LA VIRGEN MARÍA EL TERROR DE SATANÁS |
EN UN EXORCISMO, SATÁN ESTÁ OBLIGADO POR DIOS A RECONOCER LA VIRGINIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, ASÍ COMO SU PODER
SOBRE LAS FUERZAS DEL MAL.
En mi última asistencia a un exorcismo, sentados los comparecientes en el primer banco de la capilla, estando el Santísimo sobre el Altar, el Exorcista, Padre Fortea, inició las oraciones propias del ministerio, a mi izquierda del banco, una posesa se tiró en el suelo entre gemidos y convulsiones, y tuvo que ser sujetada por varias personas, el Exorcista que tenía que ausentarse, dejó que continuara la labor otro Sacerdote.
Después de muchas imprecaciones, y oraciones, se me indicó que subiera al coro para recitar el Rosario, lo que hice con agrado, y con bastante dificultad, a pesar de que recito el Santo rosario todos los días, creo que el espíritu inmundo interfería para hacerme olvidar la letanía, a través de la mirada fija, magnética y sin parpadeo de la posesa. El Sacerdote, ordenó, que en nombre de Jesús, al Demonio diga su nombre y que indicara que es lo que le haría salir.
Entre gemidos y convulsiones dijo que su nombre era “Jairo”, y que lo que le haría salir era La Virgen María.
Quiero hacer constar que no dijo María de Nazaret, sino, obligado por Dios, dijo “La Virgen María”, dejando claro que María era Virgen antes y después del nacimiento de Jesús.
Conozco personalmente a una persona cuyo hijo estaba sometido a una tremenda influencia demoníaca, como así lo dictaminó el Exorcista Padre Fortea.
En sueños, el padre del hijo entró en diálogo con Satanás, que le afirmaba que su hijo le pertenecía, a lo cual el padre le contestó que rezaría por su hijo hasta la muerte, lo que provocó en el demonio un ataque de rabia, que se notó por el terror del padre que aumentó de una manera considerable.
Como nunca lo había comprendido antes, ese padre se dio cuenta, gracias al mismo demonio, del poder de la oración, y eso viene a confirmar lo que dijo la Santísima Virgen en Fátima: "¡Cuanta gente se condena porque nadie reza por ellos!".
De los cuadernos de María Valtorta
(Dictado del 6-9-1.943)
Dice Jesús:
“Bendita tú entre todas las mujeres”.
Esta bendición que vosotros
pronunciáis de cualquier manera o que ni siquiera decís a Aquella que con su
sacrificio ha iniciado la Redención , resuena
continuamente en el Cielo, pronunciada con amor infinito por nuestra Trinidad,
con infinita caridad por los salvados por nuestro sacrificio y por los coros
angélicos. Todo el Paraíso bendice a María, obra maestra de la creación
universal y de la
Misericordia divina.
Aunque toda la obra del
Padre para crear la tierra de la nada sólo hubiera servido para acoger a María,
la obra creadora hubiera tenido su razón de ser, porque la perfección de esta
Criatura es tal que es testimonio no sólo de la sabiduría y del poder, sino
también del amor con el que Dios ha creado el mundo.
Habiendo dado en
cambio, la creación terrestre a Adán y a la raza de Adán, María testimonia el
gran amor misericordioso de Dios hacia el hombre, porque a través de María,
Madre del Redentor, Dios ha obrado la Salvación del Género humano. Yo soy el
Cristo porque María me ha concebido y me ha dado al Mundo.
Vosotros me diréis que,
como Dios podía superar la necesidad de hacerme carne en el seno de una mujer.
Es cierto, todo lo podía. Pero pensad que ley de orden y de bondad hay en mi
anonadamiento en aspecto mortal.
La culpa cometida por el
hombre debía de ser descontada por el hombre y no por la divinidad no encarnada.
¿Cómo habría podido la
Divinidad , espíritu incorpóreo, redimir con el sacrificio de Sí misma las culpas de la Carne ? Era necesario por
tanto, que Yo, Dios pagara con el tormento de una Carne y de una Sangre
inocentes, nacido de una inocente, las culpas de la carne y de la sangre.
Mi mente, mi sentimiento,
mi espíritu habrían sufrido por vuestras culpas de mente, de sentimiento y de
espíritu. Pero para ser Redención de todas las concupiscencias inoculadas por
el Tentador en Adán y en sus descendientes, debía, el Inmolado por todas, estar
dotado de una naturaleza similar a la vuestra, hecha digna, por la Divinidad escondida en
ella, de ser dada en rescate a Dios, como una gema de infinito valor
sobrenatural escondida bajo una apariencia común y natural.
Dios es orden y Dios no
viola y no violenta el orden, salvo en casos excepcionales, juzgados útiles por
su Inteligencia. No era este el caso de Mi Redención.
No debía cancelar tan sólo
la culpa desde el momento en que se cometió hasta el sacrificio y anular en los
futuros los efectos de la culpa haciéndoles nacer, como Adán antes de
cometerla, ignorantes del mal. No. Yo debía reparar la culpa y las culpas de toda
la humanidad con un sacrificio total, dar a la humanidad ya extinguida la
absolución de la culpa, a la entonces viviente y a la futura, el medio para ser
ayudada a resistir el mal y para ser perdonada por el mal que su humanidad le habría inducido a cometer.
Por eso mi Sacrificio debía
de ser tal que presentara todos los requisitos necesarios, y así podía ser tan
solo en un Dios hecho hombre: Hostia digna de Dios, medio comprendido por el
hombre. Además Yo venía a traer la
Ley.
Si no se hubiera dado mi
Humanidad, ¿Cómo podríais haber podido creer, vosotros, pobres hermanos míos,
si tanto os cuesta creer en Mí que he vivido durante 33 años en la tierra,
Hombre entre los hombres?¿Y cómo podía aparecer ya adulto entre pueblos
hostiles o ignorantes persuadiéndoles de
mi Naturaleza y de mi doctrina? Entonces habría aparecido ante los ojos del
mundo como un espíritu que hubiera tomado aspecto de hombre, pero no como un
hombre que nació y murió vertiendo Sangre verdadera por las heridas de una
verdadera carne – y esto como prueba de ser
hombre – y resucitó y subió al Cielo con su cuerpo glorificado, y esto
como prueba de ser Dios que vuelve a su morada eterna.
¿No es mas dulce para vosotros
el pensar que soy realmente vuestro hermano, con el destino de las criaturas
que nacen, viven, sufren y mueren, que no el pensarme como Espíritu superior a
las exigencias de la humanidad?
Por tanto era necesario que
una mujer que generase según la carne, después de haberme concebido por encima
de la carne, porque de ninguna unión de criaturas, por santas que fueran, podía
ser generado el Dios – Hombre. Sino sólo de un desposorio entre la Pureza y el Amor, entre el
Espíritu y la Virgen ,
creada sin mancha para ser matriz de la carne de un Dios, la Virgen cuyo pensamiento era
el gozo de Dios antes de que existiese el tiempo, la Virgen en la que se
compendia la Perfección
creadora del Padre, alegría del Cielo, salvación de la Tierra , flor de la creación
mas hermosa que todas las flores del Universo, astro vivo ante el cual los
soles creados por mi Padre parecen apagados.
-Bendita la Pura , destinada al Señor.
-Bendita la deseada por la Trinidad que anticipaba
con el deseo el instante de fundirse a Ella con abrazo de trino amor.
-Bendita la Vencedora que aplasta al tentador bajo el candor de su naturaleza inmaculada.
-Bendita la Virgen que no conoce más
que el beso del Señor.
-Bendita la Madre
que se hizo tal por santa obediencia a la voluntad del Altísimo.
-Bendita la Mártir que acepta el martirio por piedad de todos
vosotros.
-Bendita la Redentora de la mujer y
de los hijos de la mujer, que anula a Eva, y se injerta en su lugar para traer
el fruto de la vida allí donde el Enemigo ha puesto semilla de muerte.
-Bendita, bendita tres veces
bendita por tu “sí”, ¡Oh Madre mía! Que
has permitido a Dios mantener la promesa hecha a Abrahán, a los Patriarcas y a
los Profetas, que has sido alivio del Amor, oprimido por el tener que ser
castigador y no salvador, que has aliviado a la Tierra de la condena que le
había traído Eva.
-Bendita, bendita, bendita por
tu santa humildad, por tu inflamada caridad, por tu virginidad intacta, por tu
maternidad divina, múltiple, perpetua, verdadera y espiritual, Madre que con tu
amor y tu dolor, continuamente generas hijos para el Reino de tu Jesús.
-Generadora de gracia y de
salvación, generadora de la divina Misericordia, generadora de la Iglesia Universal ,
que Tú seas bendecida eternamente por cuanto has cumplido, como bendita para
siempre eras por cuanto habrías cumplido.
-Sacerdotisa santa, santa,
santa, que has celebrado el primer sacrificio y preparado con parte de ti misma
la Hostia para
inmolar sobre el altar del mundo.
-Santa, santa, santa Madre
mía, que nunca me has dado añorar el Cielo y el Seno de mi Padre, porque en
Ti he encontrado otro Paraíso que no es
distinto de aquel en que la
Trinidad realiza sus obras divinas; María que has sido el consuelo de tu Hijo en la tierra y el gozo
del Hijo en el Cielo, que eres la gloria del Padre y el Amor del
Espíritu”.
Quiero aquí añadir una reflexión personal. ¿Por qué la Iglesia Católica ha tardado tanto tiempo en proclamar el Dogma de la Inmaculada Concepción?; ¿Por qué no se proclama ya el dogma de María Medianera de todas las Gracias de Dios? Será que la Verdad es un impedimento para el Ecumenismo, entonces me pregunto: ¿Qué es más importante, la Doctrina Verdadera o la ocultación de la verdad para alcanzar un Ecumenismo descafeínado?
Quiero aquí añadir una reflexión personal. ¿Por qué la Iglesia Católica ha tardado tanto tiempo en proclamar el Dogma de la Inmaculada Concepción?; ¿Por qué no se proclama ya el dogma de María Medianera de todas las Gracias de Dios? Será que la Verdad es un impedimento para el Ecumenismo, entonces me pregunto: ¿Qué es más importante, la Doctrina Verdadera o la ocultación de la verdad para alcanzar un Ecumenismo descafeínado?
EL NACIMIENTO DE JESÚS CON LA
VIRGINIDAD DE LA VIRGEN MARÍA
Dictado a María Valtorta del 15 de Septiembre de 1.943:
Dice Jesús:
….Mi Nacimiento fue un éxtasis dulcísimo. En el silencio de la noche que aislaba del mundo la morada solitaria y humildísima, María se había sumergido en sus fervientes contemplaciones de Dios. La oración de María era siempre rapto en Dios. Y saliendo del rapto conoció al Hijo. Fue más bien el primer llanto del Hijo–Dios el que arrancó a la Madre de la contemplación espiritual de Dios para llevar su mirada a contemplar el Milagro más grande del Universo: Un Dios encarnado para la Redención del hombre…….
2 comentarios:
Tu última pregunta me suena que necesitamos iniciarnos en el cristianismo para encontrar y darnos cuenta que necesitamos de María para ser verdaderos cristianos como Jesús nació de María Virgen antes de morir y resucitar en la cruz
De la misma manera que todos los seres humanos y animales necesitan una madre para que los alimente y defienda, del punto de vida espiritual, Dios nos ha dado una Madre, medianera de todas las Gracias de Dios, y para que nos defienda de Satanás, al cual le ha aplastado la cabeza.
¿Has visto como las madres de los animales arriesgan su vida para defender a sus cachorros? Por eso oramos diciendo: "Oh, María sin pecado concebida, rogad por nos que recurrimos a Vos"
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