Estuve siempre interesado por los posibles descubrimientos de los astrónomos, que intentan descubrir vida extra-terrestre
- los cuales, apoyados financieramente y moralmente por los Gobiernos más ricos, que están liderados por la masonería, con su falsa mentalidad de demócratas y de tolerantes – buscan afanosamente huellas de vida inteligente en el Universo, mandando sondas, con mensajes para los supuestos seres que puedan captarlas, con el fin de entrar en contacto con ellos.
Estos enormes gastos, para
conseguir este fin, que podrían utilizarse para aliviar el hambre y las
necesidades de una gran multitud de seres humanos, sumidos en las más atroces
de las miserias, solo tienen, bajo mi punto de vista, aparte del conocimiento
de los misterios del Cosmos, una finalidad: demostrar que la idea de Dios y las
enseñanzas de la Biblia, son solo un cuento inventado por los hombres, creyendo
que si encuentran vida inteligente, se desmontaría toda la Teología de la
Iglesia Católica, ya que la no coincidencia de la misma Religión en otros
mundos, sería la prueba irrefutable de su falsedad.
En Universo con millones de galaxias,
cada una con millones de estrellas, con su corte de planetas, me hicieron
siempre personalmente creer, que tenían que existir mundos habitados por seres
humanos dotados como nosotros de almas, que es la creación del hombre hecho a
la imagen de Dios, pero siempre creí, y sigo creyendo firmemente que nunca se
podrá entrar en contacto con ellos por varias razones:
Primera razón: las
distancias siderales infinitas de millones de años luz nunca se podrán
alcanzar, a pesar de la teoría absurda de los falsos profetas, que llegan a
imaginar un mundo curvo, que acortarían las distancias con supuestos agujeros
llamados “gusanos”.
Segunda razón: Dios
nunca permitirá que se compruebe de una manera indiscutible su existencia, ya
que entonces creer en Él no tendría ningún mérito, y todo el mundo, incluso los
más corruptos, se apuntarían a creer en un Dios cuya existencia sería
incontestable.
Tercera razón: No se
podría realizar la separación de los dos componentes Bien – Mal, que es la
finalidad del mundo en que vivimos. Y a este respecto, me recuerdo la
interpretación de San Juan de la Cruz sobre el episodio del Capitán Gedeón: La
Santa Fe, que llevamos en nosotros, está en este mundo encerrada en vasijas de
barro, que son nuestro cuerpo mortal; a la hora de comparecer ante Dios, que es
cuando se rompan estas vasijas, será cuando resplandecerá el tesoro que tenemos
dentro, y derrotaremos a todos los incrédulos, como ocurrió con el capitán
Gedeón.
Cuarta razón: Sería caer
en la segunda tentación de Satán que presentó a Jesús en el desierto:
“Después el Diablo lo llevó a la Ciudad Santa, lo puso en el alero del
Templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito:
Dará órdenes a sus ángeles para que te lleven en brazos, de modo que tu pie no
tropiece en piedra alguna”. (Mt 4- 5,6).
Y es que el demonio sabía que entonces, desde el Sumo Sacerdote Caifás, hasta todos los Fariseos, y Doctores de la Ley, se adherirían incondicionalmente a su Doctrina, sin mérito alguno. Y es que Dios es un Dios escondido, y el mérito está en descubrirlo, lo que solo se obtiene con una gracia especial de Dios, que hay que merecer, para poder triunfar de Satanás que siempre, de una manera o de otra, sale al paso de los que quieren encaminarse a Dios.
DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(22-8-1.943)
[…] Mirad,
mirad si queréis, pisotead la Ley del Amor y del perdón, esparcid la sangre
fraterna y especialmente la sangre de los buenos, que perseguís especialmente
porque son buenos. Pero tened cuidado, no sea
que un día, Dios os obligue a saciar vuestra hambre y vuestra sed con la sangre
que habéis derramado, en oposición con mi orden de Paz y Amor.
Rebeldes vosotros a las leyes que os he dado, rebeldes hacia vosotros
los astros y los planetas que hasta ahora os han dado la luz y el calor que
necesitabais, obedeciendo ellos, a las reglas que Yo he señalado por bondad
hacia vosotros.
Enfermedades repugnantes como marca de vuestro vicio; sangre en las
aguas, como testimonio de toda la sangre que habéis querido derramar, y entre
estas está la Mía; fuego del sol, para haceros probar por adelantado las brasas
eternas que esperan a los malditos;
tinieblas para advertiros de que las tinieblas esperan a quien odia la Luz todo
esto para induciros a reflexionar y arrepentiros.
Y no
servirá. Continuaréis precipitando,
continuaréis cumpliendo vuestras alianzas con el mal, preparando el camino
a los “reyes de Oriente”, es decir, a los
ayudantes del hijo del Mal.
Parece que son mis ángeles quienes traen las plagas. En realidad sois vosotros. Vosotros las queréis, y vosotros las tendréis.
Hechos dragones y bestias vosotros mismos,
por haberos desposado con el Dragón y la Bestia, daréis a luz, de vuestro
interior corrompido, los seres inmundos: Las
doctrinas demoníacas absolutas, que realizando falsos prodigios seducirán a
los poderosos y los arrastrarán a la batalla contra Dios. Estaréis tan pervertidos que tomaréis por prodigios celestiales cuanto
es creación infernal.
María, ahora te cojo de la mano para
conducirte al punto más oscuro de Juan. Los comentaristas del mismo han agotado
su capacidad en muchas deducciones para explicar a sí mismos y a las
muchedumbres quien sea la “Gran
Babilonia”. Con visión humana, a la que las sacudidas por acontecimientos
deseados o acontecimientos sucedidos no es ajeno, han dado el nombre de
Babilonia a muchas cosas.
¿Pero, como no han pensado nunca que
la “Gran Babilonia” sea toda la Tierra? ¡Sería un Dios Creador muy pequeño y
limitado si solo hubiera creado la Tierra como mundo habitado! Con un latido de
mi querer he suscitado mundos y mundos de la nada y los he proyectado, polvillo
luminoso, en la inmensidad del firmamento.
La Tierra, de la que estáis tan orgullosos y tan feroces, no es más que uno de los polvillos rotantes en el infinito, y no el más grande. Pero ciertamente, es el más corrompido. Vidas y vidas pululan en los millones de mundos que son la alegría de vuestra mirada en las noches serenas, y la perfección de Dios os aparecerá cuando podáis ver, con la visión intelectual del espíritu unido nuevamente a Dios, las maravillas de esos mundos.
¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potencias de la Tierra y la del Infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpo y alma, con tal de triunfar en el día de la Tierra?
Quiero aquí aclarar lo que está ocurriendo en este mundo:
Crímenes atroces con las leyes apoyadas por los políticos: las leyes sobre la
cultura de la muerte, con la eliminación de millones de criaturas indefensas
desmembradas vivas en el cuerpo de su madre que podían estar dados en adopción.
Auge cada vez más intenso de la
pornografía infantil, y de los abusos sexuales a menores, destrozando la vida
de unos niños inocentes y de sus padres, jueces que tienen que aplicar las leyes maléficas que obligan a soltar estos
individuos, sabiendo que van a reincidir.
Equiparación de la familia tradicional, instituida por Dios, con la familia homosexual, la cual es visto como una aberración en la Biblia.
Equiparación de la familia tradicional, instituida por Dios, con la familia homosexual, la cual es visto como una aberración en la Biblia.
Divorcios cada vez más numerosos, con
desgracia para el cónyuge más débil económicamente, y destrozo de los hijos,
que a su vez, imitarán a sus padres cuando sean mayores.
Orgías desenfrenadas de los poderosos
con el tráfico de drogas, la prostitución, la pornografía, la explotación de
los trabajadores, aprovechándose del paro, aplicando la famosa ley de la oferta
y la demanda, que esclaviza a muchos trabajadores, que trabajan por un “puñado
de higos”.
Políticos y sindicalistas cuya misión es defender al Pueblo que los ha elegido, y que solo miran sus intereses, vaciando las arcas del Estado, llevándose enormes cantidades de dinero a los “paraísos fiscales”.
Sí que es así Los delitos de la Tierra tienen todos
los nombres de blasfemia, como lo tiene la Bestia con la cual se ha aliado la
Tierra y sus habitantes con tal de triunfar. Los siete pecados están como
ornamento horrible sobre la cabeza, que transporta Tierra y terrestres a los
pastos del Mal, y los diez cuernos, número metafórico, están para demostrar las
infinitas infamias cumplidas, con tal de obtener a cualquier precio, cuanto
quiere su feroz codicia.
¿Acaso no está la Tierra empapada con la sangre de los mártires, ebria
con este licor santo, que bebido por su boca sacrílega se ha transformado en
filtro de embriaguez maldita? La Bestia que la lleva: síntesis y compendio de
todo el mal cumplido desde Adán en adelante con tal de triunfar en el mundo y
en la carne, trae detrás de sí a quienes, adorándola, se harán reyes de una
hora y de un reino maldito, cuando adoráis a Satanás, el solo puede daros un
efímero triunfo pagado a precio de una eternidad de horror.
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