La constelación llamada el ojo de Dios
“A sus frutos los conoceréis” dice Jesús, pues bien, Dios que no vemos, lo podemos conocer a través de sus obras en la Creación, que ciertos científicos ateos como cabras, intentan explicar sin la intervención de ese Ser Supremo.
Los atributos de Dios son de sobra conocidos por todos los creyentes y los seres razonables dotados de sinceridad, y ese conocimiento viene de la razón natural que nos dice que todo lo creado tiene que provenir de un Creador, ya que todo efecto tiene una causa, como lo enseña la Filosofía, porque esto es una premisa tan clara que es indiscutible y si se discute, es inútil seguir dialogando ya que así como en matemáticas, nadie niega un axioma, negar la creación argumentando la auto creación, a partir de la nada, para así negar la existencia de Dios, es tan insensato, que no vale la pena razonar con ese tipo de fanáticos, que argumentan, apartándose de la razón natural.
Primer Axioma: Dios es Creador, e infinito en sus atributos: Se demuestra por la contemplación del Universo, que es de una magnitud tal que no cabe en la imaginación, del cual desconocemos una cantidad enorme de datos: ¿Qué son los llamados “agujeros negros”; la materia oscura, hacia adonde se dirigen las constelaciones, de donde ha salido la inconmensurable materia que se fue ordenando desde el caos en una maravillosa diversidad que solo conocemos parcialmente? ¿Como funciona el cerebro humano?
Segundo Axioma: Dios es Perfecto: La naturaleza que conocemos es perfecta: un vulgar insecto, como una mosca, que es capaz de volar en todas las direcciones, a una velocidad y con una agilidad sorprendente, o una araña que produce un hilo de seda, cuya resistencia y elasticidad, la ciencia moderna no ha sido capaz de fabricar, y así cualquier animal desde el más pequeño hasta el mayor, tanto invertebrado como mamífero, están todos ahí, analizados a la luz de la ciencia, para decirnos que están hechos con suma perfección y que solo un Ser Supremo puede crear esa diversidad y esa perfección. La famosa ley de Darwin, que trata de la adaptación al medio, gracias a la cual intentan explicar lo inexplicable, es decir que no hay Creador, es solo un don de Dios, para que los seres se puedan mejor adaptar al medio en el que se desenvuelven, esa ley no es pues auto evolución, pero sí una adaptación creada por Dios, para que los seres vivos puedan acomodarse mejor a las condiciones climáticas y ambientales, que varían a través de las regiones y de los siglos.
Tercer Axioma: Dios es Eterno y Jerárquico: Los millones de años luz, distancias a las cuales caminan las galaxias, demuestran que son la obra de un ser Omnipotente, eterno e inmutable. Dios es Jerárquico porque en la Creación, hecha a imagen suya, existe esa Jerarquía que es necesaria para que funcione el Universo, tanto a nivel de criaturas como de planetas: Existe una pirámide en el Reino animal, y en la ley de la gravitación, en donde los astros más pequeños giran y son atraídos por los más grandes, a los cuales les tributan sumisión y respeto, y tiene que ser así en las relaciones humanas, para no llegar al caos, a pesar de los progresistas y los partidarios de la famosa Teoría de la Liberación, que niegan toda Jerarquía y obediencia, que son reglas impuestas y queridas por Dios en la Creación y en el trato religioso y social.
A ese respeto, Jesús, el Dios encarnado y la Virgen María, el ser más perfecto de la Creación, estaban, a pesar de su sublime condición sometidos y obedientes a San José, una simple criatura humana.
Jesús, para obedecer al orden y la Jerarquía establecidos, “No hizo alarde de su condición divina”, fue presentado en el Templo, cuando Él era el Ser que ahí se veneraba. María se presentó al rito judío de la Purificación, cuando Ella era la Pureza por excelencia.
Cuarto Axioma: Dios es Amor, Misericordia y Justicia: Toda la Creación está impregnada del amor de Dios hacia los inocentes y desvalidos: tanto en los seres humanos que tienen un alma eterna, y que llevan grabado en su conciencia la noción del Bien y del Mal, así como en los animales, que cuidan a sus crías de una manera instintiva, puesta por Dios, amor que está ahí para asegurar la procreación, sin el cual el mundo se extinguiría. Amor consciente del ser humano hacia su prójimo y su descendencia (razón por la cual el aborto, además de una aberración, es un atentado contra la Ley divina). Amor hacia los necesitados, que se realiza indirectamente por los frutos de la Tierra y directamente por los Hijos de Dios, que ejercen las obras de Misericordia.
Dios es Justicia, dará un premio acorde con su inmensidad: Paraíso eterno y Perfecto para los que han cumplido su ley, o los que la han incumplido y se han arrepentido sinceramente, Premio que si llegáramos a entrever, nos moriríamos de amor y de deseo. Castigo, que si lo llegáramos a ver, nos moriríamos de horror, del que hoy día nadie quiere hablar, y menos aún la Jerarquía por miedo a ser tachados de anticuados y de componentes de la famosa leyenda negra que presentó a España como la abanderada de las torturas religiosas, cuando en realidad, esa mentalidad de la Edad Media, era inherente a todos los Pueblos y las Religiones.
Inquisición, que según el famoso escritor anticlerical francés Voltaire, permitió evitar en España las terribles guerras de Religión, que produjeron en Francia guerras y masacres como el de la Saint Barthelémy, en donde se mataba proclamando; “¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!”.
Dios es inmensamente bueno y Justo, y para darse cuenta de ello, no hay que referirse a la Revelación: Vemos que existe la felicidad, que es cuanto más profunda, cuando la gente es más caritativa y considerada para con sus semejantes, y vemos que las desgracias, son casi siempre consecuencia de la falta de amor de unos seres hacia otros, lo que se llama egoísmo, también vemos que la Justicia no es ninguna quimera, ya que en este mundo y en prácticamente todos los países y las religiones existe el castigo hacia los delincuentes, que son los que abusan de sus semejantes.
Conclusión: A sus frutos y obras, y por medios naturales podemos pues conocer a Dios, y también por la existencia de los frutos del mal, podemos conocer la existencia de Satanás, que permanece escondido, esperando a que la presa incauta se ponga a su alcance, para apresarla y llevarla a su maldito Reino.
Los verdaderos Hijos de Dios son, como lo podemos ver en nuestro entorno los que dicen como Jesucristo, nuestro sublime Redentor: “Quiero lo bueno para ti y lo malo para mí”, son gente que disfruta haciendo el bien, es decir que aman a su prójimo con el amor que quiere Dios, y que se refleja perfectamente en su ejemplo y figura, ya que entregó su vida por nosotros cargando con nuestros pecados.
Los Hijos de Satán, como también lo podemos ver en el mundo en que vivimos, dicen: “Quiero lo bueno para mi y lo malo para ti”, son gente que disfruta haciendo el mal, verdaderos sádicos de muy diversas categorías, llegando algunos a ser como demonios, es decir que odian a su prójimo con el odio que quiere Satanás.
El relativismo de hoy día pone en plan de igualdad a esas dos categorías de personas, lo que alegra a Satán y disgusta mucho a Dios, ya que es un verdadero sacrilegio poner en plan de igualdad el Bien y el Mal, es decir a Dios y a Satán, lo que fue el pecado de Lucifer: Querer ser igual a Dios.
Jesús ofreció su vida para Salvarnos, Satán no arriesgó ni un "pelo de su rabo", solo le mueve el odio hacia Dios y busca incesantemente arrancar las almas al rebaño de Dios. Muy al contrario, Dios busca nuestra Salvación, entre los dos está el libre albedrío de las almas que escogen su camino con plena libertad.
Gloria al Padre; Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo
Gloria a la Inmaculada Madre de Dios, María Santísima
Gloria a San José su Castísimo Esposo.
... ET EXSPÉCTO RESURRECTIÓNEM MORTUÓRUM ET VITAM VENTURI SAÉCULI.
AMEN.
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