MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 9 de junio de 2016

DIOS ES UN DIOS ESCONDIDO BIENAVENTURADO SERÁ EL QUE LO ENCUENTRE, ES EL TESORO ESCONDIDO EN EL CAMPO


LA VIRGEN MARÍA ES EL CAMPO DONDE ESTÁ JESÚS,
EL FABULOSO TESORO ESCONDIDO




Afortunadamente, conociendo la mentalidad de la gran mayoría de las personas, me alegro sobremanera de que Dios sea un Dios escondido, y que para hallarlo, haya que buscarlo afanosamente, siguiendo unos criterios bien determinados, marcados por el cumplimiento de las leyes de Dios que son inmutables, y transmitidos por su Santa Iglesia católica, y no por el criterio de cada persona, interpretando el mensaje de las Sagradas Escrituras según su parecer, como así lo hacen las innumerables sectas protestantes. 

Leyes que son locura para toda la jauría de vividores hedonistas, con su gran surtido de variantes de lo más variopintas: ateos, agnósticos, progresistas, relativistas que quieren adaptar las Leyes del Sinaí a nuestros tiempos, anarquistas que huyen de toda Jerarquía, libre-pensadores, abortistas, teólogos de la liberación, marxistas, y un sinfín de anarquistas, contestatarios a toda jerarquía y obediencia. 

Una vez que se siguen esas leyes impuestas por Dios, que se pueden resumir en entrar por la Puerta estrecha, y seguir caminando por el angosto y empinado camino, con un cayado que es la Cruz, con la fuerza que da el saber que en la meta, se encuentra lo que anhela el alma enamorada, y sedienta de amor por encontrar al Ser Supremo, fuente de todas las virtudes y de toda infinita belleza, se puede entonces acceder al lugar en donde estaba escondido el Sublime Rey de Reyes del Universo.  

Pero cuando el alma encuentra lo que busca, que está escondido, se encuentra ella también en ese momento, como lo dice San juan de la Cruz, escondida. Del punto de vista espiritual, esta ocultación del alma, significa que está ella también alejada al mundo, es decir retirada de lo que da el mundo: Las riquezas, los honores y la admiración de los hombres, es la bienaventuranza del sermón de la montaña que promete Jesús para los pobres de espíritu, que son pobres, porque para comprar el campo donde está el tesoro, tuvieron que vender todo lo que poseían: su orgullo, su sensualidad, y privarse de muchos de sus apetitos materiales.

Por eso, el alma que tiene la dicha infinita de llegar a la meta y de encontrarse con su Creador, habrá estado sin saberlo, ella también, escondida del mundo, ya que tuvo que vender todas sus posesiones para comprar el campo donde descubrió el fabuloso tesoro, y esa unión mística sólo se producirá traspasando la puerta final, en donde mora el objeto de su deseo, que es el descanso de Dios del séptimo día de la Creación, cuando el alma se halle totalmente recreada, transformada en hija de Dios, para así poder acceder a la Vida eterna, y poseer para siempre el fabuloso tesoro. 

El hecho de que Dios se halle escondido en este mundo, tiene también la gran ventaja de que la persona que lo busque, y lo encuentre por el camino que se ha indicado, escondido del mundo, para poder vencer a sus enemigos, que por envidia luchan para que el alma no alcance lo que ellos perdieron para siempre, será un verdadero merecedor del fabuloso premio, ya que si Dios no estuviese escondido, y la gente viese su Gloria, todo el mundo se apuntaría a la opción del más allá, y ya no se podría distinguir el trigo de la cizaña. Y el gran mérito y la gran victoria de la Fe, será precisamente en haber creído en un Dios escondido, y de haber apostado por Él, estando escondido, rechazando todo los honores y los placeres de un mundo que no estaba escondido. Por esa razón se dice que la Fe es un don de Dios, porque sin ese don, sería imposible creer en un Dios escondido, y rechazar todas los atributos de ese mundo no escondido.









2 comentarios:

Andre Rieu. dijo...

Es verdad. Dios está entre nosotros, para verlo hay que tener el alma humilde y limpia, si lo vemos así de seguro que Dios nos hace descubrir otra realidad, mucho mas diferente que la sorpresa que nos dá la computadora, el internet y todo descubrimiento e invento material, sobreparará toda tus expectativas e imaginables, para eso renuncia al mundanal ruido y veras que Dios está a tu lado.

Misticismo de la Iglesia Católica dijo...

Así es, solo el alma humilde puede ver a Dios, por eso dijo Jesús que para entrar en el Reino de los Cielos hay que ser como niños, es decir teniendo en sus padres una confianza absoluta, amarlos con ternura, no guardar nunca rencor hacia ellos cuando nos castigan por una falta merecida, dejándose guiar con una fe absoluta por los caminos que nos señalan.
Es por eso que la Stma Virgen María se aparece casi siempre a los niños, y también a las almas pecadoras, pero limpias de una mancha lavada por su arrepentimiento, que es el más potente detergente espiritual.