María Inmaculada, medianera de todas las Gracias de Dios bajo la invocación de la Virgen milagrosa |
Dios, en el día del Juicio, cuando el alma tenga que rendir cuenta de todas sus acciones, tiene por costumbre pagar a las almas con su misma moneda. Por esa razón está escrito: Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
El Arcángel Lucifer venció a Eva la mujer, apoderándose de ella y de su descendencia, marcándolos con el pecado original, que aunque perdonado por el rescate de Jesús, deja su huella en el alma, que son las imperfecciones y los defectos que solo se pueden borrar con la ayuda de Dios. Todas esas faltas están aprovechadas por el maligno para frenar el avance del alma hacia la perfección que es Dios, haciéndonos creer que Dios nunca se olvidará de nuestros pecados, para evitar su unión con Dios, para lo cual fue destinada.
San Juan de la Cuz afirma en sus escritos que la Misericordia de Dios es tan grande, que solo en el Cielo nos podremos dar cuenta de como Él se olvidó para siempre de nuestros pecados, por graves que hayan sido, y que nunca nos los recordará.
En cuanto al Arcángel Lucifer, que derrotó a la mujer, Dios lo está derrotando por otra mujer, la Reina de la Jerarquía angélica Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones Arcángeles y ángeles, la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Humanidad redimida por su Hijo Jesús. Ella está aplastando la cabeza de la Serpiente, a pesar de la molestia que le produce en el calcañál, que simboliza su sufrimiento por los pecados de la Humanidad.
JESÚS CORRE EL VELO DE LA GRANDEZA
DE SU MADRE LA VIRGEN MARÍA
(Del Evangelio como me ha sido revelado de Mª Valtorta)
Dice Jesús:
[...] Y, desde lejanías infinitas, entre torrentes de Luz, venía una voz cual ningún oído humano puede oír, ni garganta humana formar. Decía: "¡Cuán hermosa eres, amiga mía! ¡Qué hermosa!... Miel gotean tus labios... ¡Un jardín cerrado eres tú, una fuente sellada, oh hermana, esposa mía!..." , y las dos voces se unían para cantar la eterna verdad: "El amor es más fuerte que la muerte. Nada puede extinguir o ahogar nuestro amor". La Virgen se transfiguraba así... así... así... mientras descendía Gabriel y la reclamaba, con su llamear, a la Tierra; uníale de nuevo el espíritu al cuerpo, para que ella pudiera oír y comprender la demanda de Aquel que la había llamado "Hermana" pero que la quería "Esposa".
Pues bien, allí tuvo lugar el Misterio... Y una púdica, la más púdica entre todas las mujeres, Aquella que ni siquiera conocía el estímulo instintivo de la carne, se turbó ante el ángel de Dios, porque un ángel turba la humildad y la verecundia de la Virgen; y sólo se calmó, oyéndole hablar; y creyó; y dijo la palabra por la que el amor "de Ella y de Él" se hizo Carne y vencerá a la Muerte, y no habrá agua que pueda apagarla ni maldad que puede sumergirle... ".
Jesús se inclina dulcemente hacia María, que ha caído a sus pies, casi extática, al rememorar la lejana hora, iluminada con una luz especial que parece exhalar del alma; y le pregunta quedo: "¿Cual fue, ¡Purísima!, tu respuesta a aquel que te aseguraba que viniendo a ser madre de Dios, no perderías tu perfecta Virginidad?".
Y María, casi en sueño, lentamente, sonriendo, con los ojos dilatados por un feliz llanto: "He aquí a la Sierva del Señor! Hágase en mi según tu Palabra" y reclina, adorando, la cabeza en las rodillas de su Hijo.
Jesús la cubre con su manto, celándola así a los ojos de todos, y dice: y se cumplió. Y se cumplirá hasta el final. Hasta sus otras transfiguraciones. Ella será siempre la "Sierva de Dios". Hará siempre lo que diga "la Palabra". ¡Esta es mi Madre! Bueno es que empecéis a conocerla en toda su santa Figura... ¡Madre! ¡Madre! Alza tu cara, Amada... llama a tus devotos a esta Tierra en que por ahora estamos... " dice mientras destapa a María, después de un rato en que no se ha oído ningún sonido aparte del zumbido de las abejas y el gorgoteo de la fuentecilla.
María levanta la cara, cubierta de llanto, y susurra: "¿Por qué me has hecho esto, Hijo? Los secretos del Rey son sagrados... ".
"Pero el Rey los puede revelar cuando quiere. Madre, lo he hecho para que se comprenda lo que dijo el Profeta: "Una mujer abarcará al hombre" (Jer 31, 22), y lo otro del otro Profeta: "La Virgen concebirá y dará a luz a un Hijo"( Isaías 7, 14). Y también para que ellos, que se horrorizan por demasiadas cosas del Verbo de Dios, que consideran humillantes, tengan como contrapeso otras muchas cosas que los confirmen en el gozo de ser "míos". Así, no se volverán a escandalizar, y conquistarán así también el Cielo...
1 comentario:
Amen Amen Amén Siempre Madre Serás de la Humanidad
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