MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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miércoles, 19 de agosto de 2020

¿COMO HA DE SER LA VERDADERA ORACIÓN? ¿POR QUÉ A VECES DIOS NO ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES?


Claude Manet: La oración del Ángelus 


Hay ciertas almas que se creen que recitando largas plegarias, sin tener el comportamiento adecuado ante Dios (hecho que ellos desconocen), ya han cumplido, pero desgraciadamente, estas oraciones, como lo dice Jesús, aburren hasta su ángel de la Guardia, que pide con fervor a Dios, que transforme esa alma para que aprenda a dialogar con Dios.

La verdadera oración no es solo sonido repetido de palabras, también lo es cuando en todas las cosas se ve a Dios. Se puede sentir a Dios, amarle y reverenciarle en el trabajo, por muy humilde que sea, en la contemplación de la naturaleza desde una planta, hasta las estrellas del cielo, y de todo lo que nos rodea en las cosas creadas. La verdadera oración no viene del alma, viene de Dios, que es el que la impulsa, el que la ilumina, y también sabe recompensar el alma con ese don suyo, que hace que esté tocada por la divinidad, para darle entonces una alegría y una suavidad, que enciende el alma en amor y agradecimiento, para impulsarla cada vez más hacia la perfección.

La verdadera oración, ha de hacerse con humildad, ya que Dios no escucha a los soberbios, tiene que ser una oración de solicitud de clemencia para el alma orante, que siempre se ve cada vez más pecadora cuando más se acerca a Dios.

Y esta oración es verdadera, cuando se pide  para el prójimo que Dios ha puesto en nuestro camino, sobre todo en el caso de que sea ateo, ya que entonces es cuando esa alma está en un grave peligro, y como un enfermo grave, necesita más atención y medicación, que es la verdadera oración que Dios quiere, cumpliendo así el primer precepto que es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. 

Cuanto más escondida sea, más valdrá a los ojos de Dios, porque será una oración de humildad, para que no la vean los demás. Esa oración tiene que pedir a Dios las fuerzas necesarias para alcanzar la Vida Eterna, pero nunca para alcanzar bienes materiales, según el consejo que nos dio Jesús: “Buscad el Reino de los Cielos y todo lo demás se os dará por añadidura”.

Esta actitud que nos pide Jesús es para refutar la excusa de muchos que en el Juicio le dirían a Dios: ¿Como quieres que nos hayamos dedicado a buscar el Reino de los Cielos, con todos los problemas que hemos tenido nosotros para procurarnos el alimento, el vestido y el cuidado de nuestros hijos?


DEL POEMA DEL HOMBRE DIOS DE MARÍA VALTORTA


Dice Jesús:

[…] Oíd cómo debéis orar (con los labios, con el trabajo, con la totalidad de vosotros mismos): debéis orar por el impulso de un corazón amante de Dios, a quien se siente Padre; de un corazón que siempre tiene presente quien es el Creador y quien la criatura, y que se presente con amor reverente en frente de Dios, siempre, ya ore, ya comercie, ya camine, ya descanse, ya logre un beneficio o se le propone a otros.

He dicho “por impulso del corazón”: esta es la primera y esencial cualidad; porque todo viene del corazón, y como es el corazón, tal es la mente, la palabra, la mirada, la acción. El hombre justo extrae el bien de su corazón de justo. Cuanto más bien extrae, más bien encuentra, porque el bien realizado genera un nuevo bien, de la misma forma que la sangre se renueva en el círculo de las venas para volver al corazón enriquecida de elementos siempre nuevos, extraídos del oxígeno que ha absorbido y de la sustancia de los alimentos que ha asimilado.

Por el contrario, el perverso, de su tenebroso corazón henchido de fraude y venenos, solo puede extraer fraude y veneno que aumentan cada vez más, corroborado por las culpas que se van acumulando (en el bueno son las bendiciones de Dios, las que confirman, y también se acumulan). Creed, igualmente, que la exuberancia del corazón rebosa a través de los labios y se revela en las acciones. 

Hacéos un corazón humilde y puro, amoroso, confiado, sincero. Amad a Dios con el púdico amor que siente una virgen hacia su prometido. En verdad, os digo que toda alma es virgen prometida al Eterno Amante, a Dios nuestro Señor; esta Tierra es el tiempo del noviazgo, tiempo en que el ángel custodio, otorgado a cada hombre es espiritual paraninfo, y todas las horas y las contingencias de la vida son otras tantas doncellas que preparan el ajuar nupcial; la hora de la muerte es la hora de la boda, es entonces cuando viene el conocimiento, el abrazo, la fusión, es entonces cuando, vestida ya de esposa cumplida, el alma puede alzar su velo y echarse en brazos de su Dios, sin que, por amar así a su Esposo, pueda inducir a otros al escándalo.

Pero por ahora, ¡oh, almas sacrificadas aún en el vínculo del noviazgo con Dios!, cuándo queráis hablar con vuestro Prometido, entrad en la paz de vuestra casa (sobre todo la paz de vuestra morada interior) y hablad, como ángeles de carne acompañados por sus ángeles custodios; hablad a vuestro Padre en el secreto de vuestro corazón y de vuestra estancia interior; dejad afuera todo lo que es mundo: el frenesí de ser notados, de edificar; los escrúpulos de las largas oraciones sobresaturadas de palabras, pero monótonas, tibias, mortecinas en cuanto al amor.

¡Por favor, liberaos de prevenciones cuando oréis! En verdad, hay algunos que derrochan horas y horas repitiendo solo con los labios un monólogo – un verdadero soliloquio porque ni siquiera el ángel custodio lo escucha, porque es un gran rumor vano que el ángel trata de remediar abismándose en ardiente oración en favor de este hombre necio, que le ha sido encomendado. – En verdad, hay algunos que no utilizarían de forma distinta esas horas, aunque Dios se les apareciese y les dijese: “La salud del mundo depende de que dejes esas palabras sin alma para ir simplemente a sacar agua de un pozo y verterla por la tierra, por amor a Mí y a tus semejantes”. 

En verdad, hay algunos que consideran más valioso su monólogo que el acto cortés de recibir en modo acogedor una visita, o que el acto caritativo de socorrer a un necesitado: son almas que han caído en la idolatría de la oración.

La oración es acción de amor. Ahora bien, se puede amar tanto orando como haciendo pan, tanto meditando como asistiendo a un enfermo, tanto realizando un peregrinaje al Templo como atendiendo a la familia, tanto sacrificando a un cordero como sacrificando nuestros deseos – justos – de recogernos en el Señor. Basta que uno colme todo su ser y todas sus acciones en el Amor. ¡No tengáis miedo! El Padre lo ve todo. El Padre comprende. El Padre escucha. El Padre concede. 

¡Cuántas gracias se reciben, por un solo, verdadero, perfecto suspiro de amor; cuanta abundancia, por un sacrificio íntimo, hecho con amor! No seáis como los gentiles, Dios no necesita que le digáis lo que tiene que hacer “porque lo necesitáis”. Eso pueden decírselo los paganos a los ídolos, que no pueden comprender, pero no vosotros a Dios, al verdadero, espiritual Dios, que no es solo Dios y Rey, pero que además es vuestro Padre y sabe, antes de que se lo pidáis, lo que necesitáis.

Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe, el que busca encuentra, a quien llame se le abrirá. Cuando vuestro hijo os tiende su manita diciéndoos: “Padre, tengo hambre”, ¿Acaso le dais una piedra?, ¿le dais una serpiente si os pide un pez? No; es más, no solo le dais el pan y el pescado, sino que además le dais una caricia y le bendecís, pues a un padre le resulta agradable alimentar a un hijo y verle sonreír feliz. 

Pues si vosotros, que tenéis un corazón imperfecto, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos, solo por el amor natural, que también lo posee el animal hacia su prole, ¡Cuánto más, vuestro Padre que está en los Cielos concederá a quienes se lo pidan las cosas buenas y necesarias para su bien! ¡No tengáis miedo de pedir, ni tampoco de no obtener!

Pero quiero poneros en guardia contra un fácil error: entre los creyentes hay paganos cuya religión es un amasijo de supersticiones y fe, un edificio profanado en el que han echado raíces hierbas parásitas de todo tipo, hasta el punto de que este se va desmoronando y al final, se derrumba; son paganos de la religión verdadera, débiles en la fe y en el Amor, que sienten que su fe muere cuando no se ven escuchados. Pues bien, no hagáis como ellos. 

Sucede que pedís para un momento dado, y os parece justo hacerlo – la verdad es que para ese momento no sería injusta tampoco la gracia pedida – pero la vida no termina en ese momento y lo que hoy es bueno puede no serlo mañana, (pero vosotros conociendo solo el presente – lo cual es también una gracia de Dios – esto lo desconocéis). Sin embargo Dios conoce también el futuro, y muchas veces no satisface una oración vuestra para ahorraros una pena mayor.

En este año de vida pública, más de una vez, he oído corazones que referían haberse quejado de cuanto habían sufrido cuando no se habían visto escuchados por Dios, pero que luego, habían reconocido que ello significó un bien porque la gracia en cuestión les habría impedido alcanzar posteriormente a Dios. A otros les he oído decir – y decirme a Mí – Señor ¿por qué no respondes a mi súplica?; con todos lo haces, ¿por qué conmigo no? 

Y no obstante, a pesar del dolor que me producía el sufrimiento que veía, he tenido que decir: “No puedo”, porque haber condescendido a su petición, habría significado poner un estorbo a su vuelo hacia la vida perfecta. Incluso el Padre a veces dice: “¡No puedo!”; no porque no pueda cumplir inmediatamente ese acto, sino porque no quiere hacerlo, dado que conoce las consecuencias que se seguirían.

En la vida del Santo Cura de Ars, escrita por Monseñor Trochú, se lee, que hacía múltiples milagros a personas con graves enfermedades, por humildad les decía que fueran al altar de Santa Filomena, y que les dijera que les curara, los enfermos quedaban curados, pero por humildad, conseguía que el milagro no se lo atribuyesen a él.

Cuenta que una vez vino desde París una mujer ciega, el Santo le dijo: "Se puede curar su dolencia, pero su salvación eterna no estaría asegurada, sin embargo si se queda ciega obtendrá la Vida Eterna", la mujer se volvió a París resignada.





domingo, 9 de agosto de 2020

MARÍA MAGDALENA UNGE A JESÚS LOS CABELLOS CON PERFUME DE NARDO, Y SUS PIES Y MANOS CON BÁLSAMO


María Magdalena unge a Jesús en casa de Lázaro


En este relato se demuestra como el profundo Amor a Jesús es un verdadero reconocimiento de alabanza y de agradecimiento a la Majestad divina, es el agradecimiento por habernos creado y todo el Amor que podamos ofrecerle por habernos redimido con su preciosísima Sangre, sudor y lágrimas. Es el primer mandamiento de la Ley de Dios, ya que solo el Amor verdadero es una entrega total al Amado, y borra los pecados del enamorado, y los de muchos vividores e indiferentes a los terribles sacrificios de Jesús, para así poder salvar a muchos pecadores. 
La humanidad en esta Tierra es libre para escoger entre el Bien y el Mal, pero a la hora de su muerte ya no existirá la libertad  y solo pertenecerá a Dios como hijo suyo en un Reino fabuloso del Soberano del Universo, o al Reino horroroso de  Satanás como esclavo suyo por toda la eternidad.


María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos.

EL BANQUETE DE JESÚS EN CASA DE LÁZARO
 (De los cuadernos de María Valtorta 30-3-1.944)


[…] Mientras Jesús hablaba, yo veía la escena descrita: la casa de Betania, toda florecida y de fiesta; la sala del banquete, preparada fastuosamente, veía a Marta empeñada en los quehaceres, y a María que se ocupaba de las flores.
Y luego veía la mirada de Jesús con los doce y el encuentro de María, que le conduce a la casa; prontamente Lázaro va al encuentro del Maestro y entra con Él en la casa, en una sala que precede la del banquete. María va con una jofaina con agua y quiere lavar ella misma los pies de Jesús. Luego cambia el agua y sostiene la Jofaina hasta que Jesús termina de lavarse las manos, y cuando Él le devuelve la toalla, le coge las manos y las besa. Luego se sienta en el suelo, a los pies de Jesús encima de un tapiz que cubre el suelo, y le escucha hablar con su hermano; este muestra a Jesús unos rollos: son obras que ha comprado recientemente en Jerusalén.. Jesús discute con Lázaro acerca del contenido de dichas obras y, según me parece, le explica los errores doctrinales  contenidos en ellas o las diferencias entre esas doctrinas pertenecientes a la gentilidad y las doctrinas verdaderas. Debe tratarse de obras doctrinales que Lázaro que es rico y culto, ha querido conocer. María no habla nunca. Escucha y ama.

Luego van a cenar. Las dos hermanas sirven a la mesa. No comen, comen solamente los hombres. También los criados van y vienen transportando los platos, que son costosos y hermosos y que apoyan sobre el aparador. De allí los cogen las dos hermanas para llevarlos personalmente a la mesa, así como las ánforas, que llenan con vino. Jesús bebe agua y solo al final acepta un poco de vino.

Pero cuando el banquete está por terminar y el ritmo de la cena disminuye para mudarse más bien en conversación, mientras pasan los frutos y los dulces, vuelve María – que había desaparecido por unos minutos – con una ánfora de alabastro, cuyo cuello rompe contra la esquina de un mueble para poder extraer su contenido más fácilmente, lo coge a manos llenas y, de pie detrás de Jesús, le unge los cabellos y ordena los rizos  de las puntas enroscándolos en sus dedos mechón por mechón. Parece una mamá que está peinando a su niño. Cuando termina, besa levemente la cabeza de Jesús u luego le coge las manos. Las perfuma con bálsamos, las besa y luego hace lo mismo con los pies.

Los discípulos miran, Juan le sonríe a María, como para darle ánimo. Pedro mueve la cabeza pero … al fin, también él esboza una sonrisa disimulada por la barba y los demás hacen más o menos lo mismo. Tomás y otro medio viejo refunfuñan en voz baja. Con una mirada indefinible pero que, por cierto no anuncia nada bueno, Judas estalla con mal humor: “¡Que necedad! Basta ser mujer para ser necia. ¿Para qué sirve este derroche? El Maestro no es ni un publicano ni una meretriz y, por tanto no tiene necesidad de semejantes afeminaciones. Hasta es un deshonor para Él. ¿Qué dirán los Judíos sintiéndolo perfumado como un efebo? Maestro, me sorprende que permitas a una mujer semejantes necedades. Si tiene riquezas por derrochar, que me las dé a mí para los pobres. Y así será más juiciosa. Mujer, te estoy hablando a ti: acaba, que me das asco”. María le mira estupefacta, se sonroja, y está dispuesta a obedecer. Pero Jesús posa su mano sobre la cabeza que la joven ha bajado, y luego la desliza hasta el hombro, acercándola ligeramente a Sí, como para defenderla. 

Y dice: “Déjala tranquila. ¿Por qué le haces estos reproches? Nadie tiene que reprochar una obra buena y ver en ella significados que solo la malicia puede sugerir. Ella ha hecho una buena acción hacia Mí. Los pobres existirán siempre. Yo ya no estaré entre vosotros y los pobres seguirán estando. Podréis seguir prodigándoles el bien. A Mí, ya no podréis, porque ya está cerca el momento que ya no estaré. Ella ha anticipado el homenaje a Mi Cuerpo sacrificado por todos vosotros y ya me ha ungido para la sepultura, porque entonces ya no podrá hacerlo. Y por cierto, mucho le dolería no haber podido perfumarme con sus bálsamos. En verdad os digo que hasta el fin del mundo y en el lugar donde se predique mi Evangelio, se recordará lo que acaba de hacer. Y su acto servirá de lección para que las almas me den su amor, que es bálsamo que Cristo ama, y cobren coraje en el sacrificio, pensando que cada sacrificio es un bálsamo que perfuma al Rey entre los reyes, al Ungido de Dios, a aquel del que desciende la Gracia –como este perfume de nardos se expande entre mis cabellos – para fecundar los corazones hacia el Amor, y a quien el Amor asciende en un continuo flujo y reflujo de Amor, de Mí hasta las almas mías y de las almas mías hasta Mí. 
Judas, imítala si puedes, si aún puedes hacerlo. Y respeta a María y con ella a Mí. También respétate a ti mismo, puesto que el hombre no se deshonra aceptando un puro Amor con Amor puro, sino albergando hastío y haciendo insinuaciones bajo el influjo de los sentidos. Hace ya tres años, Judas, que te prodigo mis enseñanzas, pero aún no has podido mudarte. Y ya está cerca la hora, ¡oh, Judas, Judas!... Gracias María. Persevera en tu Amor”.




miércoles, 15 de julio de 2020

DIÁLOGO DEL PADRE GABRIELE AMORTH CON UN CARDENAL ROMANO. REFLEXIÓN DE JESÚS SOBRE JUDAS


Los tres pastorcillos de Fátima después de la terrible visión del Infierno con los condenados.


Del libro del Padre Gabriele Amorth El último exorcista. Su diálogo con un Cardenal romano.


- Buenos días, Eminencia, soy el Padre Gabriele Amorth. Soy Sacerdote paulino. Vivo en Roma. Soy también el exorcista oficial de ...

- Sé quien es usted. He oído hablar de usted. Por favor, ¿qué desea?
-Necesitaría dialogar con su Eminencia.
-¿Con qué fin?
-Pues bien. he formado una asociación de Exorcistas. Nos reunimos en Roma para debatir y ayudarnos. Ha de saber que en el mundo somos en realidad muy pocos.

- Escuche. Ahora no tengo tiempo. Si quiere puede venir a mi casa mañana. Así me dice lo que desea. Hasta luego.

El Cardenal da por terminada la conversación de manera más bien brusca. O al menos, así me parece. Algo me dice que no le soy simpático. Intuyo el motivo de esto. Pero sigo queriendo encontrarme con él.

Al día siguiente me hago anunciar en su casa a la hora señalada.

Un curita muy educado, entra en el salón en el fondo de un corredor. Sale poco tiempo después sin mirarme. Viene hacia mí. Entra en otro salón sin decirme nada.

- ¡Adelante! - grita una voz ronca que me imagino proviene del salón al fondo del pasillo.
Entro.
Su Eminencia está sentado en una butaca. Delante de él tiene encendido un televisor. En la mano tiene el mando. Me hace señas para sentarme en una butaca al lado de la televisión. Después de sentarme apaga la tele.

- Usted quería verme. Pues aquí estoy. Cuénteme.
- Bueno, Eminencia. Deseaba informarle sobre el hecho de qué, en calidad de Exorcista de la Diócesis de Roma, he pensado convocar una pequeña asamblea de exorcistas. Somos pocos en el mundo y poquísimos en Italia. He pensado que vernos nos podía ayudar. Es un "oficio" difícil. Así que he venido aquí solo para informarle acerca de esta iniciativa.

- Pero debe informar a Ruini (El Cardenal Camillo Ruini es, en el momento que tiene lugar esta conversación, todavía el Obispo vicario para la diócesis de Roma, el sucesor del cardenal Ugo Poletti, N.d.R.), no a mí. Yo dirijo una oficina vaticana que en el papel podría tener competencia en esta materia, pero solo en el papel. El que debe ser informado es Ruini.

- Eminencia, Ruini ya ha sido informado. Le he escrito personalmente. Me parece conveniente informarle también a usted...

- Sí, sí claro está. Ha hecho bien.. Pero en cuanto a esta historia del diablo...

- ¿Cómo, perdone?
- Digo que... Usted hace el oficio de Exorcista, pero los dos sabemos que Satanás no existe, ¿verdad?
-¿Qué quiere decir con "sabemos que no existe"?
- Padre Amorth, por favor: usted sabe mejor que yo que todo esto es una superstición. ¿No me querrá hacer creer que usted lo cree de veras?
- Eminencia, me asombra oír estas palabras de una persona tan importante como usted.

- ¿Le asombra? Pero ¿Por qué? ¡No me venga a decir que usted de verdad cree en eso!

-¿Yo creo que Satanás existe!

-¿De veras? Yo no. Y espero que nadie lo crea. Difundir ciertos temores no es bueno...
-Pues, sí, Eminencia, no tiene que decírmelo. Más bien, si me lo permite, le sugeriría algo.
-Dígame
-Usted debería leer un libro que quizá le pueda ayudar
-¿Ah, sí? ¿qué libro, padre Amorth?
-Usted debería leer el Evangelio.

Un silencio glacial reina la sala. El cardenal me mira seriamente sin responder. De modo que lo acoso.
-Eminencia, es el Evangelio el que habla del Demonio. Es el Evangelio que nos dice que Jesús expulsa a los demonios. Y no solo esto, es el Evangelio que dice que entre los poderes que ha dado a los apóstoles, está el de echar a los demonios.
¿Qué desea hacer, eliminar el Evangelio?

-No, pero yo...
-Eminencia, quiero ser franco con usted. La Iglesia comete un pecado grave al no hablar del demonio. Las consecuencias de esta actitud son gravísimas. Cristo vino y luchó, ¿contra quien? Contra Satanás. Y lo venció. Pero él es todavía libre de tentar al mundo. Hoy, ahora. ¿Y usted qué hace? ¿Me dice que son solo supersticiones? ¿pero cómo puede la Iglesia explicar el mal sin hablar del demonio?
-Padre Amorth, Jesús expulsa a los demonios, es verdad, ¡Pero es una manera de hablar para poner en evidencia el poder de Cristo! El Evangelio es una expresión continua de parábolas. Todas son parábolas. Jesús siempre enseñó con parábolas.
-Pero Eminencia, cuando Jesús quiere usar una parábola lo dice claramente. El Evangelio dice: "Jesús les contó esta parábola". Mientras que el Evangelio distingue netamente hechos históricos realmente sucedidos, las curaciones, las enseñanzas, los reproches, los exorcismos, diferenciando a estos de las curaciones.

Cuando Jesús expulsa a los demonios, no se trata de una parábola, sino de una realidad. No combatió contra un fantasma, sino contra una realidad, de lo contrario, se hubiera tratado de una farsa. Muchos santos lucharon contra el demonio, muchos santos fueron tentados por el demonio, piense por ejemplo en las experiencias de los padres del desierto, muchos santos realizaron exorcismos ¿Cómo es posible no creer en la existencia de Satanás?

-Está bien, pero aún admitiendo que fueran hechos reales, aún admitiendo que Jesús sacó los demonios, queda el hecho de que Jesús, con su Resurrección, lo venció todo y, por lo tanto, venció también al Demonio.

- Sí, es verdad, lo venció todo. pero esta victoria se debe aplicar y ha de ser encarnada en la vida de cada uno de nosotros. Cristo venció, pero su victoria para nosotros debe de ser reafirmada día tras día. Nuestra condición de hombres lo impone. La acción del hombre no fue anulada completamente. El Demonio no fue destruido. El Evangelio dice que el demonio existe y tentó al mismo Cristo. Jesús ha dado las armas, nos las ha dado también a nosotros, para vencerlo.

El demonio puede todavía tentarnos, todos podemos ser tentados, como demuestra la oración contra el maligno que el mismo Jesús nos enseñó en el Padrenuestro. Hasta el Vaticano II, al finalizar la misa se decía la oración a san Miguel Arcángel, ese pequeño exorcismo compuesto por el papa León XIII y se leía el prólogo del Evangelio de San Juan precisamente en clave liberadora.

Su Eminencia ya no sabe que decir. Ni habla ni reacciona. Me levanto, me despido y salgo. Y pienso: ¿Hasta aquí hemos llegado? Y sabiendo que hasta el principio del Medioevo los Exorcistas existían en todas partes. Después, desafortunadamente, algo cambió.


Como dijo el padre Gabriele Amorth, hoy día, el mayor triunfo de Satanás es haber hecho creer que no existe, y que todo es una confabulación para tener sujetos a los ignorantes incautos, las posesiones son simples enfermedades mentales, y en los exorcismos se produce el “efecto placebo”, cuando el poseso se retuerce por el suelo. Con este razonamiento, el tentador ha conseguido una serie de victorias y ganancias, ya que los que siguen esta doctrina, creen que:

-El Nacimiento, enseñanzas sangre, sudor y lágrimas de Jesús; su Pasión, muerte y gloriosa Resurrección carecen de sentido y de significado, ya que Cristo ha venido para redimirnos de la esclavitud de Satán, que es un personaje de fábula.

-Y si el pecado cuyo padre es Satanás no existe, tampoco existe la Virtud, ya que la Virtud, solo se entiende porque existe el pecado, y ya que no se puede negar la existencia de Dios, este aparece como un ser completamente insensible y neutral, que quiere por igual al sádico pecador que no se arrepiente, como al más grande de todos los Santos, y se llega a toda una serie de aberraciones y una nueva interpretación de las Escrituras, mutilando los pasajes molestos para estos progresistas.

-Todos los Patriarcas, Profetas, y pueblo de Israel, antes de la venida de Cristo, estaban esperando inútilmente al Mesí­as, ya que era una falacia, entonces los Judí­os que condenaron a Jesús, y Judas que lo traicionó, tenían luego toda la razón, ya que el Mesías vendrí­a solo para liberar al Pueblo de Israel de la ocupación romana, y ya que Jesús no cumplí­a esa esperanza, era pues un impostor.

-Todos los creyentes después de Cristo, incluyendo los Apóstoles, los Mártires, y todo el Pueblo Cristiano, incluyendo los Santos, los ascetas, los consagrados, fueron unos ilusos, habiendo vivido toda una vida de sacrificios y de privaciones para nada.

- Judas era pues, según ellos un Apóstol de la misma, o de mayor valí­a que los demás, contribuyó de un modo admirable a completar la misión de Jesús, que no vení­a a redimir a nadie, sino a enseñarnos como hay que comportarse ante el sufrimiento, como dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.

Además escribió el “famoso” Evangelio de Judas, donde relata sus “heroicas y maravillosas hazañas”.


María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos.

Del Evangelio como me ha sido revelado de María Valtorta.


Dice Jesús:

“La figura de Judas ha sido demasiado alterada durante siglos; y últimamente, del todo desfigurada. Ciertas escuelas han hecho de él casi una apoteosis; la del segundo e indispensable artí­fice de la Redención. Y otros muchos piensan que cedió ante un imprevisto, feroz asalto del tentador. No. Toda caída tiene premisas en el tiempo. Cuanto más grave es la caí­da, más preparación tiene.

Los preliminares explican el hecho. Uno no se hunde, ni asciende, al improviso. Ni en el bien ni en el mal. Largos e insidiosos son los factores que cooperan a los descensos; pacientes y santos, los que cooperan a subir. Y el desventurado drama de Judas os puede proporcionar muchas enseñanzas para salvaros y conocer todo de Dios y sus misericordias, para salvar y perdonar a aquellos que bajan al Abismo.

No se llega al delirio satánico, en que has visto que se debatí­a Judas después del delito, si uno no está enteramente corrompido por hálitos infernales, interiorizados voluptuosamente durante tiempos. Cuando uno lleva a cabo incluso un delito, pero ha sido arrastrado a él por un imprevisto acontecimiento que obnubila la razón, sufre, pero sabe expiar; porque aún algunas partes del corazón están inmunes al veneno infernal.

El mundo que niega a Satanás porque lo tiene tan dentro de sí­ que ya no se da cuenta de su presencia, que le ha interiorizado de forma que ha venido a ser parte del yo, a ese mundo le muestro que Satanás existe. Eterno e inmutable en el método usado para hacer de vosotros sus víctimas. Basta ahora. Tú permanece con mi Paz”.



FIESTA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN



LA VIRGEN DEL CARMEN, PATRONA DE LOS MÍSTICOS CONTEMPLATIVOS



El Profeta Elías, que era Eremita del monte Carmelo, es el Patrono de los Carmelitas Descalzos, cuyos personajes más importantes, aparte del fundador San Simón Stock, son San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Pero en el Antiguo Testamento las Profecías decían que Elías volvería antes de la venida del Mesías, Jesús dijo que Elías era la figura simbólica de su Primo San Juan Bautista, el que saltó de alegría en el vientre de su Madre Santa Isabel, cuando María vino a visitarla, porque en ese momento, le fue quitado el pecado Original. Fue por eso que Jesús afirmó que ningún hombre nacido de mujer fue tan grande como él, ya que todos nacieron con pecado Original. 

María Santísima tiene una enorme dimensión, porque actúa en toda el mundo material, por eso es Reina de la Tierra, y otra dimensión aún más grande, porque actúa también en todo el mundo celestial, es por eso que es Reina del Cielo y de los Ángeles. 

La Soberbia Eva, quiso ser como Dios y entregando a su compañero el fruto maldito, engendró con él a una humanidad tarada en su cuerpo material, que sigue atraída por todos los apetitos de este mundo y de la carne, tentada por todos los renegados, liderados por el dragón Infernal. Eva tiene una actuación material porque por su culpa ha traído la muerte al cuerpo y también una actuación sobrenatural, porque ha atraído la segunda muerte que es la muerte eterna del alma, rematando así la obra de Lucifer que dijo a Dios: "No serviré".

También en nuestra mundo ha ocurrido lo inverso, necesario para restablecer el orden creado por Dios, La humildísima Ave (que es el inverso de Eva), la Virgen María que quiso ser la esclava de Dios, y al entregar a sus futuros hijos su fruto bendito que es Jesús, engendró espiritualmente gracias a Él, una humanidad limpia de la culpa heredada, lo que anuló en las almas que comen de ese fruto lo que había conseguido Lucifer, venciendo la muerte del cuerpo por una Resurrección como la de Jesús, que restablece el cuerpo inocente que tenían Adán y Eva antes del pecado, y devuelve al hombre la herencia de Dios que había perdido, que es la Vida Eterna.

Pero en María existe también una dimensión sobrenatural, que es reparar la Ofensa de Lucifer a Dios, que quiso ponerse a su altura con su soberbia y su desprecio. María, gracias a su maternidad en la Tierra demostró a los ángeles que habían permanecido fieles a Dios, que solo la humildad y el servicio con verdadero Amor a Dios, es lo que nos hace iguales a Él, por eso es también Maestra y de los Ángeles.

La palabra Lucifer significa portador de la Luz, que según dijo Jesús en el Evangelio era Él mismo, el Arcángel caído estaba pues destinado a dar a conocer al mundo al mismo Hijo de Dios, pero se transformó en Demonio por su soberbia, de la misma manera María estaba también destinada a dar al mundo esa Luz divina que es su Hijo Jesucristo, se transformó de mujer en Reina de los Ángeles gracias a su humildad.

Bendito sea Dios Todopoderoso que endereza los caminos torcidos por los pecados, rebaja las montañas y las aplana, que es la altanería de las almas, y allana los caminos para preparar su venida, como predicaba Juan Bautista el Precursor, el nuevo Profeta Elías, que ha vuelto en su carro de fuego del Espíritu Santo, para anunciar la venida del Mesías.



María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos
De los cuadernos de María Valtorta
(25 de Noviembre de 1.943)
Dice Jesús:
Todas las almas son creadas por el pensamiento del Padre que manda a estas hijas suyas para animar los cuerpos generados en la Tierra. Pero el alma de la Purísima no salió solo del pensamiento del Padre.

Del vórtice de ardores que es nuestra Trinidad santa parten los tres amores que convergen en el centro, allí donde nuestra divinidad se unifica y resplandece. Allí está el vértice del Amor, fruto de los tres amores unidos, y para hacer una comparación, humana, podría decir que allí está el corazón de nuestra santa Trinidad.

De este corazón ha venido el alma de María. Como una chispa despedida de nuestra voluntad de amor, Ella se generó de nuestros tres amores y de nuestros tres deseos de tenerla como Hija, como Madre, como Esposa, y hemos puesto toda nuestra perfección en crearla porque ella estaba destinada a ser la piedra del edificio del Templo verdadero, el arca del nuevo pacto, el inicio de la Redención que, como todas las cosas de Dios, lleva el tres, signo simbólico del Dios Trino.

El primer tiempo de la Redención es la creación – obra más específica del Padre – del alma sin mancha destinada a descender para habitar una carne que tendría que ser Sagrario de Dios, y el Amor del Hijo y de Espíritu Santo beatíficamente cuidaron su formación. .

El segundo tiempo es cuando, por obra del Espíritu, Aquella sin mancha, toda bella y pura, fundió su ardor de Virgen enamorada de Dios con el ardor del Amor de Dios, y por obra del Espíritu Santo generó a Cristo para las gentes.

El tercer tiempo, cuando Cristo cumplió su misión de Redentor muriendo en la Cruz.

También entonces María estaba unida a la obra de Dios, y por obra del Hijo, se hizo Corredentora y Víctima con Él. Indisolublemente unida a Dios y a su voluntad. Ella está presente en cada momento del camino de las etapas de la Redención, y sin María, no habrías tenido al Redentor.

La Madre es la flor completamente abierta de toda la púrpura de su vestidura real. Pero la Madre, para ser tal, no solo tuvo que iniciarse en el capullo inviolado de la Virgen candidísima, sino en la semilla aún no nacida de la que después brotó el tallo, el capullo, la flor.

Al celebrar la fecha de la Concepción inmaculada de María. Suave fruto de nuestro amor y portadora del fruto del amor infinito, consagrado a vuestra salvación, que soy Yo, tened presente no solo a María tal como ha sido concebida, sino su origen – tres veces Santa porque para crearla concurrieron nuestros tres amores – y su especial dignidad como iniciadora del perdón del Eterno hacia el hombre.

Aurora serena del día de la Redención. Ella vino a vosotros con su casto fulgor de Estrella matutina y de alma paradisiaca. Su cuna, que se prepara para recibirla precede en poco a la mía, y su sonrisa vos enseña el Gloria para cantar al Eterno que, en su caridad perfectísima, ha cumplido por vosotros los dos amores prodigios de la Concepción inmaculada de María y de mi Encarnación”. 





lunes, 6 de abril de 2020

MARÍA LA CORREDENTORA, MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS DE DIOS; ALABANZAS DE JESÚS A SU MADRE, A LA CUAL NO LE NIEGA NADA DE LO QUE LE PIDE

María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos.



Virgen Dolorosa de Murillo

  
Este extraordinario relato de los sufrimientos de María en toda su vida, desde que dijo al Arcángel Gabriel que era la esclava del Señor, no están relatados por ningún teólogo, sino por el mismo Jesús. Ella ha sufrido durante los 33 años de la Vida de Jesús, y también sufre ahora mismo por los pecadores en la Iglesia Católica y los "hermanastros" protestantes, que la consideran una mujer cualquiera que tuvo también otros hijos de su matrimonio con San José. 


En este escrito están relatados todos los tremendos sufrimientos de la Virgen María que, como Madre de la Iglesia y de la Humanidad, tiene que soportar el doloroso parto espiritual de sus hijos, para poderles alumbrar a la Vida espiritual y eterna, de una manera similar, pero mucho más intensa que lo que sufre una madre para dar a luz a su hijo por culpa del pecado original. 


La Santísima Virgen María ha alumbrado espiritualmente a toda la humanidad, como así lo declaró Jesús en la Cruz, por eso la podemos llamar Madre sublime, porque nuestra madre humana solo nos ha dado una vida material y efímera, mientras que la Virgen María nos da una vida espiritual y eterna, siendo nuestro Padre Jesús, quien sufrió ella su terrible Pasión, porque antes de hacernos renacer espiritualmente, tuvo que redimirnos para arrancarnos del poder de Satanás, y lavar la culpa original con el agua de su costado, que para los que quieren recibirlo amándolo y seguir sus mandamientos, se transformarán en hijos y Coherederos de Dios y por toda la eternidad apagarán su sed en fuentes de agua viva. Estos sufrimientos, como Madre espiritual del Género Humano, así como la lucha de Satanás en contra de sus hijos, está fielmente reflejado en el libro del Apocalipsis:


"Una gran señal apareció en el cielo; una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Estaba encinta y las angustias del parto le arrancaban gemidos de dolor" (Ap 12-1,2)

Maravillosa descripción de la Virgen María, el sol simboliza la pureza de la Inmaculada, y la luna bajo sus pies que sale de noche, indica que es vencedora de las tinieblas, es decir de Satanás, la corona de doce estrellas son los elegidos del Antiguo Testamento: los de las doce tríbus de Israel, y los del Nuevo Testamento los doce Apóstoles, esto demuestra que es la nueva Eva, Madre y Corredentora de toda la Humanidad pasada, presente y futura. 
Los dolores del parto simbolizan también todos los sufrimientos espirituales de la Virgen María, que describe Jesús a María Valtorta, ya que en el nacimiento de Jesús, por la ausencia del pecado original, no sufrió los dolores físicos del parto, común a todas las madres.


"(...) Irritado el dragón por su fracaso con la mujer, se fue a hacer la guerra con el resto de su linaje, a los que observan los mandamientos de Dios y dan testimonio de Jesús. Y el dragón se quedó al acecho junto a la orilla del mar" (Ap 12-17,18).
Y aquí está la prueba de que todos los que observan los mandamientos de Dios y dan testimonio de Jesús, se encontrarán en su camino a Satán, que les saldrá al paso, por eso me maravillo cuando oigo a mucha gente consagrada decir que el Demonio es un mito, y que ¡los fenómenos producidos en los exorcismos son debidos al efecto placebo! Esto demuestra que este tipo de individuos herejes, ni observan los mandamientos de Dios, ni saben dar testimonio de Jesús. 



Del Evangelio tal como me ha sido revelado, 
de María Valtorta 
(14 de Febrero de 1.944)


Dice Jesús:

“No he olvidado tampoco este dolor de María, mi Madre. Haber tenido que lacerarla con la expectativa de mi sufrimiento, haber debido verla llorar. Por eso no le niego nada. Ella me lo dio todo. Por eso yo le doy todo. Sufrió todo el dolor, le doy toda la alegría.

Quisiera que, cuando penséis en María, meditarais en esta agonía suya que duró treinta y tres años y culminó al pié de la Cruz. La sufrió por vosotros; por vosotros las burlas de la gente, que la consideraba madre de un loco; por vosotros las críticas de los parientes y de las personas de importancia; por vosotros mi aparente desaprobación: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que hacen la voluntad de Dios”. Y, ¿quién más que ella lo hacía? 


Y una voluntad tremenda, que le imponía la tortura de ver martirizar al Hijo, Por vosotras la fatiga de ir de acá para allá, a donde Yo estaba; por vosotros, los sacrificios: desde dejar su casita y mezclarse con las muchedumbres, al de dejar su pequeña patria por el tumulto de Jerusalén; por vosotros el deber estar en contacto con aquel que guardaba dentro de su corazón la traición; por vosotros el dolor de oír que me acusaban de posesión diabólica, de herejía. Todo, todo por vosotros.

No sabéis cuanto he amado a mi Madre. No reflexionáis en cuán sensible a los afectos era el corazón del Hijo de María. Y creéis que mi tortura fue puramente física, al máximo añadís la tortura espiritual del abandono final del Padre.

No, hijos. También experimenté los afectos del hombre sufrí por ver sufrir a mi Madre, por tener que llevarla como mansa cordera al suplicio, por tener que lacerarla con una cadena de despedidas en Nazaret, antes de la Evangelización; esta que os he mostrado y que precede a mi Pasión, ya inminente; aquella, antes de la Cena, cuando ya la Pasión está desarrollándose con la traición de Judas Iscariote, aquella, atroz en el Calvario.

Sufrí por verme escarnecido, odiado, calumniado, rodeado de malsanas curiosidades que no evolucionaban hacia el Bien, sino hacia el mal. Sufrí por todas las falsedades que tuve que oír o ver activas a mi lado: las de los fariseos hipócritas, que me llamaban Maestro y me hacían preguntas no por fe en mi inteligencia, sino para tenderme trampas; las de aquellos a quienes había favorecido y se volvieron acusadores míos en el Sanedrín y en el Pretorio; aquella, premeditada, larga, sutil de Judas, que me había vendido y continuaba fingiéndose discípulo; que me señaló a los verdugos con el signo del amor. Sufrí por la falsedad de Pedro, atrapado por el miedo humano.


¡Cuanta falsedad, y cuan repelente para mí, que soy Verdad! ¡Cuanta, también ahora, respeto a mí! Decís que me amáis pero no me amáis. Tenéis mi Nombre en los labios, y en el corazón adoráis a Satanás y seguís una ley contraria a la mía.

Sufrí al pensar que en relación al valor infinito de mi Sacrificio – el Sacrificio de un Dios – demasiado pocos se salvarían.

A TODOS – DIGO: A TODOS – LOS QUE A LO LARGO DE LOS SIGLOS SOBRE LA TIERRA PREFERIRÁN LA MUERTE A LA VIDA ETERNA, HACIENDO VANO MI SACRIFICIO, LOS TUVE PRESENTES. Y CON ESTA COGNICIÓN FUI A AFRONTAR LA MUERTE.

Ya ves pequeño Juan, que tu Jesús y la Madre suya sufrieron agudamente en su yo moral. Y largamente. Paciencia, pues si es que debes sufrir: “Ningún discípulo es más que el Maestro”, lo dije.
Mañana hablaré de los dolores del Espíritu. Ahora descansa. La paz sea contigo”.


Nota: Pequeño Juan: es el apodo de Jesús a María Valtorta.













sábado, 4 de abril de 2020

REFLEXIONES DE AZARÍAS EL ÁNGEL DE LA GUARDIA DE MARÍA VALTORTA


RETRATO DE LA GRAN MÍSTICA ITALIANA MARÍA VALTORTA



    
He conocido a muchos creyentes, que se creen que la Religión consiste en prácticas de ceremonias religiosas, y siguen con una vida depravada, creyendo erróneamente que la religión se practica solo dentro de las Iglesias, y fuera de ella, se comportan como los más grandes depredadores, hablo de ciertos fieles, o de ciertos empresarios que se dicen católicos, y que tiene personal a su servicio, o bajo sus órdenes, y que los explotan de mala manera. Hacen muchísimo daño a la Santa Iglesia, ya que la gente al verlos, dicen: “Esos comportamientos son el fruto de lo que se les enseña”, y algunos pueden perder la fe.

En esta reflexión del ángel Azarías, se pone en relieve estos argumentos, los ángeles ven a muchas personas creer que la Religión consiste solo en prácticas religiosas, y fuera de la Iglesia son lobos depredadores. El Ángel Azarías dice que una cosa es frecuentar la Iglesia, y otra cosa es practicar sus enseñanzas.



REFLEXIONES DEL LIBRO DE AZARÍAS, EL ÁNGEL
 DE LA GUARDA DE MARÍA VALTORTA



[…] ¡Oh!, no es frecuentando los lugares de oración cómo el hombre se santifica sino con toda la vida. Vosotros llamáis impropiamente “practicar” a lo que tan solo es “frecuentar”. Frecuenta quien marcha corrientemente a un lugar, y practica el que pone por obra lo que en aquel lugar se le enseñó o aprendió. 

Más, ¡cuántos escribas o fariseos ven los ángeles desde el altar entre los que van una o más veces al día en los lugares de oración! ¡Cuántos!

Es preciso poner en práctica las enseñanzas, y hacer que estas y los Sacramentos fructifiquen, no por ser alabados en la Tierra y ocupar un buen puesto en el Cielo, sino por el súper espiritual deseo de honrar de este modo al Señor y de no gozar imperfectamente del alimento que Él suministra a vuestro espíritu. Es entonces cuando, verdaderamente, con la humildad y caridad de vuestras intenciones, la leche espiritual que es sinceridad, puede obrar en vosotros haciéndoos crecer en robustez.

Cualquiera meneará la cabeza diciendo: “El que es asiduo a las prácticas de piedad no puede pecar”.

¡Oh Las fornicaciones de la falsa piedad son más numerosas de lo que se cree! Muchas almas, parecidas a muchos cónyuges libidinosos, hacen una doble vida, cesando una de ellas en el dintel de la Iglesia. Una vez fuera de ella, marchan a los amores adúlteros con la carne, el egoísmo y las concupiscencias. Después de alimentarse con el Bondadoso, son crueles con sus hermanos: tras purificarse con la Sangre caritativa derramada por todos, son anti caritativos mostrando sus egoísmos feroces; y, habiéndose instruido con la palabra, realizan actos contrarios a las enseñanzas de la misma. 

Y, ¿no cabe llamarlos adúlteros a estos tales? ¿No se les puede llamar embusteros? Cuando menos: mariposas disfructuosas o bien ociosos y zumbadores moscones que pierden el tiempo en curiosidades vanas y en vagabundeos de sensualidad espiritual; mientras que el verdadero enamorado de la leche espiritual permanece unido a este alimento, no queriendo cosa que le distraiga de él, antes va en su busca y, cual abeja laboriosa, produce después dulces licores con el mismo.



viernes, 28 de febrero de 2020

PROFUNDA MEDITACIÓN SOBRE EL SANTO TEMOR DE DIOS QUE ES LA LLAVE PARA ABRIR LA PUERTA DE LOS CIELOS

San Pío de Pietrelcina, el estigmatizado que Dios mandó
en esta época de Relativismo en donde se ha perdido
el santo Temor de Dios

Si leemos la Biblia, siempre encontraremos un atributo que caracterizaba a los hombres de buena fe, y que agradaban a Dios, "Esta persona temía a Dios". Pronunciar este calificativo en nuestros días, para la gran mayoría de los nuevos doctores de la Ley, es una herejía, ya que Satanás ha logrado con gran astucia hacer creer a todos que no hay que temer a Dios porque al ser todos hijos suyos, nos quiere tal como somos, y siempre nos querrá, hagamos lo que hagamos. Lo peor es que si alguien no piensa como ellos, se le considera como un fanático de la Edad Media, en donde se pintaba un Dios justiciero y vengativo.

El santo temor de Dios es un don del Espíritu Santo que ha sido, es y será común a todos los Santos, es una condición necesaria para llegar a alcanzar la Vida eterna, su presencia es como la sal que preserva los alimentos de la corrupción, alejando de ellos las bacterias o las larvas de los insectos que místicamente hablando son las tentaciones de las almas, ya que esencialmente el santo temor de Dios, no es terror de Dios, sino es temor de ofenderle, lo que evita caer en tentaciones, ya que nos hace alejarnos de las ocasiones del pecado.

Otro importantísimo beneficio, es que conserva en las almas la humildad, condición necesaria y suficiente para poder recibir el don de la gracia de Dios, ya que esta no se da nunca a los soberbios, porque es el pecado contra el Espíritu Santo, y al carecer de ella provoca la muerte del alma, que se produce cuando Satanás se adueña de ella.  

Esta virtud no la tienen los que a la hora del Juicio, dirán a Jesús: 
"Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declarará: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:22-23)

Las almas que poseen esa gran virtud, temen siempre que Jesús está descontento con su proceder, lo que les produce una gran inquietud, es lo que sentía el Padre Pío y que está relatado en ese pasaje de su vida:





VIDA DE SAN PÍO DE PIETRELCINA 
Por Elías Cabodevilla Garde, Capuchino.

  
Imposible presentar la lista completa de los sufrimientos del Padre Pío. Enumeremos sus múltiples y muy numerosas enfermedades: "No te entiendo, no sé que hacer contigo", le dijo el médico cuando el joven capuchino no había aún cumplido los 25 años: sus continuos ayunos; su trabajo extenuante en el confesionario; sus largas vigilias de oración por la noche; y sobre todo las "llagas" de las manos, pies y costado: "¿Qué creéis, que Jesús me las ha dado para simple condecoración o qué?", respondió al que le preguntaba si le producían dolor y molestias. Pero más dolorosos que los físicos fueron sus sufrimientos morales, (...) las calumnias gravísimas contra su persona y su ministerio; las "violentas y asiduas" tentaciones contra la fe, la esperanza y la pureza; y, sobre todo, el fenómeno místico de la noche oscura, que le acompañó durante casi toda su vida y le llevó a escribir:

       "Preferiría llevar mil cruces y hasta me sería dulce y llevadera toda cruz, si no tuviese esa prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no al Señor en mis obras".



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PALABRAS DE SAN AGUSTÍN

  Dice esta antigua y bonita  imagen francesa de un recuerdo de Retiro espiritual, citando las palabras de San Agustín: 

    "Temed a Dios, para no retroceder. Para avanzar, amadlo".



Temed a Dios, para no retroceder
Para avanzar, Amadlo

(San Agustín)
     
         Y eso es lo que ocurre cuando no hay temor de Dios, se retrocede porque ya no se tiene miedo de ofenderle, el alma se transforma de relativista en "quietista", y el peligro es latente, ya que el astuto Satanás le dice al alma: "Eres hijo de Dios, Él te perdonará, puedes permitirte esto y aquello, su gracia te sacará siempre de ahí" y como es un embustero, el mismo se contradice cuando susurra a las almas: "Nunca alcanzarás la Salvación, acuérdate de ese pecado, de este y de aquel. Es lo contrario de lo que dice al pecador: "hagas lo que hagas, Dios te querrá siempre, tienes que estar a gusto con tus pecados". Eso es lo que predican hoy día muchos relativistas, que transforman la sagrada Religión en una "barra libre", donde todo está permitido.

        Y es que el demonio sabe sobradamente que el alma que se entrega al pecado y al vicio, se vuelve ciega, porque al alejarse la gracia de Dios por culpa del pecado de soberbia, él tiene las de ganar. Y también sabe que el alma que ha probado la dulzura del amor de Dios, la tiene siempre perdida.


EL SANTO CURA DE ARS

A pesar de su Penitencia, que le hacía comer solo patatas hervidas para su alimentación; su entrega absoluta a su labor, que llevó a transformar un pueblo indiferente hacia Dios y a la Iglesia, no solo convirtió a sus habitantes, pero además al final de su vida venían de todas partes de Francia para poder confesarse con él, tanto así había un servicio de diligencias desde París, y esperaban varios días para confesarse con él. 
Su obsesión era retirarse a la Trapa para llorar sus pecados, escribió para ello varias cartas a su Obispo. Cierto día se marchó del Pueblo para ir a vivir en su Monasterio, pero fue detenido por sus fieles.









miércoles, 15 de enero de 2020

LA IZQUIERDA ESPAÑOLA ODIA A LA IGLESIA CATÓLICA Y TRATA POR TODOS LOS MEDIOS A SU ALCANCE DE COMBATIRLA.


Un libro de Educación para la Ciudadanía 
se mofa de la Iglesia Católica



Ha aparecido en el programa "Religión en libertad" la noticia del enfrentamiento abierto en Uruguay, cuyos gobiernos han intentado eliminar la Religión de la Sociedad, entre el Cardenal Sturla y los actuales gobernantes. Hecho que denota la valentía del Cardenal, que a diferencia de muchos otros aplican la Prudencia, que creen necesaria para el gobierno de la Iglesia. Este hecho es calificado de acto de Cobardía por Jesús en este mensaje de Jesús a María Valtorta que transcribo a continuación. Jesús los llama "Eunucos espirituales".

https://www.religionenlibertad.com/sturla-cardenal-que-desafia-poderoso-laicismo-uruguay-liderando-64680.htm

 Quiero aquí hablar de ciertos miembros de la Jerarquía Católica española, muy, pero que muy prudentes, que para no acarrearse problemas de ninguna índole, no solo no se enfrentan abiertamente con los lobos que dispersan y asesinan a las ovejas, es decir, en contra de los políticos actuales, promotores de la Cultura de la Muerte de los indefensos, de los blasfemadores y de los herejes como Massiá Clavel; Queiruga, Küng, y otros "teólogos" del tipo  José María Castillo" (también Satanás es un gran teólogo), y tantos renegados, que procuran por todos los medios desprestigiar a la Santa Iglesia Católica.

 Pero que además, no se atreven a criticarles abiertamente, ni a advertir a esas ovejas que les han sido entregadas por Jesús-Dios para custodiarlas, para librarlas de los lobos sanguinarios y de los falsos profetas, para así poder conducirlas a los Pastos Eternos, aún a riesgo de su bienestar, de lo que dirán, y enfrentándose con ellos hasta la entrega de su vida, si fuera necesario.

Y me disgusta y me escandaliza profundamente citar la conducta del Cardenal emérito de Sevilla, D. Carlos Amigo, que cuando estaba en funciones, declaró en el programa de Televisión, "Canal Sur" que "Tenemos que mimar a los representantes de los partidos políticos, sean del color político que sean" (sic). Disfrutaba además de varias condecoraciones del Gobierno socialista de Andalucía.

       Y recuerdo que los partidos políticos, han aplicado el Aborto libre y gratuito, bastaba solo la firma de un psiquiatra, diciendo que era un trauma para la madre, y las clínicas como la del siniestro Doctor Morín, afortunadamente condenado por la Ley, tenían preparados documentos firmados de antemano por Psiquiatras, por lo que venían de toda Europa las mujeres que no podían abortar en su país, con embarazos de hasta ocho meses .

         Este gobierno le quitó la autoridad sagrada de los padres sobre los hijos, al permitir a las niñas menores de edad, tener relaciones con cualquier tipo de hombres, sin que los padres puedan impedirlo, podían igualmente abortar sin el consentimiento de sus padres; distribuyeron la píldora abortiva del día después; la Educación para la Ciudadanía, obligatoria en las escuelas, en donde se enseñaba a los niños como mantener relaciones sexuales satisfactorias, alabando el matrimonio homosexual, y denigrando las enseñanzas de la Iglesia.

Igualmente, hecho de una gravedad extrema: el Gobierno socialista de Zapatero resucitó el odio entre todos los españoles, que había quedado latente después de la terrible Guerra Civil, votando la Ley de la Memoria Histórica, recordando las atrocidades cometidas por la Dictadura franquista, y naturalmente, silenciando las atrocidades de la Izquierda.



De los cuadernos de Mª Valtorta 
(17 de Junio de 1.943)


Dice Jesús:
“Te quiero hablar de la prudencia humana.
La prudencia sobrenatural es una gran virtud. Pero la prudencia humana no es una virtud. Vosotros, hombres, habéis aplicado este nombre, como una falsa etiqueta, a sentimientos impropios y no virtuosos. Así como llamáis caridad, a la moneda que dais al pobre.

Pero si vosotros dais una limosna, incluso virtuosa, y la dais para ser vistos y aplaudidos por el mundo, ¿Creéis que hacéis un acto de caridad? No. Desengañaos. Caridad quiere decir: amor. Caridad es, por tanto, tener piedad y amor por todos los necesitados de la tierra. No hace falta dinero para hacer un acto de caridad. Una palabra de consejo, de consuelo, de dulzura, un acto de ayuda material, una oración, son caridad. Una limosna dada con grosería, humillando al pobre, en el que no sabéis verme, no es caridad.

Lo mismo ocurre con la prudencia. Vosotros llamáis prudencia a vuestra vileza, a vuestro anhelo de vivir tranquilos, a vuestro egoísmo. Tres cosas que ciertamente no son virtud.

También en vuestras relaciones con la Religión sois amantes del vivir tranquilos. Cuando sabéis que una franca profesión de fe, que una expresión, dicha como os la susurra el Espíritu de Verdad, pueden quitaros autoridad, dadores de trabajo, maridos, hijos, padres, de los que esperáis ayuda material, vuestra humana prudencia os hace encerraros en un silencio que no es prudente sino cobarde, cuando no culpable, porque llegáis a negar, a renegar, perjurando vuestros sentimientos más espirituales.

Pedro fue el primero que en la hora del peligro, por una prudencia humana, llegó a negar que me conociera. Yo lo permití, esto para que, arrepentido, pudiera después compadecer y perdonar a los hermanos pusilánimes. ¡Pero cuántos “Pedros” desde entonces hasta ahora! Tenéis siempre ante la mente, un interés mezquino, y lo anteponéis y tuteláis en perjuicio del interés eterno que os fructifica la Verdad valiente y valientemente profesada.

Ante ciertas manifestaciones de Dios, vosotros, pobres hombres, no tenéis ciertamente la valentía de Nicodemo y de José, que en una hora tremenda para el Nazareno y para sus seguidores supieron adelantarse para pensar en Mí contra la hostilidad de toda Jerusalén. Tu misma, a veces, te quedas un poco perpleja ante ciertas expresiones mías y las quisieras hacer menos tajantes.

La prudencia humana os guía. La lleváis a todas partes. Hasta en las obispalías, hasta en los conventos. ¡Cómo habéis cambiado en relación con los primeros cristianos que no tenían en cuenta nada de cuanto fuera humano y miraban solamente el Cielo!

Es verdad que yo he dicho que seáis prudentes como las serpientes, pero no con una prudencia humana. Os he dicho también que para seguirme, hay que ser audaces contra todos. Contra el amor a si mismos; contra el poder, cuando os persigue porque sois mis seguidores; contra el padre, la madre, la esposa, los hijos, cuando éstos quieren, por afecto humano y preocupación terrena, impediros que sigáis mi Camino, porque sólo una cosa es necesaria: salvar la propia alma incluso perdiendo la vida de la carne para obtener la Vida eterna”.


211. Regreso a Hebrón, patria del Bautista
(7-7- 1.945)

     [...] ¡No, no es lícito! Ninguna moneda puede comprar la conciencia, y menos aún la de los sacerdotes y los maestros. No es lícito encontrarse sumiso ante las cosas fuertes de la Tierra cuando quieren conducirnos a obrar en contra de lo que Dios ha establecido: esto no es sino impotencia espiritual, y está escrito: "El eunuco no entrará en la asamblea del Señor"Si, pues, no puede ser del Pueblo de Dios el impotente por naturaleza, ¿podrá ser su ministro el impotente de espíritu? En verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros, habiendo perdido su virilidad espiritual, han venido a ser, culpablemente, eunucos espirituales. Muchos. ¡Demasiados!

    Meditad, observad, comparad, y os daréis cuenta que tenemos muchos ídolos y pocos ministros del Bien, que es Dios. Ahora se ve porque las ciudades-refugios no son ya tales. Ya no se respeta nada en Israel. Los santos mueren por el odio hacia ellos de los no santos.
    [...] ¡Venid!, es el Amor que pasa, quien quiera puede seguirle, porque para ser acogido por Él se requiere solamente buena voluntad".
     Jesús ha terminado en medio de un silencio atónito. Parece que muchos han sopesado las palabras que han escuchado., prueban su sabor; las degustan, las confrontan.

        Mientras esto sucede y Jesús, cansado y sudoroso, se sienta a hablar con Juan y Judas, he aquí que se alza un clamor al otro lado del muro: gritos confusos, luego más claros: "¿Está aquí el Mesías? ¿Está?". La respuesta es afirmativa. Entonces pasan adelante a un hombre contrahecho, que de tan torcido como está parece una "S".

        "¡Es Masala !".
       "¡Demasiado contrahecho! ¿Qué puede esperar?".
       "¡Ahí está su madre! ¡Pobrecilla!"
       "Maestro, su marido la rechaza por ese aborto de hombre de su hijo, así que vive aquí de la caridad pero ahora es ya anciana y le queda poca vida...".
         El aborto de hombre - realmente es así - está ante Jesús. No puede ni siquiera ver su rostro de lo encorvado y torcido que está. Parece una caricatura de hombre-chimpancé o de un camello humanizado.
        La madre anciana y mísera, ni siquiera habla, solo gime: "Señor... creo...".
         
         Jesús pone sus manos sobre los hombros sesgados del hombre, que apenas si le llega a la cintura; alza su rostro hacia el Cielo y dice con voz potente: "Enderézate y sigue los caminos del Señor". El hombre experimenta un brusco movimiento y, como impulsado por un resorte, queda derecho como el más recto de los hombres. El movimiento ha sido tan repentino, que parece como si se hubieran roto unos resortes que le hubieran contenido en esa posición anómala. Ahora le llega a Jesús a los hombros; le mira y cae de rodillas, con su madre, ante su Salvador, y ambos le besan los pies.
 Es indescriptible la reacción de la muchedumbre... A pesar de todas las resistencias, Jesús se ve obligado a permanecer en Hebrón, porque la gente está dispuesta a formar barreras en las salidas para impedirle marcharse.
 Así... entra en la casa del anciano arquisinagogo, que tan cambiado está respecto al año pasado...
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