"La Reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar" (Mateo 12: 42).
Cuantos Profetas, y cuantos justos estaban esperando el Mesías, y hubieran deseado oír y ver al Hijo de Dios, el Ser más Sublime que haya pisado la Tierra, lleno de Majestad, triunfador de Satanás con su poder expulsando los demonios, con sus prodigiosos milagros, devolviendo la vista a los ciegos, soltando la lengua a los mudos, liberando a los paralíticos, sanando a los enfermos, multiplicando los panes y los peces, resucitando los muertos, mandando al mar y a los vientos, que le obedecieron inmediatamente, evitando el hundimiento de la barca con los Apóstoles.
El que predicó en el Sermón de la montaña el mensaje más maravilloso: Las Bienaventuranzas, el que tiene la llave del Reino del Cielo y del Hades, el que hizo el Cielo y la Tierra, y el Universo infinito, de una dimensión inalcanzable, hecho a su imagen y semejanza, porque Él también es infinito en poder, gloria, majestad y es fuente de todas las Virtudes, el Creador de la Belleza, el que posee la fuerza infinita que hace temblar hasta los ángeles más subidos como los Serafines y Querubines.
La Reina de Saba, que es la Reina del Sur, ha venido para ver la Sabiduría de Salomón, se quedó admirada, pero los Judíos del tiempo de Jesús no creyeron y hoy tampoco, muchos no creen, el simbolismo místico está en el Juicio de Salomón.
Las dos mujeres que dicen que el niño es suyo, representan a toda la Humanidad, los hijos de Dios son los misericordiosos, condición necesaria y suficiente para alcanzar la Salvación, es el simbolismo del Amor que dice: "Lo bueno para ti y lo malo para mí", y esto es lo que ocurrió con la verdadera madre misericordiosa, que antes de ver descuartizado a su hijo prefirió dárselo a la mala madre, que quería que lo mataran con tal de no renunciar a su deseo, tenía lo que es contrario al amor, el odio que dice: "Lo bueno para mí y lo malo para ti".
El Evangelio de los invitados a la boda, simboliza lo que es el mundo: Un filtro para diferenciar los buenos, hijos de Dios que se mueven por Amor, de los malos, hijos de Satanás, que se mueven por egoísmo y odio.
Parábola de la Gran Cena (Lc 14-15,24)
"Uno de los convidados que oyó esto dijo:
-Dichoso el que pueda participar en el banquete del Reino de Dios.
-Jesús le respondió:
-Un hombre daba una gran cena e invitó a muchos. A la hora de la cena, envió a su criado a decir a los invitados: "Venid, que ya está todo preparado". Pero todos, uno tras otro, comenzaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un campo y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses".
Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas; te ruego que me excuses.
Otro dijo: "Acabo de casarme y por tanto no puedo ir".
El criado regresó y refirió lo sucedido a su señor. Entonces el Señor se irritó y dijo a su criado: "Sal de prisa a las plazas y calles de la ciudad y trae aquí a los pobres y a los lisiados, a los ciegos y los cojos".
El criado le dijo: "Señor, se ha hecho como mandabas y todavía hay sitio". El Señor le dijo entonces: "Sal por los caminos y las veredas y convence a la gente para que entre, hasta que se llene mi casa. Pues os digo que ninguno de aquellos que habían sido invitados probará mi cena".
Interpretación mística
El Señor que invita a la cena: Dios Todopoderoso, que quiere que todos hereden su Reino.
El criado: Los enviados por Jesús-Dios para anunciar el Reino de Dios desde los Profetas, y su Santa Iglesia Católica.
El que ha comprado el campo: El que ha puesto su fe en las cosas terrenales.
El que ha comprado los bueyes y que va a probarlos: El que ha puesto su esperanza en las cosas de este mundo.
El que ha comprado los bueyes y que va a probarlos: El que ha puesto su esperanza en las cosas de este mundo.
El que se ha casado: El que ha puesto su amor en las cosas de este mundo.
Los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos: Los que han renunciado a los bienes terrenales y han escogido los bienes celestiales, los que han descubierto el tesoro escondido en el campo y han vendido todo para comprarlo.
Los que han sido persuadidos por los caminos y las veredas: Los que son de regiones lejanas y que están atraídos por la Doctrina de Cristo, porque siguen la voz de su Conciencia puesta por Dios en su corazón, como la Reina del Sur.
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