La sangre es la principal responsable del transporte de nutrientes y materiales importantes a lo largo de nuestro cuerpo. En primer lugar la sangre toma el oxígeno procesado por los pulmones para transportarlo a todas las células del cuerpo y después, recoge el dióxido de carbono de todos los tejidos y células y lo devuelve a los pulmones.
Se encarga de recoger los residuos metabólicos, ayudando a que el cuerpo los transporte hasta los riñones y de ahí sea secretado.
La sangre también actúa transportando los nutrientes y la glucosa, ambos generados por los órganos involucrados en el sistema digestivo, a otras partes del cuerpo, incluyendo el hígado. Además de estar involucrada en estas tareas, la sangre también ayuda al transporte de las hormonas producidas en las glándulas del sistema endocrino.
LA SANGRE Y LA CARNE DE CRISTO, SON EL ALIMENTO ESPIRITUAL Y LA SALUD DEL ALMA HUMANA
“Yo os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y no bebéis su Sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré el último día. Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre, vive en Mí y Yo en él.
El Padre que me ha enviado posee la Vida y Yo vivo en Él. Así también el que me come vivirá por Mí. Este es el Pan que ha bajado del Cielo; no como el pan que comieron vuestros antepasados. Ellos murieron, pero el que coma de este Pan, vivirá para siempre " (Jn 6, 53 - 58)
Es este alimento espiritual Eucarístico, que se encarga de recoger y transportar el oxígeno del aire, es decir la Gracia de Dios, que da vida al alma, eliminando de ella el dióxido de carbono, que son las malas inclinaciones del hombre, secuelas del pecado original, que simbolizan las imperfecciones, para que sea expulsada por los pulmones. También extrae los residuos metabólicos, que son las raíces del pecado original, para que sean eliminados por los riñones.
La Sangre también sirve de medio de transporte de todos los elementos nutritivos, que es la carne de Cristo, que, junto a otros alimentos nocivos, provienen del aparato digestivo, que por eso los procesa para ser absorbidos por la Sangre, siendo digeridos a través del hígado, verdadero laboratorio, que simboliza la Santa Iglesia Católica, que se encarga de procesar esos alimentos, escoger los que son buenos y desechar los que son dañinos para poder eliminarlos como desechos espirituales, como son las herejías, el relativismo, que niega la peligrosidad de los gérmenes y las doctrinas adulteradas, de toda índole, toda la retahíla de sectas que se creen depositarias de la Verdad, y que se toman por elegidos o enviados.
Protección
La sangre tiene la importante tarea de proteger al cuerpo del trato de las infecciones y las enfermedades causadas por las bacterias. Las células blancas de la sangre son responsables de salvaguardar a los diferentes órganos del cuerpo, produciendo anticuerpos y proteínas capaces de luchar y matar a los gérmenes y virus que puedan causar serios daños en las células corporales.
Las plaquetas, presentes en la sangre, tienen la tarea de limitar la pérdida de sangre en la raíz de una lesión para ayudar a que coagule rápidamente.
Esta Divina Sangre, es la que protege el alma de todos los vicios y las tentaciones causadas por los tres enemigos del alma, que son las bacterias, es decir los pecados veniales, y los peligrosos virus, símbolo del pecado mortal, y del pecado, que son las infecciones que producen las enfermedades del alma.
Las virtudes que son las "células blancas", salvaguardan de la misma manera los diferentes partes del alma, al producir los anticuerpos espirituales, que la capacitan para luchar y matar a esos germenes y virus, que pueden causarle serios daños. Las "plaquetas", son los elementos espirituales que causan en el alma sana, es decir humilde, el arrepentimiento necesario para eliminar las heridas del pecado, taponando la pérdida de la Sangre de Cristo, que es la salud del alma, son el símbolo de la Misericordia de Dios, y del Sacramento de reconciliación, verdaderos médicos del alma, que tienen lugar cuando el alma tiene las defensas necesarias, que son el arrepentimiento y la obediencia a las leyes de Dios.
Regulación
La sangre también es un regulador de muchos factores del cuerpo. Supervisa la temperatura del cuerpo y la mantiene a un nivel que es tolerado con facilidad. Es responsable de controlar la concentración de iones de hidrógeno en el cuerpo, conocido como el equilibrio pH. La administración de los niveles de agua y sal requeridos por cada célula del cuerpo también se encuentran bajo los deberes de regulación de la sangre. Además, se encarga de regular la presión sanguínea, restringiéndola bajo un rango normal.
Y eso es también lo que produce la Divina Sangre: mantiene el alma en su temperatura, es decir que no la hace ni soberbia, ni deprimida, mantiene el pH, que hace que no sea ni agria, ni sosa, regula el agua y la sal, que es su limpieza y su virtud, mantiene la presión sanguínea, dando señales al corazón para regular también el Amor a Dios, con la tensión adecuada para cada circunstancia.
Plasma
El plasma es el componente de la sangre más abundante. Tiene un gran número de funciones; entre ellas el transporte de la glucosa, nutriente más importante de cada célula debido a que ayuda a producir energía. Otros nutrientes que transporta: las vitaminas, el colesterol, los amino ácidos, triglicéridos y ácidos grasos.Todos estos nutrientes fluyen por el plasma desde y hacia cada célula presente en el cuerpo. El plasma también es el responsable del transporte de las hormonas cortisol y tiroxina, que se adhieren a las proteínas del plasma y son llevadas a todas las partes del cuerpo. Otra de las tareas del plasma es lahomeostasis y la administración del funcionamiento de las células, realizado con la ayuda de los iones inorgánicos.
El Plasma es el componente más abundante, la glucosa es el Amor infundido por el Espíritu Santo, que ayuda a producir la energía necesaria para la lucha del alma contra los gérmenes, virus y enfermedades que son los pecados y las tentaciones, para conseguirlo, están las Vitaminas del alma, y todos los nutrientes que son las oraciones, las obras de misericordia, que incrementan las acciones de los anticuerpos para asegurar no solo la salud del alma, y los iones inorgánicos que son la ayuda del Ángel de la Guardia, Cuerpo Místico, la Comunión de los Santos.
La curación de heridas y la detención del sangrado a través de la coagulación sanguínea es otra de las funciones del plasma, gracias a la presencia de agentes coagulantes en su composición. El plasma también juega un papel fundamental en ayudar al cuerpo a luchar contra las infecciones y los gérmenes, gracias a los anticuerpos presentes en él, conocidos como gammaglobulinas.
Uno de los más importantes "agentes coagulantes", para la contención de las hemorragias producidas por las heridas, y las enfermedades del alma, que son los pecados, que evitan la pérdida de sangre, que conduce a la muerte del alma, son los Sacerdotes, que a través de los Sacramentos, son los encargados de suministrar todos los remedios necesarios para la Salud del alma: El Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio, y sobre todo el Sacramento de la Reconciliación, que es semejante a las plaquetas de la Sangre que taponan las heridas de los pecados, que desangran el alma.
Las infecciones que amenazan o dañan al cuerpo son sostenidas por los glóbulos blancos encontrados en la sangre. Estas células contienen a los agentes bacterianos que intentan penetrar en el cuerpo. Los glóbulos blancos también son conocidos con el nombre de leucocitos. Su formación se produce en las células madre de la médula ósea y comienzan a circula en el cuerpo por medio de la sangre, como el líquido linfático.
En el lenguaje espiritual, los huesos simbolizan la fe, porque son los que sostienen el cuerpo, de la misma manera, gracias a la fe, se puede producir la creación de los glóbulos blancos y rojos, que son los que defienden y nutren el cuerpo.
Y por eso los que no tienen fe, que son los que han renegado de la Doctrina verdadera de Jesús, y de su Santa Iglesia por Él fundada, para asegurar nuestra Salvación eterna, no pueden tener vida, ya que carecen de los elementos de la sangre que dan vida al cuerpo. Por eso dijo Jesús: "El que no come mi carne y no bebe mi Sangre, no puede tener Vida Eterna".
El sistema inmunitario del cuerpo humano es dependiente de estos glóbulos blancos sanguíneos para identificar los patógenos, las células con material cancerígeno y la presencia de cuerpos extraños. Adicionalmente, los leucocitos están diseñados para destruir y limpiar todas las células enemigas de nuestro organismo.
Y es que el sistema inmunitario del cuerpo humano, que es la Gracia de Dios, que no se puede activar en los renegados que no tienen la verdadera fe en Jesús y su Iglesia, no pueden identificar los patógenos, las células con material cancerígeno, y la presencia de cuerpos extraños, es el caso de los apartados de la Iglesia Católica, por voluntad propia, y que conociéndola han renegado de ella, al no tener los leucocitos, no pueden ni destruir, ni limpiar las células enemigas.
El trabajo principal de los glóbulos rojos presentes en la sangre es asegurarse de que el oxígeno es liberado a todas las células del cuerpo, después de que la sangre haya sido bombeada desde el corazón. Estas células tienen una velocidad muy alta por lo que viajan a través de las venas y arterias. Las venas están rodeadas de una pared relativamente más pequeña, comparada con la de las arterias. Por esto, la presión sanguínea no es tan intensa como en estas últimas.
Los glóbulos rojos son para el cuerpo, como la Gracia de Dios para las almas, el corazón que las bombea es el lugar donde mora el espíritu Santo.
Plaquetas
Las plaquetas son los componentes más ligeros y pequeños de la sangre. Debido a su pequeño tamaño, suelen viajar cerca de las paredes de los vasos sanguíneos. La pared de los vasos sanguíneos está formada por una capa de células especiales llamada endotelio; logrando que las plaquetas no se queden adheridas a ella.
Las plaquetas simbolizan el Sacramento de reconciliación, que es que cura las heridas del pecado.
Sin embargo, en el caso de una herida la capa de las células endoteliales se daña, por lo que la sangre comienza fluir desde los vasos sanguíneos. Cuando esto sucede, las plaquetas reaccionan inmediatamente y consiguen unirse por la fibra dura que rodea las paredes de los vasos sanguíneos. Estas plaquetas se unen a las fibras y comienzan a cambiar de forma, creando una especie de sello que detiene el sangrado del cuerpo.
Y es que el endotelio que es el arrepentimiento del alma, provoca la acción de las plaquetas que son el perdón de Dios, que restablece la salud del alma.
El Padre que me ha enviado posee la Vida y Yo vivo en Él. Así también el que me come vivirá por Mí. Este es el Pan que ha bajado del Cielo; no como el pan que comieron vuestros antepasados. Ellos murieron, pero el que coma de este Pan, vivirá para siempre " (Jn 6, 53 - 58)
Las virtudes que son las "células blancas", salvaguardan de la misma manera los diferentes partes del alma, al producir los anticuerpos espirituales, que la capacitan para luchar y matar a esos germenes y virus, que pueden causarle serios daños. Las "plaquetas", son los elementos espirituales que causan en el alma sana, es decir humilde, el arrepentimiento necesario para eliminar las heridas del pecado, taponando la pérdida de la Sangre de Cristo, que es la salud del alma, son el símbolo de la Misericordia de Dios, y del Sacramento de reconciliación, verdaderos médicos del alma, que tienen lugar cuando el alma tiene las defensas necesarias, que son el arrepentimiento y la obediencia a las leyes de Dios.
Uno de los más importantes "agentes coagulantes", para la contención de las hemorragias producidas por las heridas, y las enfermedades del alma, que son los pecados, que evitan la pérdida de sangre, que conduce a la muerte del alma, son los Sacerdotes, que a través de los Sacramentos, son los encargados de suministrar todos los remedios necesarios para la Salud del alma: El Bautismo, la Confirmación, el Matrimonio, y sobre todo el Sacramento de la Reconciliación, que es semejante a las plaquetas de la Sangre que taponan las heridas de los pecados, que desangran el alma.
En el lenguaje espiritual, los huesos simbolizan la fe, porque son los que sostienen el cuerpo, de la misma manera, gracias a la fe, se puede producir la creación de los glóbulos blancos y rojos, que son los que defienden y nutren el cuerpo.
Y por eso los que no tienen fe, que son los que han renegado de la Doctrina verdadera de Jesús, y de su Santa Iglesia por Él fundada, para asegurar nuestra Salvación eterna, no pueden tener vida, ya que carecen de los elementos de la sangre que dan vida al cuerpo. Por eso dijo Jesús: "El que no come mi carne y no bebe mi Sangre, no puede tener Vida Eterna".
Y es que el sistema inmunitario del cuerpo humano, que es la Gracia de Dios, que no se puede activar en los renegados que no tienen la verdadera fe en Jesús y su Iglesia, no pueden identificar los patógenos, las células con material cancerígeno, y la presencia de cuerpos extraños, es el caso de los apartados de la Iglesia Católica, por voluntad propia, y que conociéndola han renegado de ella, al no tener los leucocitos, no pueden ni destruir, ni limpiar las células enemigas.
Los glóbulos rojos son para el cuerpo, como la Gracia de Dios para las almas, el corazón que las bombea es el lugar donde mora el espíritu Santo.
Las plaquetas simbolizan el Sacramento de reconciliación, que es que cura las heridas del pecado.
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