COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO
DEL 9-2-2.016
Este escrito es para algunos católicos de hoy, que se imaginan que la Religión consiste en las abluciones y los preceptos humanos, como lo hacían los Fariseos, y que se creen que todo consiste en el cumplimiento a raja tabla de que todos los mandamientos de Dios y de la Iglesia, sin aplicar en ellos la caridad, que es el amor a los pobres pecadores y la consideración de que sus numerosos pecados son como una enfermedad, que es posible curar con el Amor hacia ellos y sobre todo con la oración de súplica y de misericordia a Dios, por la intercesión de la Santísima Virgen María. Ella dijo en Fátima a los pastorcillos: “Cuanta gente se condena porque no hay nadie que rece por ellos”.
Es
también para el gran número de católicos, en los cuales confieso que yo mismo
me encontraba, que no comprenden como el Papa actual y los Papas anteriores, se
han reunido con representantes de otras religiones para dialogar con ellos,
para tratar de evitar el odio y el desprecio que aún persiste en muchas
religiones.
Si
Dios puede resucitar un cuerpo muerto, también puede resucitar un alma muerta a
la Gracia, mientras esté en este mundo, en el otro será imposible.
DE LOS CUADERNOS DE MARÍA
VALTORTA
14 DE JULIO de 1.943
Dice
Jesús:
“Quien cierra el corazón a la misericordia, cierra el
corazón a Dios. Porque Dios está en vuestros hermanos y quien no es
misericordioso hacia los hermanos, no es misericordioso hacia Dios.
No se puede separar a Dios de sus hijos, y pensad bien que
vosotros que vivís sois todos hijos del Eterno que os ha creado. También aquellos
que en apariencia parece que no lo son, porque viven fuera de mi Iglesia, lo
son. No creáis que es lícito ser duros, egoístas, porque uno no es de los vuestros.
El origen es uno: el Padre. Sois hermanos aunque no viváis bajo el mismo techo
paterno.
¿Y, como no pensáis en actuar para atraer a los alejados, a
los perdidos, a los infelices, que por diversos motivos están fuera de mi
morada?
Dios no es exclusivo de los católicos, y mucho yerran
aquellos católicos que no se afanan por los no católicos. No trabajan por el
interés del Padre, son solo parásitos que viven del Padre sin darle ayuda
filial. Dios no tiene necesidad de ayuda porque es potentísimo. Pero de todos
modos la quiere de vosotros.
Dios está también donde distinta fe o distinto espíritu
hace pensar que no esté. Y en verdad os digo que no es lo que aparece lo que es
verdadero. Muchos católicos están desprovistos de Dios más de cuanto lo esté un
salvaje. Porque muchos católicos tienen de hijos de Dios solo el nombre, peor:
escarnecen y hacen escarnecer este nombre con una vida hipócrita, cuyas
manifestaciones son la antítesis de los dictámenes de mi Ley, cuando no llegan
a la abierta rebelión que les hace enemigos de Dios.
Mientras que en la fe de un no católico, equivocada en la esencia, pero corraborada por una vida recta, está más el signo del Padre. Estas son solo criaturas que tienen necesidad de conocer la Verdad. Los hijos falsos, en cambio, son criaturas que deben conocer además de la Verdad, el Respeto, y el Amor hacia Dios.
Mientras que en la fe de un no católico, equivocada en la esencia, pero corraborada por una vida recta, está más el signo del Padre. Estas son solo criaturas que tienen necesidad de conocer la Verdad. Los hijos falsos, en cambio, son criaturas que deben conocer además de la Verdad, el Respeto, y el Amor hacia Dios.
Las almas que quieren ser mías tienen que tener
misericordia de estas otras pobres almas. Pero las almas-víctimas deben
inmolarse también por ellas. ¿Hice Yo de otra forma? ¿No me inmolé por todos?
Si es misericordia dar de comer, vestir, dar de beber, enterrar, instruir,
consolar, ¿qué no será obtener, a precio del propio sacrificio, la Vida
verdadera para sus hermanos?
¡Si el mundo fuera misericordioso!--- el mundo poseería a
Dios, y lo que os tortura caería como hoja muerta. Pero el mundo, y especialmente
los cristianos, han sustituido el amor por el Odio, la Verdad por la Hipocresía,
la Luz por las Tinieblas, Dios por Satanás.
Y Satanás allí donde Yo sembré Misericordia y la hice
crecer con mi Sangre, esparce sus abrojos y los hace prosperar con su soplo de
infierno. Vendrá su hora de derrota. Pero ahora viene él porque vosotros le
ayudáis.
Pero
bienaventurados los que saben permanecer en la Verdad y trabajar por la Verdad.
Su misericordia tendrá el premio en el Cielo”.
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