MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 20 de agosto de 2017

EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO HA DE SER PROPORCIONAL A LA CULPA, CON EL DESEO DE NO VOLVER A PECAR

EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO HA DE SER PROPORCIONAL
A LA CULPA, SI NO SE TIENE EN ESTE MUNDO,
SE TENDRÁ EN EL PURGATORIO.


Vivencias personales sobre la verdadera contrición

      Mucha gente se cree, que basta cualquier confesión a un sacerdote, que representa a Cristo, en el caso de que sea Católico, o una confesión personal a Dios, si es Protestante, para que le sean perdonadas sus faltas, pero creo sinceramente, que hay que aclarar ciertos criterios que son necesarios para obtener el perdón de Dios.

         En los años del 1.965 al 1.970, cuando venía de Francia, yo trabajaba en una Empresa de Barcelona, el director me contó un caso que me impactó tanto que, gracias a que tengo una memoria selectiva, nunca olvidaré:

          Un conductor había atropellado a su hijo con su automóvil, y lo había dejado en un estado deplorable. El rencor y el desprecio hacia esa persona, de parte de él, había sido tremendo, y parecía imborrable. Pero el culpable, profundamente arrepentido, fue a verle, y llorando se echó a sus pies. Entonces se produjo el milagro: obtuvo el perdón y se borraron de su alma todo rencor, y recibió un abrazo del padre. El director me dijo: "¿Como no le iba a perdonar si se echó llorando a mis pies?"

      Naturalmente, me vienen a la mente la Parábola del hijo pródigo que se echó a los pies de su padre, y no solo obtuvo el perdón y el olvido de sus pecados, pero le produjo una inmensa alegría que se tradujo por la fiesta que celebró en su honor por este reencuentro.

         También me viene a la mente la gran similitud que encuentro con el amor de Dios Padre, que nos perdona nuestros pecados, por haber "atropellado" a su Hijo Jesús, cada vez que ofendemos su Corazón de Hombre, (ya que es verdadero Dios y verdadero Hombre), porque, si como Dios no puede sufrir, como Hombre si sufrió, y sigue sufriendo, por culpa de nuestros muchos pecados, indiferencias, desagradecimientos y desobediencias a su Ley. 

           Hace ya tiempo, vi en la T.V., no recuerdo en que cadena, el diálogo entre un religioso pederasta y dos de sus antiguas víctimas, estando grabada la entrevista con cámara oculta, individuo que parece que aún seguía en su puesto en una escuela religiosa: Este personaje, a pesar de las quejas y los reproches de sus víctimas, no parecía arrepentido: cuando le explicaban que habían pasado una juventud atroz, y ahora seguían con continuas pesadillas, despertándose de noche llorando, se limitaba a decir que no era para tanto, que él lo había olvidado, y que tenían que rezar por ellos mismos, ya que Dios era un Dios "perdonador"(sic).

         Ese pecado de pederastia es sin duda alguna, uno de los más horrendos de todos los pecados, ya que Jesús-Dios llegó a decir que "Es inevitable que el escándalo ocurra, pero que el que escandalice a uno de esos niños, más le valdría que le ataran al cuello una rueda de molino y lo arrojaran al mar". Personalmente yo le pido a Dios que me dé la muerte antes de cometer un pecado de esa naturaleza,

     A ese respeto, afortunadamente, nuestro Papa actual, y el anterior, han ordenado que se entreguen a la justicia los religiosos pederastas, y que sean inmediatamente destituidos de todos sus cargos. Lo increíble es que los responsables anteriores se limitaban a trasladar a los culpables de Parroquia en Parroquia, por la mentalidad del dios "merengue", y del relativismo cada vez más imperante.

          Para obtener el auténtico perdón de Dios ante un pecado tan grave, lo necesario era arrojarse a los pies de sus víctimas y, derramando amargas lágrimas, pedir perdón por estos pecados tan atroces, y por eso me quedo con las palabras de sus víctimas: ¡¡Ojalá Dios le haga pagar en el más allá, todo el mal que nos ha hecho, destrozando nuestras vidas!!

        Siendo a mi parecer lo peor, el peligro de haber apartado a esas personas de la Salvación por provocar en su alma odio ya que no se puede entrar en el Reino de los Cielos con rencor.
       
        En efecto: el Infierno es el lugar en donde moran los que, ante las pruebas y los sufrimientos de este mundo, verdaderos catalizadores, que transforman nuestras almas, han odiado y no han perdonado, al revés de los elegidos, que han sabido amar y perdonar e incluso, rezar por sus enemigos, como así lo hizo Jesús en la Cruz.

        Esa actitud de Jesús, de pedir a su Padre que perdonase a sus verdugos, fue lo que causó la desesperación de Lucifer y de todos los siniestros ministros de su corte infernal, porque si Jesús hubiera maldecido a sus verdugos, que es lo que quería Lucifer, su pecado hubiera tenido alguna justificación, ya que al creerse semejante a Dios, no pidió perdón, como así lo hizo Jesús con sus verdugos. 




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