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Los católicos sabemos que Dios Todopoderoso infunde, desde el primer momento de la concepción, en cada criatura que nace a la vida un alma inmortal, el alma del abortado vuelve a Dios, y se lamenta porque había sido destinada a unirse a un cuerpo material, para tener la posibilidad de desarrollarse para, en el mundo, y en contacto con sus hermanos, poder conseguir los medios necesarios para ser merecedora de poder alcanzar la felicidad eterna en el Reino de Dios.
Pero los Padres que estaban destinados para asegurar su desarrollo material y espiritual, y para procurarle esa dicha, después de haber cobrado por adelantado el premio dado por Dios para ese fin, matándolo en el seno de su madre, devuelven ese regalo de Dios, y le dicen como Lucifer: "No serviré".
SALMO 44
Al maestro de coro. Oda de los hijos de Coré
(Lamento de los niños abortados)
Los hijos de Coré, representan a los hijos
abortados, que en su venida al mundo, recuerdan a su sublime Creador, todas las
dificultades que pasaron sus antepasados, para poder tomar posesión de la
Tierra en la que habían nacido, debido a la oposición de sus enemigos que
querían impedir su venida a este mundo (comodidad, huida del sacrificio,
egoísmo).
Esos enemigos, están simbolizados por las huestes,
que se oponían a la voluntad de Dios, en tiempos de la implantación de los
israelitas en Palestina, y combatían para impedir su toma de posesión en el
País escogido por Yahvé para su Pueblo elegido.
Solo la religiosidad del Pueblo, con el poder de
Dios, era la que hacía vencer todas las dificultades, que se oponían a la
venida al mundo de sus antepasados.
Pero ahora nos rechazas y permites que se burlen
de nosotros,
ya no sales con nuestras tropas.
Nos haces retroceder ante nuestros adversarios,
y nuestros enemigos nos han saqueado.
Nos entregas como ovejas destinadas al matadero,
y nos has dispersado entre las naciones;
Vendes tu pueblo a bajo precio;
bien poco ganas con su venta.
Nos haces la irrisión de nuestros vecinos,
burla y escarnio de cuantos nos rodean;
nos has hecho refrán de las naciones,
ante nosotros los pueblos menean la cabeza.
Tengo siempre presente mi oprobio,
y la vergüenza cubre mi rostro,
ante los gritos de insulto y escarnio,
ante los enemigos y rivales.
Impactante lamento de los abortados, cuya sangre
derramada clama a su Hacedor, ante el martirio de millones de seres inocentes,
que se quejan también de ser asesinados por sus mismos padres y gobiernos, como
ovejas destinadas al matadero, para enriquecer a todas las clínicas abortistas
y los laboratorios de cosmética, y beneficiar a gente sin escrúpulos, que adoran
ídolos, como así lo hacían los habitantes de Palestina, antes de la venida de
Israel. En este caso, los ídolos son el dinero y la comodidad, que es el
triunfo del egoísmo sobre el amor.
Actitud que es objeto de escándalo de las personas
creyentes anti abortistas, que se quedan atónitas ante la masacre de esos
inocentes, que son tratadas mucho peor que los animales y plantas, como así lo
afirma la Iglesia y el santo Padre, y que tienen que soportar los gritos y los
ladridos de insulto y escarnio de los eternos enemigos de Dios y de su Santa
Iglesia, como así lo dice el Salmo.
Todo esto nos ha sucedido sin habernos
olvidado de ti, sin haber violado tu
alianza.
Sin que nuestro corazón se volviera atrás,
Ni se desviaran de tu senda nuestros pasos;
Pero nos has triturado, nos has desolado,
Nos has cubierto de tinieblas.
Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios,
O alzado nuestras manos a otros dioses,
¿No lo habría descubierto Dios,
Que penetra los secretos del corazón?
Estremecedora queja de los abortados, que se han limitado a
obedecer la ley natural y divina, que los ha traído al mundo, siguiendo los
pasos puestos por Dios para conseguirlo, y que han sido descuartizados y
triturados sin consuelo ni amparo alguno, causándoles la desolación y las
tinieblas a unas criaturas inocentes e indefensas.
Por tu causa, estamos en peligro de muerte
cada día, somos tratados como ovejas
destinadas al matadero.
¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor mío?
¡Levántate, no nos rechaces para siempre!
¿Por qué escondes tu rostro,
y olvidas nuestra miseria y opresión?
Estamos hundidos en el polvo
con el vientre pegado a la tierra.
¡Álzate en nuestra ayuda,
por tu amor, rescátanos!
Sublime y emocionante llamamiento de ayuda a Dios,
de parte de los indefensos, de unas criaturas puras e inocentes exterminadas
sin piedad por sus padres-verdugo, y sus sicarios, apoyados por los
gobernantes, para recaudar el voto de los hedonistas.
Esta llamada, tendrá una respuesta segura de Dios, que castigará a los culpables y a los encubridores de esos crímenes abominables, mucho peores que los de los Nazis, que exterminaban gaseando a sus víctimas, mientras que los niños están siendo descuartizados vivos, sin piedad, con la bendición de los progresistas, que sin embargo son partidarios de la abolición de la pena de muerte, y de sus crueles y malvados progenitores, que podrían darlos en adopción, pero que se deshacen de ellos por puro egoísmo.
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