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| JESÚS HA NACIDO EN LA POBREZA, PARA ENSEÑARNOS QUE SOLO ASÍ SE POSEERÁ LA VERDADERA RIQUEZA |
En el Antiguo Testamento, estaba escrito que una persona que pasaba hambre podría entrar en un huerto ajeno y en un campo de trigo para poder saciar su hambre, lo que no se podía hacer era llenarse las alforjas de fruto o de trigo.
Es por esa razón que en el Evangelio de hoy, los Judíos no recriminan a Jesús y a sus discípulos de robar el trigo cuando entraron en el campo para saciar el hambre, comiendo de ese alimento. Esto demuestra como Dios coloca las necesidades básicas del hombre por encima de la Ley que dice no robarás, ya que hoy día las leyes humanas consideran como un delito apropiarse de un bien ajeno para comer. Y es que las leyes humanas que se aplican hoy día en los Países que se llaman democráticos, y que se creen más avanzadas que las leyes de Dios, al carecer de la gracia de Dios, someten a los pueblos a obligaciones desprovistas por completo de caridad, porque desconocen por completo esta gran virtud.
Se aplica de la misma manera un castigo por falta, a un rico y a un pobre, y el ejemplo más claro es el de una multa de tráfico que para un multimillonario, es una cantidad ínfima, y para un pobre padre de familia cargado de hijos que malvive con un sueldo miserable, ningún político que dice defender a los pobres y "explotados" ni cambia, ni propone cambiar esta ley tan injusta, que puede dejar a una familia sin comer para pagar una pequeña infracción de tráfico, o una persona pobre que llevan a la cárcel por haber robado algo de comida, mientras las grandes fortunas están estafando y explotando a clientes y trabajadores, que tienen que subsistir con sus servicios, en donde siempre pagan más los pobres, y así por ejemplo en la Banca, los intereses de los préstamos son mucho más elevados para los pobres que para los ricos, estando algunos multimillonarios exentos de pago de intereses solo por tener fortunas depositadas en esos bancos.
Y aquí está reflejada la condición humana que es completamente opuesta a la condición divina, ya que en el otro mundo disfrutarán de privilegios los más pobres, y los más ricos serán despojados de sus riquezas, es lo que se refleja en todos los libros Sagrados.
Dijo Jesús en sus imprecaciones: "Pero ¡ay de vosotros, ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo!" (Luc 6, 24)
La Santísima Virgen María en el Magnificat: "Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos" (Luc 1, 52-53)
Y San Juan de la Cruz en sus dichos de luz y amor: "Tenga ordinaria memoria de la Vida eterna, y que los más abatidos y pobres y en menos se tienen, gozarán de más alto señorío y gloria de Dios"
Lucas 6,1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
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