COMO DIOS SIGUE HABLANDO A LOS HOMBRES
EN SU CONCIENCIA Y EN SUS OBRAS
El misterio de Iniquidad
¿Adónde se esconde Dios? A esta pregunta, que todos los seres humanos se han hecho antes y después de la Revelación, desde que han sido dotados de un alma racional e inmortal, desde que el mundo es mundo, siempre se han ofrecido para resolverla toda una serie de individuos, que haciéndose pasar por enviados de Dios; Profetas, o simples Gurús, han aportado unas respuestas de lo más variables y variopintas.
Los primitivos habitantes, han creído ver toda una serie de dioses, dotados de poderes diversos, ya que para ellos era imposible que un solo dios pudiera crear y dirigir todos los fenómenos de la Creación; y así nacieron en su imaginación, el dios de la lluvia, el dios del sol, el dios de los vientos, el de la guerra, el de la paz, el de los muertos, y de todo asunto que les pudiera intrigarles.
Absolutamente todos los pueblos y las civilizaciones, sin excepción alguna, han tenido sus creencias en el más allá, con veneración a los muertos, y con unas leyes que estaban adaptadas a sus creencias, nadie absolutamente se declaraba ateo o agnóstico, ya que la Sociedad en que vivía, tenía tan arraigado este concepto que hubiera sido inmediatamente rechazado por todos.
La razón de todo ello, es que Dios, al crear el alma que es imperecedera, dejó en cada persona su huella, que está grabada en su conciencia, que no solo le da a entender la noción del bien y del mal, pero que además le habla, reprochándole su conducta cuando obra el mal, y dándole satisfacción y alegría cuando comete una buena acción.
Y este es el lenguaje de Dios para la Humanidad en la Tierra: es un lenguaje sin palabras, pero hecho de sentimientos. Y ese lenguaje es un mensaje espiritual, que siempre deja una sensación de Paz y de Amor, porque está dicho por la fuente de la Paz y del Amor. Al contrario el mensaje de Satanás es un lenguaje de odio, que siempre deja turbación; odio, pena y amargor en el alma.
Pero en nuestros días ha triunfado una nueva mentalidad, que para mí y creo que, para cualquier persona normal, es un hecho sorprendente y anormal: mucha gente se declara atea o agnóstica, para estar más a la moda, Esto está profetizado en el libro del Apocalipsis: Son los dos testigos puestos por Dios en cada persona: la Razón que nos dice que todo lo creado tiene que tener un Creador, y la Conciencia que nos remuerde y alaba cuando hacemos una mala acción, y nos alegra cuando cumplimos con la misericordia de Dios. Está escrito que esos dos testigos se matarán por los impíos, que se alegrarán, es lo que estamos viendo en nuestros días, pero volverán a resucitar y subir a la eternidad de Dios al final de los tiempos, ante el terror de esos impíos.
Y digo que es un hecho curioso porque en la antigüedad, el mundo era apenas conocido: se creía que la Tierra era plana y el centro del Universo, que el sol era una pequeña lumbrera que giraba alrededor de la tierra, y que las estrellas eran un polvo que se extendía como una nube por todo el firmamento.
Y digo que es un hecho curioso porque en la antigüedad, el mundo era apenas conocido: se creía que la Tierra era plana y el centro del Universo, que el sol era una pequeña lumbrera que giraba alrededor de la tierra, y que las estrellas eran un polvo que se extendía como una nube por todo el firmamento.
Sin embargo, hoy día La Ciencia ha avanzado de tal modo, que muchos misterios han quedado desvelados, pero además la Ciencia ha descubierto como la Creación es muchísimo más compleja, grande, y por eso, se han presentado otros misterios de una complejidad tal, que es y será siempre imposible de desvelar.
Y así hoy día, gracias a la Ciencia, se ha comprobado que el mundo es infinito, tanto en las cosas grandes como en lo microscópico, se ha descubierto una Creación no solo ilimitada en cuanto a dimensiones, pero de una complejidad y de una perfección en todas las leyes y los mecanismos que la controlan y las dirigen, en absolutamente todo, pero que además es de una precisión, que sobrepasa todo entendimiento, y que hace imposible comprender cual es ese mecanismo que sujeta y dirige todos sus movimientos.
Y aquí aparece un hecho insólito: La Ciencia, en vez de admirar aún más el Sublime Creador de todas las cosas, no solo no lo hace pero, increíblemente reniega del Creador, y lleva el Orgullo y la Soberbia, a pesar de no poder científicamente explicar ese mecanismo, ya que solo se dedica a observar y clasificar todo lo creado, pero sin entender cómo funciona.
Y el razonamiento matemático es simple: como el Universo está hecho por Dios, un ser Infinito en todos sus atributos, porque la Creación está hecha a semejanza del Creador, nunca se podrá entender el mecanismo que mueve todo el Universo, y es porqué el hombre es un ser limitado, y un ser limitado nunca podrá acceder en este mundo y comprender un ser ilimitado e infinito en cuanto a Sabiduría, Inteligencia, y sublimidad.
Eso es lo que dice San Juan de la Cruz cuando afirma que los Querubines y los Serafines, que son los Ángeles que están más cerca de la Divinidad, son los que mejor se dan cuenta de la distancia tan grande que les queda para llegar al pleno conocimiento de Dios. Y por eso mismo son los más grandes y aman más que los otros, porque al darse cuenta de ello son también los más humildes.
Y eso es lo que no comprendo de Lucifer: Sabía que Dios es Infinito porque era el ángel más subido en cuanto a belleza y conocimiento, y sin embargo, quiso desplazar a Dios para colocarse en su sitio. Sabía que él era una Criatura muy inferior a Dios, y sin embargo se rebeló. Es el gran misterio de Iniquidad, que solo comprenderemos en el otro mundo.
Y la única explicación lógica que veo es el hecho siguiente: para llegar a comprender a Dios, y obtener la Sabiduría que nos hace entrever el “teorema” del Reino de Dios, es necesario y suficiente tener humildad. La humildad es la llave que abre ese Reino, esas dos condiciones son imprescindibles: sin ellas, el alma cae en el abismo, que es la morada de Satanás, es la otra cara.
Y es que para comprender la Luz tienen que existir las Tinieblas, y para ver el Esplendor del Bien, tiene que existir el horror del mal. Y la adoración que le debemos a Dios, solo será verdadera si comprendemos la distancia infinita que existe entre el Bien y el Mal.
DICE SAN JUAN DE LA CRUZ
(Dichos de Luz y Amor)
“No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia entre el bien y el mal”.
“Eso que pretendes y lo que más deseas no lo hallarás por esa vía tuya ni por la alta contemplación, sino por la mucha humildad y rendimiento de corazón”.