JESÚS MAJESTUOSO CON EL LIBRO DE LA VIDA ETERNA |
Personalmente siempre me he preguntado como es posible que un criminal de lo más abyecto, tenga la misma apariencia exterior que una persona Santa, entonces he recordado la conversación que tuvo Yahveh con Caín cuando le dijo: " Tu me condenas a ir vagando por el mundo, pero entonces todo el que me vea me matará, a lo cual Yahveh contestó: "Te pondré una marca para que quedes salvo".
Creo que quiere decir que por el crimen, el alma espiritual que está unida al cuerpo, y que se ha vuelto demoníaca, tendría que reflejarse en el cuerpo material, la marca de Yahveh sería pues una acción de Dios que oculta la semejanza del alma con el aspecto material de la persona.
¡Que sufrimiento para los pocos seres que dice Jesús, que tienen discernimiento de los Espíritus, y que ven el alma "putrefacta" de ciertos individuos, su misericordia les hace orar por ellos, porque mientras están en este mundo, Dios puede aún resucitar algunas de estas almas muertas, aunque sea un momento antes de comparecer en el Juicio particular a la hora de su muerte. Por eso dijo la Santísima Virgen en Fátima: "¡Cuanta gente se condena porque no hay nadie que reza por ellas!".
En este dictado de Jesús, está perfectamente aclarada la actitud de Dios ante el pecado, y sobre todo lo que es el pecado contra el Espíritu Santo que nunca será perdonado.
DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(14 de Julio de 1.944)
Dice Jesús:
"Hija, escúchame bien, porque la lección de hoy es muy difícil.
El hombre, todo hombre, lleva en sí la imagen que Dios ideó para el Hombre. Más no todos los hombres llevan en sí la semejanza con Dios.
Se ha dicho: "Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza" por lo tanto, ¿cómo puede ser que algunos tengan solamente la imagen? Y, ¿como pueden tener la imagen de Dios, si Dios no es cuerpo, si Dios es Purísimo e incorpóreo Espíritu, Luz infinita y sempiterna. Pensamiento obrante, Fuerza creadora?
¡Cuanta ignorancia perdura aún entre los creyentes! perdura la ignorancia consecuente y no consecuente.
Ignorancia consecuente es la que proviene de una verdaderamente elemental, de una instrucción religiosa que no va más allá de las primeras nociones de Religión, ya sea debida a la lejanía de los centros religiosos o por la negligencia de ciertos ministros que no se preocupan tratando de que sus ovejas conozcan a Dios, esos pastores ídolos que Yo observo con expresión severa.
Ignorancia consecuente es la que proviene de una verdaderamente elemental, de una instrucción religiosa que no va más allá de las primeras nociones de Religión, ya sea debida a la lejanía de los centros religiosos o por la negligencia de ciertos ministros que no se preocupan tratando de que sus ovejas conozcan a Dios, esos pastores ídolos que Yo observo con expresión severa.
Esta ignorancia no impide el Cielo a quienes la llevan en si, porque Yo soy justo y no acuso a un espíritu si sé que su ignorancia no es voluntaria. Por el contrario observo su fe y si veo que, con esa sutil hebra de conocimiento de Dios que le han dado, se ha sostenido como si en cambio, hubiera sabido mucho, lo premio como premio a un doctor santo. Si sabe poco, no es por su culpa. Al contrario es un mérito que le corresponde si de esa poquedad sabe hacer una fuerza basada en estas escasas y coherentes ideas: "Dios existe. Yo soy su hijo. Lo soy por obedecer a su Ley. Obedeciendo llegaré a poseer a Dios por la eternidad debido a los méritos del Salvador, que me ha concedido la Gracia". El Espíritu de Dios alumbra con ideas de luz al creyente al que su pastor descuida, o porque está en zonas donde raramente hay un pastor.
Pero existe también la ignorancia no consecuente: es la de quien no quiere instruirse aunque pueda hacerlo o que, tras haber sido instruido, deja de lado esa instrucción y se vuelve ignorante porque así lo quiere por comodidad. Al que quiere vivir como bruto, le es necesario olvidar la Verdad.
Yo maldigo esa ignorancia. Es uno de los pecados que provocan mi desdén sin perdón alguno. ¿Por qué no los perdono? Porque significan el repudio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿Qué clase de hijo puede ser el que no quiere conocer nada de su padre, o conociéndole, quiere olvidarle (y llega a hacerlo)? Es un hijo rebelde, no digo ya a las voces sobrenaturales, sino también a la voz de la sangre. Y por eso también es inferior a los brutos, pues estos, hasta que por la edad están sometidos al padre, lo reconocen y lo siguen. Dejo a vuestro criterio juzgar qué rebelión puede ser ésta que está dirigida a un Dios que es Padre por la carne y por la sangre, por el alma y el espíritu.
Repudian al Hijo porque, sin recordar el sacrificio de Dios-Hijo - que se encarnó no solo para traer al hombre la Redención, sino además la Verdad - anulan totalmente en si mismos la voz de esta Verdad para vivir en las mentiras que cultivan.
Repudian al Espíritu Santo porque la Verdad siempre está unida a la Ciencia y la Ciencia, con su Luz, os hace comprender las verdades más sublimes. Ya lo he dicho: "Yo me voy y tendría que deciros aún muchas cosas, pero por ahora no sois capaces de entenderlas. Más, cuando venga el Espíritu de la Verdad, os enseñará toda la Verdad y cumplirá mi obra de Maestro haciéndoos capaces de entender".
¡Oh, Eterno Espíritu Divino, que nos amas tanto que para gloria del Padre descendiste a las purísimas nupcias que generarían al Redentor!, ¡Oh, Tú que procedes de Mí y del Padre; Tú que, aún siendo su igual, te convertiste en mi generador! ¡Oh, eterno Espíritu Divino, que para gloria del Hijo difundiste tu Fuego y sigues difundiéndolo continuamente para que sea comprendida la Palabra y las criaturas dejen de ser hombres para convertirse en dioses, viviendo según la Gracia y la Palabra! ¡Oh, misterio de nuestro Amor, poema inexplicable que solo en el Paraíso los elegidos llegarán a conocer plenamente!
Yo he dicho: "Será perdonada la blasfemia contra Mí. Más no será perdonado el que blasfeme contra el espíritu Santo". ¿Cuál es la blasfemia usada para ofenderle? Es el desamor que se manifiesta rehusando acoger la Verdad que Él ilumina.
Volvamos al principio del dictado.
La ignorancia profusamente difundida entre los creyentes origina ideas equivocadas acerca de la imagen de Dios, que no es una imagen física, pues Dios-Espíritu no tiene rostro, no tiene estatura, no tiene una estructura material. Más el hombre tiene la imagen que Dios Creador ha ideado para él.
Por cierto, el Potente, el infinito, no tenía necesidad de llegar al hombre a través de una evolución secular de cuadrumanos. Desde el momento en que fue creado y comenzó a juguetear en los árboles del Paraíso terrestre, el cuadrumano fue cuadrumano. El hombre fue hombre desde el momento en que Dios lo creó con el fango, y haciendo lo que no había hecho nunca con lo creado, insufló en su rostro el espíritu.
La semejanza con Dios está en este Espíritu Eterno, incorpóreo, sobrenatural, que tenéis en vosotros. Está en este espíritu, en ese átomo del Espíritu infinito que, encerrado en esta cárcel angosta y precaria, espera y anhela reunirse con su Fuente y compartir con ella Libertad, alegría, paz, luz amor y eternidad.
La imagen persiste aún donde no hay semejanza, porque físicamente el hombre permanece tal cual a los ojos de los hombres, aunque a los ojos de Dios y de los sobrenaturales habitantes del Cielo y de pocos elegidos de la Tierra, (Se refiere a ciertas almas que tienen discernimiento de los espíritus) aparezca ya con su nuevo aspecto de demonio, que es su verdadero aspecto a partir del momento en el que al no tener ya vida el espíritu, la culpa mortal le priva de la semejanza con Dios.
El hombre privado de la Gracia por obra de la culpa, es solo un el sepulcro donde se pudre el espíritu muerto. He aquí porque, aún que todos los seres humanos tienen una imagen física común, cuando se cumpla la resurrección de la carne serán sumamente diferentes entre sí, los bienaventurados tendrán un aspecto semidivino, los condenados mostrarán un aspecto demoníaco. Entonces se traslucirá al exterior el misterio de las conciencias ¡Qué terrible cognición!
El hombre se hace más semejante a Dios, cuando más vive en la Gracia y aumenta dicha Gracia, de por sí ya infinita con los medios de una vida santa. Es necesario esforzarse para lograr la perfección en esa semejanza. En verdad, no la alcanzaréis nunca porque la criatura humana no puede ser semejante al Creador, pero os acercaréis a esta sobrenatural Belleza lo más que se os pueda conceder.
Ya lo he dicho: "Sed perfectos como el Padre mío". No os he puesto límites a la perfección. Cuánto más os esforcéis para lograrla, tanto más las barreras de lo humano caerán como las murallas ante el asalto de las fuerzas victoriosas y disminuirán las distancias y será mayor la vista y aumentará la capacidad de entender, comprender, ver; conocer a Dios.
Más para ello es necesario tender hacia la perfección con todas vuestras fuerzas, con toda vuestra generosidad, sin "mirar hacia atrás" para ver lo que se deja; sin detenerse nunca, sin cansarse. El premio justifica el heroísmo, porque el premio consiste en sumergirse en el gozo del Amor y, por lo tanto, poseer a Dios como lo poseeréis en el Cielo.
¡Oh, beatífica unión y posesión maravillosa! Son vuestras, ¡oh, hijos fieles! ¡Venid y saciaros!"
Ver la visión de los justos y los condenados en el Escrito sobre la Resurrección de Mª Valtorta: "La cosecha de la muerte":
http://el-ultra.blogspot.com.es/2012/05/la-cosecha-de-la-muerte.html
Repudian al Hijo porque, sin recordar el sacrificio de Dios-Hijo - que se encarnó no solo para traer al hombre la Redención, sino además la Verdad - anulan totalmente en si mismos la voz de esta Verdad para vivir en las mentiras que cultivan.
Repudian al Espíritu Santo porque la Verdad siempre está unida a la Ciencia y la Ciencia, con su Luz, os hace comprender las verdades más sublimes. Ya lo he dicho: "Yo me voy y tendría que deciros aún muchas cosas, pero por ahora no sois capaces de entenderlas. Más, cuando venga el Espíritu de la Verdad, os enseñará toda la Verdad y cumplirá mi obra de Maestro haciéndoos capaces de entender".
¡Oh, Eterno Espíritu Divino, que nos amas tanto que para gloria del Padre descendiste a las purísimas nupcias que generarían al Redentor!, ¡Oh, Tú que procedes de Mí y del Padre; Tú que, aún siendo su igual, te convertiste en mi generador! ¡Oh, eterno Espíritu Divino, que para gloria del Hijo difundiste tu Fuego y sigues difundiéndolo continuamente para que sea comprendida la Palabra y las criaturas dejen de ser hombres para convertirse en dioses, viviendo según la Gracia y la Palabra! ¡Oh, misterio de nuestro Amor, poema inexplicable que solo en el Paraíso los elegidos llegarán a conocer plenamente!
Yo he dicho: "Será perdonada la blasfemia contra Mí. Más no será perdonado el que blasfeme contra el espíritu Santo". ¿Cuál es la blasfemia usada para ofenderle? Es el desamor que se manifiesta rehusando acoger la Verdad que Él ilumina.
Volvamos al principio del dictado.
La ignorancia profusamente difundida entre los creyentes origina ideas equivocadas acerca de la imagen de Dios, que no es una imagen física, pues Dios-Espíritu no tiene rostro, no tiene estatura, no tiene una estructura material. Más el hombre tiene la imagen que Dios Creador ha ideado para él.
Por cierto, el Potente, el infinito, no tenía necesidad de llegar al hombre a través de una evolución secular de cuadrumanos. Desde el momento en que fue creado y comenzó a juguetear en los árboles del Paraíso terrestre, el cuadrumano fue cuadrumano. El hombre fue hombre desde el momento en que Dios lo creó con el fango, y haciendo lo que no había hecho nunca con lo creado, insufló en su rostro el espíritu.
La semejanza con Dios está en este Espíritu Eterno, incorpóreo, sobrenatural, que tenéis en vosotros. Está en este espíritu, en ese átomo del Espíritu infinito que, encerrado en esta cárcel angosta y precaria, espera y anhela reunirse con su Fuente y compartir con ella Libertad, alegría, paz, luz amor y eternidad.
La imagen persiste aún donde no hay semejanza, porque físicamente el hombre permanece tal cual a los ojos de los hombres, aunque a los ojos de Dios y de los sobrenaturales habitantes del Cielo y de pocos elegidos de la Tierra, (Se refiere a ciertas almas que tienen discernimiento de los espíritus) aparezca ya con su nuevo aspecto de demonio, que es su verdadero aspecto a partir del momento en el que al no tener ya vida el espíritu, la culpa mortal le priva de la semejanza con Dios.
El hombre privado de la Gracia por obra de la culpa, es solo un el sepulcro donde se pudre el espíritu muerto. He aquí porque, aún que todos los seres humanos tienen una imagen física común, cuando se cumpla la resurrección de la carne serán sumamente diferentes entre sí, los bienaventurados tendrán un aspecto semidivino, los condenados mostrarán un aspecto demoníaco. Entonces se traslucirá al exterior el misterio de las conciencias ¡Qué terrible cognición!
El hombre se hace más semejante a Dios, cuando más vive en la Gracia y aumenta dicha Gracia, de por sí ya infinita con los medios de una vida santa. Es necesario esforzarse para lograr la perfección en esa semejanza. En verdad, no la alcanzaréis nunca porque la criatura humana no puede ser semejante al Creador, pero os acercaréis a esta sobrenatural Belleza lo más que se os pueda conceder.
Ya lo he dicho: "Sed perfectos como el Padre mío". No os he puesto límites a la perfección. Cuánto más os esforcéis para lograrla, tanto más las barreras de lo humano caerán como las murallas ante el asalto de las fuerzas victoriosas y disminuirán las distancias y será mayor la vista y aumentará la capacidad de entender, comprender, ver; conocer a Dios.
Más para ello es necesario tender hacia la perfección con todas vuestras fuerzas, con toda vuestra generosidad, sin "mirar hacia atrás" para ver lo que se deja; sin detenerse nunca, sin cansarse. El premio justifica el heroísmo, porque el premio consiste en sumergirse en el gozo del Amor y, por lo tanto, poseer a Dios como lo poseeréis en el Cielo.
¡Oh, beatífica unión y posesión maravillosa! Son vuestras, ¡oh, hijos fieles! ¡Venid y saciaros!"
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Ver la visión de los justos y los condenados en el Escrito sobre la Resurrección de Mª Valtorta: "La cosecha de la muerte":
http://el-ultra.blogspot.com.es/2012/05/la-cosecha-de-la-muerte.html
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