Este razonamiento perverso, es muy común sobre todo en los individuos ateos o agnósticos, los cuales tienen una excusa, o mejor dicho un razonamiento, que les ayuda a poner en duda la Bondad de Dios, y así poder justificar las acciones de Caín y por tanto despreciar todos los mandamientos de Dios.
En realidad, aquí está otra vez un ataque indirecto a Dios, semejante al ataque de Lucifer que quería ser como Dios, y lo odió porque a pesar de ser el más subido de los ángeles, no podía soportar que hubiera alguien superior a él, lo que le valió la maldición de Dios, y se transformó en demonio, y al no venerar a Jesús impidió la única salvación posible, ya que solo Jesús es el sublime Redentor, nadie más puede ser la víctima perfecta y pura para obtener el perdón de Dios.
La ofrenda de Abel era una ofrenda de amor, porque ofrecía lo mejor de sus rebaños, la de Caín era sin duda alguna una ofrenda hecha con egoísmo, ofrecía los frutos peores de su cosecha. Como lo dice San Juan de la Cruz, el verdadero amor dice: Quiero lo bueno para tí, y lo malo para mí, y el egoísmo dice: Quiero lo bueno para mí y lo malo para tí.
"Pasado algún tiempo, Caín presentó al Señor una ofrenda de los frutos de la tierra. Abel le ofreció también los primogénitos de sus rebaños y hasta su grasa. El Señor se fijó en Abel y su ofrenda, más que en Caín y la suya. Entonces Caín se enfureció mucho y andaba cabizbajo..."(Gen 4-3,5)
La ofrenda de Caín era una ofrenda adulterada, con toda seguridad, si hubiera ofrecido lo mejor de sus frutos, el Señor se lo hubiera agradecido de la misma manera que a Abel, porque Dios es Justicia perfecta, y ve el fondo de los corazones.
Y esa es la única razón por la cual el Señor prefería la ofrenda de Abel a la de Caín, porque el primer razonamiento simboliza el Amor verdadero, que es el que tiene Dios hacia la Humanidad, porque entregó lo mejor que tenía: Jesucristo, su Hijo para su rescate, es el Amor que tiene Dios de una manera desinteresada, y el segundo razonamiento simboliza el amor propio, que es el que tiene Satanás, de una manera interesada, hasta envidiar a su Creador y querer ser como Él, terrible pecado que inoculó a Adán y Eva y a toda su descendencia.
De los cuadernos de Mª Valtorta 10 - 1.950
[...] En cambio, el amor propio es búsqueda de si mismos, es sucesivo amor hacia sí mismos, es una acción cumplida para glorificarse a sí mismos ante los ojos del mundo. Por lo tanto, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida y, de esta planta de tres ramas, derivan luego la vanagloria, la dureza de corazón, la soberbia, las ansias de alabanzas humanas, la hipocresía, el espíritu de dominio, la convicción de saberse guiar por sí mismos, sacudiéndose de encima todas las disposiciones o consejos del Amor y de quien habla en nombre del Amor.
Se creen libres, se creen reyes porque, según ellos, nadie es mejor que ellos; porque siempre, según ellos, ya están instalados en la cumbre del saber y del poder. En cambio, son esclavos de sí mismos, del enemigo de Dios. Son esclavos, siervos, desnudos, ciegos.
Son esclavos de sí mismos, y siervos o esclavos del enemigo y de los enemigos de Dios. Están privados de las vestiduras ornadas, de las vestiduras de las bodas con la Sabiduría, de las vestiduras cándidas para el convite en los Cielos y para seguir cantando hosannas al Cordero.
Están ciegos o, por lo menos miopes, porque han arruinado su vista espiritual con inútiles investigaciones humanas..
2 comentarios:
Salita del Monte Carmelo Cap.9 ( del pericolo in cui può incorrere l'anima di cadere nella propria stima e nella vana presunzione)
2-Tali persone possono avere una prova evidente di ciò nel disgusto e nell'antipatia che sentono per chi non loda il loro spirito e non dà importanza a quelle comunicazioni che esse hanno, e nella pena che provano allorché pensano e sentono dire che altre persone godono di quelli stessi favori o di altri più segnalati. Tutto questo procede da segreta stima e orgoglio da cui essi sono completamente imbevuti, senza tuttavia che lo vogliano ammettere. Credono che basti conoscere in qualche modo la propria miseria, anche se poi sono insieme pieni di stima occulta e di presunzione e si compiacciono più del bene proprio che di quello del prossimo come il fariseo il quale ringraziava Dio di non essere come gli altri uomini e di possedere tali e tali altre virtù, cose delle quali era presuntuosamente soddisfatto. Anime siffatte hanno abitualmente nello spirito questo atteggiamento interiore, anche se non lo confessano formalmente come il fariseo. Alcune inoltre diventano tanto superbe che sono peggiori del demonio. Osservando in sé alcune apprensioni e sentimenti devoti e soavi di Dio, a loro parere, ne restano talmente soddisfatte da pensare di essere molto vicine al Signore e da credere che coloro i quali non hanno tali cose siano molto bassi e quindi, come il fariseo, li disprezzano.
Dices:
"Y esa es la única razón por la cual el Señor prefería la ofrenda de Abel a la de Caín, porque el primer razonamiento simboliza el Amor verdadero, que es el que tiene Dios hacia la Humanidad, porque entregó lo mejor que tenía: Jesucristo, su Hijo para su rescate, es el Amor que tiene Dios de una manera desinteresada".
Cain y Abel se suponen existieron muchísimo antes de Jesucristo... Y un Dios que exige adoración no se puede decir que actúa de manera desinteresada.
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