica a propagar sus lecturas con conferencias y reuniones, confirma estos hechos constantemente afirmando que sus relatos, con nombre de Pueblos hoy desaparecidos, y costumbres y paisajes de Palestina del tiempo de Jesús, dejan asombrados a los historiadores.