LA ABERRACIÓN DE LA TEORÍA DE LA METEMPSICOSIS
En el Evangelio
aparece la descripción del Juicio Final, de sobra conocido por todos y que por
eso, creo inútil recopilar aquí. Esta descripción tan clara, que es
prácticamente indiscutible, es sin embargo más que puesta en duda por todo una
serie de personajes que intentan por todos los medios deformar las palabras de
Jesús, porque no le gustan o porque le son incómodas, y afanosamente, rebuscan adaptarlas
a su manera de pensar, para tranquilizar su conciencia, haciendo para ello
verdaderas elucubraciones y malabarismos mentales.
El hecho de
que hay un Dios, Creador del Universo es un axioma tan evidente, que ha sido
aceptado prácticamente por casi todas las religiones en el transcurso de la
Historia, por la sencilla razón que es inadmisible para la mente humana que exista algo sin que nadie lo haya creado. Si se refuta esa teoría, y se intenta
como lo hacen hoy día muchos, demostrar que la materia se ha autocreado a
partir de la nada, no vale la pena ya seguir dialogando, porque todo análisis,
exige ciertos teoremas, que son tan evidentes, que de no aceptarlas, impiden
cualquier demostración.
El problema
está pues en saber quien es, o quienes son esos seres creadores de todo lo que
existe. Sabiendo que la verdad es única, y que también existe la mentira, el
problema parece insoluble a primera vista, porque además, cada cual
es libre de pensar lo que quiere, y el ser humano en general, se crea el mismo
los dioses a su medida y a su gusto y de su conveniencia.
Y esa es la
razón por la cual existen y han existido una diversidad tan grande de dioses, con un colorido y una
variedad que proviene del fruto de una imaginación desbordante, la cual a su
vez ha surgido de los gustos y de las modas de cada Civilización que ha nacido
y se ha desarrollado en el transcurso de la Historia.
Otra idea
común a casi todas las Religiones es que seremos juzgados cuando comparezcamos
ante el Creador, de acuerdo con las acciones que hayamos realizado: Habrá una
recompensa si hemos sido buenos, y un castigo si hemos sido malos, basta
recordar la Religión egipcia para acordarse del dios con cabeza de chacal
pesando en una balanza esos dos conceptos, inherentes en la conciencia de cada
persona.
Luego existen
otras Religiones como el Hinduismo o el Budismo que creen en la reencarnación,
y que las almas van alcanzando la iluminación a través de sucesivas vidas en
donde van purgando las imperfecciones de una vida anterior, para así poder
llegar al “Nirvana”. Desde mi punto de vista, la creencia en la reencarnación,
es una de las mayores aberraciones de la historia de las religiones, porque esa
teoría, que se sustenta por las preguntas que se hacen a ciertos individuos en
estado de trance, en las cuales se les pregunta que digan su vivencia en su
vida pasada, y en donde relatan historias seculares, que nunca se pueden
probar porque, curiosamente, nunca dicen lo que ocurrió justo antes de su nacimiento, hecho que
sería muy fácil de comprobar.
Por este
sencillo razonamiento, se puede fácilmente deducir, que todo lo que afirman en
ese estado de “somnolencia”, es pura mentira ya que querer consultar a los muertos y al
pasado, como ocurre con el espiritismo, abre la puerta al demonio para que
induzca a la gente a convencerla de que todo la doctrina católica es una pura
falacia, y que no existe ni Juicio final, ni premio ni castigo.
Conocí a un
Arquitecto que había ido de vacaciones a la India, y que se había quedado
espantado por la inmensa miseria que había presenciado: moribundos abandonados
a su suerte en las calles de la Ciudad, aquejados de enfermedades que los
transformaban en seres deformes y pestilentes, y todo eso ante la indiferencia
de los viandantes, ya que según su religión, estaban purgando los pecados de
una vida pasada y se estaban purificando para así poder alcanzar el “Nirvana”.
Al mismo
tiempo, decía que en el hotel en donde se hospedaba, ese arquitecto había
experimentado un “lujo asiático” que nunca llegó ni a concebir: "En el cuarto de
baño había papeles higiénicos de varias texturas". (sic).
Seguramente,
¡¡Ese era el premio para recompensar a los que en una vida pasada, habían
vivido de una manera digna y ejemplar !!
Conocí
igualmente a un misionero católico, que fue a evangelizar a la India, era un
individuo alto y corpulento, lo volví a ver al cabo de unos años, delgado como
un espárrago. Al relatarme los acontecimientos vividos en ese País, uno de
ellos me dejó marcado para toda la vida: contaba que a pesar de que la división
en castas estaba prohibida por el Gobierno, esta costumbre heredada desde
siglos, aún subsistía en toda la sociedad.
Me contaba una conversación que tuvo con un
individuo de la secta más privilegiada de la sociedad india, un Brahman que es
la casta de los sacerdotes, que en una vida anterior había tenido una conducta
ejemplar, y que por esa razón, ahora en su reencarnación, antes de tener la
iluminación perfecta, disfrutaba de una vida con todos los honores y
privilegios.
El misionero le preguntaba cómo, - después de haber
dejado embarazada a una muchacha de una casta inferior, la de los pobres
parias, que tienen que avisar de su presencia a los demás, haciendo sonar una
campanilla y diciendo “¡Impuro!”, - la había abandonado sin socorrerla, a lo
cual el Brahman, le contestó vehementemente: “¿Cómo?, ¡Pero si es ella que tendría
que estarme agradecida, porque soy de una casta muy superior!”
Agradezco a
Dios, por el don de la vida en un País de tradición cristiana católica, que me ha
apartado de todas esas creencias inhumanas y aberrantes, y en donde los seres
humanos de una casta inferior son tratados peor que animales.
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