MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 29 de marzo de 2013

ESTREMECEDOR RELATO DE JESÚS ACERCA DE SU TERRIBLE PASIÓN

LA PASIÓN DE JESÚS Y MARÍA


Jesús el pilar que sostiene el Universo


En este extraordinario relato de la muerte de Jesús en la Cruz, que ningún ser humano  ha podido explicar con tanto realismo, se entiende perfectamente el por qué de cada herida y su significado tan profundo, la intensidad, y lo que ha sido la causa de  todas las heridas tanto físicas como espirituales.

Aquí también se demuestra por qué La Santísima Virgen María es Corredentora con Cristo Jesús, Madre espiritual y Salvadora de toda la Humanidad, y por consiguiente, también la medianera de todas las Gracias, de una manera similar y antagónica a nuestra madre Eva, que ha sido también Corruptora y Madre de la humanidad material, y también medianera de todas las desgracias de la humanidad.



De los cuadernos de Mª Valtorta (20-2-1.944)

Ahora - ya es de noche - dice Jesús:

Has visto cuanto cuesta ser Salvadores. Lo has visto en Mí y en María. Has tenido conocimiento de mis torturas. Has visto con que generosidad, heroísmo, paciencia, mansedumbre, constancia y fortaleza las hemos sufrido por la caridad de salvaros.

Todos aquellos que quieran, que pidan al Señor Dios hacer de ellos "salvadores" deben pensar que Yo y María son el modelo, y que estas son las torturas que hay que compartir para salvar.

La cruz, las espinas, los clavos, los azotes no serán materiales. Serán otros, con otra forma y naturaleza; pero igualmente dolorosos e inmoladores. Y solo inmolándose en medio de estos dolores se puede ser salvador.

Es misión austera, la más austera de todos. Una misión respeto a la cual una vida de monje, o de la religiosa de la más severa regla es como una flor comparada con un montón de espinas. Porque esta es una regla no de orden humana, sino Regla de un sacerdocio y un rito de ingreso en el estado monacal divinos, cuyo fundador soy Yo. Yo soy el que consagra y acoge - en mi Regla, en mi Orden - y los elegidos para ella. Y soy el que les impone el hábito (el mío): el dolor total, llevado hasta el sacrificio.

Has visto mis sufrimientos dirigidos a hacer reparación por vuestras culpas. Nada en mi Cuerpo ha estado exento de ellos, porque nada en el hombre ha estado exento de culpas, y todas las partes de vuestro yo -físico y moral - ese yo que Dios os ha dado con una perfección de obra divina y que vosotros habéis degradado con la culpa del progenitor y con vuestras tendencias al mal, con vuestra voluntad mala - son los instrumentos de los que os servís para cumplir el pecado.

Pero Yo he venido para cancelar los efectos del pecado con mi Sangre y mi dolor; lavando en ellos cada una de vuestras partes físicas y morales, para purificarlas y fortalecerlas contra las tendencias culpables.

Mis manos fueron heridas y aprisionadas, después de haberse cansado llevando la Cruz, para reparar por todos los delitos cometidos por la mano del hombre. Desde los verdaderos actos de sujetar y usar un arma contra un hermano, haciéndoos así Caínes, hasta los de robar o escribir acusaciones falsas o llevar actos contrarios al respeto de vuestro cuerpo o del cuerpo ajeno, o de estar ociosos en una holgazanería que es terreno propio para vuestros vicios. Por las ilícitas libertadas de vuestras manos, he dejado crucificar las mías clavándolas en el madero, privándolas de todo movimiento más que lícito y necesario.

Los pies de vuestro Salvador, después de haberse fatigado y herido en las piedras de mi camino de Pasión, fueron traspasados, inmolados, para hacer reparación de todo el mal que vosotros hacéis con los pies, haciendo de ellos el medio para ir a vuestros delitos, hurtos, fornicaciones. He marcado las calles, las plazas, las casas, las escaleras de Jerusalén, para purificar todas las calles, las plazas, las escaleras, las casas de la Tierra, de todo el mal que dentro y fuera de ellas había nacido, todo lo que había sido sembrado y sería sembrado, en los siglos pasados y en los futuros, por vuestra mala voluntad obediente a las instigaciones de Satanás.

Mi Carne se manchó, recibió contusiones y heridas, para castigar en mí todo el culto exagerado, la idolatría, que vosotros ofrecéis a vuestra carne y a la de quien amáis, por capricho sensual o incluso por afecto, que en sí no es reprobable, pero que lo hacéis reprobable al amar a un padre, a un cónyugue, a un hijo o a un hermano, más que a Dios.

No. Por encima de cualquier amor y vínculo terrenos está, debe estar el amor al Señor Dios vuestro. Ninguno, ningún otro afecto debe ser superior a este. Amad a los vuestros en Dios, no por encima de Dios. Amad con todo vuestro ser a Dios. Ello no absorberá vuestro amor hasta el punto de haceros independientes para con los vuestros; antes al contrario, la perfección tomada de Dios - quien ama a Dios tiene en sí a Dios y, teniendo a Dios, tiene la Perfección - alimentará vuestra perfección hacia ellos.

Yo hice de mi Carne una llaga para extraer de las vuestras el veneno de la sensualidad, del no pudor, del no respeto, de la ambición y admiración por la carne destinada a volver al polvo. No es dando culto a la carne es como se lleva la carne a la belleza; antes bien, es con el desapego de ella con lo que se le da la Belleza eterna en el Cielo de Dios.

Mi cabeza fue torturada por mil torturas (golpes, sol, gritos, espinas) para hacer reparación por las culpas de vuestra mente. Soberbia, impaciencia, insoportabilidad, falta de aguante, pululan en vuestro cerebro como terreno fungífero. Yo hice de él un órgano torturado, cerrado dentro de un arca decorada con sangre, para hacer reparación por todo lo que brota de vuestro pensamiento.

Has visto la única corona que Yo he querido: una corona que solo un loco o un torturado pueden llevar. Ninguno, que sea sano de mente (humanamente hablando) y que esté en posesión de la libertad, se la impone. Pero a mí me consideraban loco, y loco, sobrenaturalmente, divinamente loco lo era, queriendo morir por vosotros - que no me amáis o me amáis tan poco -, queriendo morir para vencer el Mal en vosotros, sabiendo que lo amáis más que a Dios, y estuve a merced del hombre; y prisionero del hombre, condenado suyo, Yo, Dios condenado por el hombre.

Y en la cabeza, también los ojos tuvieron su parte, y la boca, y la nariz y la lengua. Por hacer reparación de vuestras miradas tan amantes de ver lo malo y tan olvidadas de buscar a Dios; para hacer reparación por las demasiadas y demasiado embusteras y sucias y lujuriosas palabras que decís, en vez de usar los labios para orar, para enseñar, para confortar. 

Y recibieron su tortura la nariz y la lengua para hacer reparación por vuestra avidez gustativa y por vuestra sensualidad olfativa, por las cuales cometéis imperfecciones que son terreno para más graves culpas y cometéis pecados con la avidez de alimentos superfluos sin tener piedad de los que tienen hambre de alimentos que os podéis permitir, muchas veces recurriendo a medios ilícitos de ganancia.

Mis entrañas no quedaron exentas de sufrimiento. Ninguna de ellas. Sofocación y tos para los pulmones, los cuales, por la bárbara flagelación recibida, estaban contusos, y edemáticos por la postura en la Cruz; congoja y dolor en el corazón, que había sido desplazado y estaba enfermo, por causa de la cruel flagelación, y del dolor moral que había precedido a esta, por el esfuerzo de la subida bajo la pesada carga del madero y por la anemia consiguiente a toda la sangre que ya había vertido. El hígado congestionado, el bazo congestionado y los riñones contusos y congestionados.

Has visto la corona de moratones que estaba alrededor de mis riñones. Vuestros científicos, para dar una prueba para vuestra incredulidad, respecto a esa prueba de mis padecimientos que es la Sábana Santa, explican que la Sangre, el sudor cadavérico y la urea de un cuerpo ultrafatigado pudieron, mezclándose con los ungüentos, producir esa pintura natural de mi Cuerpo extinto y torturado.

[...] La sed ¡Qué tortura la sed! Y, a pesar de todo, ya has visto que ni siquiera uno, de entre tantos, que supiera en aquellas horas darme una gota de agua. Desde después de la Cena no tuve ninguna confortación. Y la fiebre, el sol, el calor, el polvo, el desangramiento, producían mucha sed a vuestro Salvador.

[...] Esto respecto al sufrimiento de tu Jesús en su Cuerpo inocente. Y no te hablo de las torturas de mi sentimiento hacia mi Madre y hacia su dolor. Se requería ese dolor. Pero para mí fue la congoja más cruel. ¡Solo el Padre sabe lo que sufrió su Verbo en el espíritu, en lo moral y en lo físico! Y la presencia de mi Madre aunque fue la cosa más deseada de mi Corazón, que tenía necesidad de esa confortación en la soledad infinita que lo rodeaba, infinita, soledad procedente de Dios y de los hombres, fue tortura.

Ella debía estar ahí, ángel de carne, para impedir el asalto de la desesperación, de la misma forma que el ángel espiritual la había impedido en Getsemaní; debía estar ahí para recibir la investidura de Madre del Género humano. Pero verla morir a cada uno de mis estremecimientos fue mi mayor dolor. Ni siquiera la traición, ni siquiera saber que mi Sacrificio sería inútil para muchos - esos dos dolores que pocas horas antes me habían parecido tan grandes que me habían hecho sudar sangre -eran comparables a este.

Pero tú has visto lo grande que fue María en aquella hora. La congoja no le impidió ser más fuerte que Judit. Ésta mató.

María se dejó matar a través de su Hijo. Y ni imprecó, ni odió. Oró, amó, obedeció. Siempre Madre, hasta el punto de pensar, en medio de esas torturas, que Jesús tenía necesidad de su velo virginal para cubrir sus carnes inocentes, para defensa de su pudor, supo al mismo tiempo ser Hija del Padre de los Cielos y obedecer a la tremenda voluntad del Padre en aquella hora. No imprecó, no se rebeló; ni contra Dios, ni contra los hombres: a estos les perdonó, a Aquel le dijo: "Fiat" [...]




domingo, 24 de marzo de 2013

LA UNION DE LAS IGLESIAS SOLO ES POSIBLE CON LOS ORTODOXOS


Hermosa imagen Copta Ortodoxa del Sublime Redentor y de su Madre
y Madre Nuestra, Corredentora de la Humanidad




          Post publicado en el 2.013, que tiene  más vigencia que nunca por la entrevista del Papa Francisco con S. S. Kirilio en la Habana en el día de 12-02-2.016, y cuyo mérito me atrevo a atribuir a la Santma. Virgen María, que dijo en Fátima al final de la primera guerra mundial: Si se consagra Rusia a mi Inmaculado Corazón, "Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará". 

         La Iglesia Ortodoxa tuvo que tolerar muy a pesar suyo, la presencia de Satanás: la doctrina comunista, que persiguiendo a los cristianos, y prohibiendo toda manifestación religiosa, con horribles persecuciones, no solo no logró sus propósitos, pero además hizo revivir la fe de un modo imparable, en la Iglesia Ortodoxa. Deseo ardientemente que esta Iglesia se esté acercando a la Iglesia Católica Romana, y me alegro de que rompiendo la tradición de hace más de 1.000 años, el Patriarca Ortodoxo haya asistido a la ceremonia de entronización del nuevo Papa Francisco.


        Lo que es importante es que la Iglesia Ortodoxa no fue fundada  por ningún hombre del tipo del renegado Lutero, que se casó con una monja renegada, de Calvino que mandó quemar vivo a Miguel Servet por su particular visión sobre la Santísima Trinidad, del sanguinario Enrique VIII, o de otra multitud de sectas fundadas por "iluminados" que se creían enviados por Dios, y estaban solo movidos por Satanás con su odio, su interés y su orgullo, y que repitieron las palabras del Príncipe negro: "No serviré".

       La Iglesia Ortodoxa y la Romana, fueron ambas fundadas no por un hombre pero sí por un Hombre-Dios: Jesucristo, Rey de Reyes y Señor del Universo, hubo una separación desde el Imperio romano, cuando se escindió en dos por la Invasión de Roma por los Bárbaros, y luego vino la Invasión de Constantinopla por los Turcos, pero ambas sobrevivieron, y tienen cada una los mismos Sacramentos, no veo objeción alguna para que ambas Iglesias se unifiquen, las Iglesias Católicas Romana y  Ortodoxa. 



Las dos interpretaciones de la Trinidad
que son perfectamente compatibles.



     Focio entonces, remueve la vieja rivalidad Roma-Constantinopla, la cual reviste convenientemente con el vistoso ropaje dogmático. 



        Esta vez el debate se cierne sobre el “filioque” (literalmente “y el hijo”) con el que, al añadirlo al Credo, el Papa habría incurrido, según Focio, en herejía. 



       La cuestión del “filioque” es una vieja cuestión suscitada, en una nueva manifestación de Cesaropapismo, por el Emperador Carlomagno, según la cual, el Espíritu Santo procede del Padre filioque, esto es, “y” del Hijo, según sostiene Roma; en tanto que Constantinopla sostiene que el Espíritu Santo procede “ex Patre per Filium”, esto es, del Padre “por” el Hijo.

        Creo sinceramente que estas dos interpretaciones del Credo, están perfectamente justificadas.

       En cuanto a las acción del Santo Espíritu sobre las almas de los Hijos de Dios, está clarísimo que el Espíritu Santo interviene "Ex Patre per Filium", ya que es Cristo el que por su predicación, por su ejemplo y por su doloroso Rescate del Género Humano, es el que permite su acción que se produjo en el Cenáculo, estando ya Jesús muerto en la Cruz; por eso dijo algo así cómo: "Os conviene que yo me vaya, porque entonces, vendrá el Espíritu de la Verdad, que os iluminará y os hará comprender el significado de mi vida y de mi muerte".



       En cuanto a la esencia de la Santísima Trinidad, ya que cada una de las tres personas son absolutamente iguales, se puede decir que el Espíritu Santo procede del Padre filioque (y del hijo), de la misma manera se puede decir que El Padre procede del Espíritu Santo filioque o que el Hijo procede del Espíritu Santo "Patriloque".


         Quiera Dios que esa señal de esperanza del Patriarca en su visita a Roma se transforme en un acuerdo que llegue a restablecer el Cristianismo como a sus orígenes.

        En cuanto a toda la variopinta de sectas Protestantes, no veo cómo puede acontecer una unión con individuos que han renegado de su fe por la acción de la soberbia y del orgullo, es decir de Satanás, sectas que con su odio al Papa, nombrado por Jesús su legítimo representante en la Tierra, y desprecio a la Santísima Virgen María, tesorera y medianera de todas las Gracias, Corredentora y Madre de Dios y de toda la Humanidad, causa un impedimento insuperable para que exista una comunión plena.





jueves, 7 de marzo de 2013

LOS ERRORES TEOLÓGICOS INDUCIDOS POR SATANÁS, ¿COMO UN CONSAGRADO PUEDE LLAMAR EGOÍSTA A DIOS?


Señor, ¿Como es posible  que después de haber dado tu Vida por 
nosotros, y después de haberte dejado flagelar, escupir, insultar, 
después de haber cargado con todos los pecados de la humanidad, 
aún haya gente que blasfemen llamándote egoísta? 




I/ Dios no es un Ser desinteresado, es el primer egoísta de la Creación


Fueron dos Sacerdotes de la Parroquia de los españoles en Toulouse, el Padre Buhigas y el Padre Andrés, q.e.p.d. que invitados a comer en casa de mis padres, en el año 1.958 declararon, siendo aún adolescente y sin conocimientos religiosos profundos, esta frase:

“En el mundo todos los hombres y mujeres obran por egoísmo, ya que siempre en toda acción existe una parte de amor propio o de interés. Incluso una madre que va a dar a luz en un parto difícil, cuando dice: “Prefiero morir, para que mi hijo viva, también esta afirmación puede ocultar una parte de egoísmo, ya que  puede decirlo para que la gente piense bien de ella, y la vea como una madre perfecta…”.

Hasta aquí, esta afirmación puede ser posible y por eso puede encerrar una parte de verdad, ya que el hombre más perfecto, siempre tiene en sí, la huella del pecado original, que solo desaparece cuando el alma se ha purificado y eliminado las raíces del mal, que solo el lavacro con el agua del costado de Cristo puede producir. 

        Ese lavacro, que San Juan de la Cruz llama  noche oscura del espíritu, es la que restablece en el hombre la inocencia perdida en el Jardín del Edén. Cuando el alma ha recobrado este estado después del paso por esa horrenda noche, verdadero Purgatorio de la Tierra, entonces el alma se vuelve de una inocencia tal que, aún que vea producirse un terrible crimen, no ve mal alguno.

Estará entonces en disposición de hablar con Dios como lo hacían Adán y Eva antes de comer del fruto que les inoculó a ellos y a todos sus descendientes, menos a María Santísima, el veneno de Satanás: El conocimiento del bien y del mal.

Pero cuando esos dos Sacerdotes pronunciaron las palabras heréticas, fue cuando afirmaron rotundamente:

“¡Y el primer egoísta de la Creación es el mismo Dios porque el catecismo indica que el hombre fue creado para conocer, amar y Servir a Dios!…”

Yo en aquella ocasión no supe refutar esa afirmación, pero mi hermano mayor, profundamente indignado le preguntó:

“¿Si Dios por voluntad propia, hiciera desaparecer en un momento toda la Creación, variaría en algo su esencia?, a lo cual sorprendidos por la contundencia de la persona y sin pararse a pensar, los sacerdotes contestaron: “Dios no puede sufrir variación alguna ni en más ni en menos, porque Él no puede ni crecer ni menguar, ya que es un ser infinito”.

Luego al darse cuenta de su error, desviaron la conversación.

Unos días después, cuando iba a la Universidad me encontré uno de ellos por la calle, y me dijo: “Estaba pensando en tu hermano, que me contestó esas palabras", pero no dio su brazo a torcer, alegando que a pesar de todo él tenía razón, es decir que en Dios había un interés egoísta”.

 Es increíble el trabajo de Satanás en esas almas y como les conforma la mente de una manera tal, que las almas siguen “erre que erre” sumidas en el error, y me pregunto: ¿Para qué les sirvieron tantos años de estudios teológicos?, como cuando los Fariseos veían a Jesús hacer milagros de misericordia, y decían que lo hacía con el poder de Belcebú, que por definición es el ser menos misericordioso, y padre de todas las desgracias.

Si hubiera tenido los conocimientos teológicos actuales, la refutación a esas palabras sacrílegas (Dios les haya perdonado, hace ya unos 60 años de esas palabras!), hubiera sido bien sencilla y evidente:

Dios es Amor, Amor verdadero, que es auténtico, como lo explica San Juan de la Cruz, cuando afirma: “Quiero lo malo y dificultoso para mí, y lo bueno y dichoso para ti”.

Y una de las características principales de ese Amor, lo que  demuestra su autenticidad, es que el Amor, cuando es verdadero tiene que darse a los otros, ninguna persona ama de verdad si no se entrega a los demás, es una obligación imperiosa, que es una característica del Amor, por esa razón el primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas no puede desligarse del amor al prójimo, y un amor sin el otro es una pura falacia, por eso el que dice que ama a Dios y no ama al prójimo, o que ama al prójimo, como lo afirman los políticos, y no aman a Dios, son unos embusteros.

  Y de la misma manera que está reflejado en el proverbio castellano que dice: “Obras son amores y no buenas razones”, Dios todopoderoso para demostrar que su amor es infinito, nos dio a su Divino Hijo que es la perfección infinita también, para redimirnos y arrancarnos de las garras de Satanás.

Y esto es una de las características del Amor verdadero, que da a la persona amada todo lo que tiene, y no guarda nada para sí, por eso el Sagrado matrimonio Cristiano es así, los esposos dan el uno al otro todo lo que poseen y ponen todos sus bienes en común, y por esa razón está escrito en la Biblia que en el Reino de Dios seremos dioses por participación, no por naturaleza pero sí por herencia.

Los que guardan algo para ellos, no tienen el verdadero Amor, por eso leemos en los Actos de los Apóstoles, que cuando los primeros cristianos ponían en común todas sus pertenencias, el matrimonio que había guardado algo para sí, cayó fulminado por Dios ante todos.




Del Evangelio como me ha sido revelado de Mª Valtorta
 (18 de Julio de 1.944)


Dice Jesús:



"Hay levadura y levadura. Está la levadura del Bien y está la del Mal. La levadura del Mal, veneno satánico, fermenta con mayor facilidad que la del Bien, porque encuentra la materia más adecuada para su fermentación en el corazón del hombre, en el pensamiento del hombre, en la carne del hombre, seducidos los tres por una voluntad egoísta, contraria, por tanto, a la Voluntad universal que es la de Dios.



La voluntad de Dios es universal porque no se limita nunca a un pensamiento personal, sino que tiene presente el bien de todo el universo. A Dios nada puede aumentarle ninguna perfección, habiendo poseído todo de forma perfecta. Por tanto, no puede haber en Él un pensamiento propio de ganancia en la base de ninguna acción suya.



Cuando se dice: "Se hace esto para mayor gloria de Dios, en el interés de Dios", no es porque la gloria divina sea susceptible en si misma de aumento, sino porque toda cosa que es en la Creación lleva una impronta de bien y toda persona que haga el bien - y por tanto merezca poseerle -, se adorna con el signo de la Gloria divina y da así gloria a la Gloria misma, que ha creado gloriosamente todas las cosas. Es un testimonio, en definitiva, dado a Dios por las personas y las cosas: testificando con hechos acerca del origen perfecto del que proceden.



Por eso, Dios cuando os manda, os aconseja u os inspira una acción, no lo hace por interés egoísta, sino por un pensamiento altruista, caritativo, de bienestar vuestro. Por eso la voluntad de Dios no es nunca egoísta; antes bien, es una voluntad enteramente abierta al altruismo, a la universalidad; la única y verdadera fuerza en el mundo universo que tenga pensamiento de fuerza universal".



Y me pregunto: ¿Que enseñan en los Seminarios a los Sacerdotes para que prediquen esas doctrinas heréticas? 







II/ Dios es un Ser injusto porque ha preferido la ofrenda de Abel a la de Caín.




      Este razonamiento satánico, es muy común sobre todo en los individuos ateos o agnósticos, los cuales tienen una excusa, o mejor dicho un razonamiento, que les lleva a poner en duda la Bondad de Dios, y justificar las acciones de Caín y por tanto despreciar todas las enseñanzas de la Religión.


En realidad, aquí está otra vez un ataque indirecto a Dios, semejante al ataque de Lucifer que quería ser como Dios, y lo odió porqué a pesar de ser el más subido de los ángeles, no podía soportar que hubiera alguien superior a él.


    Lo mismo ocurre con los que tratan de interesado y egoísta a Dios, porque dicen que creó  a los seres para adorarle y servirle.



    La ofrenda de Abel era una ofrenda de Amor, porqué ofrecía lo mejor de sus rebaños: 


"Pasado algún tiempo, Cain presentó al Señor una ofrenda de los frutos de la tierra. Abel le ofreció también los primogénitos de sus rebaños y hasta su grasa. El Señor se fijó en Abel y su ofrenda, más que en Caín y la suya. Entonces Caín se enfureció mucho y andaba cabizbajo..."(Gen  4-3,5)


        La ofrenda de Caín era una ofrenda de egoísmo, con toda seguridad, si hubiera ofrecido lo mejor de sus frutos, el Señor se lo hubiera agradecido de la misma manera que a Abel, porque Dios es Justicia perfecta, y ve el fondo de los corazones.



       En una palabra: Abel decía: "Señor, quiero lo mejor de mi rebaño para Tí y lo peor para mí", sin embargo Caín decía: "Yo quiero lo mejor de los frutos de la Tierra para mí y los peores para Tí".



       Y esa es la única razón por la cual el Señor prefería la ofrenda de Abel a la de Caín, porque el primer razonamiento simboliza el Amor verdadero, que es el que tiene Dios hacia la Humanidad, porque entregó lo mejor que tenía: Jesucristo, su Hijo para su rescate, es el Amor que tiene Dios de una manera desinteresada, y el segundo razonamiento simboliza el egoísmo verdadero, es el amor propio, que es el que tiene Satanás, de una manera interesada, hasta envidiar a su Creador y querer ser como Él, terrible pecado que inoculó a Adán y Eva y a toda su descendencia.



De los cuadernos de Mª  Valtorta 10, 1.950 


[...] En cambio, el amor propio es búsqueda de si mismos, es sucesivo amor hacia sí mismos, es una acción cumplida para glorificarse a sí mismos ante los ojos del mundo. Por lo tanto, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida y, de esta planta de tres ramas, derivan luego la vanagloria, la dureza de corazón, la soberbia, las ansias de alabanzas humanas, la hipocresía, el espíritu de dominio, la convicción de saberse guiar por sí mismos, sacudiéndose de encima todas las disposiciones o consejos del Amor y de quien habla en nombre del Amor.

Se creen libres, se creen reyes porque, según ellos, nadie es mejor que ellos; porque siempre, según ellos, ya están instalados en la cumbre del saber y del poder. En cambio, son esclavos de sí mismos, del enemigo de Dios. Son esclavos, siervos, desnudos, ciegos.

Son esclavos de sí mismos, y siervos o esclavos del enemigo y de los enemigos de Dios. Están privados de las vestiduras ornadas, de las vestiduras de las bodas con la Sabiduría, de las vestiduras cándidas para el convite en los Cielos y para seguir cantando hosannas al Cordero. 

Están ciegos o, por lo menos miopes, porque han arruinado su vista espiritual con inútiles investigaciones humanas...





martes, 19 de febrero de 2013

SUBLIMES Y ÚLTIMAS LECCIONES DE JESÚS RESUCITADO SOBRE LOS SACRAMENTOS, ANTES DE SU GLORIOSA ASCENSIÓN.

Descansar en tu Corazón, Oh Jesús,
esa es toda mi felicidad



Discurso de Jesús a los Apóstoles sobre los Sacramentos, que ha instituido para perpetuar su presencia hasta el fin del mundo, una vez resucitado. Se resalta la importancia del Bautismo, para ser aptos y poder recibir el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, que puede ser asimilado tanto para el más sabio e inteligente de las personas, como para la más inocente y analfabeta, siendo condición necesaria para que actúe, una profunda humildad, que el mismo Jesucristo nos enseñó en el lavatorio de los pies a sus discípulos.

Se enseña que la muerte de Jesús en la Cruz, perdona los pecados gracias a su Sangre, pero que solo el agua de su costado es la que borra la huella dejada por el pecado Original, fuente de agua viva que crea a su Santa Iglesia y que restablece la condición de Adán y Eva antes del pecado Original.

Este hecho está perfectamente simbolizado en el cuadro del Cristo en donde fluye de su costado la Sangre que borra los pecados y el agua que restablece la dignidad perdida por causa del fruto prohibido, por esa razón Cristo es sin duda alguna, el árbol de la Vida del Paraíso de Dios, el antídoto del árbol del conocimiento del bien y del mal, cuyo fruto prohibido es el mismo Satanás.


Del Poema del Hombre Dios de María Valtorta


Dice Jesús:

(...) “Prestarme toda vuestra atención porque os voy a decir cosas de suma importancia. Todavía no las comprenderéis todas, ni todas bien. Pero aquel que vendrá después de Mí os las hará comprender. Escuchadme, pues nadie está más convencido que vosotros de que sin la ayuda de Dios el hombre peca fácilmente, pues es debilísima su constitución, debilitada por el pecado. Sería entonces un Redentor imprudente si, después de haberos dado tanto para redimiros, no diera también los medios para conservaros en los frutos de mi Sacrificio. 

EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO

Sabéis que toda la facilidad para pecar viene de la Culpa, que privando de la Gracia a los hombres los despoja de su fortaleza, que está en la unión con la Gracia. Habéis dicho: “Pero Tú has devuelto la Gracia!. No. Ha sido devuelta a los justos hasta mi Muerte. Para devolvérsela a los próximos se requiere un medio. Un medio que no será solamente una figura ritual, sino que imprimirá verdaderamente en quien lo reciba el carácter real de hijo de Dios, cuales eran Adán y Eva, cuyas almas, vivificadas por la Gracia, poseían dones excelsos que Dios había dado a sus amadas criaturas.

Vosotros sabéis lo que tenía el Hombre y lo que perdió el hombre. Ahora, por mi Sacrificio, las puertas de la Gracia están de nuevo abiertas, y el río de la Gracia puede de nuevo descender hacia todos los que la piden por amor a Mí. Por eso los hombres tendrán el carácter de hijos de Dios por los méritos del primogénito de los hombres, por el mérito de quien os habla, vuestro Redentor, vuestro Pontífice eterno, vuestro Hermano en el Padre, vuestro Maestro. Desde Jesucristo, y por Jesucristo, los hombres presentes y futuros podrán poseer el Cielo y gozar de Dios, fin último del hombre.




LA SANGRE DE CRISTO ES LA QUE BORRA LOS PECADOS DEL MUNDO, PERO EL AGUA DE SU COSTADO ES EL ÚNICO MEDIO PARA BORRAR EL PECADO ORIGINAL, FUE ELLA LA QUE PROPICIÓLA SALIDA DEL LIMBO DE LOS JUSTOS MUERTOS ANTES DE LA VENIDA DECRISTO A LA TIERRA


Hasta ahora, ni los justos más justos, aunque estuvieran circuncidados como hijos del Pueblo elegido, podían alcanzar este fin. Dios consideraba sus virtudes, sus lugares estaban preparados en el Cielo, pero este les estaba vedado, y negado les era el gozar de Dios, porque en sus almas, jardines benditos florecidos con toda suerte de virtudes, estaba también el árbol maldito de la culpa original, y ninguna obra por Santa que fuera, podía destruirlo, y no es posible entrar en el Cielo con raíces y frondas de tan maléfico árbol. El día de la Parasceve, el suspiro de los Patriarcas y Profetas y de todos los justos de Israel se aplacó en el gozo de la Redención cumplida, y las almas, más blancas que nieve montana hasta donde alcanzaba su virtud, se vieron libres incluso de la única mancha que las apartaba del Cielo. 

Pero el mundo continúa. Generaciones y más generaciones surgen y surgirán. Pueblos y más pueblos vendrán a Cristo. ¿Puede Cristo morir por cada generación, para salvarla o para pueblo que a Él venga? No. Cristo ha muerto una vez y no volverá a morir jamás en toda la eternidad. ¿Habrá de suceder, pues que estas generaciones, que estos pueblos se hagan sabias por mis palabras pero no posean el Cielo, ni gocen de Dios, por estar heridos por la mancha original? Tampoco. No sería justo, ni para ellos, pues vano sería su amor a Mí, pues por demasiado pocos habría muerto ¿Y entonces? ¿Como conciliar estas cosas distintas? ¿Que nuevo milagro hará Cristo - que ya ha hecho muchos - antes de dejar el mundo para ir al Cielo, después de haber amado a los hombres hasta querer morir por ellos?

Ya ha hecho uno, dejándoos su Cuerpo y su Sangre para alimento, fortalecedor y santificador y para recuerdo de su Amor; y os ha mandado que hagáis lo que Él hizo para recuerdo suyo y como medio santificador para los discípulos y para los discípulos de los discípulos, hasta el final de los tiempos. 

Pero aquella noche, purificados ya vosotros externamente, ¿recordáis lo que hice? Me ceñí una toalla y os lavé los pies. Y, a uno de vosotros que se escandalizaba de aquel gesto demasiado humillante, le dije: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo".

No entendisteis lo que quería decir, ni de que parte hablaba, ni que símbolo estaba poniendo. Pues bien, os lo digo: Además de haberos enseñado la humildad y la necesidad de ser puros para poder entrar a formar parte en el Reino mío, además de haberos hecho observar benignamente que Dios, de uno que es justo, y por tanto puro en su espíritu y en su intelecto, exige únicamente una última purificación - de aquella parte que, necesariamente más se contamina incluso en los justos, quizás solo polvo que la necesaria convivencia con los hombres deposita en los miembros limpios, en la carne - , además de estas cosas, enseñé otra. 

Os lavé los pies, la parte inferior del cuerpo, la que va entre barro y polvo, a veces incluso entre inmundicias, para significar la carne, la parte material del hombre, la cual tiene siempre - excepto en la sin mancha original, o por obra de Dios o por naturaleza divina - imperfecciones a veces tan mínimas que solo Dios las ve, pero que verdaderamente tienen que ser vigiladas, para que no cobren fuerza y se transformen en hábito natural, y deben de ser agredidas para ser extirpadas.

Os lavé los pies, pues. ¿Cuándo? Antes de la fracción del pan y del vino transubstanciados en mi Cuerpo y en mi Sangre. Porque Yo soy el Cordero de Dios y no puedo descender a donde Satanás tiene puesta su huella. Así, pues, primero os lavé; luego me dí a vosotros. También vosotros lavaréis con el bautismo a los que vengan a Mí, para que no reciban indignamente mi Cuerpo y no se transforme en tremenda condena de muerte.

Os estremecéis. Os miráis. con las miradas os preguntáis: "¿Y Judas, entonces?". Os digo: "Judas comió su muerte". El supremo acto de amor no le tocó el corazón. El extremo intento de su Maestro chocó contra la piedra de su corazón, y esa piedra, en lugar de la Tau, llevaba grabada la horrenda sigla de Satanás, la señal de la Bestia.

Así pues, os lavé antes de admitiros al banquete Eucarístico, antes de escuchar la confesión de vuestros pecados, antes de infundiros el Espíritu Santo y, por tanto al carácter de verdaderos cristianos reconfirmados en Gracia, y de Sacerdotes míos. Hágase pues, así con aquellos a quien debéis preparar para la vida cristiana.

(...) Y tened estima por el agua... Después de haber expiado y redimido con treinta y tres años de vida fatigosa culminada en la Pasión, y después de haber dado mi Sangre por los pecados de los hombres, fueron extraídos del Cuerpo desangrado e inmolado del Mártir las aguas saludables para lavar la culpa original. Con el Sacrificio consumado Yo os he redimido de aquella mancha.

Si en el umbral de la muerte, un milagro Mío divino me hubiera hecho descender de la Cruz, en verdad os digo que, por la Sangre derramada habría purificado las culpas, Pero no la Culpa. Para esta ha sido necesaria la consumación total. En verdad, las aguas saludables de que habla Ezequiel, han salido de este Costado Mío. Sumergid en él a las almas. Que salgan inmaculadas para recibir el Espíritu Santo, que en memoria de aquel soplo que el Creador espiró en Adán para darle el espíritu y, por tanto, la imagen y semejanza con Él, volverá a soplar y morar en los corazones de los hombres redimidos.

Bautizad con mi Bautismo, pero en el nombre de Dios Trino (...) por lo cual, es cuestión de Justicia y de deber el que todo hombre reciba la Vida por aquellos que ese han unido en querérsela dar, nombrándose al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en el acto del Bautismo, que de Mí tomará el nombre de Cristiano para diferenciarse de los otros, pasados o futuros, los cuales serán ritos pero no signos indelebles en la parte inmortal.


LA SAGRADA EUCARISTÍA ASEGURA LA UNIÓN PERFECTA CON EL REDENTOR, QUE PERMITE LA FILIACIÓN DIVINA GRACIAS A LA ACCIÓN 
DEL ESPÍRITU SANTO


Y tomad el Pan y el Vino como Yo hice y, en mi nombre bendecid, fraccionad, y distribuid; y se nutran de Mí los cristianos. Y haced del Pan y del Vino una ofrenda al Padre de los Cielos, inmolándola después en memoria del Sacrificio que Yo ofrecí y llevé a cabo en la Cruz por vuestra Salvación. Yo, Sacerdote y Víctima, por Mí mismo me ofrecí y sacrifiqué, no pudiendo ninguno, si Yo no hubiera querido, hacer esto de Mí. Vosotros, mis Sacerdotes, haced esto en memoria Mía para que los tesoros infinitos de mi Sacrificio suban impetradores a Dios y desciendan propicios sobre todos aquellos que los invocan con fe segura.

Fe segura, he dicho. No se exige ciencia para gozar del eucarístico Alimento y del eucarístico Sacrificio, sino fe. Fe en que en ese pan y en ese vino que uno, autorizado por Mí y por los que después de Mí vendrán - vosotros: tú Pedro, Pontífice nuevo de la nueva Iglesia; tú, Santiago de Alfeo; tu Juan; tú, Andrés; tú, Simon; tú, Felipe; tú Bartolomé; tú, Tomás; tú Judas Tadeo; tú Mateo; tú, Santiago de Zebedeo -, consagre en mi Nombre es mi verdadero Cuerpo, mi verdadera Sangre; y fe en que quien se nutre de ellos me recibe en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; y fe en que quien me ofrece, ofrece realmente a Jesucristo, como Él se ofreció por los pecados del mundo.

Un niño o un ignorante, me pueden recibir al igual que pueden hacerlo un adulto y una persona docta. Y el Sacrificio ofrecido, aportará a un niño o a un ignorante los mismos beneficios que a cualquiera de vosotros. Basta que en ellos haya fe y gracia del Señor.

(...) Eso sí, con todo mi corazón os conjuro que observéis una vida santa, la cual aumentará de tal manera las luces sobrenaturales en vosotros que llegaréis a leer sin error el corazón de los hombres y podréis con amor y autoridad, declarar a los pecadores, temerosos de declarar sus pecados o rebeldes para confesarlos, el estado de su corazón ayudando a los tímidos y humillando a los impenitentes. Recordad que la Tierra pierde a su Absolvedor y que vosotros debéis ser lo que Yo era: justo, paciente, misericordioso, pero no débil.

(...) Os recuerdo que algunas veces Dios permite también las caídas de sus elegidos; no porque le guste verlos caer, sino porque de una caída puede resultar un bien futuro mayor. Tended pues la mano de quien cae, porque no sabéis si esa caída puede ser la crisis que remedie una enfermedad que para siempre termina, dejando en la sangre una purificación que produce salud, en nuestro caso; que produce santidad.

Sed por el contrario severos con los que no tengan respeto hacia mi Sangre y acabada de lavar su alma por el lavacro divino, se arrojen al cieno una y cien veces. No los maldigáis, pero sed severos. Exhortarlos. Reciban vuestro mandamiento setenta veces siete. Recurriréis al extremo castigo de separarlos del pueblo elegido solo cuando su pertinacia en un pecado que escandalice a los hermanos os obligue a actuar para no haceros cómplices de sus acciones. Recordad lo que dije: "Si tu hermano ha pecado, corrígelo a solas. Si no te escucha, corrígelo ante dos o tres testigos. Si esto no basta, ponlo en conocimiento de la Iglesia. Si no escucha ni siquiera a la Iglesia, condidéralo como un gentil y un publicano".


EL MATRIMONIO HA PASADO DE SER UN MERO CONTRATO A UN SACRAMENTO DIVINO.


En la religión mosaica el matrimonio es un contrato. Que en la nueva religión Cristiana sea un acto sagrado e indisoluble, sobre el cual descienda la Gracia del Señor para hacer de los cónyuges dos ministros suyos en la propagación de la especie humana.

[...] Malo sería que por la dureza de los corazones, se diera en la nueva fe lo que se dio en la antigua: la permisión del repudio y de la separación para evitar escándalos creados por la libídine del hombre. En verdad os digo, que todos deben llevar su cruz en todos los estados, y también en el matrimonial.

[...] Acto serio y santo son las nupcias. Y para mostrar esto estuve en una boda, y allí realicé el primer milagro. Pero ¡ay si degeneran en libídine y capricho! El matrimonio, contrato natural entre el hombre y la mujer; que se eleve de ahora en adelante en contrato espiritual por el cual las almas de dos que se amen y juren servir al Señor en un amor recíproco ofrecido a Él, en obediencia a su imperativo de procreación para dar hijos al Señor.




EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS Y EXTREMA UNCIÓN

[...] La vida del hombre es un camino. La entrada del hombre en la otra vida debería ser la entrada en el Reino. A todo Rey, se le unge y perfuma antes de subir al trono y mostrarse a su pueblo. También el cristiano es un hijo de Rey, que recorre el camino en dirección al Reino a donde el Padre le llama. La muerte del cristiano no es sino la entrada en el Reino para subir al trono que el Padre le ha preparado. 

La muerte - para aquel que, sabiendo que está en su gracia, no teme a Dios - no infunde espanto. Ahora bien, purifíquese de todo residuo el cuerpo de aquel que debe subir al trono, para que se conserve hermoso hasta la Resurrección, y purifíquesele el espíritu, para que resplandezca en el trono que el Padre le ha preparado para que aparezca con la dignidad que corresponde al hijo de tan gran Rey. Aumento de la Gracia, cancelación de los pecados que el hombre tenga pleno arrepentimiento, suscitación de ardoroso deseo del Bien, comunicación de fuerza para el combate supremo: esta ha de ser la unción que se dé a los moribundos cristianos; o, dicho más propiamente, a los cristianos que estén por nacer, porque en verdad os digo que el que muere en el Señor, nace a la Vida Eterna.

[...] Y que todo Sacerdote gustosamente, repita en el cuerpo de su hermano moribundo el acto de amor de María para con el Cristo penante. En verdad, os digo que aquello que en aquella ocasión no hicisteis conmigo, dejando que una mujer os llevara la delantera - y ahora pensáis en ello con mucho dolor - podéis hacerlo en el futuro, y tantas veces cuantas sean que os inclinéis con amor hacia un moribundo para prepararle a su encuentro con Dios.

Yo estoy en los mendigos y en los moribundos, en los peregrinos, en los huérfanos, en las viudas, en los prisioneros, en los que tienen hambre, sed o frío, en los que están afligidos o cansados. Yo estoy en todos los miembros de mi místico Cuerpo, que es la unión de mis fieles. Amadme en ellos y ofreceréis reparación por vuestro desamor de tantas veces, y me daréis gran alegría a Mí, y a vosotros os daréis mucha gloria.




EL SACRAMENTO DEL ORDEN SACERDOTAL


Tremenda, tremendísima responsabilidad la de los Sacerdotes, no comprendo el por qué así como en todas las profesiones, en donde hay una evaluación de los profesores, médicos, ingenieros y técnicos de toda clase, se apartan los malos obreros, cuanto más aquí, ya que se trata de la salvación de las almas. Están actualmente campando a sus anchas toda una serie de elementos que se llaman teólogos y que predican una doctrina contraria a la Tradición y al Evangelio, menos mal que el Papa Benedicto XVI ha barrido con todos los pederastas que ha encontrado, pero ¿porqué se dejan en sus cátedras a los Queiruga, Massiás y Kungs, y tantos otros más?, ¡ya que son los abanderados de toda la basura que hay en la Iglesia!

Y considerad que contra vosotros conspiran el mundo, la edad, las enfermedades, el tiempo, las persecuciones. Evitad pues, el ser avaros de lo que habéis recibido, y evitad la imprudencia. Transmitid, por esto, en mi Nombre, el Sacerdocio a los mejores de entre los discípulos, para que la Tierra no se quede sin Sacerdotes. Y que sea un carácter Sagrado concedido después de un profundo examen, no verbal, sino de las acciones de aquel que pide ser Sacerdote, o de aquel a quien juzguéis apto para serlo.




PREDICCIONES SOBRE LA APOSTASÍA 
Y EL FINAL DE LOS TIEMPOS

Estamos asistiendo al preludio de la apostasía final, que se está comprobando por los nuevos Judas de Keriot, que no admiten en modo alguno la Doctrina de Jesús, son los famosos teólogos y Jerarcas disidentes, que predican insistentemente el abandono de todo sacrificio, el matrimonio sacerdotal, la desobediencia al representante de Jesús en la Tierra.

Son los que no admiten abiertamente la autoridad del Papa, y quieren transformar la Iglesia en una democracia adaptada a los tiempos modernos. La Iglesia no se regiría entonces por el Evangelio. sino por la mentalidad de las masas.

El Papa Benedicto XVI, se ha dado cuenta con realismo que es mucho muy importante para la Santa Iglesia la oración contemplativa y mística. Lo oración mística, que es la oración de María a los pies de Jesús es mucho más importante que las labores de Marta, que por muy productiva que fuera, no tendría valor alguno, si ni fuera por las buenas acciones, como lo dice San Juan de la Cruz, buenas acciones que solo se pueden hacer en Gracia de Dios, la cual se obtiene precisamente por la oración con amor a Jesús, autentica figura de Dios.

Ante la crisis actual tan profunda, Benedicto XVI ha preferido como Moisés, retirarse en la cumbre del monte de la clausura, para implorar con los brazos levantados al Cielo, que es la Cruz que dice que le acompaña, para que, como Josué detenga el sol para asegurar el triunfo sobre los Amalacitas, que simbolizan todas las huestes progresistas y relativistas, comandadas por Satanás. 

Pensad en lo que es el Sacerdote; en el bien que puede hacer y en el mal que puede hacer, habéis visto una muestra de lo que puede hacer un Sacerdote venido a menos en su carácter sagrado. En verdad, os digo que por las culpas del Templo esta Nación será dispersada. Pero también os digo, en verdad, que igualmente será destruida la Tierra en cuando el abominio de la desolación entre en el nuevo sacerdocio, conduciendo a los hombres a la apostasía para abrazar las doctrinas infernales. 

Entonces surgirá el hijo de Satanás, y los pueblos, tremendamente horrorizados, gemirán, y pocos permanecerán fieles al Señor, entonces entre convulsiones de horror, vendrá el final, tras la victoria de Dios y de sus pocos elegidos, y descenderá la ira de Dios sobre todos los malditos. ¡Desventura, tres veces desventura para esos pocos, si ya no hay santos, los últimos pabellones del Templo de Cristo! ¡Desventura, tres veces desventura, si para confortar a los últimos cristianos no hay verdaderos Sacerdotes como los había para los primeros!

[...] Pero el bien y el mal futuros tienen raíz en el presente. Los aludes empiezan por un copo de nieve. Un Sacerdote indigno, impuro, hereje, infiel, incrédulo, tibio o frío, apagado, insípido, lujurioso, hace un daño diez veces superior al que provoca un fiel culpable de los mismos pecados; y arrastra a muchos otros en el pecado. La relajación en el Sacerdocio, al acoger doctrinas impuras, el egoísmo, la codicia la concupiscencia en el Sacerdocio, ya sabéis en donde desemboca: en el deicidio. 

Y en los siglos futuros ya no se podrá matar al Hijo de Dios, pero sí se podrá matar la fe en Dios, la idea de Dios. Por lo cual se llevará a cabo un deicidio aún más irreparable, porque carecerá de Resurrección.

Sí, se podrá llevar a cabo, lo veo...Podrá ser llevado a cabo por los demasiados Judas de Keriot de los siglos futuros. ¡Un horror!..

[...] Lo mismo que nos ha sucedido a los de Israel, y aún más profundamente, llegarán tiempos en que el el Sacerdocio creerá - por saber solo lo superfluo, desconociendo lo indispensable, o conociendo solo su forma muerta, esa forma con que ahora conocen los sacerdotes la Ley, o sea, no el espíritu sino el revestimiento, y exageradamente recargado de adornos - creerá digo, ser una clase superior - Vendrá un tiempo en que el Libro será substituido por todos los demás libros, y aquel será usado sólo como lo usaría uno que debiera utilizar forzadamente un objeto, o sea, mecánicamente, como un agricultor ara, siembra, recoge, sin meditar en la maravillosa providencia que hay en esa multiplicación de semillas que sucede todos los años: una semilla arrojada a la tierra removida, que se hace tallo y espiga, luego harina y luego pan por paterno Amor de Dios.

¿Quien al llevarse a la boca un trozo de pan, alza el espíritu hacia Aquel que creó la primera semilla y desde siglos la hace renacer y crecer, distribuyendo con medidas las lluvias y el calor para que germine y se alce y madure sin que se ponga lacia o se queme? Así, llegará el tiempo en que será enseñado el Evangelio científicamente bien, peo espiritualmente mal.

Ahora bien, ¿que es la ciencia si falta la sabiduría? es paja. Paja que se hincha y no nutre. Y en verdad os digo que llegará un tiempo en que demasiados de entre los sacerdotes serán semejantes a pajares llenos, soberbios pajares que se mostrarán arrogantes con su orgullo de estar muy llenos, llenos como si a si mismos se hubieran proporcionado esas espigas que coronaron las cañas, como si todavía las espigas estuvieran en la cima de las cañas, y creerán ser todo por tener toda esa paja en vez del puñado de mies, del verdadero alimento que es el espíritu del Evangelio. 

¡Un montón! ¡Un montón de paja! Pero ¿Puede bastar la paja? Ni siquiera para el vientre del jumento basta, y, si el amo del jumento no vigoriza el animal con cereales y forraje fresco, el jumento nutrido sólo con paja se debilita e incluso muere. 

Pues bien, os digo que llegará el momento en que los Sacerdotes, olvidando que con pocas espigas instruí a los espíritus en orden a la verdad, y olvidando cuanto le costó a su Señor ese verdadero pan del espíritu (sacado por entero y solo por entero de la Sabiduría divina, expresado por la divina Palabra, noble en su forma doctrinal, incansable en repetirse, para que no se pierdan las verdades dichas, humilde en su forma, sin atavíos de ciencias humanas, sin complementos históricos y geográficos), no se preocuparán del alma de ese pan del espíritu, sino solo del revestimiento con que presentarlo, para hacer ver a las multitudes cuanto saben, y el Espíritu del Evangelio quedará difuminado en ellos bajo avalanchas de ciencia humana. 

Pero, si no lo poseen, ¿como pueden transmitirlo? ¿Qué darán a los fieles estos pajares hinchados? Paja. ¿Qué alimento recibirán de ellos los espíritus de los fieles? Pues lo que no da para más que para arrastrar una mortecina vida. ¿Qué fruto producirán de esta enseñanza y de este conocimiento imperfecto del Evangelio? Pues el enfriamiento de los corazones, el que entren doctrinas heréticas, doctrinas e ideas más que heréticas incluso, en vez de la única, verdadera Doctrina; y la preparación del terreno para la Bestia, para su fugaz reino de hielo, tinieblas y horror.

En verdad os digo que, de la misma manera que el Padre y Creador multiplica las estrellas para que no se despueble el cielo por las que, terminada su vida, perecen, así, igualmente, Yo tendré que evangelizar muchísimas veces a discípulos a los que distribuiré entre los hombres a lo largo de los siglos. Y también en verdad os digo que el destino de estos será como el mío; es decir, la sinagoga y los soberbios los perseguirán, como me han perseguido a mí. Pero también Yo como ellos, tenemos nuestra recompensa: la de hacer la Voluntad de Dios, y la de servirle hasta la muerte en la Cruz para que su Gloria resplandezca y el conocimiento de Él no se apague.

Pero tú, Pontícipe, y vosotros, Pastores, en vosotros y en vuestros sucesores, velad para que no se pierda el espíritu del Evangelio y, incansablemente, orad al Espíritu Santo para que en vosotros se renueve un continuo Pentecostés - no sabéis lo que quiero decir, pero pronto lo sabréis - de forma que podáis comprender todos los idiomas y distinguir mis voces de las del simio de Dios: Satán, y elegir aquéllas. 

Y no dejéis caer en el futuro mis voces futuras. Cada una de ellas es un acto de misericordia mía para ayudaros; y esas voces, cuanto más vea Yo, por razones divinas, que el Cristianismo las necesita para superar las borrascas de los tiempos, más numerosas serán. 

Pastor y nauta en los tiempos tremendos... Tú brújula, el Evangelio. En él están la Vida y la Salvación. Y todo está dicho en él. Todos los artículos del código Santo, todas las respuestas para los múltiples casos de las almas están en él. Y haz de él que no se separen ni los Sacerdotes ni los fieles. Haz que no vengan dudas sobre él, ni alteraciones a él, ni substituciones ni sofisticaciones. 

El Evangelio.... soy Yo mismo el Evangelio. Desde el nacimiento hasta la muerte. En el Evangelio está Dios. Porque en él aparecen manifiestas las obras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El Evangelio es amor. Yo he dicho: "Mi Palabra es Vida". He dicho: "Dios es Caridad". Que conozcan pues los Pueblos mi Palabra y tengan en ellos el amor, o sea a Dios. Para tener el Reino de Dios. Porque el que no está en Dios no tiene en sí la Vida. 

Porque los que no reciban las Palabras del Padre no podrán ser una cosa con el Padre, conmigo y con el Espíritu Santo en el Cielo, y no podrán permanecer a ese único Redil que es Santo como Yo quiero que lo sea. No serán sarmientos unidos a la Vid, porque quien rechaza en su totalidad o parcialmente Mi Palabra, es un miembro por el cual ya no circula la savia de la Vid. Mi Palabra es savia y hace crecer y fructificar.














  

martes, 12 de febrero de 2013

¿ CUAL SERÁ EL NUEVO RUMBO QUE VA A TOMAR LA IGLESIA CON EL NUEVO PONTÍFICE ?


LA IGLESIA ANTE UNA NUEVA ENCRUCIJADA FUNDAMENTAL PARA TODA LA HUMANIDAD








Después de la renuncia del actual Papa Benedicto XVI, trataremos de entrever cuales son las causas, y las consecuencias que se derivarían para el mundo entero, en caso de una posible deriva hacia el progresismo, o el actual conservadurismo del nuevo Papa.

Naturalmente, la acción del Espíritu Santo en la nueva elección del Pontífice será la que mejor se adaptará a las necesidades actuales de la Iglesia, sin olvidar tampoco que la Justicia de Dios es siempre perfecta, y por eso también, en cierta manera, el elegido es fruto de la mentalidad mayoritaria de la Sociedad en que vivimos que es de donde provienen todos los eclesiásticos.

Este hecho que es de Justicia, puede siempre derivar hacia un camino que es misterioso ya que, según se dice, Dios escribe recto con renglones torcidos, es decir que un Prelado mediocre o poco espiritual, puede traer un cambio en la mentalidad, ya que el Pueblo entero se da así mejor cuenta de lo dañino que podría ser una elección poco adecuada para el gobierno de la Iglesia.

Estamos asistiendo a una relajación moral de la Sociedad, con el abandono de las vocaciones religiosas, el aumento de los abortos, de las separaciones matrimoniales, la bajada espeluznante de la natalidad, fomentada por los partidos políticos de Izquierda, lo que trae como consecuencia el suicidio tanto moral como económico  de la Sociedad, ya que siempre ambos están profundamente ligados.

Del punto de vista Religioso, se ha predicado con insistencia el “mantra” de la Religión “descafeinada”, en donde Dios es el “papaíto” de la barba blanca, que quiere a todo el mundo por igual y a cada persona, tal como es, siendo completamente indiferente al pecado y a la falta de caridad más elemental hacia el prójimo.

Las palabras de Jesús no tienen ya cabida en esta nueva Sociedad, mutilando u ocultando los pasajes del Evangelio que son los más exigentes y en donde Jesús denuncia e impreca a los Fariseos que se han inventado una nueva doctrina adaptada a sus ideas, alejándose de las Leyes y las costumbres impuestas por Yaveh, para crear una doctrina cargada de leyes y de prescripciones inventadas por ellos.

Ahora ha ocurrido todo lo contrario, se ha impuesto una nueva doctrina ideada por ellos, y me refiero a los nuevos teólogos de la secularización, los Queiruga, los Masiás, los Hans Küng, que quieren huir de cualquier sacrificio o prohibición, como la Conferencia Episcopal austriaca, que ha publicado una carta abierta contra el Papa, y que ha establecido una doctrina contraria a la Iglesia; los Obispos que confraternizan con los políticos abortistas, educadores para la ciudadanía, creadores del divorcio exprés, de la libertad sexual para los hijos de más de 13 años, de los suministradores de la píldora postcoitál.

Partidarios de la Eugenesia, llamada cultura de la muerte del alma y del cuerpo, afirmando que “Hay que mimar a todos los políticos sean del color que sean” (sic), como así lo dijo el Cardenal Emérito Carlos Amigo, y tantos otros que siguen la doctrina ideada por ellos mismos para adaptarla a sus gustos y conveniencias, completamente opuesta a la tradición Católica.

Este proceder es exactamente lo contrario al de los Fariseos que añadían miles de preceptos, estos los quitan todos y volvemos al Luteranismo que dice: “Cree, y haz lo que quieras, lo que te justifica es la fe y no las acciones”, y ya no hay ni sacrificio ni pecado, ni camino estrecho: Todo es camino ancho y espacioso que conduce al abismo.

Como el nuevo Papa que se elija, sea como El Cardenal italiano que ha descrito en su famoso libro “El último exorcista”, el Exorcista oficial del Vaticano Gabriele Amorth, y que le dijo: “¡Vamos, vamos Ud. sabe de sobra que el demonio no existe, y que las palabras de la Biblia son símbolos y no realidades!”, entonces la abominación llegará hasta en los lugares sagrados,  la venida del Antecristo, con la terrible persecución y pasión de la Iglesia y la intervención directa de Dios, el fin del mundo.

Y aquí están también toda la retahíla de los “Sedevacantistas” que están pregonando insistentemente que desde Pio XII, la Iglesia está sin Pastor, tomándose por los elegidos y nuevos profetas, que se han puesto en el lugar de Dios mismo, para censurar todos los Papas que no les gustan, ignorando que Dios en su infinito poder y sabiduría siempre permite un mal por culpa de la Sociedad, y para hacer ver a la gente a donde conduce un camino inadecuado, para así poder hacer volver el que se desvía, al camino equivocado.

Estos soberbios individuos creen que Jesús, tras haber rescatado el género Humano con Sangre, Sudor y lágrimas, va a permitir que el Pueblo Cristiano se quede sin representante en la Tierra, y se creen en su soberbia, que son los que están escogidos por Dios para reparar ese mal que la Divinidad, y todo el cuerpo místico de Cristo son incapaces de remediar.  

Tengo la profunda esperanza de que el Espíritu Santo elija a un nuevo Pontífice, que le de el vigor y la sabiduría necesarias para restablecer la ortodoxia en la Iglesia, y que no tenga miedo de cortar a todos los miembros gangrenados que son un peligro para el resto del organismo sano y vivo en donde circula la sangre de Cristo y su Carne, que Él nos da en la Sagrada Eucaristía, para alimentar a su Iglesia militante, que algún día resucitará triunfante en el Reino de Dios, en donde quedarán excluidos los indeseables:

“¡Dichosos los que lavan sus vestidos para tener derecho al árbol de la Vida y poder entrar en la Ciudad por sus puertas! ¡Fuera, en cambio, los perros, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos aman y practican la mentira!” (Ap 22-14,15)