VISIÓN DE DIOS PADRE
Vi un viento huracanado que venía del norte, una gran nube rodeada de resplandores, un fuego resplandeciente, y en el centro del fuego como un fulgor de un relámpago. En medio del fuego vi la figura de cuatro seres, cuyo aspecto era este: parecían hombres, pero cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas; sus piernas eran rectas y la planta de sus pies eran como la de un buey; brillaban como bronce bruñido; debajo de las alas en los cuatro costados, tenían manos humanas; el aspecto de los cuatro era el mismo, y las alas de iguales dimensiones, se emparejaban unas con otras; al andar no se volvían de espaldas, sino que todos ellos caminaban de frente: iban a donde el Espíritu los dirigía, sin volverse de espaldas al andar. En medio de ellos había una especie de carbones encendidos; parecían antorchas que se movían entre ellos. El fuego resplandecía y desprendía fulgores. Los seres se movían con la rapidez del rayo.
Dios aparece siempre detrás de una nube, debido a su inaccesibilidad para el conocimiento humano, como no tiene ni forma ni dimensión, ya que es un puro Espíritu, solo puede representarse a los hombres de una manera puramente simbólica, con un lenguaje misterioso, pero que representa sus atributos.
Lo que el Profeta está viendo, son los cuatro Espíritus de Dios Padre, que son los Espíritus de Pureza, de Verdad, de Justicia y de Bondad, que están puestos en el mundo en los cuatro primeros días de la Creación.
Los cuatro Espíritus son iguales, y no son independientes el uno del otro, por eso cada uno tiene cuatro caras y cuatro alas, cada uno tiene debajo de las alas manos humanas lo que significa que están en misión por toda la Tierra. Son distintos, pero están entrelazados entre sí: En efecto la Pureza está intrínsecamente ligada con la Verdad; con la Justicia y con la Bondad.
Estaban guiados por el Espíritu Santo, el fuego que resplandece y que desprende fulgores, y no se volvían nunca de espaldas, lo que indica su determinación infalible en todas sus acciones. Sus fundamentos que son sus pies, son fuertes como la planta del pié de un buey. Estos seres se mueven con la rapidez del rayo, que significa fuerza y determinación absolutas.
VISIÓN DE LA SANTA FE
Y he aquí que vi que vi en el suelo una rueda al lado cada uno de los cuatro seres.
Las ruedas brillaban como el crisólito; las cuatro tenían la misma forma y su estructura era como si una estuviera encajada dentro de la otra. Podían rodar en las cuatro direcciones sin necesidad de girar.
Su circunferencia era muy grande, y las llantas de las cuatro estaban llenas de ojos por todas partes. Cuando los seres se movían, también se movían las ruedas, y cuando se elevaban del suelo, se elevaban también las ruedas; se dirigían a donde el Espíritu las impulsaba, y también se elevaban movidas por el Espíritu de los seres que estaban en ellas.
El hecho de que las ruedas estaban en el suelo, indica que provienen de la Tierra. Estaban al lado de cada uno de los seres, porqué son el don de Dios a las almas, que consiste en tener en ellas esos cuatro Espíritus que son la Pureza, la Verdad, la Justicia y la Bondad, son lo que diferencia a los seres humanos de los animales, que solo operan por instinto.
Esta Santa Fe, es un maravilloso don de Dios, que se compara en la visión con el brillo del crisólito, el cambio de dirección sin necesidad de girar indica que esos atributos de la Santa Fe, son inamovibles en el sentido de modificación de contenido, por eso su movimiento es siempre frontal, y nunca se dan la vuelta. También significa que estos fundamentos de la Fe son inmutables, a pesar de los esfuerzos de toda la retahíla de nuevos "teólogos", que son los abanderados de la nueva teología de la secularización.
Las llantas llenas de ojos, y su gran circunferencia, significan cuál es su misión: estar siempre atentas observando a Dios, en todos sus movimientos, es decir en todas las circunstancias de la vida, su gran circunferencia simboliza la grandeza de la Fe, que es el medio por el cual creemos y adoramos a Dios, intentando hacernos semejantes a Él.
VISIÓN DE CRISTO JESÚS, EL HIJO DE DIOS
Sobre las cabezas de los seres había una especie de plataforma, reluciente como cristal, extendida por encima de sus cabezas, y debajo de la plataforma estaban extendidas sus alas emparejadas; cada uno tenía otras dos que cubrían su cuerpo. Oí el ruido de sus alas era como el de las aguas caudalosas, como la voz del Poderoso, como el estruendo poderoso de un ejército. Y cuando se paraban, replegaban sus alas. En la plataforma que había encima de sus cabezas se produjo un gran estrépito.
Encima de la plataforma apareció una especie de zafiro en forma de trono, y sobre esta especie de trono apareció una figura de aspecto humano. Desde lo que parecían sus caderas para arriba era parecido a un metal brillante, y de sus caderas para abajo tenía aspecto de fuego. El resplandor que rodeaba esta figura era semejante al arco iris que aparece en las nubes en un día de lluvia. Era la apariencia visible de la Gloria del Señor. Cuando lo vi, caí rostro a tierra, y oí una voz que me hablaba.
Está en esta visión perfectamente relatada la relación intrínseca que existe entre los cuatro Espíritus de Dios Padre; que generan en la plataforma sobre ellos a Dios Hijo, con la acción del espíritu de Fuerza que es el Espíritu Santo, que es el sonido de un ejército poderoso y de aguas caudalosas.
En esta visión, está perfectamente relatada la visión del trono de Jesús-Dios rodeado del arco iris, con sus siete colores, que simbolizan los siete Espíritus de Dios en misión por toda la Tierra, como lo dice el Apocalipsis. En este momento el Profeta oyó una voz que le hablaba, esto simboliza la misión de Jesús-Dios, que ha venido a la Tierra para hablar en nombre de Dios, con su Doctrina, predicando el desprendimiento y la misericordia, simbolizada por el Portal de Belén, y la Redención de la Cruz.
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