MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

**
****************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************

rep

viernes, 13 de octubre de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS LECTURAS DE LA MISA DEL VIERNES 13 DE OCTUBRE DE 2.017



¡DETENTE, EL CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ AQUÍ!
QUE VENGA SU REINO
(100 días de Indulgencia cada vez
Pío IX, 14 de Junio de 1817)

Joel 1,13-15. 2,1-2.

¡Vístanse de duelo y laméntense, sacerdotes! ¡Giman, servidores del altar! ¡Vengan, pasen la noche vestidos de penitencia, ministros de mi Dios! Porque se ha privado a la Casa de su Dios de ofrenda y libación. Prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, congreguen a los ancianos y a todos los habitantes del país, en la Casa del Señor, su Dios, y clamen al Señor. ¡Ah, que Día! Porque está cerca el Día del Señor, y viene del Devastador como una devastación.
Esas lamentaciones y penitencia para los Sacerdotes y servidores del Altar de Dios, son hoy  más necesarias que nunca. Está cerrándose cada mes un convento de clausura en España por falta de vocaciones, que era el "pararrayos" que protegía al País de los castigos divinos por todas las aberraciones del relativismo moderno.
Leyes como el Aborto, la eutanasia activa, el matrimonio homosexual, con posibilidad de adopción de niños, matrimonio entre 3 personas como dijo el padre Willie Peña que se había producido en Puerto Rico, matrimonio entre una persona y un animal, como se ha votado en Canadá,  y el derecho de los niños a partir de los 14 años, a tener relaciones sexuales con adultos, a pesar de la negativa de los padres. Es decir que se ha votado una Ley que incapacita a los padres para ejercer su autoridad sobre sus hijos, capacitando al estado el poder de ejercerla. Leyes aprobadas por los Gobiernos, que son unas aberraciones tales que,  hasta hay demonios que se escandalizan de ellas, como  he leído que dijo Jesús a María Valtorta, cuyos escritos eran con la Biblia, la lectura favorita de la Madre Teresa de Calcuta,


¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! ¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas. 




Salmo 9, 2-3.



Te doy gracias, Señor, de todo corazón 

y proclamaré todas tus maravillas.

Quiero alegrarme y regocijarme en ti, 

y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo.

Escarmentaste a las naciones, 
destruiste a los impíos 
y borraste sus nombres para siempre.
Los pueblos se han hundido en la fosa que abrieron, 
su pie quedó atrapado en la red que ocultaron.

Pero el Señor reina eternamente 
y establece su trono para el juicio:
él gobierna al mundo con justicia 
y juzga con rectitud a las naciones.






Lucas 11,15-26.



Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. 

Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. 

Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. 

Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. 
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. 
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio". 
Los demonios, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz, obran siempre de la misma manera, sus hijos espirituales obran también así: ante cualquier desgracia, se ponen del lado del que sufre para hacerle creer que se compadecen de él y que intentan ayudarle, luego le introduce odio para el que es causante de su mal, cuando en realidad el mal está indirectamente ocasionado por esos mismos demonios. Con el veneno del odio inoculado, el alma muere poco a poco, ya que paraliza todas sus buenas obras, y la aleja definitivamente del amor de sus semejantes y por consiguiente de Dios, ya que ambos amores van siempre ligados.

Cuando Jesús expulsa los demonios de los posesos, les dice que vayan al templo para pagar lo que estaba estipulado por las Leyes de Moisés, y solo crea agradecimiento y alabanzas, todos los posesos y sanados se ponían a alabar a Dios en voz alta, y querían seguir a Jesús, defendiéndolo de la incredulidad de los Fariseos, como el ciego de nacimiento curado, que se enfrentó a los Fariseos y Sacerdotes.
Es la diferencia abismal entre las acciones del demonio, que genera violencia y odio y entre Jesús que genera Paz y Amor.










No hay comentarios: