Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4
Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.
Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios.
Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres Santo, porque vendrán todas las Naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.»
Esto siete Espíritus de Dios, que son Pureza, Verdad, Justicia, Bondad; Sobriedad, Misericordia, y Amor, han sido sustituidos por los 6 espíritus de Satán: impureza, mentira, injusticia, maldad, orgías y crueldad, los cuales, puestos al servicio de las tres potencias del alma, que son memoria, entendimiento y voluntad, simbolizan el número de la Bestia: 666 y fueron puestos en sustitución de las leyes impresas por Dios en la Conciencia y la Razón de cada ser humano, que son los dos testigos el Apocalipsis, muertos por el Anticristo, y vueltos a resucitar, ya que al fin del mundo habrá terminado su misión en la Tierra, por eso vinieron esos tremendos castigos, para calmar la ira de Dios, ya que habían intentado destruir la perfección y la belleza de todo lo creado, hecho a imagen y semejanza de Dios.
Los siete Ángeles, son los que han sido encargados de derrotar y aplastar a Satanás, a sus ángeles, y a los humanos que adoraron a la Bestia, y que habían intentado destruir a los siete Espíritus de Dios, en misión por toda la Tierra. Estas plagas fueron la amarga medicina que permitió lavar el horrible pecado que siempre renace en la condición humana, la herencia de los hijos de Adán: ser semejantes a Dios, pero despreciando sus leyes, y sustituyéndolas por las de Satanás.
Todos los vencedores de la Bestia, estaban de pié, ante el mar de vidrio, que simboliza a toda la humanidad limpiada y purgada de toda imperfección por toda la eternidad. Todos dan gracias al Señor, al contemplar la indescriptible Belleza, sublime Majestad, e infinito Poderío, tocando sus arpas, que son los cantos de amor, de alabanza y de agradecimiento.
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»
Aquí están relatadas todas las persecuciones que tienen todos los elegidos, ya que el alma que sigue el empinado camino que conduce a la Vida Eterna, tiene que hacer frente a los tres enemigos naturales del alma que son Mundo, Demonio y Carne. Enemigos terribles, que son invencibles, sobretodo cuando Satanás se alía con ellos. Solo el alma que recibe ayuda del Cielo puede vencerlos, con la oración y el sacrificio, que genera la Gracia de Dios.
Estas últimas palabras de Jesús, pueden parecer contradictorias: "Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá". San Juan de la Cruz explica que el lenguaje de Dios no es un lenguaje humano, por eso puede darse el caso de del poder de que una persona esté perseguida por unos enemigos que quieren matarla, y que Jesús le diga: "Yo te salvaré de tus enemigos", y a pesar de ello, esa persona llegue a ser muerta por sus perseguidores: Las Palabras de Dios fueron ciertas: Él se refería a los enemigos espirituales del alma.
Por esa razón la interpretación de las Escrituras no está al alcance de todas las personas, y mucho menos de las que, como los Protestantes han renegado, ellos o sus parientes, de la única Iglesia fundada por Cristo, la Santa Iglesia Católica que está protegida de la mentira de las fuerzas infernales, que es el lenguaje de Satanás.
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