Esta vista fotográfica simboliza el camino que lleva a Dios, que está representado por una senda que está por encima de las nubes, es decir la del alma, que ha logrado levantarse con la ayuda de la Gracia, suministrada al alma por los Sacramentos de su Santa Iglesia Católica, por encima de todas las ambiciones y miserias y de las mentiras humanas de la Tierra, para ir al encuentro de su Dios, como la paloma que soltó Noé desde el arca, y que al no encontrar su acomodo en la tierra inundada, volvió al arca con la rama de olivo en su pico, que simboliza su triunfo.
Es una Senda Oscura, como tiene que ser la Fe, descrita como "un rayo de Tinieblas", como así lo recuerda San Juan de la Cruz, citando a San Dionisio, porque sobrepasa nuestra capacidad intelectual, ya que cuando se trata del conocimiento de Dios, este es a la fuerza oscuro ya que es inaccesible a nuestro limitado entendimiento, y nunca en esta vida, se podrá acceder a Él, ya que como lo indica el mismo San Juan de la Cruz, incluso en el cielo, los Ángeles más subidos que son los Querubines y los Serafines, son los que mejor se dan cuenta de lo mucho que les queda, para poder llegar al conocimiento de la Sublime Divinidad.
Y de la misma manera como en este mundo, tenemos toda una vida para poder conocer a Dios, como seres humanos, y perfeccionarnos en la Virtud, para así amarlo, gracias a la comunicación de su Grandeza de una manera infusa, para mejor poder alcanzar la Salvación cumpliendo con el primer mandamiento.
Así, en el otro Mundo, Dios nos dará toda la Eternidad para llegar a conocerlo y alabarle por la clara visión beatífica directa, de una manera que siempre nos parecerá una gran novedad, por ser su naturaleza Infinita y su dimensión inconmensurable. En el lenguaje espiritual, mirar es amar, y transformarse en lo que se ama, por eso el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que el hombre más santo, como así lo dijo Jesús refiriéndose a San Juan Bautista, ya que el primero ha sido transformado, según su capacidad que está colmada plenamente en Dios por la clara visión de la Majestad divina, mientras que el hombre por grande que sea la comunicación, como ocurrió con Moisés y San Pablo, no han sido capaces por su imperfecta visión de Dios, de llegar a la altura de los que están en el Cielo contemplándolo directamente.
¡¡ALABADO SEA JESÚS-DIOS, NUESTRO SUBLIME REDENTOR, ANTE EL CUAL TODA RODILLA SE DOBLA ASÍ EN LA TIERRA, COMO EN EL CIELO Y EN LOS ABISMOS !!
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