MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 31 de octubre de 2017

SUBLIMES Y ÚLTIMAS LECCIONES DE JESÚS RESUSCITADO SOBRE LOS SACRAMENTOS, TREMENDAS PREDICCIONES SOBRE SU SANTA IGLESIA (Publicado el 19-2-2.013)




Descansar en tu Corazón, Oh Jesús,
esa es toda mi felicidad



Discurso de Jesús a los Apóstoles sobre los Sacramentos, una vez resucitado. Se resalta la importancia del Bautismo, para ser aptos para poder recibir el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, que puede ser asimilado tanto para la más sabia e inteligente de las personas, como para la más inocente y analfabeta, siendo condición necesaria para que actúe, una profunda humildad, que el mismo Jesucristo nos enseñó en el lavatorio de los pies a sus discípulos.

Se enseña que la muerte de Jesús en la Cruz, perdona los pecados gracias a su Sangre, pero que solo el agua de su costado es la que borra la huella dejada por el pecado Original, fuente de agua viva que restablece la condición de Adán y Eva antes del pecado Original.

Este hecho está perfectamente simbolizado en el cuadro del Cristo en donde fluye de su costado la Sangre que borra los pecados y el agua que restablece la dignidad perdida por causa del fruto prohibido, por esa razón Cristo es sin duda alguna, el árbol de la Vida del Paraíso de Dios, el antídoto del árbol del conocimiento del bien y del mal, cuyo fruto prohibido es el mismo Satanás.


Del Poema del Hombre Dios de María Valtorta


Dice Jesús:

(...) “Prestarme toda vuestra atención porque os voy a decir cosas de suma importancia. Todavía no las comprenderéis todas, ni todas bien. Pero aquel que vendrá después de Mí os las hará comprender. Escuchadme, pues nadie está más convencido que vosotros de que sin la ayuda de Dios el hombre peca fácilmente, pues es debilísima su constitución, debilitada por el pecado. Sería entonces un Redentor imprudente si, después de haberos dado tanto para redimiros, no diera también los medios para conservaros en los frutos de mi Sacrificio. 

EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO

Sabéis que toda la facilidad para pecar viene de la Culpa, que privando de la Gracia a los hombres los despoja de su fortaleza, que está en la unión con la Gracia. Habéis dicho: “Pero Tú has devuelto la Gracia!. No. Ha sido devuelta a los justos hasta mi Muerte. Para devolvérsela a los próximos se requiere un medio. Un medio que no será solamente una figura ritual, sino que imprimirá verdaderamente en quien lo reciba el carácter real de hijo de Dios, cuales eran Adán y Eva, cuyas almas, vivificadas por la Gracia, poseían dones excelsos que Dios había dado a sus amadas criaturas.

Vosotros sabéis lo que tenía el Hombre y lo que perdió el hombre. Ahora, por mi Sacrificio, las puertas de la Gracia están de nuevo abiertas, y el río de la Gracia puede de nuevo descender hacia todos los que la piden por amor a Mí. Por eso los hombres tendrán el carácter de hijos de Dios por los méritos del primogénito de los hombres, por el mérito de quien os habla, vuestro Redentor, vuestro Pontífice eterno, vuestro Hermano en el Padre, vuestro Maestro. Desde Jesucristo, y por Jesucristo, los hombres presentes y futuros podrán poseer el Cielo y gozar de Dios, fin último del hombre.


LA SANGRE DE CRISTO ES LA QUE BORRA LOS
PECADOS DEL MUNDO, PERO EL AGUA DE SU 
COSTADO ES EL ÚNICO MEDIO PARA 
BORRAR EL PECADO ORIGINAL, 
FUE ELLA LA QUE PROPICIÓ
 LA SALIDA DEL LIMBO 
DE LOS JUSTOS MUERTOS 
ANTES DE LA VENIDA DE
 CRISTO A LA TIERRA

Hasta ahora, ni los justos más justos, aunque estuvieran circuncidados como hijos del Pueblo elegido, podían alcanzar este fin. Dios consideraba sus virtudes, sus lugares estaban preparados en el Cielo, pero este les estaba vedado, y negado les era el gozar de Dios, porque en sus almas, jardines benditos florecidos con toda suerte de virtudes, estaba también el árbol maldito de la culpa original, y ninguna obra por Santa que fuera, podía destruirlo, y no es posible entrar en el Cielo con raíces y frondas de tan maléfico árbol. El día de la Parasceve, el suspiro de los Patriarcas y Profetas y de todos los justos de Israel se aplacó en el gozo de la Redención cumplida, y las almas, más blancas que nieve montana hasta donde alcanzaba su virtud, se vieron libres incluso de la única mancha que las apartaba del Cielo. 

Pero el mundo continúa. Generaciones y más generaciones surgen y surgirán. Pueblos y más pueblos vendrán a Cristo. ¿Puede Cristo morir por cada generación, para salvarla o para pueblo que a Él venga? No. Cristo ha muerto una vez y no volverá a morir jamás en toda la eternidad. ¿Habrá de suceder, pues que estas generaciones, que estos pueblos se hagan sabias por mis palabras pero no posean el Cielo, ni gocen de Dios, por estar heridos por la mancha original? Tampoco. No sería justo, ni para ellos, pues vano sería su amor a Mí, pues por demasiado pocos habría muerto ¿Y entonces? ¿Como conciliar estas cosas distintas? ¿Que nuevo milagro hará Cristo - que ya ha hecho muchos - antes de dejar el mundo para ir al Cielo, después de haber amado a los hombres hasta querer morir por ellos?

Ya ha hecho uno, dejándoos su Cuerpo y su Sangre para alimento, fortalecedor y santificador y para recuerdo de su Amor; y os ha mandado que hagáis lo que Él hizo para recuerdo suyo y como medio santificador para los discípulos y para los discípulos de los discípulos, hasta el final de los tiempos. 

Pero aquella noche, purificados ya vosotros externamente, ¿recordáis lo que hice? Me ceñí una toalla y os lavé los pies. Y, a uno de vosotros que se escandalizaba de aquel gesto demasiado humillante, le dije: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo".

No entendisteis lo que quería decir, ni de que parte hablaba, ni que símbolo estaba poniendo. Pues bien, os lo digo: Además de haberos enseñado la humildad y la necesidad de ser puros para poder entrar a formar parte en el Reino mío, además de haberos hecho observar benignamente que Dios, de uno que es justo, y por tanto puro en su espíritu y en su intelecto, exige únicamente una última purificación - de aquella parte que, necesariamente más se contamina incluso en los justos, quizás solo polvo que la necesaria convivencia con los hombres deposita en los miembros limpios, en la carne - , además de estas cosas, enseñé otra. 

Os lavé los pies, la parte inferior del cuerpo, la que va entre barro y polvo, a veces incluso entre inmundicias, para significar la carne, la parte material del hombre, la cual tiene siempre - excepto en la sin mancha original, o por obra de Dios o por naturaleza divina - imperfecciones a veces tan mínimas que solo Dios las ve, pero que verdaderamente tienen que ser vigiladas, para que no cobren fuerza y se transformen en hábito natural, y deben de ser agredidas para ser extirpadas.

Os lavé los pies, pues. ¿Cuándo? Antes de la fracción del pan y del vino transubstanciados en mi Cuerpo y en mi Sangre. Porque Yo soy el Cordero de Dios y no puedo descender a donde Satanás tiene puesta su huella. Así, pues, primero os lavé; luego me dí a vosotros. También vosotros lavaréis con el bautismo a los que vengan a Mí, para que no reciban indignamente mi Cuerpo y no se transforme en tremenda condena de muerte.

Os estremecéis. Os miráis. con las miradas os preguntáis: "¿Y Judas, entonces?". Os digo: "Judas comió su muerte". El supremo acto de amor no le tocó el corazón. El extremo intento de su Maestro chocó contra la piedra de su corazón, y esa piedra, en lugar de la Tau, llevaba grabada la horrenda sigla de Satanás, la señal de la Bestia.

Así pues, os lavé antes de admitiros al banquete Eucarístico, antes de escuchar la confesión de vuestros pecados, antes de infundiros el Espíritu Santo y, por tanto al carácter de verdaderos cristianos reconfirmados en Gracia, y de Sacerdotes míos. Hágase pues, así con aquellos a quien debéis preparar para la vida cristiana.

(...) Y tened estima por el agua... Después de haber expiado y redimido con treinta y tres años de vida fatigosa culminada en la Pasión, y después de haber dado mi Sangre por los pecados de los hombres, fueron extraídos del Cuerpo desangrado e inmolado del Mártir las aguas saludables para lavar la culpa original. Con el Sacrificio consumado Yo os he redimido de aquella mancha.

Si en el umbral de la muerte, un milagro Mío divino me hubiera hecho descender de la Cruz, en verdad os digo que, por la Sangre derramada habría purificado las culpas, Pero no la Culpa. Para esta ha sido necesaria la consumación total. En verdad, las aguas saludables de que habla Ezequiel, han salido de este Costado Mío. Sumergid en él a las almas. Que salgan inmaculadas para recibir el Espíritu Santo, que en memoria de aquel soplo que el Creador espiró en Adán para darle el espíritu y, por tanto, la imagen y semejanza con Él, volverá a soplar y morar en los corazones de los hombres redimidos.

Bautizad con mi Bautismo, pero en el nombre de Dios Trino (...) por lo cual, es cuestión de Justicia y de deber el que todo hombre reciba la Vida por aquellos que ese han unido en querérsela dar, nombrándose al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en el acto del Bautismo, que de Mí tomará el nombre de Cristiano para diferenciarse de los otros, pasados o futuros, los cuales serán ritos pero no signos indelebles en la parte inmortal.


LA SAGRADA EUCARISTÍA ASEGURA LA UNIÓN PERFECTA CON EL REDENTOR, QUE PERMITE LA FILIACIÓN DIVINA GRACIAS A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO


Y tomad el Pan y el Vino como Yo hice y, en mi nombre bendecid, fraccionad, y distribuid; y se nutran de Mí los cristianos. Y haced del Pan y del Vino una ofrenda al Padre de los Cielos, inmolándola después en memoria del Sacrificio que Yo ofrecí y llevé a cabo en la Cruz por vuestra Salvación. Yo, Sacerdote y Víctima, por Mí mismo me ofrecí y sacrifiqué, no pudiendo ninguno, si Yo no hubiera querido, hacer esto de Mí. Vosotros, mis Sacerdotes, haced esto en memoria Mía para que los tesoros infinitos de mi Sacrificio suban impetradores a Dios y desciendan propicios sobre todos aquellos que los invocan con fe segura.

Fe segura, he dicho. No se exige ciencia para gozar del eucarístico Alimento y del eucarístico Sacrificio, sino fe. Fe en que en ese pan y en ese vino que uno, autorizado por Mí y por los que después de Mí vendrán - vosotros: tú Pedro, Pontífice nuevo de la nueva Iglesia; tú, Santiago de Alfeo; tu Juan; tú, Andrés; tú, Simon; tú, Felipe; tú Bartolomé; tú, Tomás; tú Judas Tadeo; tú Mateo; tú, Santiago de Zebedeo -, consagre en mi Nombre es mi verdadero Cuerpo, mi verdadera Sangre; y fe en que quien se nutre de ellos me recibe en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; y fe en que quien me ofrece, ofrece realmente a Jesucristo, como Él se ofreció por los pecados del mundo.

Un niño o un ignorante, me pueden recibir al igual que pueden hacerlo un adulto y una persona docta. Y el Sacrificio ofrecido, aportará a un niño o a un ignorante los mismos beneficios que a cualquiera de vosotros. Basta que en ellos haya fe y gracia del Señor.

(...) Eso sí, con todo mi corazón os conjuro que observéis una vida santa, la cual aumentará de tal manera las luces sobrenaturales en vosotros que llegaréis a leer sin error el corazón de los hombres y podréis con amor y autoridad, declarar a los pecadores, temerosos de declarar sus pecados o rebeldes para confesarlos, el estado de su corazón ayudando a los tímidos y humillando a los impenitentes. Recordad que la Tierra pierde a su Absolvedor y que vosotros debéis ser lo que Yo era: justo, paciente, misericordioso, pero no débil.

(...) Os recuerdo que algunas veces Dios permite también las caídas de sus elegidos; no porque le guste verlos caer, sino porque de una caída puede resultar un bien futuro mayor. Tended pues la mano de quien cae, porque no sabéis si esa caída puede ser la crisis que remedie una enfermedad que para siempre termina, dejando en la sangre una purificación que produce salud, en nuestro caso; que produce santidad.

Sed por el contrario severos con los que no tengan respeto hacia mi Sangre y acabada de lavar su alma por el lavacro divino, se arrojen al cieno una y cien veces. No los maldigáis, pero sed severos. Exhortarlos. Reciban vuestro mandamiento setenta veces siete. Recurriréis al extremo castigo de separarlos del pueblo elegido solo cuando su pertinacia en un pecado que escandalice a los hermanos os obligue a actuar para no haceros cómplices de sus acciones. Recordad lo que dije: "Si tu hermano ha pecado, corrígelo a solas. Si no te escucha, corrígele ante dos o tres testigos. Si esto no basta, ponlo en conocimiento de la Iglesia. Si no escucha ni siquiera a la Iglesia, condidéralo como un gentil y un publicano".


EL MATRIMONIO HA PASADO DE SER UN MERO CONTRATO A UN SACRAMENTO DIVINO.


En la religión mosaica el matrimonio es un contrato. Que en la nueva religión Cristiana sea un acto sagrado e indisoluble, sobre el cual descienda la Gracia del Señor para hacer de los cónyuges dos ministros suyos en la propagación de la especie humana.

[...] Malo sería que por la dureza de los corazones, se diera en la nueva fe lo que se dio en la antigua: la permisión del repudio y de la separación para evitar escándalos creados por la libídine del hombre. En verdad os digo, que todos deben llevar su cruz en todos los estados, y también en el matrimonial.

[...] Acto serio y santo son las nupcias. Y para mostrar esto estuve en una boda, y allí realicé el primer milagro. Pero ¡ay si degeneran en libídine y capricho! El matrimonio, contrato natural entre el hombre y la mujer; que se eleve de ahora en adelante en contrato espiritual por el cual las almas de dos que se amen y juren servir al Señor en un amor recíproco ofrecido a Él, en obediencia a su imperativo de procreación para dar hijos al Señor.



EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS Y EXTREMA UNCIÓN


[...] La vida del hombre es un camino. La entrada del hombre en la otra vida debería ser la entrada en el Reino. A todo Rey, se le unge y perfuma antes de subir al trono y mostrarse a su pueblo. También el cristiano es un hijo de Rey, que recorre el camino en dirección al Reino a donde el Padre le llama. La muerte del cristiano no es sino la entrada en el Reino para subir al trono que el Padre le ha preparado. 

La muerte - para aquel que, sabiendo que está en su gracia, no teme a Dios - no infunde espanto. Ahora bien, purifíquese de todo residuo el cuerpo de aquel que debe subir al trono, para que se conserve hermoso hasta la Resurrección, y purifíquesele el espíritu, para que resplandezca en el trono que el Padre le ha preparado para que aparezca con la dignidad que corresponde al hijo de tan gran Rey. Aumento de la Gracia, cancelación de los pecados que el hombre tenga pleno arrepentimiento, suscitación de ardoroso deseo del Bien, comunicación de fuerza para el combate supremo: esta ha de ser la unción que se dé a los moribundos cristianos; o, dicho más propiamente, a los cristianos que estén por nacer, porque en verdad os digo que el que muere en el Señor, nace a la Vida Eterna.

[...] Y que todo Sacerdote gustosamente, repita en el cuerpo de su hermano moribundo el acto de amor de María para con el Cristo penante. En verdad, os digo que aquello que en aquella ocasión no hicisteis conmigo, dejando que una mujer os llevara la delantera - y ahora pensáis en ello con mucho dolor - podéis hacerlo en el futuro, y tantas veces cuantas sean que os inclinéis con amor hacia un moribundo para prepararle a su encuentro con Dios.

Yo estoy en los mendigos y en los moribundos, en los peregrinos, en los huérfanos, en las viudas, en los prisioneros, en los que tienen hambre, sed o frío, en los que están afligidos o cansados. Yo estoy en todos los miembros de mi místico Cuerpo, que es la unión de mis fieles. Amadme en ellos y ofreceréis reparación por vuestro desamor de tantas veces, y me daréis gran alegría a Mí, y a vosotros os daréis mucha gloria.




EL SACRAMENTO DEL ORDEN SACERDOTAL


Tremenda, tremendísima responsabilidad la de los Sacerdotes, no comprendo el por qué así como en todas las profesiones, en donde hay una evaluación de los profesores, médicos, ingenieros y técnicos de toda clase, se apartan los malos obreros, cuanto más aquí, ya que se trata de la salvación de las almas. Están actualmente campando a sus anchas toda una serie de elementos que se llaman teólogos y que predican una doctrina contraria a la Tradición y al Evangelio, menos mal que el Papa Benedicto XVI ha barrido con todos los pederastas que ha encontrado, pero ¿porqué se dejan en sus cátedras a los Queiruga, Massiás y Kungs, y tantos otros más?, ¡ya que son los abanderados de toda la basura que hay en la Iglesia!

Y considerad que contra vosotros conspiran el mundo, la edad, las enfermedades, el tiempo, las persecuciones. Evitad pues, el ser avaros de lo que habéis recibido, y evitad la imprudencia. Transmitid, por esto, en mi Nombre, el Sacerdocio a los mejores de entre los discípulos, para que la Tierra no se quede sin Sacerdotes. Y que sea un carácter Sagrado concedido después de un profundo examen, no verbal, sino de las acciones de aquel que pide ser Sacerdote, o de aquel a quien juzguéis apto para serlo.




PREDICCIONES SOBRE LA APOSTASÍA 
Y EL FINAL DE LOS TIEMPOS

Estamos asistiendo al preludio de la apostasía final, que se está comprobando por los nuevos Judas de Keriot, que no admiten en modo alguno la Doctrina de Jesús, son los famosos teólogos y Jerarcas disidentes, que predican insistentemente el abandono de todo sacrificio, el matrimonio sacerdotal, la desobediencia al representante de Jesús en la Tierra.

Son los que no admiten abiertamente la autoridad del Papa, y quieren transformar la Iglesia en una democracia adaptada a los tiempos modernos. La Iglesia no se regiría entonces por el Evangelio. sino por la mentalidad de las masas.

El Papa Benedicto XVI, se ha dado cuenta con realismo que es mucho muy importante para la Santa Iglesia la oración contemplativa y mística. Lo oración mística, que es la oración de María Magdalen a los pies de Jesús es mucho más importante que las labores de Marta, que por muy productiva que fuera, no tendría valor alguno, si ni fuera por las buenas acciones, como lo dice San Juan de la Cruz, buenas acciones que solo se pueden hacer en Gracia de Dios, la cual se obtiene precisamente por la oración con amor a Jesús, autentica figura de Dios.

Ante la crisis actual tan profunda, Benedicto XVI ha preferido como Moisés, retirarse en la cumbre del monte de la clausura, para implorar con los brazos levantados al Cielo, que es la Cruz que dice que le acompaña, para que, como Josué detenga el sol para asegurar el triunfo sobre los amalacitas, que simbolizan todas las huestes progresistas y relativistas, comandadas por Satanás. 

Pensad en lo que es el Sacerdote; en el bien que puede hacer y en el mal que puede hacer, habéis visto una muestra de lo que puede hacer un Sacerdote venido a menos en su carácter sagrado. En verdad, os digo que por las culpas del Templo esta Nación será dispersada. Pero también os digo, en verdad, que igualmente será destruida la Tierra en cuando el abominio de la desolación entre en el nuevo sacerdocio, conduciendo a los hombres a la apostasía para abrazar las doctrinas infernales. 

Entonces surgirá el hijo de Satanás, y los pueblos, treméndamente horrorizados, gemirán, y pocos permanecerán fieles al Señor, entonces entre convulsiones de horror, vendrá el final, tras la victoria de Dios y de sus pocos elegidos, y descenderá la ira de Dios sobre todos los malditos. ¡Desventura, tres veces desventura para esos pocos, si ya no hay santos, los últimos pabellones del Templo de Cristo! ¡Desventura, tres veces desventura, si para confortar a los últimos cristianos no hay verdaderos Sacerdotes como los había para los primeros!

[...] Pero el bien y el mal futuros tienen raíz en el presente. Los aludes empiezan por un copo de nieve. Un Sacerdote indigno, impuro, hereje, infiel, incrédulo, tibio o frío, apagado, insípido, lujurioso, hace un daño diez veces superior al que provoca un fiel culpable de los mismos pecados; y arrastra a muchos otros en el pecado. La relajación en el Sacerdocio, al acoger doctrinas impuras, el egoísmo, la codicia la concupiscencia en el Sacerdocio, ya sabéis en donde desemboca: en el deicidio. 

Y en los siglos futuros ya no se podrá matar al Hijo de Dios, pero sí se podrá matar la fe en Dios, la idea de Dios. Por lo cual se llevará a cabo un deicidio aún más irreparable, porque carecerá de Resurrección.

Sí, se podrá llevar a cabo, lo veo...Podrá ser llevado a cabo por los demasiados Judas de Keriot de los siglos futuros. ¡Un horror!..

[...] Lo mismo que nos ha sucedido a los de Israel, y aún más profundamente, llegarán tiempos en que el el Sacerdocio creerá - por saber solo lo superfluo, desconociendo lo indispensable, o conociendo solo su forma muerta, esa forma con que ahora conocen los sacerdotes la Ley, o sea, no el espíritu sino el revestimiento, y exageradamente recargado de adornos - creerá digo, ser una clase superior - Vendrá un tiempo en que el Libro será substituido por todos los demás libros, y aquel será usado sólo como lo usaría uno que debiera utilizar forzadamente un objeto, o sea, mecánicamente, como un agricultor ara, siembra, recoge, sin meditar en la maravillosa providencia que hay en esa multiplicación de semillas que sucede todos los años: una semilla arrojada a la tierra removida, que se hace tallo y espiga, luego harina y luego pan por paterno Amor de Dios.

¿Quien al llevarse a la boca un trozo de pan, alza el espíritu hacia Aquel que creó la primera semilla y desde siglos la hace renacer y crecer, distribuyendo con medidas las lluvias y el calor para que germine y se alce y madure sin que se ponga lacia o se queme? Así, llegará el tiempo en que será enseñado el Evangelio científicamente bien, peo espiritualmente mal.

Ahora bien, ¿que es la ciencia si falta la sabiduría? es paja. Paja que se hincha y no nutre. Y en verdad os digo que llegará un tiempo en que demasiados de entre los sacerdotes serán semejantes a pajares llenos, soberbios pajares que se mostrarán arrogantes con su orgullo de estar muy llenos, llenos como si a si mismos se hubieran proporcionado esas espigas que coronaron las cañas, como si todavía las espigas estuvieran en la cima de las cañas, y creerán ser todo por tener toda esa paja en vez del puñado de mies, del verdadero alimento que es el espíritu del Evangelio. 

¡Un montón! ¡Un montón de paja! Pero ¿Puede bastar la paja? Ni siquiera para el vientre del jumento basta, y, si el amo del jumento no vigoriza el animal con cereales y forraje fresco, el jumento nutrido sólo con paja se debilita e incluso muere. 

Pues bien, os digo que llegará el momento en que los Sacerdotes, olvidando que con pocas espigas instruí a los espíritus en orden a la verdad, y olvidando cuanto le costó a su Señor ese verdadero pan del espíritu (sacado por entero y solo por entero de la Sabiduría divina, expresado por la divina Palabra, noble en su forma doctrinal, incansable en repetirse, para que no se pierdan las verdades dichas, humilde en su forma, sin atavíos de ciencias humanas, sin complementos históricos y geográficos), no se preocuparán del alma de ese pan del espíritu, sino solo del revestimiento con que presentarlo, para hacer ver a las multitudes cuanto saben, y el Espíritu del Evangelio quedará difuminado en ellos bajo avalanchas de ciencia humana. 

Pero, si no lo poseen, ¿como pueden transmitirlo? ¿Qué darán a los fieles estos pajares hinchados? Paja. ¿Qué alimento recibirán de ellos los espíritus de los fieles? Pues lo que no da para más que para arrastrar una mortecina vida. ¿Qué fruto producirán de esta enseñanza y de este conocimiento imperfecto del Evangelio? Pues el enfriamiento de los corazones, el que entren doctrinas heréticas, doctrinas e ideas más que heréticas incluso, en vez de la única, verdadera Doctrina; y la preparación del terreno para la Bestia, para su fugaz reino de hielo, tinieblas y horror.

En verdad os digo que, de la misma manera que el Padre y Creador multiplica las estrellas para que no se despueble el cielo por las que, terminada su vida, perecen, así, igualmente, Yo tendré que evangelizar muchísimas veces a discípulos a los que distribuiré entre los hombres a lo largo de los siglos. Y también en verdad os digo que el destino de estos será como el mío; es decir, la sinagoga y los soberbios los perseguirán, como me han perseguido a mí. Pero también Yo como ellos, tenemos nuestra recompensa: la de hacer la Voluntad de Dios, y la de servirle hasta la muerte en la Cruz para que su Gloria resplandezca y el conocimiento de Él no se apague.

Pero tú, Pontícipe, y vosotros, Pastores, en vosotros y en vuestros sucesores, velad para que no se pierda el espíritu del Evangelio y, incansablemente, orad al Espíritu Santo para que en vosotros se renueve un continuo Pentecostés - no sabéis lo que quiero decir, pero pronto lo sabréis - de forma que podáis comprender todos los idiomas y distinguir mis voces de las del simio de Dios: Satán, y elegir aquéllas. 

Y no dejéis caer en el futuro mis voces futuras. Cada una de ellas es un acto de misericordia mía para ayudaros; y esas voces, cuanto más vea Yo, por razones divinas, que el Cristianismo las necesita para superar las borrascas de los tiempos, más numerosas serán. 

Pastor y nauta en los tiempos tremendos... Tú brújula, el Evangelio. En él están la Vida y la Salvación. Y todo está dicho en él. Todos los artículos del código Santo, todas las respuestas para los múltiples casos de las almas están en él. Y haz de él que no se separen ni los Sacerdotes ni los fieles. Haz que no vengan dudas sobre él, ni alteraciones a él, ni substituciones ni sofisticaciones. 

El Evangelio.... soy Yo mismo el Evangelio. Desde el nacimiento hasta la muerte. En el Evangelio está Dios. Porque en él aparecen manifiestas las obras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El Evangelio es amor. Yo he dicho: "Mi Palabra es Vida". He dicho: "Dios es Caridad". Que conozcan pues los Pueblos mi Palabra y tengan en ellos el amor, o sea a Dios. Para tener el Reino de Dios. Porque el que no está en Dios no tiene en sí la Vida. 

Porque los que no reciban las Palabras del Padre no podrán ser una cosa con el Padre, conmigo y con el Espíritu Santo en el Cielo, y no podrán permanecer a ese único Redil que es Santo como Yo quiero que lo sea. No serán sarmientos unidos a la Vid, porque quien rechaza en su totalidad o parcialmente Mi Palabra, es un miembro por el cual ya no circula la savia de la Vid. Mi Palabra es savia y hace crecer y fructificar.




domingo, 29 de octubre de 2017

UN PADRE DA SU VIDA PARA SALVAR A SU HIJO, ES LO QUE HIZO JESÚS PARA SALVAR A LA HUMANIDAD







Hace tiempo, en los medios de comunicación, ha aparecido un suceso estremecedor: en un accidente de tráfico, un automóvil cayó en un barranco contiguo a la carretera. Este vehículo permaneció oculto con sus dos ocupantes en el interior; al cabo de mucho tiempo, el padre apareció muerto abrazado a su hijo de tres años, que permaneció vivo porque su padre lo protegió de la muerte con su cuerpo.

Enseguida me vino a la mente la figura de Jesús-Dios, nuestro Salvador, que gracias a su tremendo sacrificio, nos rescató de una muerte eterna, ya que por culpa del pecado de Adán, el vehículo en el cual estamos todos subidos que es la Tierra donde vivimos, se había precipitado, por el pecado de Adán en el barranco de la perdición, que era la trampa urdida por Satanás.

Y también me acordé de la señal de los cristianos, que es la santa Cruz, en donde el Salvador está con los brazos abiertos para abrazar a la humanidad que quiera buscar refugio en sus brazos, y para ello, como el padre del accidente, nos da su vida para que tengamos la Vida eterna, ya que si lo abrazamos con amor, resucitaremos con Él. Este sublime sacrificio abarca a la Humanidad entera, porqué el que lo realiza es decir Jesús, es el único que puede ofrecer a Dios la ofrenda que es perfecta y digna de Él, que es de un valor infinito en cuanto a su precio y su universalidad. Por eso se dice en la Misa: Por Él, con él y en Él, en unión con el Espíritu Santo, te damos a Tí, Padre Omnipotente, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Solo esta Víctima perfecta, puede redimir el tremendo pecado de Adán, que quedó para siempre marcado en los "genes" de la Humanidad, para todos los que quieran acogerse al perdón divino. Y así en el abrazo de Jesús-Dios, volver a renacer comiendo del fruto del árbol de la Vida ya, que es el antídoto del árbol del conocimiento del bien y del mal, que es el árbol de la muerte. 

Y podemos oír la voz de Jesús, que clama y retumba en la conciencia de todos los hombres de bien: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! cuantas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas, y no habéis querido. Pues bien, vuestra casa se os quedará desierta, y os digo que ya no me veréis más hasta que llegue el día en que digáis: "Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Lc.13, 34-35).






jueves, 26 de octubre de 2017

COMENTARIOS DEL EVANGELIO DEL 26-10-2.017: JESÚS HA VENIDO A TRAER EL FUEGO Y LA DIVISIÓN EN LA TIERRA.



DIOS PADRE NOS HA ENSEÑADO COMO TIENE QUE SER
EL COMPORTAMIENTO DE CADA CRISTIANO


Lucas 12,49-53.


Jesús dijo a sus discípulos: 


"Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. 

De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra". 

Si estas palabras que dijo Jesús no estuvieran escritas en los Evangelios, y si hoy día, con la mentalidad quietista y relativista que impera en el mundo, algún creyente las pronunciara, sería recriminado por la mayoría de la jerarquía Católica.
En un sermón de un Sacerdote, el predicador se aventuró a decir que antiguamente, Yahvé había grabado en la Piedra, y entregado a Moisés las tablas de la Ley, llenas de deberes y de obligaciones, pero que ahora ha venido Jesucristo, y ha sustituido esas obligaciones por Bienaventuranzas en el sermón de la montaña. Al final de la misa, entré a hablar con él y le recordé que, además de las Bienaventuranzas, Jesús  había pronunciado también las terribles imprecaciones, que en lengua española dicen ¡Ay de vosotros!, que parece una leve reprimenda cuando se leen esas palabras en castellano, pero ese ¡Ay!, en lengua francesa se dice: "Malheur a vous!", que traducido literalmente quiere decir: ¡Que la desgracia caiga sobre vosotros!, es decir que es una maldición.

El Antiguo Testamento tenía unas leyes que no podían predicar el comportamiento que tenían que tener los hijos de Dios por la sencilla razón de que la perfección que quiere Dios, no se podía predicar con palabras, ya que el día del Juicio, una persona le podía objetar a Dios: "No sabes lo que es vivir en un mundo en donde existe una lucha tremenda para poder sobrevivir". Por eso, Dios mandó a su único Hijo Jesucristo, para demostrar como tiene que ser el comportamiento de las almas, en las situaciones más difíciles, para alcanzar la perfección.

El Mesías tan prometido, ha dado sus frutos, lo proclaman toda la legión de Mártires y Santos que han seguido las enseñanzas de Jesús, y que han logrado transformar un mundo pagano en un mundo Cristiano.

Esa división que ha venido a desear Jesús, que es el fuego que ha venido a traer, es la condición necesaria y suficiente que tiene que tener cada creyente, que es la lucha entre la Luz y las Tinieblas, entre la virtud y el pecado, y la del hombre viejo, que tiene que morir para que pueda renacer a la Vida del Espíritu, siendo con la medida y posibilidad de cada uno, verdaderos imitadores de Cristo, es decir entregándole todo su amor y el sacrificio de su vida, que es llevar la cruz que Dios nos manda a cada uno.





martes, 24 de octubre de 2017

LECTURAS DE LA SANTA EUCARISTÍA DEL 24-10-2.017.


Eva, con su gozo nos ha dado la muerte y el sufrimiento, María con su dolor, la Vida y la Esperanza que es su Hijo Jesús.



San Pablo a los Romanos 5,12.15 

Hermanos: 

Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. 
Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos. 
En efecto, si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por medio de un solo hombre, Jesucristo, aquellos que han recibido abundantemente la gracia y el don de la justicia. 
Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. 
Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos. 
Es verdad que la Ley entró para que se multiplicaran las transgresiones, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor. 
En el comienzo de los tiempos, Lucifer que era el ángel más subido, pecó sin nadie que lo engañara como le ocurrió a Eva, ¿Cómo entonces cometió esa imprudencia, no solo él, pero también las hordas rebeles de ángeles que le siguieron? 
Creo que la explicación, está en lo que afirma Jesús en el Evangelio: es el pecado contra el Espíritu que no tendrá nunca perdón. El pecado de los ángeles caídos es el mismo que el de los Fariseos: el Orgullo, que vuelve ciego al que lo posee, y que hace que una acción de Misericordia y de bondad de Dios hacia los más pobres, sea tratado por ellos como una aberración. Esto fue lo que provocó la maldición de Dios y su condena eterna. 
El pecado de Eva fue muy grave, porque desobedeció a Dios y se dejó engañar, no pidió su ayuda en la tentación, y tampoco se echó a sus pies pidiéndole perdón, pero no fue un pecado contra el Espíritu, por eso mereció una Redención. Eva y sus descendientes para alcanzar la Salvación y recobrar el Paraíso perdido, están en este mundo para aprobar el examen del pecado contra el Espíritu, reconociendo a Dios escondido en Jesús, que ha ocultado su Gloria pero ha enseñado su Misericordia, que no fue reconocido por los Fariseos, que como lo dijo Jesús eran hijos de Satanás, y si por los pobres de Espíritu, que consiguieron el don de la fe, son los hijos de Dios.





Salmo 40,7-8


Tú no quisiste víctima ni oblación; 
pero me diste un oído atento; 
no pediste holocaustos ni sacrificios,
entonces dije: “Aquí estoy.

En el libro de la Ley está escrito 
lo que tengo que hacer: 
yo amo, Dios mío, tu voluntad, 

y tu ley está en mi corazón».
Proclamé gozosamente tu justicia 
en la gran asamblea; 
no, no mantuve cerrados mis labios, 

Tú lo sabes, Señor.
Que se alegren y se regocijen en ti 
todos los que te buscan, 
y digan siempre los que desean tu victoria: 

“¡Qué grande es el Señor!”.





Lucas 12,35-38.


Jesús dijo a sus discípulos: "Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. 
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo. 
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!" 
La única manera de comportarnos como así lo dice Jesús, es habiendo conseguido el don de la fe que es el sello de Dios en el alma, esto solo se puede lograr cuando Dios, reconoce en ella ese merecimiento, es el misterio de la Predestinación. Ese maravilloso don de Dios nos permite renacer a una Vida nueva, viendo a Dios en todo lo creado, añorarlo como un novio añora a su futura esposa, pensando en ella a cada momento de su vida. Y adorar a Jesús oculto a los ojos de los soberbios, que se encuentra entre los pobres y los necesitados. Amar a Jesús es la prueba perfecta de nuestra filiación divina.









domingo, 22 de octubre de 2017

ANÁLISIS DEL EVANGELIO DEL 22-10-2.017: DAD AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS.



DAD AL CÉSAR LO QUE ES DEL CESAR Y A DIOS, LO QUE ES DE DIOS.





Mateo 22,15-21.

Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?". 
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? 
Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto". Ellos le presentaron un denario. Y él les preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Le respondieron: "Del César". Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". 


REFLEXIÓN PERSONAL

Al leer el Evangelio de hoy, me viene a la mente como esta pregunta de los Fariseos a Jesús tiene hoy más vigencia que nunca: Se trata de la relación que hubo, hay y habrá entre la Iglesia y el Estado. Jesús parece indicar que tiene que haber una separación total entre la Iglesia y los Estados, es decir que la Iglesia no tiene que inmiscuirse en los asuntos de estado, y al revés el estado no lo debe hacer en los asuntos de la Iglesia.
Es un asunto de una complejidad tal que si no se lleva como así lo quiere Dios, han habido, hay y habrán situaciones complejas y de muy difícil actuación.
Desde los comienzos de la historia de todas las civilizaciones, y también en el tiempo de Jesús, había situaciones de pobreza extrema, regía la esclavitud, las atrocidades de los más fuertes ante los indefensos. San Juan de la Cruz dice en sus escritos, que Dios permitió que el Imperio Romano se afianzara en el mundo conocido porque tenía leyes más justas que las de los pueblos bárbaros, es decir que Dios premia a los gobiernos que son más próximos a las leyes de Dios que siempre promueven la felicidad de sus súbditos.

Pero Jesús nunca se pronunció abiertamente contra la esclavitud, la injusticia social, o contra las desigualdades entre ricos y pobres, San Pablo al contrario, recomienda que los esclavos sirvan con resignación y cariño a sus amos. Está pues muy claro que nunca quiso intervenir directamente contra las leyes del mundo, ya que en cierta manera, este mundo no es su Reino, como dijo cuando vinieron a prenderlo. Jesús sabe que la intervención directa contra los poderes constituidos, solo trae guerra y más sufrimientos, como él mismo lo dijo a San Pedro: el que mata por espada morirá por espada.

Pero este punto de vista, de separación de poderes entre la Iglesia y el Estado, cuando no ha sido respetado por la Iglesia, ha traído consigo injusticias y sufrimientos mayores que si se hubiera respetado, es el caso de la Teología de la liberación, que al crear odio, nunca ha conseguido mejorar la situación de los explotados, muy al contrario, ha traído mayores sufrimientos, por las represalias de los más poderosos, pagando como siempre las consecuencias los más débiles.

La Iglesia igualmente por no haber querido separarse del poder, y haber estado abiertamente apoyándolo, lo ha pagado muy caro: es el caso de la monarquía francesa, que al apoyar y compartir el lujo con esa monarquía, como lo hizo con Luis XIV, provocó la Revolución francesa, con el gobierno del terror donde se masacraban el Rey, la nobleza y curas y monjas. Es lo que también ocurrió con la monarquía rusa de los Zares, que trajo el comunismo con su persecución hacia todas las religiones en especial los Ortodoxos, que era la Religión mayoritaria en Rusia. 








sábado, 21 de octubre de 2017

LOS SANTOS EMITEN SIEMPRE LA MISMA DOCTRINA QUE ES OPUESTA A LOS RELATIVISTAS, QUE NO TIENEN LA GRACIA DE DIOS





En las Obras de San Juan de la Cruz, se puede leer unas reflexiónes semejantes a la del padre Pio de Pietrelcina, en los dichos de Luz y Amor:
36. Mira que tu ángel custodio no siempre mueve el apetito a obrar, aunque siempre alumbra a la razón; por tanto, para obrar virtud, no esperes al gusto, que bástate la razón y el entendimiento.
44. Entra en cuenta con tu razón para hacer lo que ella te dice en el camino de Dios, y váldrate más para con tu Dios que todas las obras que sin esta advertencia haces y que todos los sabores espirituales que pretendes. 

Estas palabras escritas en castellano antiguo, vienen a decir lo mismo que dice el padre Pio: El alma fuerte y ejercitada en la Caridad, no necesita consejo de nadie, ya que sería de la otra manera una señal de debilidad y de busca de satisfacción que haría el alma menos firme para rebatir los embates de los tres enemigos del alma. Y aunque a Dios le gusta que el alma pida consejo para las cosas importantes, y dificultosas, no le gusta que las tome para las cosas que están al alcance de su entendimiento.

Es muy contrario de lo que se predica hoy día: "Dios te quiere como eres", lo que anestesia y paraliza el alma. Dios es un Dios celoso y exige que el alma se comporte de una manera adulta y austera, ya que quiere la fortaleza del alma, pide que seamos perfectos, para afrontar todas las dificultades y así, ser merecedores de la Gloria eterna. 

Esto lo confirma San Juan de la Cruz en sus escritos místicos, cuando afirma que Dios pedirá cuenta y reprochará incluso a los pocos que han tenido contacto directo con Él en la Tierra, un defecto que estos habían tenido, y que no corrigieron a su debido tiempo, ya que tenían su razón y el entendimiento para darse cuenta de la falta, y no buscaron la perfección a la cual somos todos llamados para ser moradores de su Reino.















sábado, 14 de octubre de 2017

HOMENAJE A SANTA TERESA DE JESÚS EN EL DÍA DE SU ONOMÁSTICA


Fotografía de Santa Teresa tomada en la Iglesia de las
 Carmelitas descalzas de Granada,
 



Jesús se apareció a una vidente y le confesó que las mujeres que más le amaron, aparte de la Virgen María, fueron en su vida María Magdalena y después Santa Teresa de Jesús. Está demostrado que murió de Amor, alcanzando el último grado de la Escala mística de según San Bernardo Santo Tomás, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz.
En el último de los diez peldaños de esta escala, la unión mística es tan fuerte que el alma tiene que ver a su divino Esposo o morir.

El décimo y último grado de esta escala secreta de amor hace al alma asimilarse totalmente a Dios, por razón de la clara visión de Dios que luego posee inmediatamente el alma que, habiendo llegado en esta vida al nono grado, sale de la carne. Porque estos (pocos que son), por cuanto ya por el amor están purgadísimos, no entran en el purgatorio. De donde San Mateo dice: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (5, 8). Y, como decimos, esta visión es la causa de la similitud total del alma con Dios, porque así lo afirma San Juan diciendo. "Sabemos que seremos semejante a Él"; no porque el alma se hará tan capaz como Dios, porque esto es imposible, sino por todo lo que ella es, se hará semejante a Dios; por lo cual se llamará  y  será Dios por participación. 




Oración a Santa Teresa de Jesús
 de San Alfonso de Ligorio


Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, 
quien en la tierra ardió con un amor tan intenso hacia tu Dios y mi Dios,
 y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, 
obtén para mi también, te lo ruego, un destello 
de ese mismo fuego ardiente y santo,
 que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo
 era verle adorado por todos los hombres.

Concédeme que todos mis pensamientos, deseos
 y afectossean dirigidos siempre a hacer la voluntad 
de Dios, la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque solo Él es digno de ser amado
 y obedecido por siempre.

Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.
Amén.




LECTURAS DE LA MISA DEL 14-10-2.017 EL JUICIO FINAL, LA ELIMINACIÓN DE LOS HIJOS DE LA PERDICIÓN Y EL TRIUNFO DE LOS ELEGIDOS.








EL ENAMORADO DE JESÚS, TIENE SUS PECADOS PERDONADOS, Y LA VIDA ETERNA ASEGURADA, PORQUE EL PERDÓN DEL SUPREMO JUEZ SOLO SE DA A LOS QUE TIENEN AMOR HACIA ÉL (PRIMER MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS). PERO AMAR A DIOS, SIGNIFICA SEGUIR SUS MANDAMIENTOS, QUE EXIGEN SACRIFICIOS, Y RENUNCIAR AL MUNDO PARA QUE DIOS PUEDA POSEER EL ALMA, YA QUE ÉL NO CONVIVE CON EL PECADO DEL MUNDO CUANDO ENSUCIA ESA ALMA.

LAS ALMAS DEL PURGATORIO SOLO ENTRARÁN EN EL CIELO CUANDO HAYAN APRENDIDO A AMAR., LO QUE PUEDE SER UNA ESCUELA LARGA Y PENOSA, YA QUE LAS ALMAS QUE AHÍ SE ENCUENTRAN YA NO PUEDEN MERECER, NECESITAN POR ESO ORACIONES NUESTRAS PARA PODER PROGRESAR MÁS RÁPIDAMENTE, SIN EMBARGO TIENEN LA SALVACIÓN ASEGURADA, Y YA NO TIENEN LA HORRIBLE PRESENCIA DE SATANÁS

LOS QUE NUNCA PUEDAN APRENDER A AMAR, QUE HAN ESCOGIDO EL ODIO Y RECHAZADO EL AMOR, ESTARÁN APARTADOS DE DIOS, Y SE ENCONTRARÁN ENCERRADOS PARA SIEMPRE EN EL INFIERNO, EN COMPAÑÍA DE LOS ESPANTOSOS DEMONIOS, CUYA FINALIDAD ES SEGUIR AUMENTANDO EL SUFRIMIENTO DE ESAS DESGRACIADAS ALMAS.


Joel 4,12-21.

¡Que despierten y suban las naciones al valle de Josafat! Porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 
Esta es la orden que da Dios a su ángel para que al fin del mundo despierte a todos los muertos de la tierra y del mar para el Juicio final que se celebrará en el Valle de Josafat, lugar simbólico del otro mundo, ya que la Tierra habrá desaparecido.

Pongan mano a la hoz: la mies está madura; vengan a pisar: el lagar está lleno; las cubas desbordan: ¡tan grande es su maldad! 
¡Multitudes innumerables en el valle de la Decisión! Porque se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas pierden su brillo. 
Es la cosecha de la muerte, se ha segado el trigo, que simboliza los hijos de Dios, y se ha pisado la uva en las cubas de la ira de Dios que simboliza el lugar de los hijos de las tinieblas.

El Señor ruge desde Sión y desde Jerusalén hace oír su voz: ¡tiemblan el cielo y la tierra! ¡Pero el Señor será un refugio para su pueblo, un resguardo para los israelitas! Así ustedes sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi santa Montaña. Jerusalén será un lugar santo, y los extranjeros no pasarán más por ella. 
Jesús como Juez supremo estará emitiendo su juicio inapelable desde su trono que es Sión, en su Reino que es la Jerusalen celestial, en donde ya no serán admitidos los extranjeros que simbolizan los hijos de las tinieblas.

Aquel día, las montañas destilarán vino nuevo y manará leche de las colinas; por todos los torrentes de Judá correrán las aguas, y brotará un manantial de la Casa del Señor, que regará el valle de las Acacias. 
Esta es la descripción del Reino de Dios, el vino nuevo y la leche de las colinas son los alimentos celestiales que recibirán las almas de Dios, los torrentes que riegan el valle de las acacias simbolizan el regadío del espíritu Santo, para las acacias, que son los que vivirán toda la eternidad.

Egipto se convertirá en una desolación y Edóm en un desierto desolado, a causa de la violencia cometida contra las hijos de Judá, cuya sangre inocente derramaron en su país. 
Egipto simboliza el reino de Satanás, que ha combatido en este mundo contra Dios y sus elegidos.

Pero Judá será habitada para siempre y Jerusalén por todas las generaciones.
Esta frase indica la estancia eterna de los elegidos que es la Jerusalen celestial. 

Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune, y el Señor tendrá su morada en Sión. 
El Señor vengará la sangre derramada por Él y los elegidos, y Dios morará solo en su Reino.




Salmo 9 75-6. 11-12.

¡El Señor reina! Alégrese la tierra, 
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean, 
la Justicia y el Derecho son 

la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera 
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia 

y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo, 
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor 
y alaben su santo Nombre.




Lucas 11,27-28.

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!". Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
Esta frase de Jesús, que es utilizada por nuestros "hermanastros" protestantes para denigrar nuestro amor a la Santísima Virgen María, se volverá contra ellos ya que María es la que mejor escuchó la Palabra de Dios y la que mejor la practicó, al contrario de lo que hicieron los seguidores de Lutero y de todas las miles de sectas que se rebelaron contra la Iglesia fundada por Jesús cuando tuvo que subir al Cielo, y dijo que estaría con nosotros hasta el fin del mundo.








viernes, 13 de octubre de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS LECTURAS DE LA MISA DEL VIERNES 13 DE OCTUBRE DE 2.017



¡DETENTE, EL CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ AQUÍ!
QUE VENGA SU REINO
(100 días de Indulgencia cada vez
Pío IX, 14 de Junio de 1817)

Joel 1,13-15. 2,1-2.

¡Vístanse de duelo y laméntense, sacerdotes! ¡Giman, servidores del altar! ¡Vengan, pasen la noche vestidos de penitencia, ministros de mi Dios! Porque se ha privado a la Casa de su Dios de ofrenda y libación. Prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, congreguen a los ancianos y a todos los habitantes del país, en la Casa del Señor, su Dios, y clamen al Señor. ¡Ah, que Día! Porque está cerca el Día del Señor, y viene del Devastador como una devastación.
Esas lamentaciones y penitencia para los Sacerdotes y servidores del Altar de Dios, son hoy  más necesarias que nunca. Está cerrándose cada mes un convento de clausura en España por falta de vocaciones, que era el "pararrayos" que protegía al País de los castigos divinos por todas las aberraciones del relativismo moderno.
Leyes como el Aborto, la eutanasia activa, el matrimonio homosexual, con posibilidad de adopción de niños, matrimonio entre 3 personas como dijo el padre Willie Peña que se había producido en Puerto Rico, matrimonio entre una persona y un animal, como se ha votado en Canadá,  y el derecho de los niños a partir de los 14 años, a tener relaciones sexuales con adultos, a pesar de la negativa de los padres. Es decir que se ha votado una Ley que incapacita a los padres para ejercer su autoridad sobre sus hijos, capacitando al estado el poder de ejercerla. Leyes aprobadas por los Gobiernos, que son unas aberraciones tales que,  hasta hay demonios que se escandalizan de ellas, como  he leído que dijo Jesús a María Valtorta, cuyos escritos eran con la Biblia, la lectura favorita de la Madre Teresa de Calcuta,


¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! ¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas. 




Salmo 9, 2-3.



Te doy gracias, Señor, de todo corazón 

y proclamaré todas tus maravillas.

Quiero alegrarme y regocijarme en ti, 

y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo.

Escarmentaste a las naciones, 
destruiste a los impíos 
y borraste sus nombres para siempre.
Los pueblos se han hundido en la fosa que abrieron, 
su pie quedó atrapado en la red que ocultaron.

Pero el Señor reina eternamente 
y establece su trono para el juicio:
él gobierna al mundo con justicia 
y juzga con rectitud a las naciones.






Lucas 11,15-26.



Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. 

Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. 

Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. 

Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. 
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. 
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio". 
Los demonios, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz, obran siempre de la misma manera, sus hijos espirituales obran también así: ante cualquier desgracia, se ponen del lado del que sufre para hacerle creer que se compadecen de él y que intentan ayudarle, luego le introduce odio para el que es causante de su mal, cuando en realidad el mal está indirectamente ocasionado por esos mismos demonios. Con el veneno del odio inoculado, el alma muere poco a poco, ya que paraliza todas sus buenas obras, y la aleja definitivamente del amor de sus semejantes y por consiguiente de Dios, ya que ambos amores van siempre ligados.

Cuando Jesús expulsa los demonios de los posesos, les dice que vayan al templo para pagar lo que estaba estipulado por las Leyes de Moisés, y solo crea agradecimiento y alabanzas, todos los posesos y sanados se ponían a alabar a Dios en voz alta, y querían seguir a Jesús, defendiéndolo de la incredulidad de los Fariseos, como el ciego de nacimiento curado, que se enfrentó a los Fariseos y Sacerdotes.
Es la diferencia abismal entre las acciones del demonio, que genera violencia y odio y entre Jesús que genera Paz y Amor.