MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 8 de mayo de 2012

CONSIDERACIONES SOBRE LAS MISERIAS HUMANAS






A mi querido amigo Eduardo:


Me has remitido imágenes verdaderamente impactantes, terribles y pareciendo salidas de una horrible pesadilla. Me refiero a las escenas del hambre y de la miseria de los niños del Sahel y de la India. Sería largo comentar las causas de ese estado de cosas, pero estoy seguro de que llegaríamos a la conclusión de que provienen siempre del egoísmo humano, o lo que es lo mismo, de la falta absoluta de caridad. Por esa razón, son completamente absurdas las reflexiones de algunos, que quieren culpar a Dios de este estado de cosas, olvidando que muy a pesar suyo, Dios no puede intervenir, ya que tiene las manos y los pies clavados en la Cruz y que de otra manera, sería coartar el libre albedrío, que es la ley que impera en el mundo en que vivimos.

Como lo sabemos por las Escrituras, el egoísmo humano es la consecuencia del pecado Original, cuyo instigador es Satán, que transmitió a Adán y Eva el veneno de la soberbia al querer ser semejantes a Dios, es decir estar por encima de los demás y por eso, aprovecharse de los pobres e inocentes. Y los hombres actuales siguen comiendo del fruto del árbol maldito y olvidan el fruto del árbol de la Vida que es Jesús.

Pero el colmo de ese estado de cosas, son los que saben que todas las desgracias son debidas al egoísmo humano, creado por Satán y sus ángeles tenebrosos, que también están viviendo entre nosotros: son los que dicen que Satán no existe y no lo ven porqué lo tienen tras la retina muy dentro de ellos.

También preguntan ¿Porqué Dios no interviene? :No lo hace por la sencilla razón de que a pesar de que es Dueño y Señor del mundo, tiene que respetar ciertas reglas, y tiene que dejar que el bien y el mal se manifiesten con todo su “esplendor” y su “horror”, para así dar a cada cual en el día del Juicio su merecido, y para que la gente vea cuales son las consecuencias que tienen los que practican el bien: la ley de Dios y de los que practican el mal: la ley de Satán. Y para avisar al mundo de las desgracias que les van a sobrevenir si no quieren convertirse, lo que es una realidad ocultada por los que predican una doctrina “descafeinada”, y al dios “caramelo”.

Esto es lo que dijo Jesús en Lucas 13-1,5:

En aquel momento llegaron unos a contarle lo de aquellos galileos, a quienes Pilatos había hecho matar, mezclando su sangre con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les dijo:

-"¿Creéis que aquellos galileos murieron así por ser más pecadores que los demás? Os digo que no; más aún, si no os convertís, también vosotros pereceréis del mismo modo. Y aquellos dieciocho que murieron al desplomarse sobre ellos la torre de Siloé, ¿creéis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis igualmente".

Naturalmente, para los Hijos de Dios, los que honran a su Padre y le piden sus gracias existe la providencia divina, por eso para los católicos, la oración es y seguirá siendo la fuente de todas las gracias, porqué los acontecimientos suelen discurrir por sus cauces legales, pero en cualquier momento, cuando él quiere, el sumo Creador, Dueño y Señor, puede intervenir e interviene, para arrancar de las garras de Satanás a los que le imploran arrepentidos, porque los ha rescatado con su muerte en la Cruz, y el Señor da su vida y la toma cuando quiere, como así está escrito en el Evangelio, y aquí están los poderes instituidos por Él a su Iglesia que son los santos Sacramentos, que pueden hacer que una alma quede poseída por Dios, o liberada por el exorcismo del poder de Satán.

Igualmente, por razones de Justicia, los que invocan a Satanás, y siguen sus mandamientos quedan poseídos por el maligno, y no me refiero solo a los que se contorsionan y echan espumarajos por la boca, pero también los hijos suyos que siguen sus mandamientos e incansablemente “tienen piel de cordero, pero son lobos rapaces”.

Pero permíteme hacer algunas consideraciones sobre las referidas imágenes: Lo primero te diré que es absolutamente seguro que a la muerte de esos niños desgraciados, estos serán llevados por los Ángeles al seno de Abrahán, como ocurrió con el pobre Lázaro. También es absolutamente seguro que los culpables de esa situación, serán sepultados en el Infierno, como el desalmado Epulón. Y ahora, dime ¿Quién es el más desgraciado, los que han sufrido en una corta vida, o los que sufrirán de una manera atroz, día y noche por toda la eternidad?

Por esa razón, me he dado cuenta de que hay que rezar por los grandes pecadores ya que esos son los verdaderos miserables, mucho más dignos de compasión que esos pobres niños de las fotografías.

Déjame sin embargo comentar esas imágenes de una manera espiritual.

 En la primera imagen, se ve a un pobre niño revolviendo en unos desperdicios para poder comer algo, ya que carece absolutamente de todo. Pues esta imagen me recuerda los que están completamente sumidos en el vicio, cuya alma completamente desnutrida está hambrienta de las cosas de Dios para las cuales fue creada y al no tener el verdadero alimento: el Cuerpo de Cristo, se dedican a comer las basuras de este mundo para poder subsistir, pero su fin es la muerte, porque su alma no es capaz de nutrirse con ese inmundo alimento.

La segunda imagen muestra otra fotografía horrible: un niño tratando, con relamidos de que la vaca le suministre leche, es verdaderamente aterrador. Pero es igual o mucho más aterrador, ver como los drogadictos, los borrachos, los lujuriosos y un largo sinfín de humanos entregados a sus apetitos desordenados, intentan buscar cada vez más satisfacción de las cosas que no les pueden colmar, y no teniendo la libertad de los Hijos de Dios, son esclavos de sus pecados, como así lo dijo Jesús.

La tercera imagen es la terrorífica escena de un niño que, al no tener agua, recoge  la orina que expele la vaca. Igual ocurre con los que han despreciado las aguas vivas que nacen del costado del Salvador, su alma bebe de las deposiciones de lo que le aporta el mundo en que vivimos: todos los vicios y las aberraciones tanto materiales como espirituales con las cuales quieren saciarse y no pueden, ya que como lo enseña San Juan de la Cruz, el vicio es como el fuego que cuanto más leña se le echa, más arde, y aún peor que el fuego ya que, como él también dice, el fuego cuando se deja de alimentar, se extingue mientras que el apetito, cuando no se le alimenta, crece aún más.

Por fin, quiero comentar la última imagen, que es la más aterradora, y es la que ha obtenido el Premio Publisher: es la de un niño abandonado arrastrándose por un lodazal, y un buitre esperando su muerte para comerse el cadáver. ¿Cómo el fotógrafo grabó la imagen, se fue y no lo socorrió? ¡No me extraña que se haya suicidado!

Imagen terrible, pero mucho más terrible sería si pudiésemos ver el alma de muchos que no carecen materialmente de nada, pero que están completamente desnutridos y desfallecidos por la falta absoluta de la Gracia de Dios que ellos rechazaron y que están agonizando, arrastrándose por los lodazales del vicio y de la corrupción. Satanás los está observando como un buitre, para apoderarse de ellos a su muerte y llevarlos a su reino.

 Quiero también lamentarme de lo que enseñan otras religiones: Que ese estado de cosas son debidas a una herencia pasada, es decir que en una vida anterior, habían sido grandes pecadores y que por esa razón, debido a su Karma, ahora están expiando sus culpas. Son los que desprecian a su prójimo y veneran a las vacas y a las ratas.

Gloria al Padre; al Hijo y al Espíritu Santo
Gloria a la excelsa Madre de Dios María Santísima
Gloria a San José su castísimo esposo.

ET EXPECTO RESURRECTIONEM MORTUORUM ET VITAM VENTURI SAECULI, AMEN.






lunes, 7 de mayo de 2012

SALMO 44: EL LAMENTO DE LOS ABORTADOS, EL MAYOR GENOCIDIO AUTORIZADO EN LOS PAÍSES QUE SE LLAMAN DEMÓCRATAS, COMO UN DERECHO DE LA MUJER

DIOS SIEMPRE PAGA CON LA MISMA MONEDA: EL QUE HA NEGADO LA VIDA A UN HIJO,
SE LE NEGARÁ A ÉL TAMBIÉN LA ENTRADA EN EL REINO DE LOS CIELOS


Los católicos sabemos que Dios Todopoderoso infunde, desde el primer momento de la concepción, en cada criatura que nace a la vida un alma inmortal, el alma del abortado vuelve a Dios, y se lamenta porque había sido destinada a unirse a un cuerpo material, para tener la posibilidad de desarrollarse para, en el mundo, y en contacto con sus hermanos, poder conseguir los medios necesarios para ser merecedora de poder alcanzar la felicidad eterna en el Reino de Dios.


Pero los Padres que estaban destinados para asegurar su desarrollo material y espiritual, y para procurarle esa dicha, después de haber cobrado por adelantado el premio dado por Dios para ese fin, matándolo en el seno de su madre, devuelven ese regalo de Dios, y le dicen como Lucifer: "No serviré".  



 Al maestro de coro. Oda de los hijos de Coré
(Lamento de los niños abortados)


Oh Dios, hemos oído lo que nuestros antepasados
nos contaron: La obra que realizaste en sus días,
en los tiempos antiguos.
Para plantarlos a ellos expulsaste naciones,
para hacerlos crecer, exterminaste pueblos;
no conquistaron la tierra con su espada,
ni su brazo les dio la victoria:
Fue tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro,
Porque Tú los amabas.
Eras Tú, Rey mío y Dios mío,
Quien lograba las victorias de Jacob;
Contigo, abatíamos a nuestros adversarios,
En tu nombre aplastábamos a nuestros agresores.
No confiaba yo en mi arco, ni mi espada me dio
la victoria: Tú nos hacías vencer a nuestros adversarios
Tú dejabas confusos a nuestros enemigos;
en Dios nos gloriábamos siempre,
dando gracias a tu nombre sin cesar.


Los hijos de Coré, representan a los hijos abortados, que en su venida al mundo, recuerdan a su sublime Creador, todas las dificultades que pasaron sus antepasados, para poder tomar posesión de la Tierra en la que habían nacido, debido a la oposición de sus enemigos que querían impedir su venida a este mundo (comodidad, huida del sacrificio, egoísmo).

Esos enemigos, están simbolizados por las huestes, que se oponían a la voluntad de Dios, en tiempos de la implantación de los israelitas en Palestina, y combatían para impedir su toma de posesión en el País escogido por Yahveh para su Pueblo elegido.

Solo la religiosidad del Pueblo, con el poder de Dios, era la que hacía vencer todas las dificultades, que se oponían a la venida al mundo de sus antepasados.


Pero ahora nos rechazas y permites que se burlen de nosotros,
 ya no sales con nuestras tropas.
Nos haces retroceder ante nuestros adversarios,
y nuestros enemigos nos han saqueado.
Nos entregas como ovejas destinadas al matadero,
y nos has dispersado entre las naciones;
Vendes tu pueblo a bajo precio; 
bien poco ganas con su venta.
Nos haces la irrisión de nuestros vecinos,
burla y escarnio de cuantos nos rodean;
nos has hecho refrán de las naciones,
ante nosotros los pueblos menean la cabeza.
Tengo siempre presente mi oprobio,
y la vergüenza cubre mi rostro,
ante los gritos de insulto y escarnio,
ante los enemigos y rivales.


       
Impactante lamento de los abortados, cuya sangre derramada clama a su Hacedor, ante el martirio de millones de seres inocentes, que se quejan también de ser asesinados por sus mismos padres y gobiernos, como ovejas destinadas al matadero, para enriquecer a todas las clínicas abortistas y los laboratorios de cosmética, y beneficiar a gente sin escrúpulos, que adoran ídolos, como así lo hacían los habitantes de Palestina, antes de la venida de Israel. En este caso, los ídolos son el dinero y la comodidad, que es el triunfo del egoísmo sobre el amor. 

Actitud que es objeto de escándalo de las personas creyentes anti abortistas, que se quedan atónitas ante la masacre de esos inocentes, que son tratadas mucho peor que los animales y plantas, como así lo afirma la Iglesia y el santo Padre, y que tienen que soportar los gritos y los ladridos de insulto y escarnio de los eternos enemigos de Dios y de su Santa Iglesia, como así lo dice el Salmo.




Todo esto nos ha sucedido sin habernos
olvidado de ti, sin haber violado tu alianza.
Sin que nuestro corazón se volviera atrás,
Ni se desviaran de tu senda nuestros pasos;
Pero nos has triturado, nos has desolado,
Nos has cubierto de tinieblas.
Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios,
O alzado nuestras manos a otros dioses,
¿No lo habría descubierto Dios,
Que penetra los secretos del corazón?


Estremecedora queja de los abortados, que se han limitado a obedecer la ley natural y divina, que los ha traído al mundo, siguiendo los pasos puestos por Dios para conseguirlo, y que han sido descuartizados y triturados sin consuelo ni amparo alguno, causándoles la desolación y las tinieblas a unas criaturas inocentes e indefensas.


Por tu causa, estamos en peligro de muerte 
cada día, somos tratados como ovejas 
destinadas al matadero.
¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor mío?
¡Levántate, no nos rechaces para siempre!
¿Por qué escondes tu rostro,
y olvidas nuestra miseria y opresión?
Estamos hundidos en el polvo
con el vientre pegado a la tierra.
¡Álzate en nuestra ayuda,
por tu amor, rescátanos!



Sublime y emocionante llamamiento de ayuda a Dios, de parte de los indefensos, de unas criaturas puras e inocentes exterminadas sin piedad por sus padres-verdugo, y sus sicarios, apoyados por los gobernantes, para recaudar el voto de los hedonismo.

Esta llamada, tendrá una respuesta segura de Dios, que castigará a los culpables y a los encubridores de esos crímenes abominables, mucho peores que los de los Nazis, que exterminaban gaseando a sus victimas, mientras que los niños están siendo descuartizados vivos, sin piedad, con la bendición de los progresistas, que sin embargo son partidarios de la abolición de la pena de muerte, y de sus crueles y malvadas madres, que podrían darlos en adopción, pero que se deshacen de ellos por puro egoísmo.









sábado, 5 de mayo de 2012

TODO EL MUNDO OIRÁ ESTAS PALABRAS QUE NUNCA PODRÁ ACALLAR: "YO SOY EL SEÑOR TU DIOS"








          En el Evangelio como me ha sido revelado de de Mª Valtorta, vemos como Jesús perdona el pecado espantoso de una persona que mató a su madre y a su hermano, para disponer de toda la herencia que le correspondía, y así poder disfrutar gastando su fortuna con las meretrices. Aquí se demuestra como el arrepentimiento profundo y sincero siempre borra todos los pecados, por lo grandes y horribles que sean. También se ve aquí como Jesús carga Él mismo, con mucho dolor con los pecados de los hombres, ya que todo pecado causa en la Naturaleza Humana de Jesús una herida proporcional a la gravedad del mismo.

          Teoría completamente opuesta a la mentalidad relativista de hoy, cuyos abanderados son los nuevos teólogos progresistas, que pregonan el relativismo, y que no ven diferencia alguna entre el pecado y la virtud, el bien y el mal, y que les gusta decir: “Dios te quiere como eres”, lo que es una invitación al inmovilismo y la petrificación del alma, cuando Jesús dijo claramente:“El que no está conmigo (que soy inmaculado), está contra Mí; el que no amasa, dispersa”; “si tu brazo o tu ojo es para ti un estorbo, arráncatelos, más te vale entrar en el Cielo sin un ojo o si un brazo, que estar echado todo entero en la Gehena.

           Y por eso, toda esa banda de contestatarios están ladrando insistentemente ante los muros de Jerusalén, en contra de las enseñanzas de Jesús, transmitidas hoy por la Embajada que Él ha elegido. Son los renegados, los teólogos de la liberación, los abortistas, los eugenistas, los divorcistas, los de la píldora del día después, los educadores para la ciudadanía, los que quieren imponer sacerdotisas, obispas, cardenalas, y hasta papisas.

         Son también los que quieren transformar a la Iglesia de una Jerarquía puesta por Dios, en una vulgar democracia, en donde el pueblo vota sus querencias y sus ideales que van constantemente variando según las modas, son también los que quieren cambiar los mandamientos de la Ley de Dios, grabados sobre la piedra en el Sinaí y en la Conciencia y refrendados en los Libros Sagrados, mandamientos inmutables, Constitución de Dios, que es y permanecerá inmutable hasta el fin del mundo.

         Son los que también  quieren suprimir el esplendor de la Liturgia, como la que existe en las Iglesias Ortodoxas, por una iglesia haraposa y populista en donde los oficiantes y fieles celebran y participan con pantalones vaqueros, y camisas con la efigie del asesino Che-Guevara, en una estancia de tipo nave industrial, adornada por cuadros de cantantes de la categoría de Miguel Bosé, u otros socios de “la ceja” que estuvieron copiosamente subvencionados por los gobiernos “populistas”.




DISCURSO DE JESÚS: “YO SOY EL SEÑOR TU DIOS”
 Del Evangelio tal como me ha sido Revelado de Mª Valtorta


Desde ayer, la gente se ha duplicado al menos. Hay también personas de clases menos comunes. Algunos han venido en burros y están ingiriendo comida bajo el cobertizo, en cuyos palos han atado sus asnos, en espera del Maestro.

(…) “¡Pero hombre, cómo, ¿cómo piensas que los escribas y fariseos deseen oír sus palabras?! Esos son víboras e hienas, como los llama el Bautista”.
“Yo quería que me curase. ¿Ves? Tengo una pierna con gangrena. He sufrido lo indecible para venir aquí en burro. Pero le he buscado en Sión y ya no estaba…” dice uno.
“Le han amenazado de muerte…” responde otro.
“¡Perros!”.
“Si. ¿De dónde vienes?”
“De Lida”.
“¡Un largo camino!”.
“Yo…yo quisiera expresarle un pecado mío…Se lo he manifestado al Bautista…pero me ha recriminado de tal modo, que he huido. Creo que ya no podré ser perdonado…” dice un tercero”.
¿Pues qué es lo que has hecho?”.
“Mucho mal. A Él se lo manifestaré. ¿Qué opináis? ¿Me maldecirá?”
“No. Le he oído hablar en Betsaida. Casualmente me encontraba allí. ¡¡¡Qué palabras!!! Hablaba de una pecadora. ¡Ah…, casi habría deseado ser ella para merecerlas!...” dice un anciano de aspecto grave.
“Ahí viene”, grita un grupo de personas.
“¡Misericordia! ¡Me da vergüenza!” dice el hombre que se siente culpable, y trata de huir.

“¿A donde huyes, hijo mío? ¿Tanta negrura tienes en el corazón, que odias la Luz hasta el punto de tener que huir de ella? ¿Has pecado tanto como para tener miedo de Mí: Perdón? ¿Pero qué pecado puedes haber cometido? Ni aún en el caso de que hubieras matado a Dios deberías tener miedo, si en ti hubiera verdadero arrepentimiento. ¡No llores! O ven, lloremos juntos”.

Jesús, que alzando una mano había hecho que se detuviera el fugitivo, ahora le tiene estrechado junto sí, y se vuelve a quienes están esperando y dice: “Un momento solo, para aliviar a este corazón. Después estoy con vosotros”.
Y se aleja hasta más allá de la casa, Jesús (…) continúa unos diez pasos  y se detiene: “¿Qué has hecho, hijo?”.

El hombre cae de rodillas. Es un hombre que tiene unos cincuenta años; un rostro quemado por muchas pasiones y devastado por un tremendo secreto. Tiende los brazos y grita: “Para gozarme con las mujeres, gastando toda la herencia paterna, he matado a mi madre y a mi hermano…Desde entonces no he vuelto a tener paz…Mi alimento… ¡sangre! Mi sueño… ¡pesadilla!... Mi placer… ¡Ah! en el seno de las mujeres, en su grito de lujuria sentía el hielo de mi madre muerta y el jadeo agonizante de mi hermano envenenado. ¡Malditas las mujeres del placer, áspides, medusas, murenas insaciables, perdición, perdición, mi perdición!”.

“No maldigas, Yo no maldigo…”
“¿No me maldices?”.
“No, ¡lloro y cargo sobre Mí tu pecado!... ¡Cuanto pesa! Me quiebra los miembros, pero aún así lo abrazo estrechamente para anularlo por ti… y a ti te concedo el perdón. Si. Yo te perdono tu gran pecado”. Extiende Jesús las manos sobre la cabeza del hombre, que está sollozando, y ora: “Padre, mi sangre será derramada también por él. Por ahora, llanto y oración. Padre, perdona porque está arrepentido. ¡Tu Hijo a cuyo Juicio todo ha sido remitido, así lo quiere!...”.

Permanece así durante unos minutos, luego se agacha para levantar al hombre y le dice: “La culpa queda perdonada. Está en ti ahora el expiar, con una vida de penitencia, cuanto queda de tu delito.

“¿Dios me ha perdonado? ¿Y mi madre? ¿Y mi hermano?”.
“Lo que Dios perdona queda perdonado por todos, quienesquiera que sean. Ve y no vuelvas a pecar nunca”.

El hombre llora aún con más intensidad y le besa la mano. Jesús le deja con su llanto y vuelve hacia la casa (…)
Ya está en su puesto. Empieza a hablar:

“Un alma ha vuelto al Señor. Bendita sea su omnipotencia, que arranca de las circunvoluciones de la serpiente demoníaca, a sus almas creadas, y las conduce de nuevo por el camino de los Cielos.
¿Por qué esa alma se había perdido? Porque había perdido de vista la Ley.

(…) La primera palabra del Padre y Señor es esta: “Yo soy el Señor, Dios tuyo”. En cada instante del día, la Voz de Dios pronuncia esta palabra y su dedo la escribe. ¿Dónde? Por todas partes. Todo lo dice continuamente: desde la hierba a la estrella, desde el agua al fuego, desde la lana al alimento, desde la luz a las tinieblas, desde el estar sano hasta la enfermedad, desde la riqueza hasta la pobreza.”Todo dice:  “Yo soy el Señor. Por Mí, tienes esto. Un pensamiento Mío te lo da, otro te lo quita y no hay fuerza de ejército ni de defensas que te pueda preservar de Mi voluntad”. Grita en la voz del viento, canta en la risa del agua, perfuma en la fragancia de la flor, se incide sobre las cúspides montanas, y susurra, habla, llama, grita en las conciencias:

 Yo soy el Señor Dios tuyo”.

¡No os olvidéis nunca de ello! No cerréis los ojos, los oídos, no estranguléis la conciencia para no oír esta palabra. Es inútil, ella es; y llegará el momento en que la pared de la sala del banquete, o en la agitada ola del mar, o en el labio del niño que ríe, o en la palidez del anciano que se muere, en la fragante rosa o en la fétida tumba, será escrita por el dedo de fuego de Dios. Es inútil, llega el momento en que, en medio de las embriagueces del vino y del placer, en medio del torbellino de los negocios, durante el descanso de la noche, en un solitario paseo…ella alza su voz y dice:

“Yo soy el Señor Dios tuyo”, y no esta carne que besas ávido, y no este alimento que, glotón, engulles, y no este oro que, avaro, acumulas, y no este lecho sobre el que te huelgas, y de nada sirve el silencio, o el estar solo, o durmiendo, para hacerla callar.

“Yo soy el Señor Dios tuyo”,
Soy el compañero que no te abandona, el Huésped que no puedes echar. ¿Eres bueno? Pues el huésped y compañero es el Amigo bueno. ¿Eres perverso y culpable? Pues el huésped y compañero pasa a ser el Rey airado, y no concede tregua, Mas no deja, no deja, no deja. Solo a los réprobos les es concedido el separarse de Dios. Pero la separación es el tormento insaciable y eterno.

“Yo soy el Señor Dios tuyo”, y añade: “que te saqué de la Tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud”. ¡Oh, con que verdad ahora lo dice! ¿De que Egipto, de qué Egipto te saca, hacia la Tierra prometida, que no es este lugar, sino el Cielo, el Eterno Reino del Señor en que no habrá ya hambre y sed, frío ni muerte, sino que todo rezumará Alegría y Paz, y de paz y Alegría, se verá saciado todo espíritu!

De la esclavitud verdadera ahora os saca. He aquí el Libertador. Yo soy. Vengo a romper vuestras cadenas. Cualquier dominador humano puede conocer la muerte, y por su muerte, quedar libres los pueblos esclavos. Pero Satanás no muere. Es eterno. Y es él el dominador que os ha puesto grilletes para arrastraros hacia donde desea. El Pecado está en vosotros, y el Pecado es la cadena con que Satanás os tiene cogidos. Yo vengo a romper la cadena. En nombre del Padre vengo, y por deseo Mío.

He aquí que, por tanto se cumple la incomprendida promesa: “Te saqué de Egipto y de la esclavitud”.

Ahora esto tiene espiritual cumplimiento. El Señor Dios vuestro, os saca de la tierra del ídolo que sedujo a vuestros Progenitores, os arranca de la esclavitud de la Culpa, os reviste de Gracia, os admite en su Reino. En verdad os digo que quienes vengan a Mí podrán con dulzura de Paternal voz, oír al Altísimo decir en su corazón Bienaventurado:

“Yo soy el Señor Dios tuyo y te traigo hacia Mí, libre y feliz”.

Venid. Volved al Señor corazón y rostro, oración y voluntad. La hora de la Gracia ha llegado”.

Jesús ha terminado. Pasa bendiciendo y acariciando a una viejecita y a una niñita morenilla y toda risueña.
“Cúrame, Maestro. ¡Me aflige un mal grave!” dice el enfermo de gangrena.
“Primero el alma, primero el alma, haz penitencia…”
“Dame el Bautismo como Juan, no puedo ir a él. Estoy enfermo”.

“Ven”. Jesús baja hacia el río que se encuentra pasados dos grandísimos prados y el bosque que le oculta. Se descalza, como también lo hace el hombre que hasta allí se ha arrastrado con las muletas. Descienden hacia la orilla, y Jesús, haciendo copa con las dos manos unidas, esparce el agua sobre la cabeza del hombre, que está dentro del agua hasta la mitad de las espinillas.
“Ahora quítate las vendas” ordena Jesús mientras vuelve a subir el sendero.
El hombre obedece. La pierna está curada. La multitud grita de estupor.
“¡Yo también!”; “¡Yo también!”; “¡Yo también el Bautismo dado por Ti!” gritan muchos.

Jesús, que ya está a medio camino, se vuelve: “Mañana. Ahora marchaos y sed buenos. La Paz sea con vosotros”
Todo termina y Jesús vuelve a casa, a la cocina que está a oscuras a pesar que sean todavía las primeras horas de la tarde.
Los discípulos se le arremolinan en torno. Y Pedro pregunta: “Ese hombre al que has llevado detrás de la casa, ¿Qué tenía?”

“Necesidad de purificación”

      “No ha vuelto, de todas formas, y no estaba entre los que pedían el bautismo”
“Ha ido a donde lo he mandado”
“¿A dónde?”
“A expiar, Pedro”
“¿A la cárcel?”
“No. A hacer penitencia todo el resto de su vida”.
“¿No se purifica entonces con el agua?”
“Es agua también el llanto”.

(…) “¿Y cuando nos vas a habilitar para hacer milagros?” sigue preguntando Judas.
“¿Nosotros hacer milagros?, ¿nosotros? ¡Misericordia eterna! ¡Y eso que bebemos agua pura! ¿Nosotros, milagros? Pero muchacho, ¿estás delirando? Pedro está escandalizado, asustado, fuera de sí.
“Él nos lo dijo en Judea. ¿O acaso, no es verdad?”.
“Si, es verdad, lo dije. Y lo haréis. Más mientras en vosotros haya demasiado carne, no tendréis milagros”.
“Haremos ayunos” dice Judas Iscariote.

“No se requieren ayunos. Cuando digo carne, quiero decir las pasiones corrompidas, la triple hambre, y tras esa pérfida trinidad, el séquito de sus vicios…Como hijos de una inmunda, bígama unión, la soberbia de la mente engendra, con la avidez de la carne y del poder, todo lo malo que hay en el hombre y en el mundo”.
“Nosotros lo hemos dejado todo por Ti, replica Judas.
“Pero no a vosotros mismos”.
“¿Entonces, tenemos que morir”, con tal de estar contigo, lo haríamos; yo al menos…”.

“No. No pido vuestra muerte natural. Pido la muerte de la animalidad y el satanismo en vosotros, y este no muere mientras se siga satisfaciendo el hambre de la carne y mientras haya en vosotros mentira, orgullo, ira, soberbia, gula, avaricia, acidia”.
“¡Somos muy humanos, junto a Ti, muy Santo!” dice sumisamente Bartolomé.
“Y siempre fue tan Santo. Nosotros lo podemos decir” afirma el primo Santiago.
“Él sabe cómo somos… Y no debemos desanimarnos, sino decirle solo: “Danos día a día la fuerza de servirte. Si nosotros dijéramos: “No tenemos pecado”, resultaríamos engañados y engañadores. ¿Y de quién al final? ¿De nosotros mismos que sabemos lo que somos, aunque no queramos decirlo? ¿De Dios, al cual no se le puede engañar?

Pero si decimos: “Somos débiles y pecadores. Ayúdanos con tu fuerza y tu perdón”, entonces Dios no nos defraudará, y en su bondad y justicia nos perdonará y nos purificará de las iniquidades de nuestros pobres corazones”.

“Dichoso tú, Juan, porque la Verdad habla en tus labios, que tienen perfume de inocencia y solo besan el adorable Amor” dice Jesús levantándose, y atrae hacia su corazón el predilecto, que ha hablado desde su rincón oscuro.

 








jueves, 3 de mayo de 2012

EMOCIONANTE MENSAJE PARA LOS .PADRES QUE TIENEN UN HIJO QUE MURIÓ



MENSAJES DESDE EL MÁS ALLÁ
(Dedicado a Adriana Magliano)

 


Un niño que preparé para el Sacramento de la Confirmación, hace ya muchos años, y que ahora se había convertido en un hombre "hecho y derecho", y profundamente católico, ha muerto por las consecuencias de una leucemia de tipología muy agresiva, a pesar de haber sido sometido a un trasplante. Su familia, devota de San Agustín, ha quedado muy afectada: su padre no cesaba de llorar.

Una noche, su hijo se le apareció en sueños, todo vestido de blanco y le dijo: "Papá ¿Porqué lloras?"

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MENSAJE A MIS PADRES Y HERMANOS



¡No lloréis por mí, vosotros,  que tanto me queréis!
 ¡Si conocierais el don de Dios y la majestad del Cielo!

¡Si pudieseis oír desde donde os encontráis, el cántico de los Bienaventurados, y me vierais en medio de ellos exultando de alegría!

¡Si fuerais capaces de ver con vuestros ojos el panorama de los horizontes infinitos, y de los senderos por donde yo camino!

¡Si solo por un momento, pudierais contemplar como lo estoy haciendo yo, la Sublime Hermosura de Dios, "tan antigua, pero siempre nueva"ante la cual todas las bellezas de la tierra palidecen y se marchitan!

Creedme, cuando la muerte venga a romper vuestras ataduras, como ya rompió las que me tenían encadenado, y cuando un día, solo conocido por Dios, vuestra alma entre en ese Cielo en donde yo os precedí…

Ese día, purificado y radiante, me volveréis a ver y volveréis a encontrarte con todo mi cariño y veneración a vosotros, que me habéis dado la vida.

¡No quiera Dios, que al entrar en ese mundo de infinita felicidad, yo sea infiel a los recuerdos y a las verdaderas alegrías de mi vida anterior con vosotros, y que yo os olvide y os quiera menos!

¡Me volveréis pues a ver, transfigurado en el éxtasis y la felicidad, que he conseguido por haber permanecido fiel a mis creencias que me habéis inculcado, no esperando ya la muerte,  caminando de trecho en trecho, con vosotros, en los nuevos senderos de la Luz y de la Vida!


¡
Entonces… enjugad vuestras lágrimas, y no lloréis ya más…Si me queréis!...”

  San Agustín de Hipona.

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miércoles, 2 de mayo de 2012

COMENTARIOS SOBRE EL PAPA BENEDICTO XVI


Benedicto XVI, un Papa para la Leyenda






REPITO CON ALGUNAS MODIFICACIONES LO QUE HABÍA ESCRITO EL 1º DE MAYO DE   2.008

Me preguntas acerca del Papa actual y de su viaje a Estados Unidos, te diré dos cosas sencillas, para poder juzgar a una persona, la primera y la más importante de esas cosas, es obrar de acuerdo con la recomendación de Jesús, que dijo: “A sus frutos los reconoceréis”.
Tarea harto difícil, porque los frutos son también algunas veces difíciles de distinguir, ya que hay frutos, como los del árbol del bien y del mal, que parecen apetecibles, porque así los pinta Satán, que siempre tienta bajo el aspecto del bien, ya que sabe de sobra que el mal conocido nadie lo cogerá, como así lo dice S. Juan de la Cruz, pero que entrañan la muerte del alma y del cuerpo.

Hay otro medio para distinguir si una persona va por buen camino, y es la opinión que tienen de ella los eternos enemigos de Dios y de su Iglesia: Los Abortistas, los partidarios de la Teología de la “liberación”, las hordas de los progresistas que quieren que la Iglesia predique una doctrina de total relajación moral y espiritual, y que son partidarios de anular la Jerarquía, puesta por Dios en el Universo, la sociedad y la familia.

Están también toda la jauría que viene a ladrar insistentemente contra el Papa Benedicto: Se trata de los libre pensadores, los relativistas, los abortistas, los eutanasistas, los  divorcistas, los homosexualistas, los pildoristas del día después, los Educadores para la Ciudadanía, los renegados, los Queiruguistas, los Masiánicos, los Castillistas, los metampsicólogos y los metampsicoticos, partidarios de la reincarnacion, también los animalistas, que quieren poner al mismo nivel los humanos con los simios, los que predican el Nirvana que es la hundimiento en la "Nada" , al contrario del Cristianismo que es la elevación y fusión en el "Todo", sin olvidar a los "Verderones", cuyos trinos se dirigen a la veneración de la naturaleza, ya que, estando errados y "herrados", sus orejeras le impiden ver el Sumo Creador.

Pues bien, el Papa actual es odiado por todo ese abanico tan variopinto de individuos que deseaban el nombramiento de un personaje como el Cardenal Martíni, Obispo emérito de Milán, el cual era partidario de muchas de sus pretensiones.

En mi opinión, el Papa actual, tiene una tarea dificilísima, y eso se percibe en su cara de humildad y de preocupación, porque la mentalidad que impera en todos los Medias y desgraciadamente, también en muchos miembros de la Iglesia, es la que pregona el hedonismo, la libertad absoluta para todos sus desmanes, la desobediencia, la prevalencia de la opinión del pueblo, el cual en su mayoría es partidario de todas esas situaciones y de otras aberraciones:  la crítica acérrima hacia toda autoridad, y queriendo transformar a la Iglesia de una Jerarquía en una democracia, fruto todo ello de la libre y falsa interpretación del Concilio habiendo creído erróneamente que era la llave para todos sus caprichos.

El Papa actual ha sido escogido por Dios para que cumpla con su santa Voluntad y combata todas esa aberraciones, y eso lo hace insoportable por la mentalidad satánica de los personajes que están descritos en el párrafo anterior, por eso es un buen Papa, que tiene una tarea harto difícil y que necesita de nuestras oraciones y nuestros sacrificios, sus enemigos están observándole con atención con la intención de encontrar en él un fallo para lanzarle una andanada de críticas, y aquí se repite lo que le ocurría a Jesús en su vida, donde los fariseos y los escribas, le observaban y le preguntaban para descubrir en Él un fallo, y así poder atacarlo y destruirlo, y quitarle el cariño y la estima de la gente para condenarlo.

El viaje a los Estados Unidos ha sido un pleno acierto. Ese País, la mayor potencia económica y militar del mundo, le pasa lo que al Imperio Romano en la época de su esplendor, a pesar de sus defectos. San Juan de la Cruz escribió que Dios le dio la supremacía sobre los demás pueblos, porqué tenían leyes más justas. Y aquí también podemos aplicar el segundo criterio de Juicio expuesto anteriormente. Esta Nación está odiada por toda la clase de personajes descritos anteriormente, porqué ahí los gobernantes no tienen ningún reparo en hablar de Dios y no se avergüenzan de ello, como también ocurre en Rusia en donde se ve al Presidente Putín en los actos solemnes acompañado por los dirigentes de la Iglesia Ortodoxa rusa (¡ Si Stalin levantara la cabeza!) ¿Quien se puede imaginar en Europa y sobre todo en España a Zapatero decir: “¡Dios os bendiga!”, o en Francia a Sarkozy decir: "Que Dieu vous benisse !”, sin embargo Bush dice: "God bless you”
           
Es gracias a Estados Unidos que el satánico Hitler y sus secuaces fueron derrotados, es también en parte gracias a ese País, que la ideología comunista ha prácticamente desaparecido del mundo, ideología que hemos conocido por las horribles secuelas que dejó en todos los Países donde gobernó. Por todas esas razones, ese gran País está odiado por tanta gente.

Nuestro Presidente, Zapatero, hecho insólito, se quedó sentado al paso de la bandera de ese País, pero se hubiera sin duda alguno levantado al paso de la bandera de Cuba si hubiera desfilado. El Presidente de la Junta de Andalucía cuando viajó a Cuba, dijo que se quedó deslumbrado ante Fidel Castro, el sanguinario dictador que tiene las cárceles repletas de paisanos, en condiciones atroces porqué no están de acuerdo con sus ideas, sin embargo desprecia a Estados Unidos por la cárcel de Guantánamo.
                                 
El Papa actual tuvo el valor y la humildad de pedir perdón por los horribles y desastrosos casos de pederastia, que otras personas de nuestra Iglesia, anteriores a él, habían intentado ocultar trasladado a los culpables de Parroquia en Parroquia y para colmo, ¡ Prohibiendo que se hablara de ello bajo pena de excomunión ! Él, sin embargo ha dado la orden acertada de destituir inmediatamente y de entregar a la policía a los culpables de esos horrores. Lo único que lamento profundamente es que no haya hecho lo mismo con los que ordenaron el traslado de los pederastas de parroquia en parroquia.

El Papa ha criticado el Relativismo actual del mundo en que vivimos, ha hablado muy claro y defendido con valentía el derecho a la vida y el valor de la familia tradicional, lo que sin duda alguna, ha desatado las iras de Satanás y de sus secuaces. También ha hablado de la unión de los cristianos y de la tolerancia, criticando el fanatismo y los asesinatos en nombre de Dios.

Su labor, bajo mi punto de vista es más eficaz, y hablo del punto de vista espiritual, que la de sus predecesores, porqué la Religión nada tiene que ver con la Política, en donde son necesarios los baños de multitudes para ganar votos. Aquí no se trata de ganar votos, pero si de derrotar a Satán, y eso se consigue sobre todo con la oración y los sacrificios. Sta. Teresita, patrona de las Misiones, hizo más que cien misioneros, y no digo que las misiones y las prédicas sean malas, pero si lo son, cuando las palabras no van acompañadas por una profunda fe y por una vida ejemplar.

Doy pues gracias a Dios por el Papa actual, por sus actuaciones y rezo por él. Pido a Dios que lo mantenga por muchos años y que pueda erradicar toda la basura que se amontona en su Iglesia, cada vez más oscurecida por el humo de Satanás.


Gloria al Padre; al Hijo y al Espíritu Santo

Gloria a la Inmaculada madre de Dios, la Virgen María
Gloria a San José su castísimo esposo



domingo, 29 de abril de 2012

DURÍSIMO ENFRENTAMIENTO DE JESÚS EN LA CASA DEL RESUCITADO DE NAÍM


La Resurrección del Hijo de la Viuda de Naím


           Maravilloso relato sobre uno de los más grandes milagros de Jesús;  descripción de la conversación de Jesús con los Fariseos y Doctores de la Ley, los cuales representan a todos los detractores actuales sobre la divinidad de Cristo Jesús. Vemos la gran paciencia de Jesús con sus detractores, y asistimos a un enfrentamiento abierto, cuando al final, quieren demostrar que todo es un complot entre el Pueblo de Naím; el resucitado y su familia para hacer creer un falso milagro. Jesús se llama Él mismo el Perseguido por los Escribas y Fariseos, a los cuales los compara con las hienas, que se regocijan en el olor de la carroña.

           Todos estas descripciones y palabras de Jesús están descritas en los Evangelios, y son fieles a todo lo que allí está escrito. Maravillosas descripciones de María Valtorta, que es una grandísima escritora, porque nos transporta de una manera increíble  a todos los acontecimientos relatados con más brevedad en los Evangelios. 



Del Poema del Hombre-Dios de Mª Valtorta.

Hay gran ambiente festivo en la ciudad de Naím: recibe a Jesús por primera vez después del milagro del joven Daniel resucitado de la muerte.
Precedido y seguido por un buen número de personas, Jesús atraviesa la ciudad bendiciendo. Además de los de Naím, hay personas de otros lugares, que vienen de Cafarnaúm adonde habían ido a buscarle y de donde los habían mandado a Caná, y de esta ciudad a Naím. (…)
Entre estas personas que han venido de otros lugares buscándole, no faltan fariseos y escribas, aparentemente respetuosos….

Jesús se hospeda en casa del joven resucitado, en la que han concurrido también las personas importantes de la ciudad; y la madre de Daniel, al ver a los escribas y fariseos – siete como los pecados capitales - , toda humilde, los invita disculpándose de no poder ofrecerles una morada más digna.
Está el Maestro, está el Maestro, mujer. Ello daría valor incluso a una cueva. Tu casa es mucho más que una cueva. Así que entramos y decimos: “Paz a ti y a tu casa”.

(…) Felices ellas (las que se cuidan del servicio). Felicísima la que, con la dueña de la casa ofrece las jofainas de las abluciones a los invitados importantes. Es una jovencita oscura de ojos y cabellos, pero de tez tenuamente sonrosada; más rosa cuando la dueña de la casa explica a Jesús que es la prometida de su hijo y que pronto se celebrarán las bodas. “Hemos esperado a que vinieras para celebrarlas, para que toda la casa quedara por Ti santificada. Ahora, bendícela para que sea una buena esposa en esta casa”.

Jesús la mira, y, dado que ella se inclina, le impone las manos diciendo: “Florezcan en ti las virtudes de Sara, Rebeca y Raquel; de ti nazcan verdaderos hijos de Dios, para su gloria y para alegría de esta morada”.

Ya Jesús y las personas importantes se han purificado y entran en la sala del banquete con el joven, dueño de la casa, mientras los Apóstoles, con otros hombres de Naím menos influyentes, entran en la habitación de enfrente. El banquete comienza.

Comprendo por lo que hablan que, antes de que empezase la visión, Jesús había predicado y curado en Naím. Pero los Fariseos y Escribas, poco se detienen en eso. En cambio llenan de preguntas a los de Naím para saber detalles sobre la enfermedad de que había muerto Daniel, sobre las horas que habían transcurrido entre la muerte y la resurrección, y sobre si había sido embalsamado completamente o no, etc, etc…

Jesús se abstrae de todas esas indagaciones hablando con el resucitado, que está magníficamente, y come con un apetito formidable. Pero un Fariseo llama a Jesús para preguntarle si había sabido antes sobre la enfermedad de Daniel.

“Venía de Endor por pura coincidencia, porqué había querido complacer a Judas de Keriot, como también había complacido a Juan de Zebedeo. Ni siquiera sabía que había de pasar por Naím cuando empecé el camino para el peregrinaje Pascual” responde Jesús.
“¡Ah!, ¿No habías ido premeditadamente a Endor?” pregunta asombrado un escriba.
“No. No tenía entonces, ni la más mínima intención de ir a Endor”.

“¿Y entonces, como es que fuiste?”.
“Lo acabo de decir: porqué Judas de Simón quería ir”.
“¿Y porqué ese capricho?”.
“Para ver la gruta de la maga”.
“Quizá es que Tú, habías hablado de eso…”.
“¡Jamás! No tenía motivo de hablar de eso…”.
“Lo que quiero decir es que… quizás habías explicado con ese episodio otros sortilegios, para incitar a tus discípulos en…”.
“¿En qué? Para iniciar en la santidad no se necesitan peregrinajes. Una celda o una landa desierta, un pico de montaña o una casa solitaria van bien igualmente. Basta, en quien enseña, autoridad y santidad, y, en quien escucha, voluntad de santificarse. Yo enseño esto, y no otras cosas”.

“Pero los milagros que hacen ellos, los discípulos, que son sino prodigios y…”
“Y voluntad de Dios. Solo eso. Y cuanto más santos vayan siendo, más harán. Con la oración, con el sacrificio y con su obediencia a Dios. No con otras cosas”.
“¿Estás seguro de eso?” pregunta un escriba, con la mano en el mentón y mirando de reojo, y de abajo arriba a Jesús, con tono discretamente irónico y no sin un sentido de conmiseración.

“Son las armas y la doctrina que les he dado. Si luego, alguno de ellos, y son muchos, se corrompe con innobles prácticas, por soberbia o por otra cosa, el consejo no habrá provenido de Mí. Puedo orar para tratar de redimir al culpable. Puedo imponerme duras penitencias expiatorias para obtener que Dios le ayude especialmente con luces de su sabiduría para que vean el error. Puedo arrojarme a sus pies para suplicarle que abandone el pecado, con todo mi amor de Hermano, Maestro y Amigo.

 Y no pensaría que me estaría rebajando al hacer eso, porque el precio de un alma es tal, que merece la pena sufrir cualquier humillación para ganarla. Pero no puedo hacer más. Si, a pesar de eso, continua el pecado, llanto y sangre rezumarán de los ojos y el corazón del traicionado e incomprendido Maestro y Amigo”. ¡Qué dulzura y qué tristeza en la voz y en la expresión de Jesús!

Los escribas y Fariseos se miran entre sí. Es todo un juego de miradas. Pero no hacen ningún comentario al respecto.
En cambio, eso si, hacen preguntas al joven Daniel: ¿se acuerda de qué es la muerte?; ¿qué sintió al volver a la vida?; ¿Qué vio en el espacio entre la muerte y la vida?
“Yo sé que estaba enfermo y que sufrí la agonía. ¡Oh, qué cosa tan tremenda!, ¡no me hagáis recordarlo!... Y, no obstante, llegará el día en que volveré a sufrirla. ¡Oh, Maestro!...”. Le mira aterrorizado, y empalidece ante el pensamiento que tendrá que volver a morir otra vez.
Jesús le consuela dulcemente diciendo: “La muerte es de por sí expiación. Tú, muriendo dos veces, quedarás purificado de toda mancha y gozarás enseguida del Cielo. Pero que este pensamiento te haga vivir una vida santa, de forma que solo haya en ti involuntarias y veniales culpas”.

Más los fariseos vuelven al ataque: “¿Pero que experimentaste al volver a la vida?”.
“Nada. Me he encontrado vivo y sano como si me hubiera despertado de un largo y pesado sueño”.
“¿Pero te acordabas de haber muerto?”.
“Me acordaba de que había estado muy mal, hasta la agonía y nada más”.
“¿Y que recuerdas del otro mundo?”.
“Nada, no hay nada. Un agujero negro, un espacio vacío en mi vida… Nada”.
“Entonces, ¿para ti, no hay Limbo, ni Purgatorio, ni Infierno?”.
“¿Quién ha dicho que no existen? Claro que existen. Pero yo no los recuerdo”.
“¿Pero estás seguro de haber estado muerto?”.

Reaccionan todos los que hay de Naím: “¿Qué si estaba muerto? ¿Qué más queréis? Cuando lo pusimos en la lechiga estaba casi empezando a oler. ¡Y además!... con todos esos bálsamos y vendas, habría muerto hasta un coloso”.

“¿Pero tú no te acuerdas de haber muerto?”.
“Os he dicho que no”. El joven se impacienta y añade: “¿Pero qué es lo que queréis establecer con estas lúgubres argumentaciones?: ¿Que un entero pueblo aparentara que me tenía muerto a mí, incluida mi madre, incluida mi mujer, que estaba en la cama muriendo de dolor, incluido yo, atado y embalsamado, y que no era verdad? ¿Qué estáis diciendo?: ¿Qué en Naím éramos todos niños o imbéciles con ganas de bromas? Mi madre se puso blanca en pocas horas, mi mujer tuvo que ser asistida porqué el dolor y la subsiguiente alegría la habían como enloquecido. ¿Y vosotros dudáis? ¿Y por qué lo íbamos a haber hecho?”.
“¿Por qué? ¡Es verdad! ¿Por qué lo íbamos a haber hecho?” dicen los de Naím.

Jesús no habla. Se entretiene con el mantel como si estuviera ausente. Los fariseos no saben que decir…
Pero Jesús, al improviso, cuando la conversación y el asunto parecían concluidos, abre su boca y dice: “El por qué es el siguiente. Ellos (y señala a los fariseos y escribas) quieren establecer que tu resurrección no fue sino una artimaña bien montada para aumentar mi estima ante las multitudes: Yo, el que la ideó; vosotros, cómplices para traicionar a Dios y al prójimo. No. Yo dejo las fullerías a los innobles. No necesito hechicerías, ni estratagemas, ni artimañas o complicidades, para ser lo que soy. ¿Por qué queréis negar a Dios el poder de devolver el alma a una carne? Si Él la da cuando la carne se forma, y crea una a una las almas, ¿no podrá restablecerla cuando, volviendo a la carne por la oración de su Mesías, puede ser incentivo para qué multitud de gente se acerca a la Verdad? ¿Podéis negar a Dios el poder del milagro? ¿Por qué lo queréis negar?

“¿Eres Tú Dios?”.
“Yo soy quien soy. Mis milagros y mis doctrinas dicen quién soy”.
“¿Y entonces por qué este no recuerda, mientras que los espíritus invocados saben decir lo que es el más allá?”.
“Porque esta alma, ya santificada por la penitencia de una primera muerte, habla la verdad; mientras que lo que sale de los labios de los nigromantes no es verdad”.
“Pero Samuel…”.
“Pero Samuel fue, por mandato de Dios y no de la maga, a llevar al desleal para con la Ley el veredicto del Señor cuyas disposiciones no se hacen objeto de burla”.

“¿Y entonces, por qué tus discípulos lo hacen?”:
La voz arrogante de un fariseo, que ha alzado el tono porqué se ha sentido tocado en la herida, llama la atención de los Apóstoles, que están en la habitación de enfrente, separados por un pasillo de poco más de un metro de ancho y sin separación de puertas o cortinas gruesas. Sintiendo que es algo que los atañe, se levantan y van al pasillo sin hacer ruido, y se ponen a escuchar.
“¿En qué lo hacen? Explícate. Si tu acusación es verdadera, les advertiré de que no vuelvan a obrar contra la Ley”.

“Yo sé en qué, y como yo otros muchos: Pero descúbrelo Tú por ti mismo. Tú, que resucitas a los muertos y te dices más que profeta. Nosotros, puedes estar seguro, no te lo vamos a decir. Además, tienes ojos para ver también muchas otras cosas cometidas por tus discípulos, hechas cuando no se debe o no hechas cuando se deben hacer. Y Tú no le das importancia a esto”.
“¿Queréis indicarme algunas de estas cosas?”.

“¿Por qué tus discípulos violan las tradiciones de los antepasados? Hoy los hemos observado. ¡Hoy otra vez! ¡No hace más de una hora! ¡Han entrado en su sala para comer y antes no se han purificado las manos!” (si los fariseos hubieran dicho: “Y antes han degollado a unos cuantos de la ciudad” no hubieran expresado un tono tan profundamente lleno de horror).

“Si, los habéis observado. Hay muchas cosas que ver. Cosas hermosas y buenas, cosas que mueven a bendecir al Señor por habernos dado la vida para que pudiéramos verlas, y por haberlas creado o consentido. Ésas no las veis. Y, como vosotros, otros muchos. Y la verdad, es  que perdéis el tiempo y la paz  yendo detrás de las cosas no buenas.

Parecéis chacales, o mejor, hienas que corren tras la estela de una pestilencia  y no se cuidan de la afluencia de perfumes que vienen en el viento desde jardines llenos de aromas. A las hienas, no les gustan las azucenas ni las rosas, jazmines ni alcanfores, cinamomos ni claveles. Para ellos, significan olores desagradables. Pero el hedor de un cuerpo en putrefacción en el fondo de un barranco, o en un camino, sepultado bajo los espinos a que le ha arrojado un asesino, o lanzado a una playa desierta por la tempestad, hinchado, cárdeno, agrietado, horrendo, ¡ah, ese hedor es perfume agradable para las hienas! 

          Olisquean el viento vespertino, que condensa y transporta consigo todos los olores que el sol destila de las cosas que ha calentado para sentir este vago, sugestivo olor; y, una vez descubierto, una vez captada su dirección, empiezan a correr, con el hocico alzado, los dientes descubiertos por la vibración – semejante a una risa histérica – de las mandíbulas, para ir al lugar de la podredumbre. Y, ya sea cadáver de hombre o de cuadrúpedo, o de culebra quebrantada por el campesino o garduña muerta a manos del ama de casa, o aunque fuera una simple rata… les gusta, sí, les gusta, les gusta. Y en ese hedor en fermentación hunden sus patas, comen, se relamen…

¿Qué hay hombres que día tras día se santifican¿ ¡Eso no les interesa! Pero basta con que uno sólo haga algún mal, basta con que algunos descuiden no ya un precepto divino sino una práctica humana – llamada tradición, precepto o como queráis… al fin y al cabo una cosa humana -, basta eso para ir allí, y acusar; aunque se trate solamente de una sospecha… cuando menos para darse la satisfacción de ver que la sospecha es una realidad.

Pues bien, responded ahora vosotros, vosotros que habéis venido aquí no por amor, sino con maligna intención, responded: ¿Por qué violáis el precepto de Dios por una tradición vuestra? ¡No me diréis ahora que una tradición es más que un mandamiento! Pues bien, Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “Quien maldijere a su padre o a su madre, será reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Aquel que dijere a su padre y a su madre. “Lo que debíais recibir de mí es korbán” no está obligado de usarlo para su padre o para su madre”. Por tanto, con vuestra tradición, habéis anulado el precepto de Dios.

¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías diciendo: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí; en vano me honran pues, enseñando doctrinas y preceptos de hombre”.

Estáis atentos a las tradiciones de los hombres, al lavado de ánforas y copas, de platos y manos, y otras cosas semejantes; pero, eso sí, descuidáis los preceptos de Dios. Os escandalizáis porque uno no se lave las manos; pero, eso sí, justificáis la ingratitud y la avaricia de un hijo ofreciéndole la escapatoria de la ofrenda sacrificial para no dar un pan a quien le engendró y ahora necesita ayuda, y él tiene la obligación de honrarle porqué es padre suyo. Alteráis y violáis la palabra de Dios por obedecer a palabras vuestras, elevadas por vosotros a precepto. Así, os proclamáis más justos que Dios. Os arrogáis el derecho de legisladores, siendo así que sólo Dios es Legislador en su pueblo. Vosotros…”.

Y seguiría, pero el grupo enemigo abandona la sala bajo la granizada de acusaciones, chocándose con los Apóstoles y con todas las otras personas que estaban en la casa, los cuales, atraídos por el tañido de la Voz de Jesús, se habían agrupado en el pasillo.

Jesús, que se había puesto de pié, se sienta de nuevo, e indica a todos los presentes que entren donde está Él. Les dice: “Escuchad todos, y comprended esta verdad. No hay nada, fuera del hombre, que entrando en él le pueda contaminar. Lo que sale del hombre, es lo que contamina. Quien tenga oídos para oír, que oiga y use la razón para comprender, y la voluntad para obrar. Y ahora, salgamos, vosotros, los de Naím, perseverad en el bien, y esté con vosotros siempre mi Paz”.

Se levanta, saluda en particular a los dueños de la casa y se encamina por el pasillo.

Pero ve a las mujeres amigas, que, recogidas en un ángulo lo miran embelesadas, y se dirige a ellas para decirles: “Paz a vosotras también. Que el Cielo os pague el haberme socorrido con un amor que no ha permitido echar de menos la mesa materna. He sentido vuestro amor de madres en cada miga de pan, en cada una de las viandas guisadas o asadas, en el dulce de miel, en el vino fresco y aromático. Amadme siempre así, buenas mujeres de Naím. Y la próxima vez, no trabajéis tanto para Mí. Es suficiente un pan, y un puñado de aceitunas condimentadas con vuestra sonrisa materna y vuestra mirada honesta y buena. Sed felices en vuestras casas, porqué tenéis el agradecimiento del Perseguido, que se pone en camino, consolado por vuestro amor”.

Las mujeres, todas, felices a pesar de estar llorando, se han arrodillado; y Él, al pasar, roza apenas, una a una, sus cabellos blancos o negros, como para bendecirlas. Luego sale, y reanuda su camino…
Las primeras sombras de la noche descienden y celan la palidez de Jesús, entristecido por demasiadas cosas.