La fuerza del Amor de Dios, tiene tal poder que una alma enamorada puede cambiar el curso natural de las cosas. |
Eso quiere decir que por pensamiento, obra y omisión, todos somos pecadores. san Juan de la Cruz explica en la noche oscura del alma, como algunos pocos logran arrancar esas profundas raíces, a través de las noches activas y pasivas del sentido y del espíritu, terribles noches que son largas y penosísimas, ya que son el Purgatorio en la Tierra, en las cuales el alma recobra la inocencia perdida, y es entonces apta para la unión mística con Dios, verdadera fusión con la divinidad por toda la eternidad.
Si Jesús ya no podrá sufrir más en su Naturaleza divina, como en su terrible Pasión, sigue sufriendo en su Naturaleza humana por los pecados de la Humanidad, ya que cada pecado es una ofensa a esa Naturaleza. Todos esos pecados son por la desobediencia a las Leyes de Dios, y al olvido de su predicación, de su Pasión, y de su muerte en la Cruz, que habrá sido inútil para mucha gente, en resumen es por una falta de Amor hacia su persona.
Ese Amor, cuando ha alcanzado su plenitud, como así lo expresa el Primer mandamiento de la Ley de Dios, es de una importancia tal, que tiene la facultad de limpiar totalmente el alma de sus pecados, por graves que hayan sido, como fue en el caso de María Magdalena, de ahí su Importancia y está clasificado en el primer lugar de la Ley, ya que cuando se logra tener, se cumple a la fuerza todos los otros mandamientos.
De ahí la importancia de la Vida contemplativa que es lo que explica San Juan de la Cruz en todas sus Obras místicas, y que muy poca gente comprende, incluso "grandes teólogos" y grandes Jerarcas católicos, creyendo firmemente que el alma apartada del mundo se aparta de la convivencia con sus hermanos, cuando en realidad es cuando más se acerca, por eso dijo el Santo Doctor en sus dichos de Luz y Amor: "Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de conciencia, que todas esas obras que quieres hacer". Y ya hemos visto que esa pureza se alcanza con el verdadero Amor a Dios.
Y si un alma tiene la desgracia de comparecer ante Dios sin poco amor unitivo, tendrá que completarlo en el Purgatorio, y si en su lugar tiene desprecio y odio, ya que al no tener a Dios, ocupa su puesto el enemigo, esa alma tendrá la peor desgracia que le pueda ocurrir: la condenación eterna.
San Juan de la Cruz: Llama de amor viva Canción 1,2
“Y esta es la operación del Espíritu Santo, en el alma transformada en amor, que los actos que hace interiores es llamear, que son inflamaciones de amor, en que, unida la voluntad del alma, ama subidísimamente, hecha un amor con aquella llama.
Y así estos actos de amor del alma son preciosísimos, y merece más en uno y vale más que cuanto había hecho en toda su vida sin esta transformación por más que ella fuese, etc".
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