EL ALMA DE UN PECADOR ARREPENTIDO AMA MÁS A DIOS QUE UN ALMA MENOS PECADORA |
Esta afirmación, es lo que dijo Jesús al fariseo que se escandalizaba porque la pecadora arrepentida vino a lavar sus pies con sus lágrimas, y a secarles con sus cabellos. Esa actitud del Fariseo es la prueba de un corazón duro e impiadoso porque no siente compasión alguna ante el arrepentimiento profundo y sincero, como buen hijo de Satanás, que no conoce lo que es el Amor a Dios.<
Y es que Jesús es tan Misericordioso que se deja convencer por todas las almas que se arrepienten y que lloran, como esta pecadora de la imagen, en la cual se puede observar un rostro que refleja humildad, arrepentimiento y Amor. En el Evangelio se puede leer en muchas ocasiones, ante un enfermo, un leproso, y un pecador arrepentido, la palabra: "y Dios se compadeció de él", ya que esa actitud denota que Dios que es Amor, escucha siempre el alma enamorada y humilde, unas virtudes que nunca tendrán los soberbios.
Y es que ese llanto le recuerda a su Madre la Virgen Santísima, cuando estaba al pie de la Cruz, allí no podía hacer nada por ella, ya que ambos eran víctimas expiatorias, pero ahora, tanto Él como su Madre, nuestros Padres Espirituales, tienen plenos poderes para favorecer a los que les invocan con esos sentimientos. Esto quiere decir que los pecados por horrendos que sean, serán siempre perdonados si hay arrepentimiento proporcional a la culpa, ya que el arrepentimiento es la sublimación del Amor, y ese arrepentimiento nunca lo tendrán los que pecan contra el Espíritu Santo que es el Amor y la fuerza de Dios.
El pecado de Lucifer, que dijo: "¡No serviré!", es el pecado contra el Espíritu Santo, que no será nunca perdonado, ni en esta Tierra ni en la otra, por la sencilla razón de que va en contra de ese Amor, que es el único que puede lavar la culpa, Dios no puede ni quiere por eso ejercer su Misericordia.
En otras palabras, el principio de la Filosofía, que dice que dos contrarios no pueden caber en un mismo sujeto, quiere decir que no pueden subsistir juntos el Odio y el Amor, porque son dos contrarios, como la Luz y las tinieblas, por eso Dios los separó el primer día de la Creación.
"Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios: "Haya Luz, y hubo Luz. Y vio Dios ser buena la Luz, y la separó de las tinieblas, y a la Luz llamó día y a las tinieblas noche. (Gen 1, 1-5)
Y por eso se puede luego decir, que la Luz es el símbolo del Amor, y las tinieblas el del odio, es decir el símbolo de Dios y de Satanás, por eso dijo Jesús:
"Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá Luz de vida" (Jn. 7,12)
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