MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

**
****************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************

rep

sábado, 2 de agosto de 2014

POR QUÉ LOS MÁRTIRES PERDONAN A SUS VERDUGOS EN LA TIERRA, PERO CLAMAN JUSTICIA EN EL CIELO

TODO EL QUE QUIERE, PUEDE ALCANZAR LA VIDA ETERNA
EN ESTE MUNDO


Mensaje de Misericordia de Jesucristo al mundo actual

(Confiado a Santa Faustina)


965- Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de mi misericordia. Si no adoran a Mi misericordia, morirán para siempre. Secretaria de mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mí Justicia.


La Misericordia está compuesta de dos premisas:
          La Justicia: Perdono y es necesario, porque Cristo sabe que yo también soy pecador, y si yo no perdono no seré tampoco perdonado, porque cualquier pecado es una ofensa al prójimo y también a Dios.
          La bondad: Perdono, y es también necesario, porque Cristo sabe que si he sido misericordioso con los demás, Él también lo será conmigo.

En eso consiste el mensaje de Jesús a Santa Faustina: el que no quiere entrar por la Puerta de la Misericordia, es decir el que no se ha acogido a estos dos axiomas, será tratado como él mismo trató a los otros, con Justicia que exige que sea tratado como trató a los demás; y con maldad, que es como también trató a su prójimo, y a esos se aplica la maldición de Dios.

Y la mayor sorpresa de los juzgados será, como lo relata el Evangelio, descubrir que todo el mal y el bien que hicieron a sus semejantes, se lo hicieron a Dios mismo.

Quiero aquí aclarar una discusión con cierto individuo, al que yo citaba las palabras del Apocalipsis, en donde los Santos martirizados pedían a Dios Justicia. Apocalipsis 6, 9-11

"Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a los degollados por anunciar la palabra de Dios y por haber dado el testimonio debido. Y gritaban con potente voz diciendo:
-Señor Santo y veraz, ¿Cuándo nos harás justicia y vengarás la muerte sangrienta que nos dieron los habitantes de la Tierra?
Se les entregó entonces a cada uno un vestido blanco y se  les dijo: Aguardad un poco todavía. Aguardad hasta que se complete el número de vuestros compañeros y de vuestros hermanos que, como vosotros van a ser martirizados".

Pues la reacción de este individuo fue negar que esto fuera posible, y argumentaba que todos los mártires murieron perdonando a sus verdugos. Y esto me recuerda también las palabras de cierto Profesor, cuando yo estudiaba en la Facultad de Teología de Granada para ser profesor de Religión, y que criticaba nada menos que a Santo Tomás de Aquino, porque ese Doctor de la Iglesia había afirmado que una de nuestras más grandes alegrías en el Paraíso, será ver como se cumplió la Justicia de Dios hacia los condenados.

Estamos pues en presencia de dos comportamientos que a primera vista parecen contradictorios, pero que personalmente creo que son los más adecuados, y que reflejan perfectamente la mentalidad de los hombres, que es necesaria en este mundo, pero que no será así en el Santo Reino de Dios. Y este hecho resulta incomprensible para los modernos teólogos, que son los abanderados de la Teología del relativismo, como Hans Küng, Massiá o Queiruga, fieles seguidores de Satanás que les ha infundido la idea falsa de que no hay diferencia alguna entre el Pecado y la Virtud.

Dice Jesús en las obras de Mª Valtorta: 

"No seas ilusos, en el día del Juicio mi cayado de Pastor se cambiará en un cetro Real, y mi Justicia será inexorable".
"Yo redimiré a todos los hombres que se arrepientan, los impenitentes no tendrán redención".

Basta también recordar las terribles palabras de Jesús dirigidas a los condenados en el Juicio final, relatadas en los Evangelios. En donde Jesús dice textualmente:
"...Apartaos de Mí, malditos, id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles..." (Mt 25-41)
Y, a pesar de estas palabras tan claras, que no se prestan a confusión, muchos "Teólogos" no tienen ningún reparo en afirmar, ¡Que no es Dios el  que castiga, que es el alma que se aparta de Él!
La explicación a este problema, creo sinceramente que es bien sencilla: Aún estamos en el tiempo en que el trigo y la cizaña están creciendo, y no vemos muy claro cual es el trigo y cual es la cizaña, esta última no se puede arrancar aún, ya que se puede confundir con la buena semilla plantada por Dios. Pero aquí subsiste otro problema de fondo: Mientras hay vida hay esperanza, lo que quiere decir que Dios y el hombre pueden hacer el milagro de transformar la cizaña en trigo por la Acción de la Gracia, que proviene de Dios, y el hombre con el perdón hacia su semejante, puede dar vía libre a la Misericordia, que proviene de la inmensa fuerza del Amor de Dios, que es el Espíritu Santo. 

De la misma manera, pero a la inversa, el trigo se puede transformar en cizaña por el veneno del Odio inoculado por Satanás gracias al pecado del orgullo, que abre la puerta a todos los pecados, que conducen a la muerte del alma.



Y esto es lo que explicó el Ángel Azarías a María Valtorta:


[...] Nosotros queremos de ti este completo conocimiento (el don del discernimiento de los espíritus) a fin de que produzca un mar de misericordia dulcísima en el que tu puedas purificar los ánimos de tus hermanos absolviendolos, en lo que está de tu parte, de toda culpa y pidiéndole al Dios de la Misericordia que les absuelva. 

Recuerda siempre que tu Señor y mío, te enseñó que la fuerza que consigue el perdón de Dios para un pecador, es el perdón del ofendido. 
Es un trastrueque en la petición de la Oración de Jesús Santísimo: "Padre perdónanos nuestras deudas como nosotros se las perdonamos a nuestros deudores" dice el Padrenuestro. Es la misericordia de su corazón que todo y a todos absuelve diciendo: "No son unos malvados sino unos infelices" y grita asimismo: "Padre, perdona a nuestros deudores puesto que nosotros ya les hemos perdonado todo".  

               [...] Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo."

Y esa es la verdadera explicación del porque los Mártires perdonan a sus verdugos en esta Tierra, y en el Cielo, donde se ha recolectado el trigo y la cizaña, claman Justicia. 

En este mundo, y desgraciadamente en muchos católicos, en donde se ha implantado el relativismo y en donde casi nadie se da cuenta de la gravedad del pecado, que es una ofensa grave a Dios, y un sufrimiento añadido a su cruenta Pasión, esta postura es incompresible. Dice San Juan de la Cruz en los Dichos de luz y amor:

"No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia de el bien y de el mal".

Esto, dicho hace 500 años, en donde se admiraba la Virtud, y se despreciaba el pecado, es en nuestros días, más verdadero que nunca, ya que como lo hemos dicho, el Demonio ha impuesto el relativismo en la Sociedad, y para muchos, el pecado es mejor que la Virtud. Y además, se predica también un Dios relativista que quiere igual a un Santo asceta que a un sádico pecador.
           

           
    

          

jueves, 24 de julio de 2014

DIÁLOGO DE DIOS CON LOS CONDENADOS QUE HAN ESCOGIDO LIBREMENTE SU DESTINO: EL ÁNGEL AZARÍAS OPINA SOBRE LA SOCIEDAD ACTUAL



EL JUICIO FINAL




























Extraordinario mensaje de Azarías, ángel de la Guardia de María Valtorta, que viene a confirmar la Doctrina tradicional, enseñada desde los orígenes del cristianismo por los Apóstoles, los Santos Doctores, y la Iglesia católica.

1º - El mundo ha sido creado por Dios para que el hombre lo conozca, lo venere y siga sus mandamientos; si en algún tiempo, nadie cumple con esas obligaciones, ocurriría lo que pasó en el diluvio y en Gomorra y Sodoma: el mundo sería destruido.

2º- En su gran mayoría, el mundo no obedece las Leyes de Dios, pero subsiste, porque hay Santos que sufren y oran a Dios por los pecadores y lo alaban con Santo temor de no ofenderle, y con encendido Amor.

3º - Dios antiguamente mandaba Profetas para recordar a los hombres que se apartaban de su Ley y para anunciar los acontecimientos futuros, entre ellos el más importante: La venida del Mesías para redimir a toda la Humanidad.

4º - Hoy día la misión de algunas almas, escogidas por Dios no es ese tipo de profetismo, ya que todo ha sido revelado y cumplido con la venida de Cristo Jesús, su misión consiste en recordar a la gente que se está apartando del camino recto, queriendo adaptar la Doctrina a las modas del tiempo: La Teología de la secularización, la Doctrina “descafeínada" o "light”, con un Dios que es incapaz de castigar a nadie porque todos somos hijos suyos, cuando esta filiación solo se obtiene por un cambio radical del comportamiento.

5º - Dios Todopoderoso, ha puesto el hombre en este mundo, dotándolo de libertad para escoger entre el Bien y el Mal, es decir entre Dios y Satanás, esta situación es la que transforma el alma en Hijos de la Luz, o en hijos de las Tinieblas, para ello el hombre tiene toda una vida, ya que algunos pueden resucitar unos momentos antes de comparecer ante el Juicio de Dios, debido a las oraciones de los Santos, a la acción del Cuerpo Místico de Cristo, o a alguna buena acción que haya realizado en vida, que solo Dios conoce.


***************************

Dice Azarías:

“Las culpas de los pueblos son tales y tantas que, de no ser infinita la benignidad de Dios y su paciencia divina, hace ya tiempo que el mundo habría sido destruido como un horror del Universo; horror que tendría que desaparecer por cuanto en una Creación perfecta no deben subsistir cosas ignominiosas.

Más en el mundo, que a la sazón es ya el vestíbulo del Infierno y feudo de Satanás, existen siempre justos, raros, es cierto, como las estrellas en una noche de tempestad y como las palmeras en la inmensidad árida de los desiertos. Y como ya se echa de ver por el episodio de Abraham, Dios está dispuesto a usar de misericordia hasta con los pecadores y salvarlos del castigo si entre ellos hay justos que ruegan. Salvarlos de las desventuras materiales y morales mientras dura su vida, y darles tiempo de tornar al Señor hasta cuando llegue su ocaso - No salvarlos después de la vida si merecieron castigo, ya que en el día de Dios ya no sirven las súplicas de los justos para salvar a los que están muertos a la Gracia. 

La Justicia requiere su curso. Y si hasta con ira y descompasadamente ellos le gritan al Eterno Juez: “Tú nos odias y defraudas nuestra parte de bien”, Él les responderá justamente: “No, os dí vuestra parte, queríais gozar, gozar de las riquezas, del poder, de la lujuria y de las francachelas, conseguido todo ello a cualquier precio. Todo eso lo habéis tenido y os dejé gozarlo como queríais. La elección fue vuestra, elección que Yo respeto y os la dejo para siempre.

En mi Reino solo entran los que vivieron castos, sobrios, justos, misericordiosos, aquellos que sufrieron y lloraron, incluso por vuestra causa, y que amaron a Dios, al prójimo y hasta a vosotros que les afligíais. Marchad. ¿Acaso no decíais que era necedad dejar el gozo para el futuro y cordura gozar del presente seguro? Así os lo concedo. Pues gozásteis en el corto presente, sufrid ahora en el presente eterno”.

Los justos ruegan por los pecadores. ¡Ay si no fuese así! Al lavacro diario y perpetuo de la Sangre Divina se mezclan las plegarias y lágrimas de los justos. Y esta rociada de caridad purifica el mundo de este exceso de inmundicia que la Infinita Misericordia no podría soportar. Por eso el mundo puede subsistir por más que el ojo de Dios lo mire con una severidad que a nosotros los Ángeles, nos impresiona.

Si acaso transcurriese tan solo un día sin que en todo el Orbe se realizara una obra buena; si ocurriese que una vez algún día en que los justos se hicieran pecadores, la luz ya no iluminaría la Tierra, porque sería destruida, porque la Justicia Divina la habría eliminado de las obras creadas.

Lo que os digo puede daros la medida de cuánto sea el valor de la Justicia de los hombres a los ojos de Dios. Una de las causas de justicia es el sincero y humilde conocimiento de si mismos y de las obras de Dios en vosotros. Esta es una de las sabidurías más difíciles de encontrar en los cristianos, aun en los mejores. Una equivocada valoración de las virtudes hace que, efectivamente, para ser humildes, se hagan insinceros y, a lo mejor, hasta hipócritas, sin pensar que con ello se hacen, incluso desagradecidos.

Hay muchos que, siendo buenos, poseyendo dones particulares y sabiendo que son buenos por recibir dones especiales del Señor, por una falsa humildad dicen de sí, ser pérfidos o que carecen de esos dones que los demás reconocen en ellos.

Pues bien, aún en esto se requiere justicia, prudencia, humildad y sinceridad sumas. Prudencia en mantener oculto el don gratuitamente recibido, a fin de que su conocimiento no degenere en fanatismo de la gente, en turbación del beneficiado, en pérdida del tiempo – que, por otra parte podría ser empleado en servicio del Señor -, en tentación y tal vez de pecado de orgullo. Es de obligación no ponerse en ocasión de tentación.

El hombre, aún que sea el mayor favorecido por Dios, debe tener siempre presente que es un hombre, no debiendo por tanto preciarse de ser perfecto ni lisonjearse temerariamente de que, por más que cometa alguna imprudencia, el Señor la reparará en atención a su hijo predilecto. Está bien dirigirse al Padre, diciéndole que no nos induzca en tentación, pero es obligado comportarse de forma que se evite ponerse en peligro de tentación.

[…] La prudencia, que es siempre compañera de un reservado silencio, que no admite propaganda y oculta lo extraordinario bajo las apariencias de vida ordinaria, no debe por lo demás, degenerar nunca en falsa humildad ni en mentira.

Cuando y con quien es, por deber, necesario para vosotras, queridas almas extraordinarias debéis hablar o responder a quien puede interrogaros, no debéis por falsa modestia, decir: “Yo nada tengo pues soy la más grande pecadora, cuando por dentro, sentís que aún que seáis almas muy pequeñas, con todo por la Gracia de Dios, no sois pecadoras hasta el punto de disgustar al Señor. Eso sería mentir. Si estuvierais convencidas de serlo, el manifestarlo solo sería la humilde confesión de la culpa y miseria contenida en vosotras. 

Más si la conciencia os asegura que vuestra pequeñez no se halla manchada con culpa grave, no debéis mentir. Y sobre todo no lo debéis hacer con el secreto deseo de oír que se os diga: “No, si tú eres una santa”, para complaceros con ello. Con el espíritu rendido ante la potencia amorosa de Dios que os ama, responded sinceramente al que tiene derecho a interrogaros: “Si, el Señor ha hecho en mí estas cosas por más que yo sea pobre e imperfecta”.

No fue imperfecta María al cantar su salmo. Reconocía humildemente las grandes cosas que le había hecho Dios para que su alabanza subiese al Cielo junto con la de su pariente, prototipo de todas las almas que habrían de alabar al Señor a través de María que es el Instrumento suave y Santo de las obras del Señor y de vuestra salvación.

Tampoco es soberbio Pablo cuando dice: "Imitadme". Simplemente les dice a sus fieles que le imiten porque la Misericordia de Dios, unida a la voluntad del hombre, había hecho de él, Pablo, un retrato acabado de Cristo, Así como en otra ocasión manifestó sus culpas pasadas y confesó que, siendo ya Apóstol, le golpeó el ángel de Satanás, así también dice aquí: "Imitadme", como en otro lugar dice sinceramente haber gozado de las Revelaciones del Señor y haber sido arrebatado al tercer cielo.

[...] Igual sucede con los instrumentos de Dios. Deben resplandecer. En lo alto de su esfera especial donde Dios los colocó, separados, disgregados del resto del mundo, desconocidos por su nombre y domicilio, e ignorados tal vez durante años como tales instrumentos especiales aún después de su muerte, deben no obstante resplandecer. Y ¿Cómo? Con su santidad de vida, con su incansable trabajo acorde con los quereres de Dios, con su amor y las demás virtudes que en los momentos precisos "magnifican al Señor por las grandes cosas realizadas en ellos", pero siempre iluminan porque el Señor, al vivir en ellos de un modo total, trasluce y emana de ellos su Luz y su Santidad, y como navegantes perdidos en un mar tenebroso y agitado, los espíritus se dirigen a estos faros solitarios azotados por las tempestades del enemigo, y de los enemigos de Dios y de sus instrumentos, más fuertes y heroicos, siempre dispuestos a acoger la Luz y a irradiarla sobre los náufragos para que logren salvarse.

Las almas buscan a Dios. Muchas veces os parecerá que no lo hacen. Nada sabéis vosotros de los espirituales sufrimientos de las almas encerradas en un ser con cuerpo y sentimientos que son enemigos de Dios. Los mismos poseedores de estas almas envilecidas ni se percatan de las lágrimas de su alma obcecada y encadenada que se agita y busca la Luz desde el fondo de su cárcel de la que alguna vez intenta evadirse y buscar a Dios, aspirar un sorbo de aire celestial, saturar su alma espiritual de una Luz del Cielo y recoger palabras arcanas que llevan consigo en su secreto interior.

Palabras que, al parecer se dijeron y recogieron en vano, pero qué, a lo mejor, resurgen en el lecho de muerte venciendo en la última batalla al entregar el espíritu a Dios. Palabras que, tal vez, cierran una salida al error y al delito, palabras que alguna vez, sacan a un espíritu del abismo permitiéndole retornar al camino de Dios.

No son necesarias muchas palabras. Ninguna tal vez. Basta verse: una mirada. Vuestros ojos miran de un modo que ya no es terreno. No sois vosotros los que miráis. Es Cristo que mira a través vuestro. Miráis pero no veis al hombre que tenéis delante. Lo que veis es su alma con vuestra alma. Y así, es por mirar con el alma tras haber colmado vuestra mirada de Luz celestial, por lo que no miráis al modo de todos los demás.

Al escuchar relatos ajenos, muchas veces calláis, Más, al tiempo que vuestros labios callan, vuestra alma está amando. Y, al amar, acaricia y reconforta el alma exasperada, enferma y airada que os habla. Con todo, hablad alguna vez e intercambiad palabras banales con interlocutores banales a los que queréis ocultar vuestro secreto. Más, como una nota de canto que de cuando en cuando se escapa de una sala cerrada, llenando la calle de dulzura que la recoge el pobre consolándose con ella, así también caiga de cuando en cuando de vuestros labios una perla espiritual: chispa desprendida del fuego que os posee y que vuestro interlocutor recoge, e incluso la medita, con lo que su alma despierta, reflexiona y algunas veces decide.

Nada se pierde nunca de las obras del amor. En vosotros está el Amor y todo, por ello es activo. Si, hay muchos, demasiados que viven como enemigos de la Cruz de Cristo, su fin es la perdición, su dios el vientre y su gloria la hacen consistir en su vergüenza, solo pensando en las cosas e la Tierra. Esto es así, pero muchas veces no son sino almas salvajes o asalvajadas por un complejo de circunstancias. No saben, ni conocen y es por eso que no aman ni distinguen. Las iglesias están de sobra para ellos. ¿Qué son para ellos las iglesias? Están de más los sacerdotes. ¿Qué son para ellos los sacerdotes? Son inútiles los Sacramentos. ¿Qué son para ellos los Sacramentos?

¿Sabe por ventura el salvaje que cosa es el navío que ve cruzar delante de sus costas, o el avión que cruza el cielo? Los toma por misteriosas formas mágicas y pavorosas capaces de dañarle, y si puede, las combate. ¿Sabe acaso el antropófago que representa el hombre que, en nombre de la Cruz o de la Ciencia, se aventura a penetrar en sus tierras para llevarle la fe o para estudiar las enfermedades y curarlas? Para el antropófago no es sino la presa que hay que abatir para comerla o bien al que hay que matar como hechicero maléfico.

 ¿Sabe también el salvaje o el hombre primitivo o ignorante que cosa es el suero que el médico le quiere inocular para salvarle de determinada epidemia? Para él es tan solo veneno, venganza del hombre blanco sobre las razas inferiores y, entre los blancos de los Países civilizados, y tal vez un procedimiento usado por los gobernantes para eliminar a los más desgraciados. ¿Cuántos médicos no han sucumbido linchados por el furor desatado a causa del miedo de los salvajes y los ignorantes?

No os sorprendáis por tanto, de que los salvajes espirituales que convivan con vosotros, teman, odien, huyan o se abalancen sobre todo aquello que forma parte del espíritu y de la Iglesia y vivan en su bestial ignorancia. Son unos infelices. No acuden a las corrientes espirituales que solo contemplan por ser vistosas, pero que las rehuyen. Ahora bien, ¿Quien deja de beber de un manantial fresco que brota de la ladera de un monte? Parece tan humilde, tan privado de poder milagroso... No cabe sospechas ni prevenciones contra él y se acaba bebiendo de su frescura. Así es como penetra la Gracia inadvertidamente a donde de ningún otro medio habría penetrado.

Muchos, que eran enemigos de la Cruz y vivían para su vientre y para las cosas de la Tierra, dejan de serlo gracias a las secretas operaciones de los ocultos misioneros del mundo civil, que sois vosotros, instrumentos de Dios.

Aún hay muchos que os odian: aquellos en que reina Satanás que os odia por su conducto. Más no os preocupéis ni tengáis miedo. Decíos: "Somos ciudadanos del Cielo del que nos viene Cristo, que transforma el cuerpo de nuestra humillación en Luz que no se extinguirá". Y manteneos firmes en vuestra labor. 

Y, si ni aún entre los sacerdotes de Cristo encontráis quien os tienda la mano, como recomienda Pablo a su fiel compañero y a sus Filipenses que hagan con Síntica y Evodia, estad firmes, pensando que vuestros nombres figuran escritos en el libro de la Vida, puesto que vivís, trabajáis y morís por la Gloria de Dios y el conocimiento del Evangelio.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo".




          



          

         




viernes, 18 de julio de 2014

EL ALMA PUEDE MORIR Y RESUCITAR, EL TEMOR PRECEDE SIEMPRE AL AMOR.

EL HOMBRE TIENE QUE ESCOGER ENTRE EL AMOR Y EL ODIO
Bella imagen del ángel tenebroso, teniendo en sus manos un dragón,
que es el odio; y el ángel de Dios, teniendo en su mano
 una preciosa ave, que es el Amor



         Este discurso del Ángel Azarías es para mí - aparte de la Biblia, y sobre todo de las Palabras de Jesús en el Evangelio, con las Epístolas de los Apóstoles -, el más sublime de los que se han pronunciado, y que han sido oídos por un ser humano. Estas palabras son una verdad que "muerde" a toda la retahíla de progresistas que predican insistentemente la Doctrina "descafeínada" de los teólogos progresistas tipo Hans Kung, Massiá, Queiruga y tantos otros que son los abanderados de la teología de la secularización, del relativismo, y del inmovilismo con sus discursos anestesistas: "Dios te quiere como eres, hagas lo que hagas, Dios siempre te querrá, ¡hay que estar a gusto con sus pecados!".

          El Ángel explica claramente que cuando se odia, se corta como con un cuchillo la unión con Dios, y el alma muere y se vuelve putrefacta, solo el arrepentimiento profundo y sincero opera el Milagro de Dios, que resucita el alma, hecho que solo es posible en esta Tierra cuando el trigo aún no ha madurado y está mezclado con la cizaña sembrada por Satanás, como lo dice el Evangelio.

PALABRAS DEL ÁNGEL AZARÍAS

A MARÍA VALTORTA (23-6-1.946)


           [...] El temor de Dios preserva de las culpas y dota de vista segura al espíritu del hombre, y el espíritu que "ve" no puede dejar de creer en Dios y en sus Palabras y, de esta suerte salvarse de la muerte espiritual. Juan, el Precursor, predicaba el temor de Dios para descombrar los caminos al Cristo que venía a salvar a su pueblo. Jesús, el Salvador, predicó el amor por los caminos de la Salvación.

             El temor precede siempre al amor; y diré así, la incubación del amor es la metamorfosis del sentimiento en un grado más elevado. El temor es todavía del hombre mientras que el amor es ya del espíritu. El hombre que teme a Dios se halla, a no dudar en el buen camino siempre que su temor a Dios sea justo, es decir, que no sea un ignorante e irracional miedo de Dios, más con todo, es siempre un camino trillado por quien no han desplegado las alas para volar a un desconocimiento más alto de lo que es Dios, esto es: Misericordia y Amor. El hombre que teme sigue sintiéndose el castigado por la culpa antigua y las suyas actuales. En cambio el hombre que ama, se siente el "perdonado" por los méritos de Cristo y revestido con ellos, de modo que el Padre ya no lo ve como súbdito, sino como hijo. El temor es bueno para tener sofrenada con las riendas a la materia; más el Amor es óptimo para dotar de calor de santidad al espíritu.

       Con solo el temor, el culpable se arrepiente; más su arrepentimiento es todavía mudo y oscuro al estar sofocado, cual llama bajo el celemín, por el temor al Dios Juez. El culpable que al temor añade el Amor, suspira y su alma se encuentra ya en una luz que le ayuda a hablar al Padre y a ver su estado espiritual porque, no ya las culpas graves, pero también las veniales e imperfecciones se le presentan cual pobre capa de hierba bajo árboles altísimos y, a su vista, puede, no solo talar los árboles, más también arrancar los brotes, limpiando así el terreno para sembrar en él las virtudes gratas a Dios.

               Por tanto el culpable cuya fortaleza estriba en el amor, no solo posee el arrepentimiento perfecto - porque se arrepiente, no ya por temor al castigo, pero por la pena de haber causado pena a su Dios amado - sino que en el mismo amor tiene su absolución primera. Y en verdad, pocas veces aquel que ama con todo lo que esto es, llega a las culpas mortales. Solo un asalto imprevisto y feroz de Satanás y de la carne podrán abatirle momentáneamente. Más en general, el amor preserva de caer y cuanto más fuerte es, tanto más débil será el pecar, lo mismo en número que en gravedad, hasta ir menguando el pecado, quedan solo imperfecciones apenas aparentes en aquellos que alcanzaron el perfecto amor, es decir la Santidad.

               El Apóstol Juan, el bendito y amoroso Juan, os da en la Epístola la medida de lo que puede la caridad y las cumbres que alcanza. Y, en contraposición, os hace ver el abismo en que se precipita quien no tiene la caridad:

"Nosotros sabemos haber sido transportados de la muerte a la Vida porque amamos a los hermanos"-

                ¡De la muerte a la Vida! María, ¡que frase tan lapidaria!  El hombre, si no ama, ha muerto, es un muerto. Y si ama, el hombre, tras haber sido muerto, resucita y adquiere la Vida. ¿Como puede ser? ¡Esto es un verdadero milagro! Los pobres, los verdaderos pobres del mundo, es decir aquellos que no conocen a Dios, no pueden asimilar esa verdad y se ríen de ella, como palabras de locos. Más el que cree, el que realmente cree la comprende perfectamente.

              Dios es caridad, por eso el que ama está en Dios ¿Quien es el que da y devuelve la vida? Dios. Sea que traiga al hombre del barro y lo vivifique con el aliento divino espirando sobre la forma de creta, sea que coopere a la formación de los hombres creando un alma para el embrión animal que fue concebido en un seno, el alma: la vida del hombre que no es un bruto y que, sin esta vida de su existencia, no estaría ni materialmente vivo porque a él para estarlo, no le basta tener como los animales, la respiración en las narices sino que debe poseer esta alhaja espiritual, esta vena espiritual que le mantiene unido al Seno Santísimo de su Creador y nutrido por el que es Espíritu, Luz, Sabiduría y Amor. Y sea por fin a aquel que entregó su alma, el que la vuelva a infundir resucitándolo, es siempre el "Quiero" Divino el que hace vivir a la criatura.

    Y quiero aquí añadir unas observaciones personal: efectivamente el mono dicen que comparte el 99% de los genes del ser humano, pero el mono al no tener alma es un ser virtual, es decir un espejismo, porque para Dios que es eterno, solo lo importante es lo que es también eterno, ya que está escrito que Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza, naturalmente la mayoría de los antropólogos obcecados y soberbios, que siendo finitos quieren explicar la Creación que es infinita, consideran el mono como un ser humano y algunos están empeñados en clasificarlos en esa categoría.

           El alma humana puede por el pecado morir, pero en este mundo gracias a la Comunión de los Santos, gracias a las oraciones de los hermanos, puede lograr en esa alma abrir un resquicio para que penetre en ella la Luz divina, y lograr el arrepentimiento que es la sublimidad del amor, en ese caso Dios puede resucitar al alma muerta y devolverle la Vida, hecho que será imposible a la muerte de la persona, porque la mies estando segada no puede volver a crecer, y el trigo irá en los graneros de Dios y la cizaña al fuego eterno, como así lo explica Jesús.

           Mas la criatura  tiene una vida en su vida: su alma, y esta que, al ser inmortal, no muere por la muerte física, puede muy bien morir si, como antes he dicho, se separa del seno de su Señor. El odio, cualquiera que sea su forma y testimonio, es el cuchillo que corta la ligadura que une el Señor con el alma, una vez separada del Señor, muere.

            Por eso únicamente la caridad es la que de los muertos hace vivos. Porque sin Caridad estáis muertos. Y muertos estaban muchos, y más antes que la Caridad hecha Carne viniera a enseñar el Amor como Salud.

        Por eso puede muy bien decir el Apóstol Juan, que los verdaderos cristianos han sido trasladados de la muerte a la Vida por la Caridad que tiene su mandamiento de amar a los hermanos hasta el holocausto, dando así el ejemplo del Amor perfecto. El mandamiento del Amor, que los buenos acogen, es como el soplo de Vida inspirado al barro para hacer de él a Adán, o el Fiat que se repite en cada infusión del alma en un germen de hombre y, sobre todo, como el grito del Resucitador: "¡Yo te lo digo: levántate!" y el "¡Lázaro, ven afuera!" a los resucitados de Palestina.

              Dios, que vuelve a entrar con el Amor, devuelve la Vida a los muertos mediante el Amor. Más el que no ama continúa en la muerte, esto es en el pecado, porque el pecado en todas sus formas es odio. El hijo que no respeta a sus padres y los oprime con exigencias y egoísmos, el que daña a su prójimo con la violencia, el hurto, la calumnia y el adulterio es un homicida. Lo es igualmente al que hace morir de vergüenza o de dolor, lo mismo que quien lleva las almas a la desesperación con actos que le arrebatan la paz, la fe, el honor, la estima y el medio de trabajar, de vivir y de procurar la vida a sus familiares, como también el que con su ferocidad sanguinaria o sutiles persecuciones morales lleva a hacer desesperar de Dios y a morir odiándole, son homicidas de sus hermanos y es como si tratasen de matar a Dios en una nueva crucifixión, porque Dios está en vuestros hermanos y vuestros hermanos en Dios del que son hijos, y el homicida de sus hermanos, aquel que, material, moral o espiritualmente odia a sus hermanos, no hiere tan solo a estos sino que, a través de ellos, hiere también a Dios y, como todos los deicidas, está muerto. 

               En el Reino de Dios, no entran los muertos. El Reino de Dios se inicia en el espíritu del hombre sobre la Tierra mediante la unión de Dios y se completa en el Cielo con su plena posesión. Aquí en la Tierra, Dios en vosotros; y en el Cielo vosotros en Dios. Más Dios no entra en la putrefacción de muerte y la putrefacción de muerte no entra en el Cielo.

 En la Jerusalén Eterna, como no habrá Templos "Porque su Templo es el Señor en el que todos estaremos"; como no habrá necesidad de sol ni de luna porque su esplendor es Dios y su luminaria el Cordero; como no habrá puertas por no ser necesarias para Ella, ni Tiniebla para odiarla; así tampoco habrá en ella nada impuro y corrompido, nada muerto sino que tan solo estarán quienes hayan escrito sus nombres en el libro de la Vida, o sea en la Caridad que es la Vida. "En eso conocemos la Caridad de Dios: en que dio su Vida por nosotros".

               

               



martes, 15 de julio de 2014

EL ESPÍRITU SANTO ES EL MOTOR OMNIPRESENTE QUE ILUMINA Y VIVIFICA LAS ALMAS

 
EL ESPÍRITU SANTO ES EL QUE ILUMINA LOS SANTOS,
EL PUEBLO Y TODA LA NATURALEZA





Recuerdo que cuando era joven, tenía verdadero pánico al Espíritu Santo, y a las estatuas de la Santísima Virgen y de los Santos, para mí, que no había profundizado en la fe y en todos los asuntos religiosos, todo era un misterio impenetrable que me causaba pavor, por no decir terror.

Leyendo las obras de María Valtorta, me he quedado sorprendido como ella también, sentía pavor ante el fenómeno religioso, y cuenta que una vez se quedó encerrada en una Iglesia, y llena de espanto, tuvo que clamar con griteríos estridentes para que le abrieran. 

El Espíritu Santo simboliza la fuerza infinita de Dios que está producida por el Amor que es la fuente que produce esta fabulosa potencia, ya que es la que da vida y rige toda la Creación. Y en estas explicaciones del Espíritu Santo a María Valtorta, he hallado respuesta a una pregunta que siempre me ha preocupado: ¿Cómo ha podido sufrir Jesús el Sublime Redentor, sin desfallecer y morir en cuanto verdadero hombre, cargado con la inmensa cantidad de los horribles pecados de toda la Humanidad pasada, presente y futura? 

Cuando Jesús dijo en la Cruz: "¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?", solo en ese momento, fue posible la Redención de la Humanidad, ya que fue entonces cuando Jesús abandonó momentáneamente su condición de verdadero Dios, y entonces apareciendo solo con su naturaleza humana.

Solo entonces se pudo entonces realizar la Redención, ya que Jesús en ese momento, al ser abandonado por su Padre, era solo verdadero hombre, ayudado solo por el Espíritu Santo, que es el amor, lo que le ocurrió a Eva y como le sigue ocurriendo a todos los seres humanos, y es que el pecado original, cometido por un ser humano, solo podía ser redimido por otro ser humano, y no por Dios, es por eso que Dios Padre abandonó a Jesús para que esa Redención fuera posible. 

Creo que esto fue, como he leído en El Poema del Hombre Dios, lo que hizo perder toda esperanza de Salvación a los condenados, y que produzco en el Reino de Satanás un grito de desesperación, ya que Satanás esperaba que en ese momento, sin el apoyo del Padre, Jesús sería incapaz de asumir el terrible sufrimiento de expiar por todos los pecados de la Humanidad pasada, presente y futura, y que la redención no podía realizarse sin el apoyo del Padre, además si un hombre como Adán pecó, la Redención tenía que hacerse por otro hombre. 

El fin del mundo ocurrirá cuando el Espíritu Santo - por la desidia de la Humanidad pecadora, liderada por el Anticristo, al estar apartada de Dios - retirará su Acción Vivificadora, lo que acarreará la muerte del Universo y de toda la Humanidad. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(3-5-1.946)


Dice la muy beatificadora voz del Espíritu Santo:


"Porque estoy sobre ti, estás en el haz de mis rayos. Soy Yo toda la luz que recibes. Soy Yo toda la Paz de que gozas. Soy Yo todo el júbilo que experimentas. Estoy sobre ti, no visible pero presente. Aunque creas que estás sola, estás protegida. Porque el Amor no falta nunca junto a las agonías y los sacrificios de los que trabajan por la Gloria de Dios y la redención de las almas. 

Aunque nada parece demostrarlo, Yo estaba junto al Verbo inmolado. Él clamaba por el Padre y lo consideró ausente. Pero no fue así en cuanto a Mí. Yo estaba en Él cuando sublimaba el Amor elevándolo a la potencia del Sacrificio. Yo estaba en Él y le daba la fuerza de sufrir el infinito dolor del mundo, de todo el mundo y por el mundo. Yo había formado el Santísimo Cuerpo. Era justo que Yo estuviera en el Corazón de la Víctima para recoger sus infinitos medios y entregarlos al Padre. Yo fui el Sacerdote del Calvario. El que alza la Víctima y la ofrece. Yo fui el Sacerdote porque el Amor siempre es Sacerdote en el Sacrificio, es su indispensable Sacerdote. 

Estoy sobre ti, en ti, contigo. Te doy fuerzas para sufrir ofrezco al Padre tu sufrimiento. Déjate inmolar por el Amor que te ama. Quédate en Mí como Yo estoy en ti. Que la paz del Amor esté contigo".

Este dictado del Espíritu Santo, breve pero portador de tanta leticia, responde en estas horas del primer viernes de mayo, fiesta de la invención de la Santa Cruz, a una pregunta íntima que me he hecho mientras rezaba y sufría muchísimo por una violenta crisis cardíaca.

Me decía: "¿Cómo puede ser que una criatura sufra contemporáneamente tanto dolor material y moral hasta alcanzar la agonía, y junto a ello experimente un gozo tan intenso que parece consumir aún más la enfermedad pero que, al mismo tiempo, resulta más eficaz que las medicinas? ¿ Por qué me siento tan feliz yo, que estoy tan enferma y que, hecho aún más importante, estoy tan afligida por el Padre Migliorini por lo que se refiere a los escritos venidos del Cielo que, a pesar de la diversa opinión del Padre, advierto que están sometidos a juicio, y sobre todo a un juicio severo y mal dispuesto?" 

El Espíritu Santo, con su voz inmaterial que con solo acercarse eleva al éxtasis, me dice lo que acabo de escribir...

Mientras el Espíritu Santo me saluda antes de callar, viene el Padre Mariano con el Santísimo Sacramento. El Padre Mariano me encuentra abatida... Creo que mis sensaciones - lo creo sin temor a equivocarme - son semejantes a los de los mártires agonizantes, o sea, debilidad física y sufrimiento físico total, pero en cambio, júbilo y paz espiritual llevadas al máximo límite de lo que pueda gozar una criatura aún en la Tierra...




San Juan de la Cruz da la explicación a María Valtorta sobre el agridulce del dolor y del gozo, en su famoso escrito



LA LLAMA DE AMOR VIVA


[...] Porque Dios ordinariamente ninguna merced hace al cuerpo que primero y principalmente no la haga en el alma; y entonces, cuando mayor es el deleite y fuerza de amor que causa la llaga dentro del alma, tanto mayor es la fuerza en la llaga del cuerpo, y creciendo lo uno, crece lo otro. Lo cual acaece así porque estando estas almas purificadas y puestas en Dios, lo que a su corruptible carne es causa de dolor y tormento, en el espíritu fuerte y sano, le es dulce y sabroso; y así, es cosa maravillosa sentir crecer el dolor en el amor.

La cual maravilla echó bien de ver Job en sus llagas cuando dijo a Dios: "Volviéndote a mí, maravillosamente me atormentas" (10, 16), porque maravilla grande es y cosa digna de la abundancia de la suavidad y dulzura que tiene Dios escondida para los que le temen (Ps 30, 20) hacer gozar tanto más sabor y deleite cuánto más dolor y tormento se siente. Pero cuando el llagar es solamente en el alma sin que se comunique fuera, puede ser el deleite mas intenso y más subido porque, como la carne tenga enfrenado el espíritu, cuando los bienes espirituales de él se comunican también a ella, tira él la rienda y enfrena la boca a ese ligero caballo del espíritu y apágale su gran brío, porque si él usa de su fuerza la rienda se ha de romper; pero hasta que ella se rompa, no deja de tenerle oprimido de su libertad porque como el Sabio dice: 

El cuerpo corruptible agrava el alma, y la terrena habitación oprime el sentido espiritual que de suyo comprende muchas cosas (Sap 9, 15)


      

miércoles, 9 de julio de 2014

COMENTARIOS SOBRE EL DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA PEDERASTIA


 EL GRAVÍSIMO PECADO DE PEDERASTIA.
(Publicado el 9-7-2.014)



Completamente de acuerdo con el Papa; que no pide perdón por toda la Iglesia, está claro que pide perdón por los culpables: los que han cometido el delito, y sobre todo cierta Jerarquía que los ha encubierto.

Estoy completamente de acuerdo con él cuando dijo que "El pecado de pederastia es más grave que las misas negras" (Sic).

Los delitos de los miembros de las corporaciones como cuerpos de policía, abogados, u otros organismos son muchísimo menos graves que los de los miembros de la Iglesia, porque estos representan a Cristo, y con su conducta están blasfemando contra Dios, contra su Esposa la Iglesia, contra los mandamientos de la Ley de Dios, y contra la dignidad de unos niños que son los que más quiere Jesús, porque son humildes e inocentes.

Además apartan de la Salvación a muchas almas, lo que es un pecado mortal, ya que la gente dice: ´´Si éstos que predican la Doctrina son así, esto significa que todo lo que predican es un cuento", y por eso, dejan de creer.

El asunto más grave es el del encubrimiento por parte de los Superiores, porque tienen doble pecado, y todo esto viene por la mentalidad actual, la predicación de la Doctrina ´´descafeínada´´ o ´´light´´: Dios te quiere como eres, todo el mundo es bueno, y el demonio es un cuento, y un dios ´´papaíto´´ no puede mandar a sus ´´hijos´´ al Infierno, por eso ese lugar está vacío.

El demonio ha sido astuto, con su Inteligencia angelical, ha hecho creer de la mano de los Progresistas y relativistas, que él no existe, ni el pecado tampoco. Me alegro de que el Papa actual no haya caído en la trampa como muchos eclesiásticos.

Me he permitido reproducir en este Blog un artículo de Religión en Libertad del Papa Francisco, he borrado el comentario de cierto siniestro individuo que criticaba el Papa por su discurso.



ARTÍCULO PUBLICADO EN RELIGIÓN EN LIBERTAD




Francisco pidió perdón por los miembros de la Iglesia implicados en abusos sexuales o en la omisión de ayuda a las víctimas. 

El Papa este lunes ha orado y ha hablado con detenimiento con seis personas, dos británicos, dos alemanes y dos irlandeses que sufrieron abusos sexuales por parte de clérigos y fueron invitados a Roma por el cardenal Sean O´Malley, el arzobispo de Boston que supervisa el acompañamiento a las víctimas y la mejora de la protección a los feligreses respecto a estos abusos.

Estas 6 personas ya estaban en la residencia Santa Marta, donde el Papa se hospeda y cena, el domingo por la noche, "lo que dio ocasión al Papa para saludarles después de la cena” indicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

A primera hora de la mañana del lunes, el Papa celebró la misa en Santa Marta, con la participación de las víctimas. 

Francisco hizo su homilía en español, “con palabras particularmente significativas, un mensaje muy denso y muy fuerte”, “ha tratado el tema de una manera más directa y amplia” dijo el Director Lombardi.

Acabada la eucaristía, a la salida saludó uno a uno a los participantes como lo hace siempre después de la misa en Santa Marta.

A continuación desayunaron en el comedor de la residencia. A las 9 de la mañana cada uno de los seis participantes se encontró con el Santo Padre, acompañado por una persona que le ayudaba en la traducción. “Los coloquios duraron hasta las 12,20, o sea una media hora con cada uno de ellos” indicó.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede habló con ellos y pudo constatar “la profunda gratitud que tenían hacia el Santo Padre”. 

En particular por haber “sido escuchados con mucha atención y disponibilidad”. Precisó que “cada uno se manifestó según su sensibilidad y sus sentimientos eran serenos y positivos”. Y añadió que “eran personas que se sentían gratas de haber vivido este encuentro”.

"El Papa -indicó el portavoz- estuvo mucho tiempo con ellos, lo que demuestra la intención de escuchar y entender”. Añadió que el Santo Padre “estaba también muy tocado por este encuentro”.

Y consideró “que esto no es un punto final, sino un camino que se abre hacia el futuro, de sanación y de construcción”.

El cardenal Sean O´Malley por su parte consideró que “el número limitado de personas permitió un diálogo muy profundo”.

Texto íntegro de la homilía del Papa en presencia de las víctimas de abusos:

La imagen de Pedro viendo salir a Jesús de esa sesión de terrible interrogatorio, de Pedro que se cruza la mirada con Jesús y llora. Me viene hoy al corazón en la mirada de ustedes, de tantos hombres y mujeres, niños y niñas, siento la mirada de Jesús y pido la gracia de su orar.

La gracia de que la Iglesia llore y repare por sus hijos e hijas que han traicionado su misión, que han abusado de personas inocentes. Y hoy estoy agradecido a ustedes por haber venido hasta aquí.

Desde hace tiempo siento en el corazón el profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no, no tiene explicación, hasta que alguien sintió que Jesús miraba, y otro lo mismo y otro lo mismo… y se animaron a sostener esa mirada.

Y esos pocos que comenzaron a llorar nos contagiaron la conciencia de este crimen y grave pecado. Esta es mi angustia y el dolor por el hecho de que algunos Sacerdotes y Obispos hayan violado la inocencia de menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos.

Es algo más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas le fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia.

Profanan la imagen misma de Dios a cuya imagen hemos sido creados. La infancia, sabemos todos es un tesoro.

El corazón joven, tan abierto de esperanza contempla los misterios del amor de Dios y se muestra dispuesto de una forma única a ser alimentado en la fe.

Hoy el corazón de la Iglesia mira los ojos de Jesús en esos niños y niñas y quiere llorar. Pide la gracia de llorar ante los execrables actos de abuso perpetrados contra menores. Actos que han dejado cicatrices para toda la vida.

Sé que esas heridas son fuente de profunda y a menudo implacable angustia emocional y espiritual. Incluso de desesperación. Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos. El sufrimiento de las familias ha sido especialmente grave, ya que el daño provocado por el abuso, afecta a estas relaciones vitales de la familia.

Algunos han sufrido incluso la terrible tragedia del suicido de un ser querido. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia. Para estas familias ofrezco mis sentimientos de amor y de dolor. Jesús torturado e interrogado con la pasión del odio es llevado a otro lugar, y mira. Mira a uno de los suyos, el que lo negó, y lo hace llorar. Pedimos esa gracia junto a la de la reparación.

Los pecados de abuso sexual contra menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios. Algunos se han aferrado a la fe mientras que en otros la traición y el abandono han erosionado su fe en Dios.

La presencia de ustedes, aquí, habla del milagro de la esperanza que prevalece contra la más profunda oscuridad. Sin duda es un signo de la misericordia de Dios el que hoy tengamos esta oportunidad de encontrarnos, adorar a Dios, mirarnos a los ojos y buscar la gracia de la reconciliación.

Ante Dios y su pueblo expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón.

También les pido perdón por los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso, esto lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo.

Por otro lado la valentía que ustedes y otros han mostrado al exponer la verdad fue un servicio de amor al habernos traído luz sobre una terrible oscuridad en la vida de la Iglesia. No hay lugar en el ministerio de la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical.

Todos los Obispos deben ejercer sus oficios de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores y rendirán cuentas de esta responsabilidad.

Para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Jesús da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar (cf. Mat 18,6).

Por otra parte vamos a seguir vigilantes en la preparación para el sacerdocio. Cuento con los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, todos los menores, sean de la religión que sean, son retoños que Dios mira con amor.

Pido esta ayuda para que me ayuden a asegurar de que disponemos de las mejores políticas y procedimientos en la Iglesia Universal para la protección de menores y para la capacitación de personal de la Iglesia en la implementación de dichas políticas y procedimientos. Hemos de hacer todo lo que sea posible para asegurar que tales pecados no vuelvan a ocurrir en la Iglesia.

Hermanos y hermanas, siendo todos miembros de la Familia de Dios, estamos llamados a entrar en la dinámica de la misericordia. El Señor Jesús nuestro salvador es el ejemplo supremo el inocente que tomó nuestros pecados en la Cruz, reconciliarnos es la esencia misma de nuestra identidad común como seguidores de Jesucristo. Volviéndonos a El, acompañados de nuestra Madre Santísima a los Pies de la Cruz buscamos la gracia de la reconciliación con todo el Pueblo de Dios. La suave intercesión de nuestra Señora de la Tierna Misericordia es una fuente inagotable de ayuda en nuestro viaje de sanación.

Ustedes y todos aquellos que sufrieron abusos por parte del clero son amados por Dios. Rezo para que los restos de la oscuridad que les tocó sean sanados por el abrazo del Niño Jesús, y que al daño hecho a ustedes le suceda una fe y alegría restaurada.

Agradezco este encuentro. Y por favor, recen por mí para que los ojos de mi corazón siempre vean claramente el camino del amor misericordioso, y que Dios me conceda la valentía de seguir ese camino por el bien de los menores.

Jesús sale de un juicio injusto, de un interrogatorio cruel y mira a los ojos de Pedro, y Pedro llora. Nosotros pedimos que nos mire, que nos dejemos mirar, que lloremos, y que nos dé la gracia de la vergüenza para que como Pedro, cuarenta días después podamos responderle: "Tú sabes que te amamos" y escuchar su voz "Vuelve por tu camino y apacienta a mis ovejas" y añado: no permitan que ningún lobo se meta en el rebaño".Para todos nosotros tiene vigencia el consejo que Jesús da a los que dan escándalos: la piedra de molino y el mar (cf. Mat 18,6). 





















sábado, 5 de julio de 2014

¿QUE ES EL MISTERIO DE INIQUIDAD? ¿COMO DIOS SIGUE HABLANDO A LAS ALMAS?









COMO DIOS SIGUE HABLANDO A LOS HOMBRES
EN SU CONCIENCIA Y EN SUS OBRAS
El misterio de Iniquidad



¿Adónde se esconde Dios? A esta pregunta, que todos los seres humanos se han hecho antes y después de la Revelación, desde que han sido dotados de un alma racional e inmortal, desde que el mundo es mundo, siempre se han ofrecido para resolverla toda una serie de individuos, que haciéndose pasar por enviados de Dios; Profetas, o simples Gurús, han aportado unas respuestas de lo más variables y variopintas.

Los primitivos habitantes, han creído ver toda una serie de dioses, dotados de poderes diversos, ya que para ellos era imposible que un solo dios pudiera crear y dirigir todos los fenómenos de la Creación; y así nacieron en su imaginación, el dios de la lluvia, el dios del sol, el dios de los vientos, el de la guerra, el de la paz, el de los muertos, y de todo asunto que les pudiera intrigarles.

Absolutamente todos los pueblos y las civilizaciones, sin excepción alguna, han tenido sus creencias en el más allá, con veneración a los muertos, y con unas leyes que estaban adaptadas a sus creencias, nadie absolutamente se declaraba ateo o agnóstico, ya que la Sociedad en que vivía, tenía tan arraigado este concepto que hubiera sido inmediatamente rechazado por todos. 

La razón de todo ello, es que Dios, al crear el alma que es imperecedera, dejó en cada persona su huella, que está grabada en su conciencia, que no solo le da a entender la noción del bien y del mal, pero que además le habla, reprochándole su conducta cuando obra el mal, y dándole satisfacción y alegría cuando comete una buena acción. 

Y este es el lenguaje de Dios para la Humanidad en la Tierra: es un lenguaje sin palabras, pero hecho de sentimientos. Y ese lenguaje es un mensaje espiritual, que siempre deja una sensación de Paz y de Amor, porque está dicho por la fuente de la Paz y del Amor. Al contrario el mensaje de Satanás es un lenguaje de odio, que siempre deja turbación; odio, pena y amargor en el alma.

Pero en nuestros días ha triunfado una nueva mentalidad, que para mí y creo que, para cualquier persona normal, es un hecho sorprendente y anormal: mucha gente se declara atea o agnóstica, para estar más a la moda, Esto está profetizado en el libro del Apocalipsis: Son los dos testigos puestos por Dios en cada persona: la Razón que nos dice que todo lo creado tiene que tener un Creador, y la Conciencia que nos remuerde y alaba cuando hacemos una mala acción, y nos alegra cuando cumplimos con la misericordia de Dios. Está escrito que esos dos testigos se matarán por los impíos, que se alegrarán, es lo que estamos viendo en nuestros días, pero volverán a resucitar y subir a la eternidad de Dios al final de los tiempos, ante el terror de esos impíos.

Y digo que es un hecho curioso porque en la antigüedad, el mundo era apenas conocido: se creía que la Tierra era plana y el centro del Universo, que el sol era una pequeña lumbrera que giraba alrededor de la tierra, y que las estrellas eran un polvo que se extendía como una nube por todo el firmamento. 

Sin embargo, hoy día La Ciencia ha avanzado de tal modo, que muchos misterios han quedado desvelados, pero además la Ciencia ha descubierto como la Creación es muchísimo más compleja, grande, y por eso, se han presentado otros misterios de una complejidad tal, que es y será siempre imposible de desvelar.

Y así hoy día, gracias a la Ciencia, se ha comprobado que el mundo es infinito, tanto en las cosas grandes como en lo microscópico, se ha descubierto una Creación no solo ilimitada en cuanto a dimensiones, pero de una complejidad y de una perfección en todas las leyes y los mecanismos que la controlan y las dirigen, en absolutamente todo, pero que además es de una precisión, que sobrepasa todo entendimiento, y que hace imposible comprender cual es ese mecanismo que sujeta y dirige todos sus movimientos.

Y aquí aparece un hecho insólito: La Ciencia, en vez de admirar aún más el Sublime Creador de todas las cosas, no solo no lo hace pero, increíblemente reniega del Creador, y lleva el Orgullo y la Soberbia, a pesar de no poder científicamente explicar ese mecanismo, ya que solo se dedica a observar y clasificar todo lo creado, pero sin entender cómo funciona.

Y el razonamiento matemático es simple: como el Universo está hecho por Dios, un ser Infinito en todos sus atributos, porque la Creación está hecha a semejanza del Creador, nunca se podrá entender el mecanismo que mueve todo el Universo, y es porqué el hombre es un ser limitado, y un ser limitado nunca podrá acceder en este mundo y comprender un ser ilimitado e infinito en cuanto a Sabiduría, Inteligencia, y sublimidad. 

Eso es lo que dice San Juan de la Cruz cuando afirma que los Querubines y los Serafines, que son los Ángeles que están más cerca de la Divinidad, son los que mejor se dan cuenta de la distancia tan grande que les queda para llegar al pleno conocimiento de Dios. Y por eso mismo son los más grandes y aman más que los otros, porque al darse cuenta de ello son también los más humildes.

Y eso es lo que no comprendo de Lucifer: Sabía que Dios es Infinito porque era el ángel más subido en cuanto a belleza y conocimiento, y sin embargo, quiso desplazar a Dios para colocarse en su sitio. Sabía que él era una Criatura muy inferior a Dios, y sin embargo se rebeló. Es el gran misterio de Iniquidad, que solo comprenderemos en el otro mundo.

Y la única explicación lógica que veo es el hecho siguiente: para llegar a comprender a Dios, y obtener la Sabiduría que nos hace entrever el “teorema” del Reino de Dios, es necesario y suficiente tener humildad. La humildad es la llave que abre ese Reino, esas dos condiciones son imprescindibles: sin ellas, el alma cae en el abismo, que es la morada de Satanás, es la otra cara. 

Y es que para comprender la Luz tienen que existir las Tinieblas, y para ver el Esplendor del Bien, tiene que existir el horror del mal. Y la adoración que le debemos a Dios, solo será verdadera si comprendemos la distancia infinita que existe entre el Bien y el Mal.



DICE SAN JUAN DE LA CRUZ
(Dichos de Luz y Amor)

“No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia entre el bien y el mal”.

“Eso que pretendes y lo que más deseas no lo hallarás por esa vía tuya ni por la alta contemplación, sino por la mucha humildad y rendimiento de corazón”.