MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 22 de agosto de 2014

EL TREMENDO JUICIO DE JESUCRISTO REY, PRECEDE SU TRIUNFO, PORQUE TIENE LAS LLAVES DE LA MUERTE Y DEL INFIERNO.



JESUCRISTO REY ETERNO  DEL UNIVERSO
VENCEDOR DE SATANÁS










LA ANTÍTESIS DE LAS TRES VIRTUDES TEOLOGALES FE, ESPERANZA Y CARIDAD



             Estas tres virtudes teologales, son la condición necesaria, para llevar el alma de cada ser humano a la Vida Eterna, son el “motor de Dios”, que es el Amor infundido por el Espíritu Santo, por la acción de Cristo Jesús, que se encarnó e inmoló, cargando con nuestros pecados, y para indicarnos personalmente como tiene que comportarse cada ser humano, para poder así llevarnos al Reino de su Padre, el Dios Todopoderoso. 

        Y Jesús se encarnó como hombre, para que en el día del Juicio, nadie le pueda objetar: "Tú no sabes lo que es ser hombre en la Tierra, y estar sometido a toda clase de tentaciones"

          Pero esas tres virtudes teologales, tienen un enemigo, cuya condición necesaria, es su motor, se trata del odio infundido por Satanás, que conduce indefectiblemente el alma a la segunda muerte: la Muerte Eterna, al reino del Príncipe Negro.

           Contra la Fe en un Dios Eterno - cuya existencia proclama el Universo entero, que es una imagen y una irrefutable prueba, que desvela su infinitud, su poderío, su inteligencia, y muchísimos otros atributos, que ningún científico nunca podrá desvelar, porque un simple razonamiento filosófico y matemático, nos dice que lo finito no podrá nunca alcanzar lo infinito. Satanás opone la fe en el mundo material, que no es eterno, porque es una imagen perecedera, o un espejismo, ya que todos los científicos del mundo están de acuerdo en afirmar que el Universo tendrá un fin: El mismo sol consume ingentes cantidades de hidrógeno, y la Humanidad entera desaparecerá en un tiempo que, comparado con la eternidad, es como una gota de agua en todos los océanos del mundo.

           Contra la Esperanza en un mundo perfecto que es armonía y belleza - en donde desaparezca lo imperfecto, que es fealdad, siempre más o menos presente en el alma de cada ser humano, por culpa de las raíces del pecado original, – Satanás opone la sed y la esperanza en el mundo material, que nunca podrá colmar el alma, ya que como está escrito, hay que creer en Dios, porque el mundo material  pasa, pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. 

           Contra la caridad, que es el amor que le debemos a Dios, por habernos creado y redimido, y por darnos la posibilidad de poseer la Vida Eterna, Satán opone, con el motor del odio, la soberbia, la envidia, la mentira, la lujuria y la impureza, y todas las mezclas de esos elementos, que solo dan infelicidad ya en este mundo y la desgracia y el horror eternos, lo que es la segunda muerte. Y esto ocurre porque, como lo vemos en todos los vicios, el alma siempre quiere más. Como lo dice San Juan de la Cruz, los apetitos son como el fuego, al cual, cuando más leña se le echa, más crece, y son aún mucho peor, ya que cuando se deja de alimentar el fuego, este se apaga, mientras que el apetito aumenta cuando carece lo que ansía, y eso lo vemos en el drogadicto, en el borracho, el lujurioso, el avaro, que siempre quieren más y más.

        



De los cuadernos de María Valtorta
(17 de Agosto de 1.943)


             Dice Jesús:

          “Cuando Yo hago decir por boca del Amado que “también los que me traspasaron me verán”, no pretendo hacer alusión a los que me traspasaron hace ahora 20 siglos.

           Cuando Yo venga, habrá llegado el tiempo del triunfo de mi Reino. Te he explicado cómo será mi Reino y como serán sus súbditos. Será el tiempo del testimonio del espíritu, la parte divina encerrada en vosotros y que os da la imagen y semejanza con Dios. Siendo así, serán las partes espirituales que serán la causa de las decisiones del juicio que separa a los malditos de los benditos. Y en los malditos estarán los que con su espíritu sacrílego, que ha buscado a la Bestia, adorado a la Bestia y prostituido con la Bestia, han traspasado a lo largo de los siglos, el Espíritu divino del Hijo de Dios, después de haber, con los jefes de la serie maldita, traspasado la Carne del Hijo del Hombre.

          (…) La hilera de los que me traspasan es numerosa como arena sobre la playa del mar. No se cuentan sus granitos.

           Todos los delitos, todos los pecados cometidos contra Mí, ahora ya inviolable para el sufrimiento humano, pero susceptible aún a las ofensas causadas a Mi Espíritu, están señaladas en los libros que recuerdan las obras de los hombres.

          Todas las traiciones después de mis beneficios, todas las abjuraciones, todos los pecados contra la Verdad, traída por Mí, todos los pecados contra el Espíritu Santo, que ha hablado por mi boca, y que por mérito Mío ha venido a iluminar la palabra del Verbo, todas esas heridas hechas a lo largo de los siglos por la raza que Yo quise salvar, a pesar de saberla tan reacia al Bien, estarán presentes en el interior de los espíritus reunidos, los cuales, en la Luz fulgurante de Mí refulgir, reconocerán lo que hicieron con su obstinada voluntad de impugnar cuanto fue dicho y hecho por Uno que no podía mentir, ni hacer obras inútiles según la Ley divina de amor.

          Los negadores del Amor son los que me han traspasado, y conmigo han herido a Aquel que me ha generado y a Aquel que procede de nuestro Amor de Padre y de Hijo. Todo Juicio es remitido al Hijo, pero el Hijo juzgará también las culpas cometidas contra el Padre y el Espíritu.

           El portador de Vida, el Viviente eterno y el Eterno Inmolado que el mundo quiso muerto, matado como se mata al delincuente que daña – mientras que Yo era el Santo que perdonaba, el Bueno, que hacía el Bien, el Poderoso que curaba, el Sabio que instruía – es Aquel que abrirá las puertas a la muerte verdadera e introducirá el cuerpo y las almas de sus homicidas. El portador de la Vida que se vive en el Cielo, cerrará las puertas del Infierno sobre el número intocable de los malditos, los cuales han preferido la muerte a la Vida.

         Yo lo haré, porque Yo, Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador y Señor vuestro, Juez eterno, tengo las llaves de la muerte y del Infierno.”
          

          


          

sábado, 9 de agosto de 2014

COMO COMENZÓ LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL


Mapa de Europa antes de la primera guerra mundial



          Extraordinario relato de las causas de la Primera guerra Mundial, cuyo centenario se ha celebrado recientemente, aquí están descritas de una manera magistral, las causas provocadas por los Nacionalismos exacerbados, la soberbia de los gobernantes y su incapacidad para resolver con dignidad los problemas de los pueblos, que son siempre los que pagan las consecuencias de todos los pecados de sus gobernantes.

          La Santísima Virgen, ya había explicado a los pastorcillos de Fátima que esa guerra era fruto de los pecados de los hombres: La triple concupiscencia generada por el misterio de iniquidad, es siempre la causa de todos los males, También les dijo la Stma.Virgen, que si el mundo no se arrepentía, vendría otra guerra aún peor, que fue la segunda guerra mundial, la mayor masacre de la Humanidad.




LAS CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

(Relatada por el historiador francés André Castelot)



             El 28 de Junio de 1.914, todo el elegante Paris se reúne en el hipódromo de Longchamp. ¡Es el Grand Prix! Las damas emplumadas, el pecho rebosante y florido, lucen con orgullo sus últimos modelos. En chaquet y sombreros de copa, los señores transpiran bajo el sol. Al día siguiente, se acabará la vida parisina, y cundirá la deshonra  para los que no podrán abandonar la capital… y algunos preferirán esconderse tras sus contras cerradas antes de que adviertan su presencia. Se habla mucho del gran Modista Poiret,  que con sus modelos, acaba de terminar su gira triunfal por toda Europa; se habla de l´Otage de Claudel, que acaba de presentar Lugné-Poe, se habla también de Madame Caillaux que mató el director del diario Le Figaró, y cuyo Juicio ha sido fijado para el 20 de Julio. Se habla sobre todo de Sardanapale, el caballo del barón de Rothschild, que es el favorito para ganar el Grand Prix…

         En la tribuna oficial, los presidentes de la Cámaras y el cuerpo diplomático acogen a Poincaré y a su mujer, el Presidente de la República solo la ha desposado el año anterior, casada dos veces, la italiana Henriette Benucci, antes de ser Madame Poincaré, había tenido una existencia bastante agitada y el futuro Presidente solo había obtenido el consentimiento de su madre, prometiéndole de casarse en un ayuntamiento de Paris.

          -Tendrá lugar en Paris, le prometió y no se enterarán ni vuestros criados.
          La tercera carrera se termina… “La pureza del cielo, relatará Raymond Poincaré, la muchedumbre de los espectadores, la elegancia de los vestidos, la belleza del trazado de las carreras en su inmenso campo de verdor, todo hacía presagiar una tarde encantadora, seguía algo distraído el galopar de los caballos…”
          La cuarta carrera va a dar comienzo.

           En ese momento, un telegrama de la agencia Havas se entrega al Presidente, relatando la noticia que va a barrer todo un mundo: ese mismo día a las once de la mañana, el Archiduque heredero de Austria-Hungría, Francisco - Fernando y su esposa morganática, la duquesa de Hohenberg, han sido asesinados a tiros de revólver en las calles de Sarajevo, en Bosnia, por un estudiante nacionalista serbio Gavrielo Prinzip.

          Inmediatamente, Poincaré comunica el telegrama al conde Seczen, embajador de Austria-Hungría, que empalidece, y pide permiso al Presidente para retirarse. Los otros embajadores al no seguir el ejemplo de su colega, obligan a Poincaré a  permanecer en Longchamp. Como es de suponer, nadie se interesa ya por las hazañas del caballo Sardanapale.

          “Solo se hablaba de ese asesinato, dirá Poincaré, y de las consecuencias políticas que podían acarrear. Unos se preguntan cuál será el porvenir de la monarquía de los Habsburgos, los hijos del archiduque y de su esposa morganática habían sido excluidos anteriormente de la sucesión al trono por voluntad del archiduque; los demás temen por ver de nuevo agudizarse los problemas balcánicos. El Señor Lavhovary ministro rumano, se muestra muy preocupado, teme que ese crimen sea un pretexto de Austria para iniciar un conflicto”.

          ¿No ha anexionado Austria-Hungría, hace solo 6 años a Bosnia-Herzegovina, poblada de eslavos, que no llevan en su alma a sus nuevos amos? ¿Acaso no sueñan esos Austriacos a su pesar, de volverse Serbios? ¿Y Francisco-José no aprovecharía la ocasión para darle por fin su merecido a la turbulenta Serbia”, la cual – los Austriacos van a jurarlo - ha armado los brazos del asesino? Habría que decir de los asesinos, ya que un primer atentado – a las 10 y 25 - se había producido contra el Archiduque: una bomba escondida en un ramo de flores, había sido arrojada dentro del coche oficial, pero Francisco-Fernando había tenido la precaución de arrojar a la acera el artefacto que empezaba a echar humo - Una terrible explosión había herido gravemente a oficiales de su séquito y transeúntes, el asesino Chabinovitch – otro Serbio más – había sido él también detenido. Otros cómplices – todos pertenecían a la asociación revolucionaria, La Mano Negra – habían sido igualmente encarcelados.

          Mientras que Poincaré vuelve al Elysée, el Kaiser se enteraba de la noticia en Kiel, en donde estaba con las regatas, la nota con la noticia se tiró sobre el puente del yate en  la pitillera del almirante Muller que se arrimó lo más cerca posible del barco imperial.

          -¡Tenemos que barrer a los Serbios! Exclamó un poco más tarde.
          […] –Estamos recibiendo de Viena y de Budapest noticias muy alarmantes. La Bolsa es ahí detestable- Todos venden a brazo partido a cualquier precio. Parece que la nota que se va a entregar en Belgrado, será al contrario de lo que se cree en Francia, tan rígida y tan flagrante, que es posible que por sí sola sea capaz de provocar un conflicto.

          Poincaré, a pesar de ello se embarcaba con Viviani en el acorazado France hacia Cronstad y San Petersburgo… con el fin de asegurase del buen funcionamiento de la alianza franco-rusa, la cual según el embajador  Paleólogo, tenía que ser reforzada. El agregado militar de Austria en Rusia tenía toda la razón cuando le decía a un alto funcionario Zarista:

          _ Estamos seguros de su actitud pacifista.
          _ ¿Y eso por qué? le preguntó el Ruso.
        _Pues porque su País no está actualmente capacitado para entrar en guerra. En primer lugar vuestro armamento no está a la altura, y por otra parte, si estallara la guerra en su País, eso provocaría a corto plazo, la revolución. ¡Palabras verdaderamente proféticas! el ministro de la Guerra Soukhomlokov, un hombrecillo regordete, con su barbichuela, su largo bigote blanco, su forma en anchura, sus modales felinos y su falsedad "se parecía a un gato", creía indefectiblemente a la superioridad de la bayoneta sobre la bala de escopeta. Bárbara W. Tuchman en su apasionante Agosto 14, nos da unas cifras elocuentes sobre el Ejército ruso en 1.914. Es así como Rusia empieza sus hostilidades con 850 balas por cañón, cuando los ejércitos occidentales disponían de 2000 a 3.000. La división de infantería disponía de siete baterías de campo, cuando los alemanes tenían catorce. Todo el ejército ruso disponía de 60 baterías de artillería pesada frente a las 381 de los alemanes".

          El Ministro - entre dos tripoteras – alzaba los hombros cuando se atrevían a decirle que las tácticas habían evolucionado desde 1.887 cuando, sable en mano, había hecho sus primeras armas contra los Turcos. 

Francia conocía mal esos datos, cegada por el número aplastante de soldados los cuales – sobre el papel – podían presentar contra los imperios centrales: en total seis millones y medio. Este considerable “potencial humano" tranquilizaba, este “rodillo compresor” hacía olvidarse de consultar un mapa, una simple ojeada hubiera demostrado que, cada soldado ruso tenía que recorrer una media de 1.100 kilómetros para poder alcanzar la frontera, y que la red de los ferrocarriles - cuyo ancho era superior al de los alemanes – tenía una densidad diez veces menor  que la de los futuros enemigos de Rusia.

          Mientras que Poincaré y los soberanos rusos brindaban y proyectaban reuniones futuras para 1.915, los acontecimientos iban progresando.
           - Pero ahora se iban a precipitar.

           […] Pero el 26, Austria que desea el conflicto, rechaza la nota de disculpas de Serbia. ¿Seguirá Alemania a su aliado? Guillermo quería limitar sus instintos guerreros a dedicarse a rizar los ganchos de su bigote, a cambiarse de uniforme varias veces al día, y a montarse para trabajar en una silla de montar completa, con sus estribos, sujeta en un madero con forma de caballo… Pero no está solo.

          El Estado mayor, en su mente, ve rodar hacia la frontera sus 6.010 vagones de ferrocarril por cada cuerpo de ejército, y nada puede ya aminorar el optimismo de los políticos - ¿No se prometió acaso a Austria de luchar con ella, si una acción de castigo contra Belgrado uniría Serbia con Rusia? Julio Cambon, el embajador de Francia en Berlín, trata en vano de demostrar al secretario de Estado de los Asuntos exteriores, que Francia e Inglaterra se verán obligados a declarar la guerra. Lo que el Kaiser iba a realizar era con toda seguridad descabellado:

            No conseguiréis nada y correréis el riesgo de fracasar. Francia se defenderá mucho mejor de lo que pensáis. Inglaterra que cometió en 1.870, con Napoleón III, en la batalla de Sedan, el error de dejarnos aplastar, no lo volverá a hacer, podéis estar seguros de ello […] os vais a encontraros solos contra toda Europa, tendréis como aliado solo un Imperio carcomido.

             El interlocutor de Julio Cambon, había contestado con una risíta:
         -Ud dispone de sus propios informes, nosotros tenemos los nuestros, que son completamente distintos.
          El 28 de Julio, Austria declara la guerra a Serbia, el absurdo juego de las alianzas va a disparar la locura de los hombres.

         -Lo he previsto todo, declaró el octogenario Francisco – José.
          Todo, menos el descalabro del puzle Austriaco....

         [...] La mañana del 4 de Agosto; en Berlín - Un Berlín bajo la lluvia - el emperador, vestido de gala, su casco en la cabeza, sentado en su trono, recibía a sus diputados y declaraba:

           - Desenvainamos la espada con la conciencia limpia y las manos limpias-
          A las tres de la tarde, en el Reichstag, se reúnen los diputados. Aún desconocen la entrada de las tropas alemanas en Belgica.

             Nuestras tropas, anuncia Bethmann - Hollweg, han ocupado el Luxemburgo y están quizás ya en Bélgica (profunda emoción). A decir verdad, Francia había prometido de respetar la neutralidad bel ga, pero sabíamos que se preparaba para invadir a Bélgica... y no podíamos esperar; la necesidad hace ley.

                   A continuación, el canciller añadirá lo que el almirante Tirpitz llamó "la más grande idiotez pronunciada por un Estadista alemán" :

                 Nuestra invasión de Bélgica es contraria al derecho internacional, pero repararemos el daño causado - lo digo francamente - cuando alcancemos nuestros objetivos.
                       "Nunca olvidaré el momento en que leí ese discurso, escribirá el príncipe de Bülow, predecesor de Bethmann - Hollweg, porque he sentido muy raramente una angustia semejante.Entendí lo que la gente y los niños quieren expresar cuando dicen: "Mi corazón se detuvo". Entendí entonces que con esta declaración solemne habíamos quedado desacreditados para todos los asuntos imponderables, que por ese discurso de una estupidez incalificable, poníamos en contra nuestra a la opinión pública del mundo entero.
                 Por la tarde, Bethmann - Hollweg proseguirá con sus "estupideces" al hablar con el embajador de Inglaterra - sir Edward Goschen - y llamará "trapo de papel" la garantía de la neutralidad belga firmada por los principales Estados europeos, incluido Alemania.

       -Estaréis de vuelta antes de que empiecen a caerse las hojas de los árboles, anunciará el Kaiser a sus oficiales.
        Todos se imaginaban desayunando en el café de la Paz  el 2 de Septiembre, aniversario del desastre francés de Sedan-
      Será una tormenta violenta, pero muy corta, predecía Bethmann - Hollweg; cuento con una guerra de tres o todo lo más cuatro meses, y he organizado toda la política en ese sentido.

        En Paris los convoyes partían de la estación del Este, llevando estas palabras trazadas con tiza: "Tren de placer para Berlín". Y los movilizados gritaban: "Volveremos dentro de dos meses... "

        El que tuvo una visión más clara en estos primeros días, fue sin duda alguna el mariscal lord  Kitchener, secretario de Estado británico de la guerra, y que declaró a sus colegas:
          -Tenemos que estar preparados para enviar al frente ejércitos compuestos por millones de hombres y a mantenerlos durante varios años.
     "Nadie supo jamás, escribirá Grey, como, con que razonamiento, llegó a hacer esta predicción sobre la duración de la guerra."

            La vigilia de armas toca a su fin, Los embajadores van a encontrarse en paro. La palabra la tienen ahora los cañones- Pero el primer muerto cayó 32 horas antes de la declaración de la guerra.

           La mañana del domingo 2 de Agosto, el teniente alemán Meyer, recibía esta orden: "Pasad la frontera, y mandad observadores en la dirección de Belfort, pasando por Delle, para ver donde se encuentran agrupadas las fuerzas. "La patrulla - como así lo contará un testigo alemán - se llenó de alegría y de deseo de combatir, orgullosa de ser la primera en enseñar al enemigo, la fuerza del jinete alemán".

              En Jonchery, a doce kilómetros de la frontra, delante de la casa del Señor M. Docourt, se encontraba el pequeño destacamento del 44 regimiento de infantería: cuatro soldados a la orden de un cabo: el cabo Peugeot. Pero demos la palabra a la hija del Señor Docourt, la cual, medio siglo más tarde, me contó ella misma la escena:


          - Eran las diez de la mañana, salí de la casa para ir a buscar agua a la fuente que estaba a unos treinta metros de la casa. Repentinamente, vi a una patrulla alemana que atravesaba el campo de trigo y que se encontraba del otro lado de la carretera. Volví enseguida a mi casa gritando: "¡Socorro! ¡ Están aquí los Prusianos! los cinco soldados que estaban en nuestra casa salieron enseguida y oí al cabo Peugeot hacer la llamada reglamentaria de alto...

          

     Pero la patrulla alemana disparó. Peugeot cayó. Estaba gravemente herido pero aún tuvo fuerzas para coger el fusil y disparar; el teniente alemán fue derribado. Vi al cabo Peugeot levantarse; anduvo unos pasos titubeando hacia la casa y cayó ahí, en la entrada de la puerta, en este mismo sitio, señor, en donde nos encontramos ahora mismo.

       La sangre se derramó - la primera sangre de una de las más espantosas matanzas de la Historia.


                           
          


        

     

          

sábado, 2 de agosto de 2014

POR QUÉ LOS MÁRTIRES PERDONAN A SUS VERDUGOS EN LA TIERRA, PERO CLAMAN JUSTICIA EN EL CIELO

TODO EL QUE QUIERE, PUEDE ALCANZAR LA VIDA ETERNA
EN ESTE MUNDO


Mensaje de Misericordia de Jesucristo al mundo actual

(Confiado a Santa Faustina)


965- Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de mi misericordia. Si no adoran a Mi misericordia, morirán para siempre. Secretaria de mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mí Justicia.


La Misericordia está compuesta de dos premisas:
          La Justicia: Perdono y es necesario, porque Cristo sabe que yo también soy pecador, y si yo no perdono no seré tampoco perdonado, porque cualquier pecado es una ofensa al prójimo y también a Dios.
          La bondad: Perdono, y es también necesario, porque Cristo sabe que si he sido misericordioso con los demás, Él también lo será conmigo.

En eso consiste el mensaje de Jesús a Santa Faustina: el que no quiere entrar por la Puerta de la Misericordia, es decir el que no se ha acogido a estos dos axiomas, será tratado como él mismo trató a los otros, con Justicia que exige que sea tratado como trató a los demás; y con maldad, que es como también trató a su prójimo, y a esos se aplica la maldición de Dios.

Y la mayor sorpresa de los juzgados será, como lo relata el Evangelio, descubrir que todo el mal y el bien que hicieron a sus semejantes, se lo hicieron a Dios mismo.

Quiero aquí aclarar una discusión con cierto individuo, al que yo citaba las palabras del Apocalipsis, en donde los Santos martirizados pedían a Dios Justicia. Apocalipsis 6, 9-11

"Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a los degollados por anunciar la palabra de Dios y por haber dado el testimonio debido. Y gritaban con potente voz diciendo:
-Señor Santo y veraz, ¿Cuándo nos harás justicia y vengarás la muerte sangrienta que nos dieron los habitantes de la Tierra?
Se les entregó entonces a cada uno un vestido blanco y se  les dijo: Aguardad un poco todavía. Aguardad hasta que se complete el número de vuestros compañeros y de vuestros hermanos que, como vosotros van a ser martirizados".

Pues la reacción de este individuo fue negar que esto fuera posible, y argumentaba que todos los mártires murieron perdonando a sus verdugos. Y esto me recuerda también las palabras de cierto Profesor, cuando yo estudiaba en la Facultad de Teología de Granada para ser profesor de Religión, y que criticaba nada menos que a Santo Tomás de Aquino, porque ese Doctor de la Iglesia había afirmado que una de nuestras más grandes alegrías en el Paraíso, será ver como se cumplió la Justicia de Dios hacia los condenados.

Estamos pues en presencia de dos comportamientos que a primera vista parecen contradictorios, pero que personalmente creo que son los más adecuados, y que reflejan perfectamente la mentalidad de los hombres, que es necesaria en este mundo, pero que no será así en el Santo Reino de Dios. Y este hecho resulta incomprensible para los modernos teólogos, que son los abanderados de la Teología del relativismo, como Hans Küng, Massiá o Queiruga, fieles seguidores de Satanás que les ha infundido la idea falsa de que no hay diferencia alguna entre el Pecado y la Virtud.

Dice Jesús en las obras de Mª Valtorta: 

"No seas ilusos, en el día del Juicio mi cayado de Pastor se cambiará en un cetro Real, y mi Justicia será inexorable".
"Yo redimiré a todos los hombres que se arrepientan, los impenitentes no tendrán redención".

Basta también recordar las terribles palabras de Jesús dirigidas a los condenados en el Juicio final, relatadas en los Evangelios. En donde Jesús dice textualmente:
"...Apartaos de Mí, malditos, id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles..." (Mt 25-41)
Y, a pesar de estas palabras tan claras, que no se prestan a confusión, muchos "Teólogos" no tienen ningún reparo en afirmar, ¡Que no es Dios el  que castiga, que es el alma que se aparta de Él!
La explicación a este problema, creo sinceramente que es bien sencilla: Aún estamos en el tiempo en que el trigo y la cizaña están creciendo, y no vemos muy claro cual es el trigo y cual es la cizaña, esta última no se puede arrancar aún, ya que se puede confundir con la buena semilla plantada por Dios. Pero aquí subsiste otro problema de fondo: Mientras hay vida hay esperanza, lo que quiere decir que Dios y el hombre pueden hacer el milagro de transformar la cizaña en trigo por la Acción de la Gracia, que proviene de Dios, y el hombre con el perdón hacia su semejante, puede dar vía libre a la Misericordia, que proviene de la inmensa fuerza del Amor de Dios, que es el Espíritu Santo. 

De la misma manera, pero a la inversa, el trigo se puede transformar en cizaña por el veneno del Odio inoculado por Satanás gracias al pecado del orgullo, que abre la puerta a todos los pecados, que conducen a la muerte del alma.



Y esto es lo que explicó el Ángel Azarías a María Valtorta:


[...] Nosotros queremos de ti este completo conocimiento (el don del discernimiento de los espíritus) a fin de que produzca un mar de misericordia dulcísima en el que tu puedas purificar los ánimos de tus hermanos absolviendolos, en lo que está de tu parte, de toda culpa y pidiéndole al Dios de la Misericordia que les absuelva. 

Recuerda siempre que tu Señor y mío, te enseñó que la fuerza que consigue el perdón de Dios para un pecador, es el perdón del ofendido. 
Es un trastrueque en la petición de la Oración de Jesús Santísimo: "Padre perdónanos nuestras deudas como nosotros se las perdonamos a nuestros deudores" dice el Padrenuestro. Es la misericordia de su corazón que todo y a todos absuelve diciendo: "No son unos malvados sino unos infelices" y grita asimismo: "Padre, perdona a nuestros deudores puesto que nosotros ya les hemos perdonado todo".  

               [...] Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo."

Y esa es la verdadera explicación del porque los Mártires perdonan a sus verdugos en esta Tierra, y en el Cielo, donde se ha recolectado el trigo y la cizaña, claman Justicia. 

En este mundo, y desgraciadamente en muchos católicos, en donde se ha implantado el relativismo y en donde casi nadie se da cuenta de la gravedad del pecado, que es una ofensa grave a Dios, y un sufrimiento añadido a su cruenta Pasión, esta postura es incompresible. Dice San Juan de la Cruz en los Dichos de luz y amor:

"No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia de el bien y de el mal".

Esto, dicho hace 500 años, en donde se admiraba la Virtud, y se despreciaba el pecado, es en nuestros días, más verdadero que nunca, ya que como lo hemos dicho, el Demonio ha impuesto el relativismo en la Sociedad, y para muchos, el pecado es mejor que la Virtud. Y además, se predica también un Dios relativista que quiere igual a un Santo asceta que a un sádico pecador.
           

           
    

          

jueves, 24 de julio de 2014

DIÁLOGO DE DIOS CON LOS CONDENADOS QUE HAN ESCOGIDO LIBREMENTE SU DESTINO: EL ÁNGEL AZARÍAS OPINA SOBRE LA SOCIEDAD ACTUAL



EL JUICIO FINAL




























Extraordinario mensaje de Azarías, ángel de la Guardia de María Valtorta, que viene a confirmar la Doctrina tradicional, enseñada desde los orígenes del cristianismo por los Apóstoles, los Santos Doctores, y la Iglesia católica.

1º - El mundo ha sido creado por Dios para que el hombre lo conozca, lo venere y siga sus mandamientos; si en algún tiempo, nadie cumple con esas obligaciones, ocurriría lo que pasó en el diluvio y en Gomorra y Sodoma: el mundo sería destruido.

2º- En su gran mayoría, el mundo no obedece las Leyes de Dios, pero subsiste, porque hay Santos que sufren y oran a Dios por los pecadores y lo alaban con Santo temor de no ofenderle, y con encendido Amor.

3º - Dios antiguamente mandaba Profetas para recordar a los hombres que se apartaban de su Ley y para anunciar los acontecimientos futuros, entre ellos el más importante: La venida del Mesías para redimir a toda la Humanidad.

4º - Hoy día la misión de algunas almas, escogidas por Dios no es ese tipo de profetismo, ya que todo ha sido revelado y cumplido con la venida de Cristo Jesús, su misión consiste en recordar a la gente que se está apartando del camino recto, queriendo adaptar la Doctrina a las modas del tiempo: La Teología de la secularización, la Doctrina “descafeínada" o "light”, con un Dios que es incapaz de castigar a nadie porque todos somos hijos suyos, cuando esta filiación solo se obtiene por un cambio radical del comportamiento.

5º - Dios Todopoderoso, ha puesto el hombre en este mundo, dotándolo de libertad para escoger entre el Bien y el Mal, es decir entre Dios y Satanás, esta situación es la que transforma el alma en Hijos de la Luz, o en hijos de las Tinieblas, para ello el hombre tiene toda una vida, ya que algunos pueden resucitar unos momentos antes de comparecer ante el Juicio de Dios, debido a las oraciones de los Santos, a la acción del Cuerpo Místico de Cristo, o a alguna buena acción que haya realizado en vida, que solo Dios conoce.


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Dice Azarías:

“Las culpas de los pueblos son tales y tantas que, de no ser infinita la benignidad de Dios y su paciencia divina, hace ya tiempo que el mundo habría sido destruido como un horror del Universo; horror que tendría que desaparecer por cuanto en una Creación perfecta no deben subsistir cosas ignominiosas.

Más en el mundo, que a la sazón es ya el vestíbulo del Infierno y feudo de Satanás, existen siempre justos, raros, es cierto, como las estrellas en una noche de tempestad y como las palmeras en la inmensidad árida de los desiertos. Y como ya se echa de ver por el episodio de Abraham, Dios está dispuesto a usar de misericordia hasta con los pecadores y salvarlos del castigo si entre ellos hay justos que ruegan. Salvarlos de las desventuras materiales y morales mientras dura su vida, y darles tiempo de tornar al Señor hasta cuando llegue su ocaso - No salvarlos después de la vida si merecieron castigo, ya que en el día de Dios ya no sirven las súplicas de los justos para salvar a los que están muertos a la Gracia. 

La Justicia requiere su curso. Y si hasta con ira y descompasadamente ellos le gritan al Eterno Juez: “Tú nos odias y defraudas nuestra parte de bien”, Él les responderá justamente: “No, os dí vuestra parte, queríais gozar, gozar de las riquezas, del poder, de la lujuria y de las francachelas, conseguido todo ello a cualquier precio. Todo eso lo habéis tenido y os dejé gozarlo como queríais. La elección fue vuestra, elección que Yo respeto y os la dejo para siempre.

En mi Reino solo entran los que vivieron castos, sobrios, justos, misericordiosos, aquellos que sufrieron y lloraron, incluso por vuestra causa, y que amaron a Dios, al prójimo y hasta a vosotros que les afligíais. Marchad. ¿Acaso no decíais que era necedad dejar el gozo para el futuro y cordura gozar del presente seguro? Así os lo concedo. Pues gozásteis en el corto presente, sufrid ahora en el presente eterno”.

Los justos ruegan por los pecadores. ¡Ay si no fuese así! Al lavacro diario y perpetuo de la Sangre Divina se mezclan las plegarias y lágrimas de los justos. Y esta rociada de caridad purifica el mundo de este exceso de inmundicia que la Infinita Misericordia no podría soportar. Por eso el mundo puede subsistir por más que el ojo de Dios lo mire con una severidad que a nosotros los Ángeles, nos impresiona.

Si acaso transcurriese tan solo un día sin que en todo el Orbe se realizara una obra buena; si ocurriese que una vez algún día en que los justos se hicieran pecadores, la luz ya no iluminaría la Tierra, porque sería destruida, porque la Justicia Divina la habría eliminado de las obras creadas.

Lo que os digo puede daros la medida de cuánto sea el valor de la Justicia de los hombres a los ojos de Dios. Una de las causas de justicia es el sincero y humilde conocimiento de si mismos y de las obras de Dios en vosotros. Esta es una de las sabidurías más difíciles de encontrar en los cristianos, aun en los mejores. Una equivocada valoración de las virtudes hace que, efectivamente, para ser humildes, se hagan insinceros y, a lo mejor, hasta hipócritas, sin pensar que con ello se hacen, incluso desagradecidos.

Hay muchos que, siendo buenos, poseyendo dones particulares y sabiendo que son buenos por recibir dones especiales del Señor, por una falsa humildad dicen de sí, ser pérfidos o que carecen de esos dones que los demás reconocen en ellos.

Pues bien, aún en esto se requiere justicia, prudencia, humildad y sinceridad sumas. Prudencia en mantener oculto el don gratuitamente recibido, a fin de que su conocimiento no degenere en fanatismo de la gente, en turbación del beneficiado, en pérdida del tiempo – que, por otra parte podría ser empleado en servicio del Señor -, en tentación y tal vez de pecado de orgullo. Es de obligación no ponerse en ocasión de tentación.

El hombre, aún que sea el mayor favorecido por Dios, debe tener siempre presente que es un hombre, no debiendo por tanto preciarse de ser perfecto ni lisonjearse temerariamente de que, por más que cometa alguna imprudencia, el Señor la reparará en atención a su hijo predilecto. Está bien dirigirse al Padre, diciéndole que no nos induzca en tentación, pero es obligado comportarse de forma que se evite ponerse en peligro de tentación.

[…] La prudencia, que es siempre compañera de un reservado silencio, que no admite propaganda y oculta lo extraordinario bajo las apariencias de vida ordinaria, no debe por lo demás, degenerar nunca en falsa humildad ni en mentira.

Cuando y con quien es, por deber, necesario para vosotras, queridas almas extraordinarias debéis hablar o responder a quien puede interrogaros, no debéis por falsa modestia, decir: “Yo nada tengo pues soy la más grande pecadora, cuando por dentro, sentís que aún que seáis almas muy pequeñas, con todo por la Gracia de Dios, no sois pecadoras hasta el punto de disgustar al Señor. Eso sería mentir. Si estuvierais convencidas de serlo, el manifestarlo solo sería la humilde confesión de la culpa y miseria contenida en vosotras. 

Más si la conciencia os asegura que vuestra pequeñez no se halla manchada con culpa grave, no debéis mentir. Y sobre todo no lo debéis hacer con el secreto deseo de oír que se os diga: “No, si tú eres una santa”, para complaceros con ello. Con el espíritu rendido ante la potencia amorosa de Dios que os ama, responded sinceramente al que tiene derecho a interrogaros: “Si, el Señor ha hecho en mí estas cosas por más que yo sea pobre e imperfecta”.

No fue imperfecta María al cantar su salmo. Reconocía humildemente las grandes cosas que le había hecho Dios para que su alabanza subiese al Cielo junto con la de su pariente, prototipo de todas las almas que habrían de alabar al Señor a través de María que es el Instrumento suave y Santo de las obras del Señor y de vuestra salvación.

Tampoco es soberbio Pablo cuando dice: "Imitadme". Simplemente les dice a sus fieles que le imiten porque la Misericordia de Dios, unida a la voluntad del hombre, había hecho de él, Pablo, un retrato acabado de Cristo, Así como en otra ocasión manifestó sus culpas pasadas y confesó que, siendo ya Apóstol, le golpeó el ángel de Satanás, así también dice aquí: "Imitadme", como en otro lugar dice sinceramente haber gozado de las Revelaciones del Señor y haber sido arrebatado al tercer cielo.

[...] Igual sucede con los instrumentos de Dios. Deben resplandecer. En lo alto de su esfera especial donde Dios los colocó, separados, disgregados del resto del mundo, desconocidos por su nombre y domicilio, e ignorados tal vez durante años como tales instrumentos especiales aún después de su muerte, deben no obstante resplandecer. Y ¿Cómo? Con su santidad de vida, con su incansable trabajo acorde con los quereres de Dios, con su amor y las demás virtudes que en los momentos precisos "magnifican al Señor por las grandes cosas realizadas en ellos", pero siempre iluminan porque el Señor, al vivir en ellos de un modo total, trasluce y emana de ellos su Luz y su Santidad, y como navegantes perdidos en un mar tenebroso y agitado, los espíritus se dirigen a estos faros solitarios azotados por las tempestades del enemigo, y de los enemigos de Dios y de sus instrumentos, más fuertes y heroicos, siempre dispuestos a acoger la Luz y a irradiarla sobre los náufragos para que logren salvarse.

Las almas buscan a Dios. Muchas veces os parecerá que no lo hacen. Nada sabéis vosotros de los espirituales sufrimientos de las almas encerradas en un ser con cuerpo y sentimientos que son enemigos de Dios. Los mismos poseedores de estas almas envilecidas ni se percatan de las lágrimas de su alma obcecada y encadenada que se agita y busca la Luz desde el fondo de su cárcel de la que alguna vez intenta evadirse y buscar a Dios, aspirar un sorbo de aire celestial, saturar su alma espiritual de una Luz del Cielo y recoger palabras arcanas que llevan consigo en su secreto interior.

Palabras que, al parecer se dijeron y recogieron en vano, pero qué, a lo mejor, resurgen en el lecho de muerte venciendo en la última batalla al entregar el espíritu a Dios. Palabras que, tal vez, cierran una salida al error y al delito, palabras que alguna vez, sacan a un espíritu del abismo permitiéndole retornar al camino de Dios.

No son necesarias muchas palabras. Ninguna tal vez. Basta verse: una mirada. Vuestros ojos miran de un modo que ya no es terreno. No sois vosotros los que miráis. Es Cristo que mira a través vuestro. Miráis pero no veis al hombre que tenéis delante. Lo que veis es su alma con vuestra alma. Y así, es por mirar con el alma tras haber colmado vuestra mirada de Luz celestial, por lo que no miráis al modo de todos los demás.

Al escuchar relatos ajenos, muchas veces calláis, Más, al tiempo que vuestros labios callan, vuestra alma está amando. Y, al amar, acaricia y reconforta el alma exasperada, enferma y airada que os habla. Con todo, hablad alguna vez e intercambiad palabras banales con interlocutores banales a los que queréis ocultar vuestro secreto. Más, como una nota de canto que de cuando en cuando se escapa de una sala cerrada, llenando la calle de dulzura que la recoge el pobre consolándose con ella, así también caiga de cuando en cuando de vuestros labios una perla espiritual: chispa desprendida del fuego que os posee y que vuestro interlocutor recoge, e incluso la medita, con lo que su alma despierta, reflexiona y algunas veces decide.

Nada se pierde nunca de las obras del amor. En vosotros está el Amor y todo, por ello es activo. Si, hay muchos, demasiados que viven como enemigos de la Cruz de Cristo, su fin es la perdición, su dios el vientre y su gloria la hacen consistir en su vergüenza, solo pensando en las cosas e la Tierra. Esto es así, pero muchas veces no son sino almas salvajes o asalvajadas por un complejo de circunstancias. No saben, ni conocen y es por eso que no aman ni distinguen. Las iglesias están de sobra para ellos. ¿Qué son para ellos las iglesias? Están de más los sacerdotes. ¿Qué son para ellos los sacerdotes? Son inútiles los Sacramentos. ¿Qué son para ellos los Sacramentos?

¿Sabe por ventura el salvaje que cosa es el navío que ve cruzar delante de sus costas, o el avión que cruza el cielo? Los toma por misteriosas formas mágicas y pavorosas capaces de dañarle, y si puede, las combate. ¿Sabe acaso el antropófago que representa el hombre que, en nombre de la Cruz o de la Ciencia, se aventura a penetrar en sus tierras para llevarle la fe o para estudiar las enfermedades y curarlas? Para el antropófago no es sino la presa que hay que abatir para comerla o bien al que hay que matar como hechicero maléfico.

 ¿Sabe también el salvaje o el hombre primitivo o ignorante que cosa es el suero que el médico le quiere inocular para salvarle de determinada epidemia? Para él es tan solo veneno, venganza del hombre blanco sobre las razas inferiores y, entre los blancos de los Países civilizados, y tal vez un procedimiento usado por los gobernantes para eliminar a los más desgraciados. ¿Cuántos médicos no han sucumbido linchados por el furor desatado a causa del miedo de los salvajes y los ignorantes?

No os sorprendáis por tanto, de que los salvajes espirituales que convivan con vosotros, teman, odien, huyan o se abalancen sobre todo aquello que forma parte del espíritu y de la Iglesia y vivan en su bestial ignorancia. Son unos infelices. No acuden a las corrientes espirituales que solo contemplan por ser vistosas, pero que las rehuyen. Ahora bien, ¿Quien deja de beber de un manantial fresco que brota de la ladera de un monte? Parece tan humilde, tan privado de poder milagroso... No cabe sospechas ni prevenciones contra él y se acaba bebiendo de su frescura. Así es como penetra la Gracia inadvertidamente a donde de ningún otro medio habría penetrado.

Muchos, que eran enemigos de la Cruz y vivían para su vientre y para las cosas de la Tierra, dejan de serlo gracias a las secretas operaciones de los ocultos misioneros del mundo civil, que sois vosotros, instrumentos de Dios.

Aún hay muchos que os odian: aquellos en que reina Satanás que os odia por su conducto. Más no os preocupéis ni tengáis miedo. Decíos: "Somos ciudadanos del Cielo del que nos viene Cristo, que transforma el cuerpo de nuestra humillación en Luz que no se extinguirá". Y manteneos firmes en vuestra labor. 

Y, si ni aún entre los sacerdotes de Cristo encontráis quien os tienda la mano, como recomienda Pablo a su fiel compañero y a sus Filipenses que hagan con Síntica y Evodia, estad firmes, pensando que vuestros nombres figuran escritos en el libro de la Vida, puesto que vivís, trabajáis y morís por la Gloria de Dios y el conocimiento del Evangelio.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo".




          



          

         




viernes, 18 de julio de 2014

EL ALMA PUEDE MORIR Y RESUCITAR, EL TEMOR PRECEDE SIEMPRE AL AMOR.

EL HOMBRE TIENE QUE ESCOGER ENTRE EL AMOR Y EL ODIO
Bella imagen del ángel tenebroso, teniendo en sus manos un dragón,
que es el odio; y el ángel de Dios, teniendo en su mano
 una preciosa ave, que es el Amor



         Este discurso del Ángel Azarías es para mí - aparte de la Biblia, y sobre todo de las Palabras de Jesús en el Evangelio, con las Epístolas de los Apóstoles -, el más sublime de los que se han pronunciado, y que han sido oídos por un ser humano. Estas palabras son una verdad que "muerde" a toda la retahíla de progresistas que predican insistentemente la Doctrina "descafeínada" de los teólogos progresistas tipo Hans Kung, Massiá, Queiruga y tantos otros que son los abanderados de la teología de la secularización, del relativismo, y del inmovilismo con sus discursos anestesistas: "Dios te quiere como eres, hagas lo que hagas, Dios siempre te querrá, ¡hay que estar a gusto con sus pecados!".

          El Ángel explica claramente que cuando se odia, se corta como con un cuchillo la unión con Dios, y el alma muere y se vuelve putrefacta, solo el arrepentimiento profundo y sincero opera el Milagro de Dios, que resucita el alma, hecho que solo es posible en esta Tierra cuando el trigo aún no ha madurado y está mezclado con la cizaña sembrada por Satanás, como lo dice el Evangelio.

PALABRAS DEL ÁNGEL AZARÍAS

A MARÍA VALTORTA (23-6-1.946)


           [...] El temor de Dios preserva de las culpas y dota de vista segura al espíritu del hombre, y el espíritu que "ve" no puede dejar de creer en Dios y en sus Palabras y, de esta suerte salvarse de la muerte espiritual. Juan, el Precursor, predicaba el temor de Dios para descombrar los caminos al Cristo que venía a salvar a su pueblo. Jesús, el Salvador, predicó el amor por los caminos de la Salvación.

             El temor precede siempre al amor; y diré así, la incubación del amor es la metamorfosis del sentimiento en un grado más elevado. El temor es todavía del hombre mientras que el amor es ya del espíritu. El hombre que teme a Dios se halla, a no dudar en el buen camino siempre que su temor a Dios sea justo, es decir, que no sea un ignorante e irracional miedo de Dios, más con todo, es siempre un camino trillado por quien no han desplegado las alas para volar a un desconocimiento más alto de lo que es Dios, esto es: Misericordia y Amor. El hombre que teme sigue sintiéndose el castigado por la culpa antigua y las suyas actuales. En cambio el hombre que ama, se siente el "perdonado" por los méritos de Cristo y revestido con ellos, de modo que el Padre ya no lo ve como súbdito, sino como hijo. El temor es bueno para tener sofrenada con las riendas a la materia; más el Amor es óptimo para dotar de calor de santidad al espíritu.

       Con solo el temor, el culpable se arrepiente; más su arrepentimiento es todavía mudo y oscuro al estar sofocado, cual llama bajo el celemín, por el temor al Dios Juez. El culpable que al temor añade el Amor, suspira y su alma se encuentra ya en una luz que le ayuda a hablar al Padre y a ver su estado espiritual porque, no ya las culpas graves, pero también las veniales e imperfecciones se le presentan cual pobre capa de hierba bajo árboles altísimos y, a su vista, puede, no solo talar los árboles, más también arrancar los brotes, limpiando así el terreno para sembrar en él las virtudes gratas a Dios.

               Por tanto el culpable cuya fortaleza estriba en el amor, no solo posee el arrepentimiento perfecto - porque se arrepiente, no ya por temor al castigo, pero por la pena de haber causado pena a su Dios amado - sino que en el mismo amor tiene su absolución primera. Y en verdad, pocas veces aquel que ama con todo lo que esto es, llega a las culpas mortales. Solo un asalto imprevisto y feroz de Satanás y de la carne podrán abatirle momentáneamente. Más en general, el amor preserva de caer y cuanto más fuerte es, tanto más débil será el pecar, lo mismo en número que en gravedad, hasta ir menguando el pecado, quedan solo imperfecciones apenas aparentes en aquellos que alcanzaron el perfecto amor, es decir la Santidad.

               El Apóstol Juan, el bendito y amoroso Juan, os da en la Epístola la medida de lo que puede la caridad y las cumbres que alcanza. Y, en contraposición, os hace ver el abismo en que se precipita quien no tiene la caridad:

"Nosotros sabemos haber sido transportados de la muerte a la Vida porque amamos a los hermanos"-

                ¡De la muerte a la Vida! María, ¡que frase tan lapidaria!  El hombre, si no ama, ha muerto, es un muerto. Y si ama, el hombre, tras haber sido muerto, resucita y adquiere la Vida. ¿Como puede ser? ¡Esto es un verdadero milagro! Los pobres, los verdaderos pobres del mundo, es decir aquellos que no conocen a Dios, no pueden asimilar esa verdad y se ríen de ella, como palabras de locos. Más el que cree, el que realmente cree la comprende perfectamente.

              Dios es caridad, por eso el que ama está en Dios ¿Quien es el que da y devuelve la vida? Dios. Sea que traiga al hombre del barro y lo vivifique con el aliento divino espirando sobre la forma de creta, sea que coopere a la formación de los hombres creando un alma para el embrión animal que fue concebido en un seno, el alma: la vida del hombre que no es un bruto y que, sin esta vida de su existencia, no estaría ni materialmente vivo porque a él para estarlo, no le basta tener como los animales, la respiración en las narices sino que debe poseer esta alhaja espiritual, esta vena espiritual que le mantiene unido al Seno Santísimo de su Creador y nutrido por el que es Espíritu, Luz, Sabiduría y Amor. Y sea por fin a aquel que entregó su alma, el que la vuelva a infundir resucitándolo, es siempre el "Quiero" Divino el que hace vivir a la criatura.

    Y quiero aquí añadir unas observaciones personal: efectivamente el mono dicen que comparte el 99% de los genes del ser humano, pero el mono al no tener alma es un ser virtual, es decir un espejismo, porque para Dios que es eterno, solo lo importante es lo que es también eterno, ya que está escrito que Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza, naturalmente la mayoría de los antropólogos obcecados y soberbios, que siendo finitos quieren explicar la Creación que es infinita, consideran el mono como un ser humano y algunos están empeñados en clasificarlos en esa categoría.

           El alma humana puede por el pecado morir, pero en este mundo gracias a la Comunión de los Santos, gracias a las oraciones de los hermanos, puede lograr en esa alma abrir un resquicio para que penetre en ella la Luz divina, y lograr el arrepentimiento que es la sublimidad del amor, en ese caso Dios puede resucitar al alma muerta y devolverle la Vida, hecho que será imposible a la muerte de la persona, porque la mies estando segada no puede volver a crecer, y el trigo irá en los graneros de Dios y la cizaña al fuego eterno, como así lo explica Jesús.

           Mas la criatura  tiene una vida en su vida: su alma, y esta que, al ser inmortal, no muere por la muerte física, puede muy bien morir si, como antes he dicho, se separa del seno de su Señor. El odio, cualquiera que sea su forma y testimonio, es el cuchillo que corta la ligadura que une el Señor con el alma, una vez separada del Señor, muere.

            Por eso únicamente la caridad es la que de los muertos hace vivos. Porque sin Caridad estáis muertos. Y muertos estaban muchos, y más antes que la Caridad hecha Carne viniera a enseñar el Amor como Salud.

        Por eso puede muy bien decir el Apóstol Juan, que los verdaderos cristianos han sido trasladados de la muerte a la Vida por la Caridad que tiene su mandamiento de amar a los hermanos hasta el holocausto, dando así el ejemplo del Amor perfecto. El mandamiento del Amor, que los buenos acogen, es como el soplo de Vida inspirado al barro para hacer de él a Adán, o el Fiat que se repite en cada infusión del alma en un germen de hombre y, sobre todo, como el grito del Resucitador: "¡Yo te lo digo: levántate!" y el "¡Lázaro, ven afuera!" a los resucitados de Palestina.

              Dios, que vuelve a entrar con el Amor, devuelve la Vida a los muertos mediante el Amor. Más el que no ama continúa en la muerte, esto es en el pecado, porque el pecado en todas sus formas es odio. El hijo que no respeta a sus padres y los oprime con exigencias y egoísmos, el que daña a su prójimo con la violencia, el hurto, la calumnia y el adulterio es un homicida. Lo es igualmente al que hace morir de vergüenza o de dolor, lo mismo que quien lleva las almas a la desesperación con actos que le arrebatan la paz, la fe, el honor, la estima y el medio de trabajar, de vivir y de procurar la vida a sus familiares, como también el que con su ferocidad sanguinaria o sutiles persecuciones morales lleva a hacer desesperar de Dios y a morir odiándole, son homicidas de sus hermanos y es como si tratasen de matar a Dios en una nueva crucifixión, porque Dios está en vuestros hermanos y vuestros hermanos en Dios del que son hijos, y el homicida de sus hermanos, aquel que, material, moral o espiritualmente odia a sus hermanos, no hiere tan solo a estos sino que, a través de ellos, hiere también a Dios y, como todos los deicidas, está muerto. 

               En el Reino de Dios, no entran los muertos. El Reino de Dios se inicia en el espíritu del hombre sobre la Tierra mediante la unión de Dios y se completa en el Cielo con su plena posesión. Aquí en la Tierra, Dios en vosotros; y en el Cielo vosotros en Dios. Más Dios no entra en la putrefacción de muerte y la putrefacción de muerte no entra en el Cielo.

 En la Jerusalén Eterna, como no habrá Templos "Porque su Templo es el Señor en el que todos estaremos"; como no habrá necesidad de sol ni de luna porque su esplendor es Dios y su luminaria el Cordero; como no habrá puertas por no ser necesarias para Ella, ni Tiniebla para odiarla; así tampoco habrá en ella nada impuro y corrompido, nada muerto sino que tan solo estarán quienes hayan escrito sus nombres en el libro de la Vida, o sea en la Caridad que es la Vida. "En eso conocemos la Caridad de Dios: en que dio su Vida por nosotros".

               

               



martes, 15 de julio de 2014

EL ESPÍRITU SANTO ES EL MOTOR OMNIPRESENTE QUE ILUMINA Y VIVIFICA LAS ALMAS

 
EL ESPÍRITU SANTO ES EL QUE ILUMINA LOS SANTOS,
EL PUEBLO Y TODA LA NATURALEZA





Recuerdo que cuando era joven, tenía verdadero pánico al Espíritu Santo, y a las estatuas de la Santísima Virgen y de los Santos, para mí, que no había profundizado en la fe y en todos los asuntos religiosos, todo era un misterio impenetrable que me causaba pavor, por no decir terror.

Leyendo las obras de María Valtorta, me he quedado sorprendido como ella también, sentía pavor ante el fenómeno religioso, y cuenta que una vez se quedó encerrada en una Iglesia, y llena de espanto, tuvo que clamar con griteríos estridentes para que le abrieran. 

El Espíritu Santo simboliza la fuerza infinita de Dios que está producida por el Amor que es la fuente que produce esta fabulosa potencia, ya que es la que da vida y rige toda la Creación. Y en estas explicaciones del Espíritu Santo a María Valtorta, he hallado respuesta a una pregunta que siempre me ha preocupado: ¿Cómo ha podido sufrir Jesús el Sublime Redentor, sin desfallecer y morir en cuanto verdadero hombre, cargado con la inmensa cantidad de los horribles pecados de toda la Humanidad pasada, presente y futura? 

Cuando Jesús dijo en la Cruz: "¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?", solo en ese momento, fue posible la Redención de la Humanidad, ya que fue entonces cuando Jesús abandonó momentáneamente su condición de verdadero Dios, y entonces apareciendo solo con su naturaleza humana.

Solo entonces se pudo entonces realizar la Redención, ya que Jesús en ese momento, al ser abandonado por su Padre, era solo verdadero hombre, ayudado solo por el Espíritu Santo, que es el amor, lo que le ocurrió a Eva y como le sigue ocurriendo a todos los seres humanos, y es que el pecado original, cometido por un ser humano, solo podía ser redimido por otro ser humano, y no por Dios, es por eso que Dios Padre abandonó a Jesús para que esa Redención fuera posible. 

Creo que esto fue, como he leído en El Poema del Hombre Dios, lo que hizo perder toda esperanza de Salvación a los condenados, y que produzco en el Reino de Satanás un grito de desesperación, ya que Satanás esperaba que en ese momento, sin el apoyo del Padre, Jesús sería incapaz de asumir el terrible sufrimiento de expiar por todos los pecados de la Humanidad pasada, presente y futura, y que la redención no podía realizarse sin el apoyo del Padre, además si un hombre como Adán pecó, la Redención tenía que hacerse por otro hombre. 

El fin del mundo ocurrirá cuando el Espíritu Santo - por la desidia de la Humanidad pecadora, liderada por el Anticristo, al estar apartada de Dios - retirará su Acción Vivificadora, lo que acarreará la muerte del Universo y de toda la Humanidad. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(3-5-1.946)


Dice la muy beatificadora voz del Espíritu Santo:


"Porque estoy sobre ti, estás en el haz de mis rayos. Soy Yo toda la luz que recibes. Soy Yo toda la Paz de que gozas. Soy Yo todo el júbilo que experimentas. Estoy sobre ti, no visible pero presente. Aunque creas que estás sola, estás protegida. Porque el Amor no falta nunca junto a las agonías y los sacrificios de los que trabajan por la Gloria de Dios y la redención de las almas. 

Aunque nada parece demostrarlo, Yo estaba junto al Verbo inmolado. Él clamaba por el Padre y lo consideró ausente. Pero no fue así en cuanto a Mí. Yo estaba en Él cuando sublimaba el Amor elevándolo a la potencia del Sacrificio. Yo estaba en Él y le daba la fuerza de sufrir el infinito dolor del mundo, de todo el mundo y por el mundo. Yo había formado el Santísimo Cuerpo. Era justo que Yo estuviera en el Corazón de la Víctima para recoger sus infinitos medios y entregarlos al Padre. Yo fui el Sacerdote del Calvario. El que alza la Víctima y la ofrece. Yo fui el Sacerdote porque el Amor siempre es Sacerdote en el Sacrificio, es su indispensable Sacerdote. 

Estoy sobre ti, en ti, contigo. Te doy fuerzas para sufrir ofrezco al Padre tu sufrimiento. Déjate inmolar por el Amor que te ama. Quédate en Mí como Yo estoy en ti. Que la paz del Amor esté contigo".

Este dictado del Espíritu Santo, breve pero portador de tanta leticia, responde en estas horas del primer viernes de mayo, fiesta de la invención de la Santa Cruz, a una pregunta íntima que me he hecho mientras rezaba y sufría muchísimo por una violenta crisis cardíaca.

Me decía: "¿Cómo puede ser que una criatura sufra contemporáneamente tanto dolor material y moral hasta alcanzar la agonía, y junto a ello experimente un gozo tan intenso que parece consumir aún más la enfermedad pero que, al mismo tiempo, resulta más eficaz que las medicinas? ¿ Por qué me siento tan feliz yo, que estoy tan enferma y que, hecho aún más importante, estoy tan afligida por el Padre Migliorini por lo que se refiere a los escritos venidos del Cielo que, a pesar de la diversa opinión del Padre, advierto que están sometidos a juicio, y sobre todo a un juicio severo y mal dispuesto?" 

El Espíritu Santo, con su voz inmaterial que con solo acercarse eleva al éxtasis, me dice lo que acabo de escribir...

Mientras el Espíritu Santo me saluda antes de callar, viene el Padre Mariano con el Santísimo Sacramento. El Padre Mariano me encuentra abatida... Creo que mis sensaciones - lo creo sin temor a equivocarme - son semejantes a los de los mártires agonizantes, o sea, debilidad física y sufrimiento físico total, pero en cambio, júbilo y paz espiritual llevadas al máximo límite de lo que pueda gozar una criatura aún en la Tierra...




San Juan de la Cruz da la explicación a María Valtorta sobre el agridulce del dolor y del gozo, en su famoso escrito



LA LLAMA DE AMOR VIVA


[...] Porque Dios ordinariamente ninguna merced hace al cuerpo que primero y principalmente no la haga en el alma; y entonces, cuando mayor es el deleite y fuerza de amor que causa la llaga dentro del alma, tanto mayor es la fuerza en la llaga del cuerpo, y creciendo lo uno, crece lo otro. Lo cual acaece así porque estando estas almas purificadas y puestas en Dios, lo que a su corruptible carne es causa de dolor y tormento, en el espíritu fuerte y sano, le es dulce y sabroso; y así, es cosa maravillosa sentir crecer el dolor en el amor.

La cual maravilla echó bien de ver Job en sus llagas cuando dijo a Dios: "Volviéndote a mí, maravillosamente me atormentas" (10, 16), porque maravilla grande es y cosa digna de la abundancia de la suavidad y dulzura que tiene Dios escondida para los que le temen (Ps 30, 20) hacer gozar tanto más sabor y deleite cuánto más dolor y tormento se siente. Pero cuando el llagar es solamente en el alma sin que se comunique fuera, puede ser el deleite mas intenso y más subido porque, como la carne tenga enfrenado el espíritu, cuando los bienes espirituales de él se comunican también a ella, tira él la rienda y enfrena la boca a ese ligero caballo del espíritu y apágale su gran brío, porque si él usa de su fuerza la rienda se ha de romper; pero hasta que ella se rompa, no deja de tenerle oprimido de su libertad porque como el Sabio dice: 

El cuerpo corruptible agrava el alma, y la terrena habitación oprime el sentido espiritual que de suyo comprende muchas cosas (Sap 9, 15)